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LA REPUBLICA. DIARIO DE LA MANANA DE mano; cas.
de medicina; dividía sus ar jar fortificación que pedía una gana jar que se tiene en la sombra vespertina LA REPUBLICA pio esfuerzo y que se abrían al tornóse bienhechora; Herenó soldados en voz baja. Ya patria, tan sana y robust, Director y Propietario, gar en el San Carlos, sufrien monte las proezas dol día 23: tan fiero el león como lo pin que lució en su juventud ber.
do mil contratiempos, puesta desde por la mañana, la tan, compañeros; porded el retomplado el corazón al ca la mirada en el enemigo au hora que amanece, el desem miedo la pólvora, os pro lor del patriotismo.
LOS DOMINGOS daz y aventurero y la espo barque de los costarricenses, meto dar su merecido al marauza en la providencia que la marcha alegre y raidosa yor número de machos que de ancla cara satisfecha; lleEra un viejo respetable, protege las causas buenas al són de los tambores y cla encuentre al alcance de mi LA REPUBLICA uisio. hombre de mar, prestó te y monótono zumbido de prodigios de destreza; quita torcidos los bigotes; su cabe.
Durante todo ese viaje, Dio rines que apagan el estriden bayoneta; así fue, realizovaba poblada la barba y ro.
za de cabellos canos, semeEL TROFEO servicios eficaces los nues las chicharras, sin importar bale, luchando cuerpo cuertros y los animaba con su los ya la llovizna, la marcha po, las botas un enemigo jaba un copo de nieve. pero Esta espada me dijo en el peligro, ya en tierra, ali ja de vanguardia las órden trozado sa calzado. y aquella alma joven que no abate la charla y su indiferencia por de aquellas dos columnas, herido, porque él tenía dessus miradas brillaban aún, Sargento llamado bionisio. mordido por la cascabela. ya otra. las del Coronel Ver feroz en la garganta. Aliu desgracin.
que murió el 11 de abril de en el río, tranquilizándolos nández, columnas que se in Ilando de dolor, lleno de ira, al viejo militar al finalizar sa.
La emoción que embargó 1857 en el ataque de Rivas, ante el birviente remolino. ternan en el bosque poblado arremetró con él y lo despa relato, me conmovió profon despedazado por una bala de caūón.
do Era un mozo excelente, tes del Golfo de Nicoya, se cuyo perfume íntimo de fio mano sobre los galones de estrecho, de la mutua simpacon las veleidosas corrien. helechos y de enredaderas cores por completo. Después damente. comprendi que ella de muy buen genio, muy su reía de las dudas de nuestros es silvestres whellver los Thompson, ela comandante tía, firme los embates del frido y con el corazón en la curaba mañosamen escuadra minúscula llegó por breviene después de la coche lleno de tiempo, que unió dos almas y. te sus compañeros, llegan fin su destino, desembocó fatal la mañana fresca, arru tavo atento a la voz del ma bumildes, dos almas herojdo creer algunos que sabía en el río San Juan. Pero llada por multitud de pájaros yocertera contra un oficial ALEJANDRO ALVARADO Blanco bajarlo fué preciso no de selváticos, divierte a nuestras bula ciones de muy buena gentes el penetrar por aque que desamarraba uu bote actresenold chispeante y decidor; no se aceptada esta necesidad, se nos aún de rocío. bajo la mis zo fuego y derribó al oficial: cómo inventaba tanta anéc resolvió atacar la guarnición teriosa bóveda del follaje, el la espx que este ceñía le Crepúsculo dota, verdad es que aquella de filibusteros hallaba paso de arroyuelos donde sasa pertenecía de derecho; pero cabeza había sido recalenta en la desembocadura del Sa tisfacen su sed, abrevaderos él me la ofreció diciéndome: come somete selecting da por los rayos de un sol de rapiquí, en el punto llamado hasta entonces de los ciervos. Capitán, para que no dude eta di fuego; en una palabra, faé La Trinidad que habitan montañas, usted de las proezas del Ve fulguraciones trémolas de llame un magnífico expedicionario, se entretienen con los traba terano. Esta es la historia tirano destino pero nunca quise creerle que jos de los peones que abren del trofeo. que está unida ás cuya ley mi corazón inmolo: tuviese tanto valor.
El aguerrido Coronel se a el camino;después fué el alto, la de ese pobre sargento, que ayer radiante y vencedor Apolo, sucumbe en el camino, cito de la primera campaña; gaſa sa relato, sus ojos chis mientras se secaban los fuoso yace allá en tierra extraña.
Al concluír sa barración, como abrumado por ingente peso, él aseguraba haber estado en peaban, su cara bondadosa les y los cartuchos humede el Coronel estaba emociona con la torpe indolencia del esclavo Santa Rosa, donde le hicie tornábase sombría al hacer cidos, al calor de las hogue do, y después de haberse pa pára burla del alma que lo invoca, ron cabo, y en Rivas, donde memoria de las penalidades ras, y como las once, escapó de morir muchas ve que en la noche del 22 de taque violento al campa cu arto, se sentó en sa silla este bine se abre en ces, habiendo realizado en diciembre sufrió la escuadra wento filibustero, la vorpresa predilecta, en la que casi cuando tú dominando el extravio tu boca; ambos encuentros mil accionachí, bajo una ilavia to falange descuidada, con do, después de haber llevado como en cielo sombrío recogida en el Estero de sabiamente dirigida aquella siempre estaba como clava que agita y enloquece mi conciencia, mest bericas; pero era tan rrencial, atorimentados por puesta por hombres del Nor una vida laboriosa inquie unces toplandecer en mi existencia en San José, según mua nube de insectos, ensor te, audaces insolentes, conta.
la estrella matinal de la ventura!
me dijo, convaleciendo de la decidos por el agudo chillido infulas de amos sobre nuestra su cuarto se encontraba lleno Sin humano remedio, asiática enfermedad, prio de las cantáridas, expuestos tierra tropical, descuidados al de curiosidades y de objetos hasta el amor trianthinte una jornada, cipios de diciembre del 56, al hambre y los rigores del balago de ma buena comi que recordaban la campaña perece consumido por el tedio, lo recibiera como desnudo y del insomnio;frunda, caliente y humeante, nacional, eu que desempeñó como una virgen de luchar cansada sargento en la mi mando, entre las huestes vía ver pasar cerca de ellos dad de su raza y de sus ele de un retrato de Garibaldi y aunque el qugretik la verdad op ones, compañía de ció el ceño pensando toda descansando en la superiori tan honroso papel; en medio que la muerte por alümo se entrega San Juan se le negra los espantó, cuyo dos y arrollados: cinco tiros coigada la vieja espada in con la mortal a dió a querer, como he dicho, silbido les heló la sangre, de una guerrilla fueron bastan mensa, enmohecida y des des simples in hong de aquellos reclatas, quienes como si fuera el silbido de la tes; después, la esebilla ven lustrada, reliquia del oscuro en el regenero de marchitas hojas naron la destrucción inme neta. et violento empuje de por una bala de cañón.
Recuerdo bien esa travesía, diata de la flotilla, la apula la masa patriota sobre la ma Cuando yo conocí al Co el pensamiento debil agoniza esa marcha hacia el Norte, ción de tanto sacrificio, de sa invasora que retrocede, que ronel, la edad avanzada y las en Bildern oder ates que se se ha hecho memorable, tanto esfuerzo increíble. Pero se desbanda; unos se abogan enfermedades babían minado en torno de mis hombros paraliza en que nuestras tropas mal las plegarias de las tropas en en el río, otros mueren en su poderosa constitución de el fuego de tus loco arrebatos.
alimentadas, mal vestidas, la hora del crepúscnlo, mopelea, pero ninguno se va a atleta; su piel estaba curtida; Pone el temor en tu caricia un sello, sin ningún elemento, atrave mentos antes del paso del escapar: fue aquella una sor se adivinaba, al verle, al pues descubro y percibo sólo de las fieras, teniendo tonces fervorosas, hicieron cuenta la historia que dieron bravura los desengaños de la langustioso lazo saron selvas espesas, guarida monstruo, nunca como enpresa semejante la que bombre que ha soportado con en ta quemante brazo, necesidad de abrir con sug que en el momento solemne los romanos los sibaritas existencia y que ba luchado que retiene con ansia al fugitivo.
cuchillos la vereda para el densa nube de neblina los babilonios.
contra los elementos de la paso, y después, sobre balsas envolviera; la tiniebla pavoEs la ley terrenal que se revela: Dionisio, antes de empe naturaleza; pertenecía a esa en el bumano suelo, nolicitó que los angustia la deja por el suelo y azar, la rosa mustia; juguete del hastio, terano.
esa cuando circunda con afin mi cuello, Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregon Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica
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