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JUEVES 18 DE DICIEMBRE DE 1919 EL HOMBRE LIBRE PAGINA en ca.
me una Cuentos selectos al hombre que me ama y a quien yo siempre amé sin advertirlo. LA IMPERIA LA M NOS 28 de Julio. Fué una reveFederico AYMERICH lación tan súbita, tan inesperaAcaba de recibir un selecto y novedoso surtido de sombreros de Julio. Tengo la certida, que todavía no pude repoque me quiere da a mi ser un nerme de ella.
que ofrece a su selecta clientela dumbre de que mi marldo no me brío desconocido y confortante. Habíamos acabado de comer.
su Establecimiento, contiguo a la BOTICA ORIENTAL quiere ya. Hay en la vida de caComo brillaban sus pupilas Augasto propuso que nos sirvie.
da uno ciertos momentos en que, adorando mi retrato!. No relumerced a un detalle insignificancía en ellas el deseo, que presta plantas, y allá tuimos.
sen el café en la serre, entre fanar con una piedra horrible. mio, puesto que yo era plena Manos de santa y de bacante, mente suya, y por eso me hallo te, comprendemos que se ha ro dureza a las miradas, pi la curio. Las persianas caidas, sumer inmaculadas siempre, aunque lo convencida de que a su lado no to algo en nuestra alma, y entre sidad, que nos hace inclinarnos gían el recioto en sombra; hacía saben todo, y nacidas para pasar sería ya feliz. Si, al menos, no mi alma y la de mi esposo se con aparente beatitud ante cual. mucho calor, y el perfume mal entre sus dedos las cuentas de existiese la certidumbre de que rompió lo que las unía. y las quier obra de arte; era algo más sano de las flores mareaba de un rosario hecho de besos y en poseo una verdad, podría enga.
ha desunido él.
hondo lo que asomaba a aqueMe siento sola y no podría ex un modo lento y dulce; afuera garzado en suspiros.
ñarme aúo; pero su silencio de llos ojos fijos en una actitud mía oíase el murmullo del mar be. Estaba loco. Con la cabe aquella tarde en que se me reve.
plicar de que proviene esta sen que un pintor proloogó bella sando las arenas de la playa en za hundida en mi vestido, besaba 16 el arcano de la traición odiosa, sación de soledad que me rodea. mente sobre el lienzo. Hubo un el silencio de la siesta de Julio. y me acariciaba ahora las manos me demuestra que no me equi.
Porque Augusto es bueno, carliostante en que me indujo no sé Envuelta por aquella sofocante presa de una delectación mor voqué, y su pasividad culpable noso; sus atenciones para conmi que fuerza irresistible a salir de atmósfera voluptuosa, yo me senbosa.
de estos últimos días aote mi dego no han amenguado, y, sin em entre las colgaduras desde don. tía como adormecida, y las mi. Augcsto. Augusto. No clsión de hembra ultrajada, me bargo, noto que no me pertene de le acechaba y a arrojarme en radas de él fulguraban intensa me oyes?
afirma todavía más en ello. Lo ce en absoluto, que me le roba sus brazos; pero el temor de mente a través de la penumbra. Comprendí de Improviso, reti absurdo es, que me infunde lásalguien, y estoy celosa, más ceromper con un mohía brusco el Censuelo tengo una sorprerándome de mi esposo con un tima, y por no perdonarle, por losa aúa que si conociera a mi encanto de esa hora, me retuvo sa para ti dijo de pronto. gesto de estupor. El misterio se no ceder a convivir con él en la rival, pues la adivino en las ti allí quieta, escondida cual una. Para mí? ver.
aclaraba por fio. he descubier complicidad de eu secreto, me he pleblas lavulnerable e invencible. criminal en las estofas de damas Se hechó a relr, y en seguida to sin querer el secreto de ínti alejado enseguida para marchar ¡Mi rivall. Cómo adquirí el co que nos separaba a uno de se enserlo de una manera cómi. mos caprichos suyos que en cierconvencimiento de que Augusto otro, y no salí.
en busca de lo desconocido.
tas ocasiones me desconcertaron. Qué será de mí?. Asomada me engaña? No lo sé siquiera; Luego, cuando abandonó Au Si quieres que te entregue y descifré la clave de su desvío a una ventanilla del departamenpor frases sin sentido, por turba gusto su cuarto de trabajo, corri la sorpresa es preciso cerrar los imperceptible, de la distancia que to, sola con mi melancolía en la ciones súditas de él, por. Da. a reconocerme en el cuadro de ojos antes.
nos separaba hasta cuando nos noche, miro al campo dormido y da, realmente; pero ine hallo se. Cerdeña, que mi marido colocó Le obedec feliz, con la segu fundíamos en un transporte; y pregunto mi destino a las estre gura de su desamer.
en lugar preferente de la estan ridad de que era mío todo su ca me explique también su adora llas. Corre el tren por las fértiles El caso es que semejante de cia para tener mi imagen junto riño y conservando los párpados ción por el retrato donde mis llanuras del Mediodía de Francia samor no me atormenta y sí só a sí en sus jornadas laboriosas. cerrados, noté que se acercaba manos de sacerdotisa resplande de una Francia en guerra hoy y do me humilla. veces, plenso Creo que hoy el magoífico re jadeante y cauteloso. Al coger cen en toda su pureza. Qué también convulsionada de estusi tampoco yo querré a mi ma trato se me antojó mejor que mano entre las suyas horror. qué horror. Cómo era por frente al trágico enigma del rido, y al preguntármelo a mi nunca: sobre un verdoso fondo percibl que le ardian y que sus posible que yo lo adlvinase. No futuro. Qué será de mí. misma con un asomo de inquie campesino, aparezco a un lado dedos torpes me colocaban en me ama y está enamorado de Iré a ofrecerme en cualquier hostud, no logro responderme de del lienzo, seatada en una rui el anular no grueso anillo. Abri mis manos!
pital de sabgre para cuidar a una manera categorica. En los. na, voy vestida de blanco, sin los ojos.
Ni siquiera hubo de protestar soldados heridos, y procuraré con dos meses que hace que me casé, joyas, mal envuelto el busto en. Oh, Augusto. por mi actitud de repugnancia al mi solicitud rehacer la vida de no he visto al experimentado e un chal de amarilla gasa que el Sobre el róseo nácar de la piel verme retroceder ante su fetl los otros, pues que no supe rehase amor tan grande que las no aire desordena, dejando al des amarilleaba un enorme topaclo chismo increíble. Allí quedó, ale. cer la vida mía; pienso afanarme velas nos presentan cual el ver. cubierto la garganta pura; el ar ovalado y casi sin brillo, como la lado entre las flores malsanas y en un trabajo rudo que beneficie dadero amor, el amor único. tista otorgó al azul de mis mira pupila de una fiera muerta. mareantes, mientras yo huía re a los demás, anegando en la taMentirán las novelas o menti das, a la tenue sɔarlsa de mi bo. Gracias, muchas gracias! torcléndome en una crispación rea mis pesares, por si con la mos nosotros hasta ahora sio ca, a los bandeax hieráticos y ru. añadí conmovida por el exqul. mis dedos pecadores.
ventura ajena logro olvidar la advertir nuestra mentira, o men bios de mi peloado original, una sito obsequlo. de Agosto. En el tren. propia desventura.
tlmos nosotros y las novelas, y serenidad que acaso no poseo, Pero Augusto no me escucha Todo ha conclufdo. Para siempre cuando en mis labores de el amor no existe?
y el además mustio de mis ma ba ya. Había quedado absorto, dejé la villa del cantábrico pue enfermera se vean obligadas a Cobro miedo a las ideas que nos deso udas, sosteniendo con de rodillas ante mí, contemplan blecillo costero donde le amé y me asaltan, a la verdad que qul. laxitud unas ramas silvestres, do la pesada joya.
él. amb mis manos; no volveprestar servicios ruines y humlzá late dentro de mi espíritu.
llantes las manos miserables que produce en el observador rara N, no. ha sido un error ré quizá a encontrarle nunca.
infundieron un amor indigno en 23 de Julio. Me quiere. Un Impresión de desaliento y de repuso. Estas manos tao pu. ahora, al mirar mi vida tan simple gesto suyo ha bastado melancolía.
ras jamás deben llevar sortljas. vacía y tan deshecha, frente a la el esposo, sentiré la satisfacción para desvanecer mis presuncio Tiene usted manos de sa me arrancó con brusquedad incógolta del porvenir, me acode una veaganza; de las otras, las bellas manos del retrato, se nes. Me quiere y yo le quiero a cerdotisa, que únicamente deben el anillc, arrojándolo entre las barda la resolución irremediable el con toda el alma, si no mien oprimir vasos rituales o ramajes Aores. Luego volvió a postrarse que tomé, y temo haber llevado vengaron mis celos, acribillán dolas con un cuchillo antes de la te la alegría que he sentido den sagrados decía el pintor son frente a mi regazo y se extasío a cabo una locura.
tro de mí al espiar esta mañana riendo cuando posaba yo en su de nuevo ea la contemplación de Talvez nloguna otra mujer, en partida, para que jamás le sea en sus ojos el amor que ansío, estudio.
mis manos desnudas, que elogia caso análogo, obrara como yo, y posible a él adorarlas en sus enfermizas soledades de vicioso.
el mismo amor encontrado en las De hoy más, estas manos de ba con frases ioconexas: hasta es fácil que la pasión exnovelas y que sin duda también líneas desmayadas y débiles o Son como dos palomas tem. traña de Augusto la halagase en es en la vida el verdadero amor. primirán también con crispadu blorosas, o, mejor, dos azucenas su vanidad. mí no, sin embarMe quiere, y la seguridad de ras de pasión no sentida antes, candidas que yo he querldo pro go, porque le quise plenamente GERMAN GÓMEZ DE LA MATY. Oh! Ya lo sabía. No sale usted. Así suce la melancolía de la boca, cuyos extremos ya Puesto qae va a morir.
de siempre!
suce. desfallecen los ojos, cuyo mirar ha aplicado y II Sin embargo, él la miró con tal fijeza, en pie suavizado una preocupación de piedad, difunden En el anden de la estación, Julieta correteaba, Nieve sobre las huellas allí, a su lado, de la altura de una gavilla, una en todellel rostro la paa del atardecer Debió ser al lado de Mme. Acher y de tiempo en tiempo Por Henri Bordeaux que ella se sintió cohibida, ca si amedrentada aquella inconsciente firmeza en el andar que se perdía en el tumulto. No podía seguir el an(Continúa) la menor agitación sus mejillas se cubrían de confiere la belleza por añadidura a sus privile dar rápido de Marcos Romenay que llevaba conpúrpura por completo. Aquella sensibilidad de giados. Se había alejado de la vida de su hijo aquella carta, cuyo acento lo había con masiado vivida, siempre pronta a la emoción, después del matrimonio de éste, por delicadeza, sigo hacia el sleeping car del tren París Milán a movido mal de su grado, y más de lo que que había sido uno de los encantos de su madre y el por amor a la soledad también; pero después un mozo con sus equipajes. Volviéndose a mi.
ría el mismo creer, había contestado en pocas matrimonio no lo había disminuído. Al cabo de de la ruptura, había reaparecido callada y dul rar, hizo señal de que esperaran en tanto que el palabras bajo una forma impersonal. De su pro un silencio prolongado, durante el cual había es cemente. Respecto de Teresa no había tenido tomaba posesión de los puestos respectivos.
pio dolor, nadie había escuchado las confiden cuchado él, por su parte, la voz doliente de Te sino palabras de piedad y de indulgencia, un dama alta, morena, envuelta en un abrigo de cias. Aprobaba él que su mujer le ahorrara a resa, dijo finalmente: tanto inesperadas de parte de una virtud tan viaje y al volverse para dejarle paso, sus miraJulieta las tristezas de su separación, le prome. Sí, te llevo.
rígida, y que Marcos, al no sentirse apoyado, das de indiferentes se encontraron y él se sintió tía en cambio velar por la niña, alimentar en. a donde vamos?
había atribuído con tristeza a la influencia deella el culto maternal y aún se comprometía a Lejos de aquí. Suiza.
presiva de la vejez. El le dió a leer el telegrama. como congelado, al tiempo que el rostro de ella hacerle trasmitir cada mes noticias de ella por La niña se puso a palmotear y aun le ocurrió y ella, a su vez, dejó transparentar su impresión se demudaba también. Rehaciéndose enseguida, medio de la ic stitutriz ¿Qué más habría podido una idea, aunque no llegó a expresarla. Los ni con un estremecimiento.
penetró en un compartimento vacante.
hacer? Había encargado a su notario que arre ños tienen una imaginación que transporta la. Te vas?
había vuelto, como desepsa de seguirlo y de haglara lo mejor posible la situación de Mme. Ro realidad a un orden peculiar, sin falsificarla por Inmediatamente.
blarle, pero ya él había desaparecido y ella se había perdido de vista cuando el asomó de nuemenay, pero ésta rehusaba todo auxilio. Final completo, así como la leyenda restablece la his. Está bien.
mente, en el juicio de divorcio que había insti toria a su manera, que no es la menos cierta. Vé pronto a llamar a Mme. Acher. Parti! por una puerta abierta, los preparativos que ha sus instrucciones a Mme. Acher antes de instaAl subir, había visto desde la primera pieza, vo para llamar a la niña y a la institutriz.
tuído al cabo de algún tiempo, se había contentado con alegar como motivos el artículo de mos dentro de dos horas.
cían a toda prisa la institutriz y la camarera, larse en su puesto. La niña podía dormir toda graves ofensas: no habiéndose presentado de Apenas acababa Mme. Acher de alzar los bra. confusas y consternadas, llenando a toda prisa la noche. No llegarían hasta el amanecer a Marfensa por la otra parte, esperaba la sentencia zos al cielo, al enterarse de aquel viaje improvi un baúl.
de un momento a otro.
sado, incomprensible para ella y que tenía que. Vas a llevar a Julieta? preguntó Mme. Ro tigny y bastaría despertarla en Lausana y aún Así, antes de partir, revivía ahora aquel pa hacer ella también. No era una insensatez em menay tímidamente. Él asintió, excusándose.
en Montreux. Pero Julieta, un tanto excitada sado del que se creía libertado. Se vió arreba prender ahora excursión al Gran San Bernardo. Sí. Quizá sea mal hecho. Que voy a hacer por aquella partida misteriosa, no tenía de co de tado a estas reflexiones, en que se sumía nueva. cuando entró el criado y anunció: con ella allá? si. él está allá.
dormir. Había tiempo de sobra. Era aún de día.
mente, por la entrada de la pequeña Julieta que Madame Romenay.
Volviendo sobre sí y sobre su decisión, iba ya aun las había que planteaban sus ojos por sí soY las preguntas se atropellaban en sus labios. ravesaba el despacho con su andar travieso, El rostro de Marcos exhibió una expresión dar contra órdenes. Pero con persuasiva ca los y que no habría acertado a formular. Pero como de pastorcilla campestre, dirigié dose haridad, ella se interpuso.
cia él. Sus rizos ondulaban bajo el gran sombre tan singular, que el criado se creyó obligado a añadir: Puesto que ella va a morir. Creerá más en tí en fin ja dónde iban. Por qué se había resuelro de paja ya gitaba las manecitas enguantadas.
si llevas a Julieta.
to ese viaje tan precipitadamente. aquél La señora madre del señor. Estoy lista, papá Llevar a Julieta era el perdón. Acababa de Gran San Bernardo, era cosa tan alta y tan dificil?
Comprehdió, al ver el aire de asombro del pa Madame Romenay es una de aquellas raras otorgarlo desde lejos, sin darse cuenta de ello.
dre, que éste había olvidado su promesa e hizo mujeres de nuestros días que se han dignado Pero para indicar los límites de su piedad repi.
un mohín de despecho.
envejecer, Bajo los cabellos blancos, a pesar de tio. Continuará) Nuestra Novela Ella se Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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