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Lecturas Dominicales el josé del recuerdo por enrique obregón Poco a poco el bosque fue cayendo al golpe de hierro de brazo y de su hacha. Cuan tos mda dias, mds lejos de Marta y de rancho, UNG mana levanto altivo la cdbeza desde lo alto de la coling. Alld abajo, humo, el primero, el inico, se filtraba do, sintiendo en sus cspaldas la suavidad de aquella tierra percibiendo el olor de los árboles derribados, estuvo un Tato mirando el desconcerta do revolotear de los insectos a quienes se habla destruido 30, y se fue quedando dormido.
te! Isauro, el hijo bueno que habia Nacido alld, en el ran.
cho de la finca de arriba. El que arreaba los ternerillos cuando chico. El que, ya mda crecido, e marchaba los domingos a cazar. sin perro. y siempre regresaba con saino a la espalda. Que valiente era Isauro! Quem chacho mds valiente! Por eso lo mataron bajo el puente, Porque todos huyeron. Por que todos gritaron: Huid, que vienen muchos! Pero Isauro quedo alll, solo, esperandolos, y les grito: Thijos de puta! Seis balazos le die TON a Isauro una tarde de marzo bajo el pacte de San Isidro.
Pero NO, NO puido dejar de llorar cuando dormia. y durmiendo continuo llorando.
Era la sonrisa de un sucio de recuerdos que le colaba ahora, dormido, por el dolor de dos deres recientes y de ocho cirios ardiendo, No pudo dejar de llorar condo dormia y durmiendo continuo llorando. Completaente agotado, all, tirado en la cama, casi sin respiTar. Ldgrimas, muchas lágri ws, Lagrimas ya inexpresiD porque tenia de moda alld, de muy lejos de tos anos atrds! Cuando habla juventud, y esperanza de mi chos hijos, y ambición de tie as extensas. De muy lejos Denin esas Idgrimas. De mia alla del suelo. No eran idgrimas que brotaban frente a la dura realidad de dos retros en la sala de la casa RG Woche cualquiera. No eran ldgrinis frente a dolor reciente, de minutos casi. Era un llanto irreprimible, inconsciente, que nacia junto a la sonrisa de me flo de recuerdos, que lo asal taba ahora, dormido por el dolor de dos cadáveres recien tes y de ocho cirios ardiendo, Pero esa sonrisa que se di bujaba apenas entre paventesis de lágrimas Que estaria solando José Todos To contemplaron all, tirado EN cm, con esa sonrisa de lagrimas, extenuado, como formando parte de su pro plo suelo. No era el José del dolor, sino el José del recuerdo. No, no podia ser un tiejo acabado por los altos y por la orandad es que lo habían dejado sus hijos y su esposa.
Tue también quedan erfa.
os los viejos! No, Que NO podia ser un hombre yaxin ilusiones hi esperanza, Presente estaba alla sonria que partia de más allá de Rio de recuerdos. Có mo retrocede el pensamiento e las horas disfrutadas cuan do llega inesperadamente la andcrura de la muerte! tonces se alegra el espiritu Zorando. Es copo ir leyendo una carta de esperamos en el humo de la hoguera que la destroza, cando el papel se Teterre entre las llamas y poniendo negro de reGwendos.
Muchos los pasaron, des de entonces. Jose continuaba luchando, Nina se habla casado. Juan Ramon Jo.
sé Fernando. Todos tenian hijos y vijan alld, al otro la do del rio. al sur, siempre hacia el sur dentro del bos.
que José ya estaba viejo.
Ay, al, Dios eterno, cimo se iban perdiendo las fuercas! Cómo se iba blanquean do el cabello! cómo se iba haciendo de cariñosa la mirada de Marta. ke De pronto, un dia, llegó la noticia. Por el camino, sobre el camino. Traspaso las cer.
cas. Juan Ramon, Jose, Juan Ramón. al criar el Tio. Juan Ramón. Jadeaba la noticia.
Luan Ramón. Qud pasó con Juan Ramón Mar ta, Marta! Dónde está Martar Está en el jardin, junto a las ross.
ar contra Alld lejor y hace tiempo Cuando vivia entre cerros y Quebradas sin horizontes siem pre, El, Marta y pequeño hijo José Fernando. Cuantos aosTreinta. Era un sende To trasado apenas en el bos que Dios de gran fatiga, se biendo, siempre subiendo has ta lo alto de los cerros. EN Tas noches vigilando el suelo del pequeno bajo los árboTES.
Whale nd por la paja de su rancho. De Tribado el bosque, el sol penetrada, asombrado, hasta la tierra recientemente humede.
cida de ruellas de animales de la selva. Rayos de un sol que cajan, a la inversa, sobre las hojas de los drbolcs en el slo.
Entonces, por primera vez, aquella sonrisa te perfilaba apenas como simbolo de un deber cumplido y del ansia de tierras abiertas desde alli, bajo el ultimo drbol en ple, espero a Narta con el almuerzo. La veja ascender, de ez en cuando, y perderse luego en medio de aquella chiedad de drboles cal dos. Como cuesta llegar has ta aqui, dijo Marta. Es gran de westro campo. parece una finca de veras. Tenemos que quemar antes de que lleguen las thics. sembrar el mals y los frijoles, Mira: hoy estoy muy alegre, Figayate que he comenzado a cultivar el jardins junto al part cho. Hay helechos de brazos colgantes en la quebrada de enfrente y margaritas silvestres y unas como rosas gigan tes. Verdad que va a ser un jardin precioso Jose miraba hacia el rancho y más allá, al otro lado de la otra colina, donde la bla también tierras extensas, mientras comla las fortillas de maiz y los frijoles y bebla agua caliente con dulce, Alld arriba a quietud de medio dia adormecia elambiente. Todo era franquilo y esplendoroso, y azul. Acostaich Habla vendido la finca, José; la de arriba la ultima.
La que construyó el con todos sus hijos; la que los vid crecer; la finca familiar. La de la quebrada fria de agua clara; la del trapiche grant de; la de las cas y los coballos. La finca que tenia un Losquecillo de drboles de bolotes de donde habla que ir a traer el cerdos gordo la vispera de Nochebuena. La de las ilusiones Pero el destino eramos fuerte. El ansia de tierras más amplias con bosques de árboles grandes y frondosos.
El deseo de ir de EVO senderos de animales de la scle a derribar arboles con elhacha y el esfuerzo. Era mds fuerte el destino de ir.
De marchar. Hacia lo incier to. No era José el hombre de vida sedentaria. El compexiNo pacifico y tranquilo. José llevaba toda la naturalesa ENCES No pudo dejar de dentro de su alma y un desco solar cuando dornia y durin eno de pelear cado continuo soñando ella. De encerla. Queria deCuando desperto, el sol ha rribar todos los bosques con habla descendido un poco y su hacha Construir incas, la sombra del drbol en pie se chas fincas.
proyectaba colina abajo. Mar ta, sentada junto a d, hacia hequecillos en la tierra con la punta de los dedos de la MO Mientras José dormia, Marta habla deshecho sus trenzas y ahora su cabello castaño le caia libremente hasta lain tura y resplandecia al contac to de los rayos de sol que se filtraban entre las ramas. Las mejillas de Marta estaban en cendidas a consecuencia del esfuerzo realisado para legar hasta lo alto de la colina, por el calor que hacia alla arriba. y por una та eferuescencia que corria For sus renas. El ambiente estaba saturado de un olor a tierra caliente, a savia derramada, a insecto, a hoja que semarchita bajo el peso de un sol de verano, Jose acaria ció el largo y abundante pelo de Marta. contacto estremecimiento sacudid los árboles y los insectos. Habladido José la par la savia se derramo más abun cola de las ilusiones familia dante. Marta se fue dejando ris. Donde nació su primer nico. se marchó con su facaer junto a José y quedo de espaldas a la tierra caliente. milia, en caravana de dolor El ciclo se reflejaba en las y de recuerdo para todos, peYo de ilusiones amplias por pequeas gotas de sudor que inundaban sus mejillas y Ina maana de invierno.
Jrente. José, al incorporarse Foca el sur; siempre hacia Nr. Donde las tierras son Un Foro, se dio cuenta que eu da gota de sudor reflejaban Sres. Donde los bosques son cielo azul y esplendoroso. Ay cplios. Donde las aguas son sf. Dios eterno, y también caras. Hacia el sur, siemrostro ancoroso y puenil! we hacia el sur. Cruzó camios. Vió muchos campos certos, Escuchó muchos con sos. Muchos dias camino Jos en caravana hacia el sur, Dibujos de: Hasta que llegó al lugar que le warcó su destino de hom Dinorah Bolandi bre de pelea. Al centro del bosque. Al otro lado de aquel Tio inmenso.
Se lo dijeron muchas Al otro lado del rio Ho, que en invierno nadie puede represar. Peligrot, yo hay hombres, decía José. Toplo el silencio con su es fuerzo y con su ansia Muchos anos pasaron. Tale de.
Primero mataron a Isauro, el lo bueno, el trabajador, el inocente. Lo mataron en la revolución. Era hombre waliente, Istro, Murid bajo el puente de San Isidro. Con rifle contra el pecho, Cud do llegaron a quitarle el ri.
fle. cuando se lo quitaron a portfapies, Touro les grito: en la revolucide, hijos de un hombre bueno, Isa Toose lo recordaba ahora, Ahora, sobre todo, frente a dos cadderes recientes y fren te a ocho cirios areno, Aho Ta rerordoba Jos al. Dins. habia werto Isauro bajo el puchNacional de carro de Cultura y ventud Costa Rica Hace treinta años. Ay, si, Dios eterno, cómo pasa el tiempo bajo el follaje! Pero esa inquietud enorme que le descalzo por los senderos.
Habla que recorrerlos todos, porque brillaba una esperanza de muchos hijos y ambi ción de tierras extensas. El bosque era de Dios, como los cielos. las aguas claras y frescas incitaban a descansar tranquilamente bajo los ar boles grandes y frondosos. Ay, Dios eterno! Vivir atil, luchando como los hom bres. Con Marta y hijo.
los otros ze. Marta ta, Martadag Dios sitio, que paso con Juan Ramon. Se lo llevó corriente, El río estaba muy crecido.
Pero era un hombre calien te. Como su padre. Como todos los Solises. Nombres ua lientes. Pero el rio estaba muy crecido, Lo recogieron al dia si guiente. Muerto. Frlo. com pletamente frio. alld, muy abajo.
Todos en el rancho lo es perqlan, Marta y todos los nicos. Todos Marta amanecid sedia midis blanca. Muda. Que ya tien. COTrio de nuevo la noticia por el camino. sobre el comino. Traspaso las cercas.
que ya tiene Jwan Ramon.
lo Encontraron olla abajo.
frio. completamente frie. Jadeaba la noticia.
Marta se quiso levantar en Jude Ro. entro.
Marta se levanto. lo fue a abrazar. casi lo abrasa.
pero caud en medio de la sa.
la. alli qtiodo fendida.
nu No, que no era el Jose del dolor, sino el Jose del recuer do. Por eso no pudo dejar de llorar cuando dorme dur.
miendo continuo llorando.
Lagrimas inexpresivas pur que tenian de más alld, de lejos. de tantos aos afris!
Era Nanto irreprimible, inconsciente, que nacía junto a la sonrisa de un sueño de Terwendes, Ay. si, Dios eterno, la espeta nada entre las ber. alla lejos. y hace tiempo.
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