Mabado de Marzo de 1968 LA REPUBLICA HOY MANANA RADAR OPINION. El caso de LA REPUBLICA Rockefeller Compartimos la fe, no el optimismo Por Walter LIPPMANN En su discurso de anoche, el señor Presidente de la República, en el justo afán de gobernante que quiere estimular a su pueblo, nos pide a los costarricenses llenarnos do optimismo y fe con respecto al futuro del país. Bien sabido es que el optimista y el pesimista viven Igualmente equlvo.
cados, pero uno es más feliz que el otro. no hay duda, después de escucharlo, de que el Primer Magistrado está más feliz que los altos personeros del Banco Central.
Aunque el señor Presidente trata con la delicadeza que sin duda alguna merecen los señores directores, el señor gerente y los demás personeros de la institución rectora do nuestra economía. sentimientos que son igualmente puestros es lo cierto que su exposición, de principio a fin, no trata de otra cosa que de decirle al pals que todo va may bien, como contraste a las salidas de personeros del Instituto emisor y aún a pronunciamientos oficiales de la misma entidad, que expresan que todo va muy mal No nos interesa provocar una polémica estéril. Tanto el señor Presidente de la República como el Banco Central y sus personeros son acreedores a nuestro respeto y estamos seguros que también al del país. De manera que hacer derivar en una rencilla el elevado contraste de opiniones, sería completamente torpe y contraproducente. Pero a to.
das luces es preciso que se aclaren las tesis sostenidas por las partes, que exprese el Banco Central su criterio acerca de las cifras y conclusiones a que llega el Primer Mandatario y que defina, por último, las medidas que tenga por atinadas para guint la política económica, ya que de lo contrario aumentará el desconcierto, ingrediente fatal en el trabajo cotidiano y en el planeamiento de obras importantes.
Ante los ojos de cualquier observador cuidadoso y los organismos de crédito internacional disfrutan de una mirada penetrante. aparece una serie de contradicciones que podrían contribuir al descrédito de nuestro país como territorio estable y propicio para la inversión, imagen que debemos corregir a toda prisa.
Compartimos plenamente la inquietud del señor Presldente de buscar medidas positivas, viendo hacia adelante, para solucionar nuestras crisis. Ayer mismo desde esta misma columna se lo decíamos de manera respetuosa a los sefiores miembros de la Junta Directiva del Banco Central Es preciso no pensar sólo en restricciones de difícil cum.
plimiento y que rara vez producen los resultados que de ellas se esperan; hemos de desplegar nuestro Ingenio para encontrar fórmulas positivas a fin de aliviar nuestros problemas, pero en tanto vienen, al menos busquemos la identidad de pensamientos, fijemos las metas con claridad, y trabajemos con seguridad en el proceso porque son elementos indispensables para conseguir la fe y la unidad en los costarricenses.
NUEVA YORK, marzo (EPS) Los Estados Unidos pueden considerarse a fortu.
nados por cuanto en estos inte lices tiempos se aproxima una elección. Porque esto ofrece la oportunidad de comenzar a comprender eventos que es tán ahora fuera del control humano y político. No hay otra manera de principiar menos que los votantes elijan otro Presidente con nuevos consejeros y nuevo alineamien to partidarista. Los conlletos nacionales acerca de la guerra, las ciudades, la econo mla y el racismo no pueden ser solucionados a menos que la nación como un todo pueda volver la vista hacia un nuevo comienzo. No puede he guir dando traspiés por otros cinco anos en sus embrollos.
El hecho dominante de nues tro tiempo no es el de que la opinión esté dividida y haya una fuerte oposición a la Administración. Esto es bastante normal en un país libre. El hecho dominante es el derrum hamiento de la confianza en los propósitos de la nación y su futuro, que en tiempos nor males se daría por desconta.
do. Hay una desintegración de la esperanza que es el nú cleo del espíritu norteamerl.
cano en los hombres pueden resolver sus problemas los males pueden ser vencidos.
Lyndon Johnson ha minado esta esperanza y ha lanzado a toda una generación de norteamericanos al campo de im.
plícita revuelta contra su gobierno y su propla sociedad; el ha infundido en el resto del pueblo un sentido de deses peración y azoramiento.
Lo más que sus más respatados apologistas pueden decir es que no pueden pensar en nada más que el pueda hacer.
Pero tal nihilismo no es sufi clentemente bueno. Es clón tiene el derecho de poBeer líderes que intenten do minar su destino, no ser arras trados a la deriva por él. Solo nuevos líderes pueden corregir el sentido de desesperación y azoramiento. Habiéndonos traido los actuales a las dificultades, lo único por hacer es recurrir a otros. menos que el señor Johnson se retire y con él sus principales consejeros, sólo un Presl.
dente republicano puede salvar al país de su situación.
El senador Eugene Merarthy, no puede recmplazas a Tyn.
don Johnson en la Casa Blanca. Lo que el gallardo hombre está haciendo es reunir Jos restos de demócartas nora sal.
var el alma de su partido. Es tá salvando su futuro. Pero por ahora, para el pelicroso presente. Ja ceperanza del pais es poder ballar a un repub. cano para reemplazar al presidente Johnson El Partido Republicano no tiene una amplia selección de candidatos calificados disponibles. En realidad sólo hay dos, el ex vicepresidente RIchard Nixon y el gobernador de Nueva York Nelson Rocke feller. El gobernador George Romney se ha retirado. el go bernador Ronald Reagan no tiene la experiencia necesaria para ser Presidente de los Estados Unidos en esta crítica época. Nixon ha tenido una Jarga y rica experiencia en el gobierno nacional y la política y hay poca duda de que conforme ha pasado el tiempo ha madurado. El Nixon hoy es candidato más prominente que el Nixon de 1960. Pero debe mos notar que no tiene exne.
riencia en la administración de política local y regional.
Empero, es allí donde hay ac ción, donde se presentan los problemas. Su peor debilidad es que como oponente de John son no ofrece una distintiva sino que produce un mo. Es un eco del Presidente en cuan to a la guerra vietnamesa nuestro futuro en Asin No abre ninguna perspectiva de camblo en esta lamentable stuación.
En cuanto a politica electo.
ral, Nixon muestra in mnyor debilidad. Es in misma que tiene Johnson: la brecha ODA esta algazara pasará.
Todos los caminos serán barridos, tal como los viejos vientos barrieron desde hace milenios todo lo creado.
De las voces de ahora, no habrá clamor, salvo algún doscolorido recuerdo ocasio.
nal.
Como nadie se acuerda cad nunca de los que fueron, de lo que hablaron e hicieron. se asombra el lec.
tor cuando descubre lo que fue y no podía pensar que había existido.
Este es nuestro tiempo, y mañana será el de ellos.
Por qué entonces no dar fisonomía propia a este tiempo nuestro. Por qué entonces depender de lo que actuaron, dijeron y quisieron los que ya nada son: ni responsa.
bles de sus actos tan siquiera. El casco agudo de la barbarle ha dejado honda huella a través de los siglos: su marcha es la de sangre y la quema, ante la indiferencia estática del reloj Imperturbable. Sobre esa huella siguió el hombre, como sobre un rastro, hasta que llegó la palabra de amor.
Pero pronto fue olvidada aquella prédica la única revolución valedera de todos los tiempos, la vigente. inconclusa y el vacío no ha podido ser llenado. La dulce gente del amor es arrollada, y unas cuantas cosas dichas por hombres muertos, están obligando al terror y al dolor.
La palabra airada viene a suscitar aún más el encono. donde se debió hablar de conmiseraciones y fraternidad se habla en término de cálculo político.
Fullbright y Kennedy, por ejemplo, no hablan el lenguaje de la fraternidad para Viet Nam: hablan el logrerismo político desde el Senado.
Todo está confuso, revuelto, hirsuto!
Lo único que sigue claro es el amanecer. la maNana cumple, calienta y predispone.
Tal vez sea mejor circunscribirse a la pequeña historla cotidiana, puertas adentro del hogar! Pero jy nuestro tiempo. los deberes trascendentales de los hombres?
Caminamos: el alrecillo fresco dispersa estas nubes, y en la esquina triunfa una sonrisa, al meterse de lleno bajo el terreno del sol. 000N. de En la segunda parte del segundo párra.
fo del RADAR de ayer debe leerse: El choque formidable de las pasiones humanas con las convenciones éticas de la sociedad en que vive, fue llevado al drama magistralmente por Neill. etc.
Roldán Cartas al Director EL CRITERIO DE TODOS.
He observado con profunda atención el esfuerzo con que su periódico ha llevado hasta el lector Interesantes articulos en los últimos dias. Por comentarios de vecinos y de funcionarios que uno, como periodista, visita diariamente, me he dado cuenta que esta observación no es solo mia, sino que representa ya criterio de muchas e importantes personas, Uno de los artículos que más ha llamado la atención fue el contrabando de Chomes y que LA REPUBLICA de manera exclusiva y en forma muy detallada, llevó a conocimiento de los lectores.
Ahora, uno de los temas más apasionantes, de interés mun.
dial y de gran influencla en la politica Internacional, es acertadamente narrado por ese mismo periodista del comentario de Chomes. don Armando Vargas Araya, me refiero a la Guerra del Vietnam Hacla falta ya en nuestro medio que un periodista dedicara su esfuerzo y atención en lo tocante a los problemas no sólo naclonales, sino Internacionales en la forma valiente, orientadora e Hlustrada como lo hace el señor Vargas.
JOSE OMAR GALVEZ GONZALEZ LA REPUBLICA de credibilidad, que es la for ma amable de decir que las masas no creen mucho en el ni le tienen confianza. En una lucha contra Johnson, se le estaría pidiendo al país que escogiera entre dos hombres que, como dijo el señor Dove ley una vez sobre otros dos candidatos, están tan aparte como los dos polos (puesto que discuten sobre tantas co sas, pero al mismo tiempo son tan iguales como los dos polos (puesto que los dos son estériles y están cubiertos de hielo. No es sorprendente que en la Casa Blanca Nixon sea el candidato republicano preferi do. Si el señor Johnson pudiera luchar contra Nixon como Presidente y el senador Evet rett Dirksen como líder del Congreso, sus sueños serian realizados. Estaría tan seguro de su reelección como pueda estarlo un Presidente que rea liza una guerra que no puede ganar y hasta puede perder.
Medido solamente en estos términos electorales, el argu mento a favor de Rockefeller es virtualmente incontestable. El es el republicano que tiene la mayor probabilidad de ganar la elección. Porque aunque Nixon es el favorito entre los republicanos regula res, ellos son la minoria y só lo pueden ganar cuando una gran masa de demócratas Independientes se les une. Nin gún otro republicano puede gualar la atracción de Rock esta estratégica masa de votantes.
En este respecto la situación Nixon Rockefeller se pa rece a la de Taft y Elsenhower en 1952. Taft era también el preferido por los republica nos regulares. Pero no era cierto que el pudiera obte ner la victoria. El general Eisenhower, que en realidad no era un republicano, tenía la carta de triunfo porque era seguro que podia ganar la elección. Por eso fue nombra.
do candidato republicano. Si Rockefeller es designado can didato en la convención de Miami, será por la misma ra zón de que, si algún republ! cano puede ganar, quien real mente puede hacerlo es el Rockefeller no tendria esta carta de triunfo si las razo nes para hacerlo Presidente no fueran intrinsicamente sa.
nas y sólidas. Opino que son urgentes. Porque lo que el país estará escogiendo no es un Presidente que pueda gnnar la guerra, sino para la re construcción en que la guerra tiene que terminar y las ne ridas ser curadas y los daños reparados, daños que no son solo materiales sino también morales y espirituales. De un modo u otro la guerra vietnia mesa se expandera explota.
Ta en una catástrofe mundial o será manejada de modo que termine. Yo considero a Rocke feller como el hombre más ca lificado disponible para esta suprema tarea de recons.
trucción. Creo que Lyndon Johnson se ha descalificado el mismo para ella.
Nunca me he preocupado por la negativa de Reokefelier a hablar sobre Viet Nam o alinearse como un belicista o un pacifista. Esta es tácti.
ca politica. Nunca he hablado sobre Viet Nam con él por que creo que mientras menos diga menos se comprometera a la inevitable tarca de 114 quldar la guerra. Estoy segu.
ro de que tendrá que liqula darla para ser la clase de Presidente que desea y puede Ber.
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