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una misma maquina, dos ideas de un mismo cerebro; empuje de Juventud y sensatez de ancianidad.
Dos olfras para las estaoistices y una sola valiosa y significativa en los enbrollados guarismos de la politica.
El. sobrino de Lensing es joven; en pleno vigor de energas, su actividad asombra. Al oido, en secreto, misteriosamente, dicta notas interminables a eu secretario, y esto escribe a todo vuelo, no importa en que sitio, con tal de que este apartado de los viajeros: a veces le sirve de escritorio el pasamano de la borda, el tabique de un camarote, la curvilinea superficial de un mas til.
Mr. Dulles Foster viste con elegancia y con lujo. pesar del asfixiante calor, se le ve siempre como un figuria, fiel exponente de la moda del dia, listo a franquear los umbrales de un salon. Sus maneras distinguigas su voz con modulaoiones de caricia, su trato amable y fino, su parquedad en todo, alejan por completo la idea del Yanqui vulgarmente conocido: galante y respectuoso, rinde atenciones a los companeros de viaje, y como es un poliglota, se le nota la satisfaccion de hablar a casa uno en su nativo idioma.
El otro, el Senador y consejero, es un anciano ya; tiene cabeza e patriarca. Cuando levanta la diestra, llama el recuerdo de 108 viejos Padres de la iglesia, en actitud de benedecir. Calmoso, reposado, sereno, habla lentamente, como midiendo las palabras: es un hombre de sesuda y profunda meditacion, de es grandes previsores que todo lo calculan, y tienen un ojo puesto en el presente y otro en el porvenir, fijos, bien fi jos, viendo al mismo tiempo el hoy y el manana, adelantándose a la vida, des corriendo de un golpe, con audacia inaudita, el Velo misterioso del futuro, tendido ante nuestros ojos por la mano de Dios, Ambos, el joven y el anciano, son cultos, distinguidos, afables: cuando hablan, se oye como el musitar de una oracion; sus