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JUEVES 20 DE NOVIEMBRE DE 1019 EL HOMBRE LIBRE PAGINA Jueves de El Hombre Libre VA Arcana Ultimos Momentos de Omada Merva Ave María Las Ojcs de Ofelia De Amour Farde Conformidad Ave Maria, rezan sus labios escarlata, Por eso es que terminan con un mortis nostrámen sus labios que acieron para sólo sufrir; que es la voz del espíritu que les dice que ameo LOS OJOS DE OFELIA tienen el gratia plena, murmuran, en una serenata a la que es la divina buena madre de Dios.
brillo delicado y raro de todas las aquellos labios trágicos que no saben reir.
prosas de Froilan Turcios, alma conEl gran poeta del cual acabamos de nuevo acerca la visión del Calvario sagrada a la devoción del Arte. Forde tratar, tiene la palabra: habla el Dóminus tecum siguen y yo pienso que dicen: y otra cuenta deslizan de su blanco rosario ma parte este cuento del tomo que Dr. Zorrilla de San Martín.
al Señor que es contigo yo o adoro también. las del coro, que matchan del Redentor en pos.
bajo el título de Proshs Nuevas. publicó Turcios en el año de 1914.
Cuando Nervo llegó a Montevi. alegrías ignotis de un magnífico edén.
mientras sus jos negros, arrobados, predicen Yo no sé qué me dice la oración queju mbrosa Ahora que deo, tuve el honor de presentarlo ande los labios que nacen para sólo sufrir, que ha prestigiado el nombre de las letras centroamericanas, se encuentra te la sociedad de mi país en un Benedicta in mulieribus: yo quiero ser bendita de los labios hermanos de la gran Dolorosa, en San José de Costa Rica, El discurso crítico de su personalidad y com tú, Madre mia, me imagino que grita de los trágicos labios que no saben reir.
Hombre Libre, cuyas columnas se ofrecen al viajero, se complace tede sus escritos, discurso que valió la amorosa noctámbula con los brazos en cruz.
Esas dulces plegarias, tan sencillas y her nosas, produciendo esta bella palpitación estrechar más inti oamente nuestra del artista.
Et benedictus fructus, rememora el Calvario. yo no sé qué me dicen con su santo fervor: amistad. Pasaron algunos días cuando y una cuenta desliza de su blanco rosario me imagino que fueran de la fe mariposas me sorprendió la gravedad de su enfermedad. Desde el primer momento al poner el epílogo: de tu vientre Jesús.
que aleteando se pošan a los pies del Señor.
Levantó, lentamente, sus pálidos no tuve otra preocupación, sino de el coro contesta con un Santa Maria Yo por eso en mis noches de quebrantos y penas ojos de esmeralda, abstraídos, hacía lograr en la primera oportuoidad, Mater Dri que resuena con pro ijo fervor: pienso en las bocas santas que fervientes y buenas una hora, sobre las páginas del volu que mi migo recibiera los consuelos un Crucifijo pinta su mortal agonía sus plegarias desgranan sobre el pie de la cruz. men de amor de nuestra religión. Providencialmen. y ora pronobis, claman las ciervas del Señor. sus labios harmoniosos repitieron te le rncontré en la mañana que fui les ruego que lleven hacia el Monte Calvario, la frase musical y profunda: Peccatóribus: ellas, las pobres pecadoras, en las místicas cuentas de su blanco rosario, a visitarle. Recibióme con los brazos La castidad del Mal está en mis de rodillas imploran el divino perdón; abiertos, manifestándome la vivísima mis nostálgicas preces a los pies de Jesús.
ojos límpidos.
complacencia que tenía con mi visita.
nunc et in hora, hora y en las marchitas horas Bjo el tenue peinador de seda azu. al preguntarle de su salud me conen que la muerte ponga su mortaja de unción.
GABRY RIVAS Tada, su cuerpo divino y felino stretesco: mecióse un egundo. Con un ritmo de El dolor, el amigo dolor, siem.
voluptuosidad alzó los brazos mórbipre acompañándome, dos, esperezándose. Luego fué hacia Pues, al amigo dolor, al hermaDE AMAROU el balcón y miró tras los cristales. no dolor, le repliqué, se le puede sanCaia, plácidamente, la tarde amarilla tificar y convertir en una fuente de Al cruzar el espacio ¿no escucháis nuestro grito en el rudo carcaj de los fuertes guerreros de septiembre. Algunos ca Tuajes consuelo. Precisamente el primer que es el mismo del viento que azotó con sus ráfagas no temolais de pavor cual las tímidas alas cruz ban la amplia avenida.
santo que entró en el cielo fué llevado el vigor de nuestro árbol y dejólo ma chito, Qacdose inmóvil ntemplando por el dolor. Por eso se sirvió de un cuando éramos ramas?
de las aves que amaron nuestros ta los ligeros de de aquel lindo cuarto del segundo medi, el más eficaz, para mover la cuando éramos ramas?
piso del chalet la serena agonia del bondad de Jesús, hablándole de cruz al clavarnos al pecho del inerme vencido crepúsculo, que estriaba el cielo de a cruz.
no escuchais nucstro grito que es el mismo del hacha INTERPRETACIÓN DE líneas de Ópalo y carmesí. Qué cosas mas hermosas me es. que rasgó nuestra carne con salvaje rugido Desde el Templo de Minerva hasta tá usted diciendo me dijo Nervo: cuando éramos ramas? GarcÍA SOLANO el fio del boulevar, de fitaban los pacómo logró ese santo entrar en el seantes. Algunas parejas charlaban cielo?
en voz baja, muy juntos los cuerpos. Del modo más sencillo, contes165 rost os casi sobre los rostros, tele. Dimas, desde la cruz, habló a embriagados por la suave melancolía Cristo, crucificado como él en la de la hora fugaz cruz. De esta inanera Jesús, el bonDéjeme Dios la alegría Tengo, además, en mi casa, Ofelia mi aba ávidamente el ir y dadoso Jesús, no puede olvidar a su que vivo en mi casa pobre, amor ddos corazones venir de la multitud. Senríase nerviocompañero de dolor y se lo lleva al comiendo mi pan, el mío, que velan todas mis horas, sa, poseída de una extraña tristeza y cielo. Háblele tisted también desde lejos del mal de los hombres.
que su amor en todo ponen.
de un vago deseo Bajo el balcón la cruz de su enfermedad y será odo. Pero si hace tiem quente Nada más a Dios le pido, vió detener e dos jóv nes del arrabal, Que más quiero yo en la vida?
he confesado, manifesta el poeta no pido vanos nores, Pensar lejos de los hombres que eran novios. Casi envueltos en la sombra se abrazaron en silencio, B no quiero lauros del mundo, y hablar con el alma misma mexicano. No importa, agregué; todo se lo felia retiróse may pálida, con los ojos quiero lo que Dios esconde.
a Aquel que al alma responde.
húmedos.
arreglará el representante de Cristo.
En mi soledad no busco. Bueno, dice con decisión Nervo. Qué le pasaba ahora. Estaría a Déjeme Dios esta vida, placeres ni vanos goces, llame Cuando quiera Ud al confesor.
punto de ena inorarse. Ella, quc odiavivo conmigo en silencio, conserve mi casa pobre y déme la paz serena ba el ímpetu sexual, que había perY sali presuroso del hotel, tomé dentro de mí, como un monje.
donde el alma se recoge!
manecido indiferente y marmorea anun carruaje y me dirigí al Semin. rio, te la pasión de cuatro o cinco adoradonde encontré al padre Benítez, disTengo en mi clausto un cariño dores tenaces, iba, al fin, a ser vecci tinguido Jesuita correntino. Volve.
que es el cariño más noble: ROGELIO SOTELA da, sin lucha y sin protesta?
mos al hotel, y entre tanto habían un niño que me sonríe Irguióse rápidamente, como si hullega do varios amigos del enfermo, y y que sonriendo me acoge.
19 de junio, 1919.
biese recibido una picadura en el coentre ellos, algunos de ideas liberales razón.
muy arraigadas, quienes comenzaron. No. Jamás!
a poner toda clase de dificultades pa Ella no se entregaría al goce brutal 1a que se confesara.
de ningún hombre. No aumentaría Es una imprudencia, dice uno.
Quisiera ser el ave que enjaulada Está durmiendo, dice otro. Se puede El lienzo que tu seno palpitante el número de las máquinas de placer!
de tus labios el pan toma gozosa; prudent. cubre cuando estás dormida, II impresionar, dice el doctor. Si es así contesté yolveremos la más fragante flor, la tierna rosa la ténue luz que besa tu semblante.
del tallo por tus manos arrancada.
Abrió la carta, cuya letra le era luego. Regresaremos cuando se desY más que todo, ser, niña querida, conocida pierte, indica el Benitez y ya nos El cristal en que fijas la mirada tu más pura ilusión, tu solo amante, disponíamos a salir cuando se siente para ver dentro de él tu faz hermosa; para gozar. tu amor toda la vida. Ofelia mia: la voz del enfermo, rogando que enel eco de la música armoniosa Perdóname que te llame así, y no trase el padre.
que más te hace sentir, que más te agrada.
IGNACIO TRULLÁS AULET sonrías piadosamente ante esas dos Ya lo ven ustedes manifestées el mismo Amado Nervo quien pi.
palabras de ilusión. Mía! Cálido suede el sacerdote.
no imposible que amarga mis horas y ha enlutado mi pensamiento.
Mudo y profundo silencio de parSin embargo, yo te grito acin con la te de los liberales, en que debió sentirse el aleteo de los ángeles que baEn la gloria del sol palpita el mundo, voz de mi profunda pena. Sálvamel empenachado por la verde cola. No me dejes morir!
jaban del cielo a contemplar la cony alzan su arquitectónica armonía fesión de Nervo. entró el padre Cuando no estoy a tu lado, el mun.
plancas nubes en que, de azul profundo, Ciñe cada guijarro una aureola Benitez en la habitación, confesándosus bellas torres embandera el día.
Oloroso calor exhala el heno; do me parece vacio. Pero cuando es se Nervo con toda calma y sosiego.
Remueve el bosque un grave azul de ola.
toy cerca de tí sólo pienso en la ¡Qué paz, que tranquilidad siento Celebra el gallo con viril porfia día es como el pan, sencillo y bueno.
muerte, pues tus verdes pupilas tie.
en mi alma repetía después el enaquel oro solar que arde en su gola, nen la frialdad de los mármoles fú fermo a sa gran emigo el Dr. Belauny en su cántico excelso se gloria LEOPOLDO LUGONES nebres.
Tus ojos, Ofelia. qué luminosos de, Ministro Plenipotenciario del Pe.
y terribles son tus ojos. tus ojos rú en Montevideo. Hace muchos verdes y fatales. Cómo adoro tus ojos años que n) gozaba de una suavidad de smeralda!
tan grata en mi espíritu. Qué buePor la vez última llamo a tu corano es confesarse! tal fué el bien que la confesión Soñé que te encontrabas junto al muro Mi dulce amor, que sigue sin sociego zón para decirte: No me impele hacia le produjo, que los médicos notaron glacial donde term na la existencia igual que un triste corderito ciego ti ningún oculto deseo de la sangre, una sensible mejoría: tan es así, que paseando tu magnífica opulencia la huella perfumada de tu sombra, a pesar de la gracia imponderable de dejé de visitarle aquel día y el siguiende doloroso terciopelo oscuro, tu cuerpo. Sólo me atraen, sólo me buscó el suplicio de tu regio yugo, te. Pero Dios había destinado llevar.
Tu pie, decoro del marfil más puro, dominan, sólo me obsesio an tus cjos y bajo el peso de tu nie verdugo se aquella alma grande y dos dias hería con satánica inclemencia fríos y crueles y de una belleza sobre puse mi esclavo corazón de alfombra. natural. Que goce yo de su mirar las pobres almas ilenas de impaciencia. Pasa a la sexta página)
que aun se brindaban a tu amor perjuro, HERRERA REISSING (Pasa a la sexta página)
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