Guardar

LA REPÚBLICA. DIARIO DE LA MANANA.
Febrero de 1889 ESTE MES TIENE 28 DIAS.
ALMANAQUT. charnos la bartola; más, fuera El inmenso pebetero de ácido Al salir de aquel laberinto veco Norte del Irazú, calcinado la idea que a todos nos preocu sulfuroso se levantaba entonces getal, sobre el Ooste, divisamos como estaba en su masa interior paba de madrugar lo más posi la menor conmoción atmosférica la gran desgarradura de la mon. debió de ser simultáneo con la ble, fuera que la cabalgata nos en gran pens cho condensándo tafia; hasta una profundidad de depresión escotadura que se había excitado demasiado, casi se, a poco se deshacía en menuda más de cien metros se desprendid observa en su cúspide, coetánea no dormimos los más, y a las llavia que sofocaba y producía la cortina del Norte, dejando al con el terremoto del de setiem.
Domingo San Blos, obispo.
cuatro nos levantarnos todos sin en los ojos el característico esco descubierto las estratificaciones bre de 1841, y que por razón tiendo el cosquilleo de la partida, zor del azufre.
paralelas de diversos colores, en de la poca ninguna atención y pocos momentos, bien forra LA REPUBLICA Esta vez desgraciadamente los tre los cuales domina el blanque que al estudio de la naturaleza dos en nuestras correspondientes vapores cubrían el lejano escena cino ceniciento; desde la base de se prestaba aquí en esos tiempos, frazadas, uno tras otro, pero rio y sólo allá, entre los cúmulos esta quiebra se extiende por no hay que estar prevenido contra UNA EXCURSIÓN AL IRAZU. dos de fondo, puesto que íbamos nebulosos se distinguia confusa. menos de dos millas una olin de la idea de la novedad del fent caballo, emprendimos la tortuo mente un río que no pudimos de detritus calcinados entre los cua meno cuyos estragos vamos a sa senda hacin cl Irazú. terminar. Más acá, el Sucio, que les brillan grandes bloques de presenciar. Los cazadores de Yo lo había visitado en 1873, ahora sí merece bien su nombre, tiza y agudas puntas de azufre y dantas de aquellos apartados siEran ya pasudas las cinco y yendo por Potrero Cerrado, y to pues va desde su origer. y en topómez tios lo único que pueden afirmar media de la tarde del sábado 26 davía recuerdo los peligros y de do su curso retenido con la in En ninguna parte de cualquiera es que la actividad interior que del mes corriente, y los últimos sazr. nes de la ascención. Esta mensa cantidad de tierra que a de los volcanes del Ecuador, dice se muestra por aquellos respira.
rayos occidentales del rey del dia vez me encontré agradablemente rrastra de las entrañas del cerro Boussin gault, se observa nada deros es mayor de un ano estocaban rosando débilmente la a sorprendido por un magnífico e mismo en que el volcán se halla que pueda hacer presumir una ta parte.
rrugada cresta del Irazú, cuando mino que trafican carretas hasta La boca que todavía estaba viva corriente de lava, jamás han sa Almorzamos, pues, al borde de por amable invitación del señor el otro lado del volcán. Esto me en 1873, yace ahora completa. lido de sus cráteres sino escre aquella especie de purgatorin, y Gobernador de esta provincia, parece on progreso digno de men mente extinta; las otras estàn meritos cenagosos, Aluidos elásti de vez en cuando el fétido olor don Francisco Oreamuno; y ención, tanto más cuanto que una próximamente como en aquella cos pedazos incandescentes de de los vapores nos molestaba un su compañía y lu do menos agra y otra parte toio el terreno la época y sólo se observa que se traquito más o menos sólido y poco, pero buena hambre no dable del licenciado don Ricardo borable se halla cultivado de Sri van llenando de limo por el a que frecuentemente han sido ex hay pan duro, y levantados los Jiménez, don Manuel Veiga y joles, trigo, maíz y papas, y norrastre de las aguas pluviales que pelidos considerables distan helechos, pues sobre ellos comíadon Pío Víquez, partimos en sen esca o pastos, fuente principal van lavando los fancos de la es cias.
mos por no haber manteles, el das cabalgaduras, de esta tran de la riqueza de esta provincia. paciosa cuenca. Noté también Ante aquella espantable vista, agua que habíamos llevado del quila ciudad con rumbo a Tierra Canvinábamos alumbrados por que en la depresión superior del que nos estaba diciendo cuin fá manantial de Chicma, fría como Blanca, donde habíamos de per la plácida y tranquila luz de la Norte del cerro y sobre el Oeste cilmente puede bajar otro talud hielo, y el vino casi helado tamnoctar, para ascender en la ma luna menguante y el centelleo de la vegetación ha desaparecido, enorme que cubra el desolado si bién, hicieron las delicias de ñana siguiente al alto cerro, cuya las innúmeras estrellas, bajo uno probablemente barrida por las tio con nuevas ruinas, pensé en nuestro almuerzo, y nos permitieactividad volcánica trae. sabios de los cielos más limpios que en fuertes lluvias, quedando zola las palabras de Tindall en los ron olvidar el hedor del ácido ignorantes preocupados.
mi vida he visto, y de improvi mente los arrayanes, retamas y Ventisqueros de los Alpes: Si la sulfuroso.
Bien entendido que no falta 80, al terminar la región de las salvias sobre la ceja y declive de belleza merece su culto, esas glo. Ea, en marcha a buscar las ba un mozo que a su propio pe encinas, que actualmente se us la segunda depresión al Oeste y riosas montañas, cubiertas de nie solfataras, fumarolas infiernites so añadió el de las provisione tentar cubiertas de sus elegantes fuera de la grande boya volcáni ve y coronadas de estrellas han como en Nicaragua llaman los de de viaje sobre el lomu infeliz. de candelas, nos sorprendió el rol ca. Del lado del Este la cuenca sido creadas para excitar un sen. Masaya, cachimbas, según grágudo de sus ancas podría llamár, que poco a poco fue apagando se halla desgarrada y agrietada timiento de adoración.
ficamente los apellidaba nuestro aquellas otras tenues lumbreras considerablemente, Si las inmensas cúpulas del Hi guía.
selas ingeniosas, y allá arriba, se de la tioche y calentando unes Bajamos el gran declive que malaya y el Tribeth produjeron El aspecto era terribre, pero decía, y en efecto así era, nos atros entumecidos miembros. cre sobre el receptáculo de los la religión y filosofia indianas y já qué no se expone el hombre guardaba el baquiano guía, que la región de las mistáceas, de viejos cráteres, pic y llevando al larbano y el Sinaí bicieron na anto somejantes magnificencias. al término de nuestra expedición aspecto cada vez más raquítico, del diestro nuestras bestias. Sólo cer el monoteismo juidaico cris como dice Dargaud en el relato Dos conndujera.
nos ofreció un suelo arenoso por Lucas, nuestro intrépido guía, si: tiano; y las eternas nieves de los de su viaje a la peligrosa gruta Faltábame agregar, y de pro largo espacio, hasta que llega guió montado y llegó fresco al Alpes. de los Apeninos y de los alpina de Rosenlani. Dos granpósito lo había dejado para un mos a la pelada planicie de la fin de la vertiginosa pendiente, Pirineos inspiraron las divisiones des calisas de osadía ante los petipárrafo aparte, que Paco, el hijo cumbre, estéril y erizada de pu formando ángulo muy agudo con sectarias del cristianismo moder gros naturales conozco: la igno mayor del señor Oreamuno, nitio zolana y detritus laviticus de to la grupa da su caballejo, que no no; así como el sagrado Athos y rancia y el amor al saber. En de doce anos, nos acompan:ba dos tamatios y caprichosas formas por serlo, dejaba de tener bríos y el misterioso Peruano y las pinto el primer caso el hombre no te también. Pensé desde luego que prismáticas.
ánimo suficiente para verificar rescas y sibilſticas curvas del pro me, pero se espanta de su propio él se quedaría en Tierra Blanca, pues aún su papá, no hallándose Desde allí habia contemplado tan rápido descenso en completo buen estado de sa yo en setiembre de 1873 el más Desensilladax y puestas en sa: ses bellísimas de los archipiéla da, pero el sentimiento de adora montorio Sunio y las agrupacio. atrevimieto; en el segundo trepimo permanecería allí hasta nues lago de Nicaragua como un bri zamos a descender Cnsteando el gos crearon como un pobtico sue. ción hacia las grandezas del Uniel no el politeismo antropomós fico verso le hace héroel.
llante espojo que se confunde con borde interior del Oeste; pasamos griego, y como las suaves colinas Así comprendo como se arrostro regreso.
Ya verán los lectores que ni lo esmo caprichosa cinta de plata bas, y en la última, que forma traste que ante los victoriosos bida al Galenstock; cómo no el cielo, y parte del río San Juan por entre aquellas sombrías tum de la campina romana y el contra la muerte inminente en la suuno ui lo otro sucedió, y que por saspendida entre los vagos cela un precioso eco, oía yo repercu. eidados del pueblo rey produje redran catástrofes como la del el contrario, Paco, si no siempre jes de la mañana; al Este el tir las voces de mis compañeros con los diversos territorios some monte Cervino, que cuenta Wim.
fue la cabeza de la partida, jedantico, como lámina de acero que ya habían gauado la cresta tidos su yugo y sur leses. per, y cómo aun se busca el paso más se quedó la zaga. bruñido que se desvanecía suave del Norte, mientras arrojaba en permitió aquella tolerancia sin del Oeste través de los hielos Acampamos, pues, en la casa de mente alla en lo infnito; al Sud la sima algunas piedras que pro limites de Roma, que llevó su del Norte, Ramón Brenes. donde, despuds oeste, Puntarenas como una len ducían en el fondo un golpe seco. Panteón todos los dioses de la Bien sé que esto es comparar de una cena, algo menos que fru gua negra lamiendo las aguas del Atravesando luego la corragacida humanidad ¿cómo no han de ha las cosas pequeñas. com les armes gal, de nuestro propio bastimen Pacífico; al Sur, la cordillera ma calcinada que divide esta boca ber influido estos infinitos costi des; pero lo cierto es que sigues to, se nos obsequio con unos cadre, cuyos más altos pione sa mi de otra más antigua que se balla llares humeautes de los Andes en tro gufa Lucas iba adelante impa lientes cangilones de chocolate, ran por debajo de nuestros pies, cubierta de limo al Este, ascendi. Dns religiones que tienen por base sible descubriendo cachimbas, los cuya irizada y aromática espu. poca distancia, otra vez al Nor mos hasta la ceja por entre po la adoración del fuego y los mons. demás, incluso el valiente Paca milla, confortó agradablemente te, el río Sucio, culebreando en nascos y jarales de aspecto po truosos espiritus infernales?
íbamos sólo empujados por los estómagos, y nos impidió sen tre verdes cerrranías; alle al Nor brísimo, más bien miserable, A lo que inclina esta incinera punto de honor, resbalando y tro Tus es excesivo para habitantes Batba, que anze. nl Nordeste con ese momento no me había dado su respiradero de azufre y hedion profundos abismos del fuego in de los valles tropicales. mo un promontorio el Cacho Ne cuenta de que el imperterrito hidrógeno, es la supersti tertio Después de sabrosa charla y gro; al Oesudoeste, San José, ten Papo iba con nosotros y adelan ción infernal y al anonadamiento Habiamos divisado desde luego disposiciones convenieutemente dida muellemente er. el florido te. Descendimos carocoleando del espírito Por eso los dioses el vapor que salía por uno tomadas para el día siguiente, en valls; al Este el terrible Turrial por una estrechísima senda, asién de los aborígenes centroamericados puntos de la gran grieta que tre las cuales fué la primera darba, que parece más elevado que ainos constantemente a los tron nos son como caricaturas diabó baja a la izquierda de aquel de pienso de nutritivo maiz las el Irazú; y bajo nuestras propias dos y ramas que se entrecruza licas; por eso ha sido aquf posible prendimiento de materias cali bestias, algunos aceptamos toda plantas la gran depresión de los nn. Alli vi la mirtácea más gran el sanguinario culto de Tobil. nadas; pero a poco andar por el vía una taza de hirviente caté cráteres, de los cuales el sétimo que hasta entonces se nos ha Justo es decir, dejándo por fianco derecho empezamos det graciosamente ofrecida por una y último al Noroeste estaba en bifurando que tiden og de ahora esos puntos de filosofia de cubrir una, dos, diez, cien fack joven de la casa, y poco, impo aquella fecha en estado de actividus pies de diámetro en cala ga la Historia, que aquel gran de relas sulfurosas y quemantesc niendo silencio, hubimos de edad todavia, aunque moribund. jo.
rrumbamiento del costado Alanyas bocas eran trompetillas de Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional fue Lizano Bibliotecas del Ministerio de

    Notas

    Este documento no posee notas.