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LA REPUBLIOAN Miércoles 16 de Julio de 1969 El equipo del Apolo NESTER SEE STATE TIT El jefe del vuelo Neil Armstrong (a la izquier.
da) y el piloto del módulo lunar Edwin Aldrin, emplean instrumentos especiales para efectuar prácticas de sus actividades sobre la superficie lunar. Armstrong utiliza una pala manual para recoger tierra y piedras de un escenario lunar a fin de depositarlas en un saco que sostiene Aldrin. Radiofoto especial para LA REPUBLICA)
Apolo 11 despega hoy a las 32 hacia la Luna Viene de página PRIMERA brado a la invasión de su pri.
vacidad por parte de los técnicos y los científicos.
Es interesante comprobar, u.
sando unos fuertes binóculos, que hay muy cerca de esta pla.
taforma de lanzamientos, unos nidos de águilas americanas.
Están a un kilómetro de distancia aproximadamente. Cuan.
do algún cohete es disparado, alzan vuelo para regresar a los minutos. Están mejor adaptadas que muchos seres humanos para vivir en este amblente de tantos y tan marca.
dos contrastes, Ahí está el cohete, a la espe ra de sus famosos pasajeros.
Los llamados VIP. Very Im.
portant People. bajan de los grandes autobuses que los lle.
van a conocer el complejo 39 para tomar fotografias. Mañana miércoles estarán a kms. de distancia.
Damos una vuelta alrededor del cohete y nos dirigimos al más grande edificio del mundo en cuanto a espacio se refiere.
Se trata del edificio de ensamblaje. Aquí llegan de todos los Estados Unidos las distintas partes que componen los cohe.
tes impulsores y las naves es.
peciales Después de pasar por un registro que practican unos poll.
cias a la entrada, llegamos al interior del edificio: ya están siendo ensamblados el Apolo 12 y el Apolo 13. Subimos por un ascensor que tiene paredes de vidrio, lo cual permite ver con claridad a los trabajadores en su delicada labor de ensambla.
je de los próximos vehículos espaciales. Desde el piso número 84 la gente abajo se ve como hormigas. esta altura, aproximadamente, estarán mañana temprano los astronautas cuando suban a la Cápsula Es.
pacial Apolo 11, que está en la cumbre del cohete Saturno Un perlodista canadiense hace un comentario: Si vendiéramos todo Costa Rica a un multimilonario, y quizá parte de NIcaragua también, apenas ten.
driamos dinero para comprar una tercera etapa de un SaturDo dice.
De ahl, por unos pasillos es.
trechos, pasamos al centro ner.
vioso del lanzamiento: unos aposentos donde estarán los téc.
nicos encargados de controlar el despegue. Cuando entre en órbita el Apolo 11, la respon.
sabilidad recaerá sobre los técpicos del Centro de Control de Vuelos Tripulados en Houston, Fueron necesarios 400 años de pruebas y fracasos, desde Leo.
nardo da Vinci hasta los hermanos Wright, para lograr construir la primera auténtica máquina voladora, y, a partir de enton.
ces, cada adelanto de consideración se volvió progresivamente más dificil. Pero la naturaleza suministró una de las ventajas: el aire El océano de aire que sostiene a las aves proporciona la susten.
tación para los aeroplanos, a la vez que el oxígeno para la combustión de los motores, el calor y el enfriamiento, y la atmósfera presurizada que se requiere para mantener la vida a ndes turas, Suprimase el aire, y se acrecentarán de una manera tremenda los problemas que representa la construcción de vehiculos volado.
Tes capaces de transportar al hombre. La nave que haya de aven.
turarse más allá de la atmósfera requiere de métodos nuevos para controlar el vuelo, nuevos tipos de propulsión y orientación, un nuevo sistema para efectuar el aterrizaje y cantidades considera.
bles de sustitutos para el aire.
Agréguese, además, una nueva dificultad: la distancia. No la distancia recorrida, ya que un vehículo puede recorrer un millón de kilómetros en órbita sin alejarse nunca más de 185 kilómetros de la superficie, sino la distancia desde la tierra.
Todos los problemas de diseño y construcción se vuelven mucho más complejos. La miríada de labores que representa el vuelo a largas distancias requiere de un equipo más grande, y, por con.
siguiente, de un suministro más abundante de material gastable.
La navegación, la orientación y el control se vuelven mucho complejos. Se necesitan sistemas avanzados de comunicac ón. Se requiere una estructura mejor. El espacio profundo, en contraste con el espacio próximo a la tierra, impone nuevas consideraciones sobre la protección de la tripulación de los esencirles sistemas electrónicos. La velocidad incomparablemente más alta de la entrada exige de un enfoque completamente nuevo del descenso y del aterrizaje. Todo se resume en peso ly masa, con lo que se aumenta la necesidad de energia propulsora. En toda esta sinfonía de re.
querimientos de diseño, hay un tema que se repite de continuo: todo debe ser más seguro que cualquier anterior equipo del espacio aéreo, porque el vehículo se convierte, en realidad, en un mun.
do en miniatura, que habrá de funcionar con sólo un mínimo de asistencia de parte de los que quedan en tierra, Ta es la envergadura de la nave espacial Apolo. El producto que ha sido el resultado de años de esfuerzos intensivos e incesantes, es un tributo a la capacidad del hombre para hacerle frente a todo reto. La tarea consistia en inventar una nave espacial. Poco era el equipo existente que podía utilizarse: cada uno de los siste.
mas primordiales hubo de ser diseñado desde el principio.
Para tan provocativa tarea, la NASA reunió un enorme grupo de contratistas. El contratista principal para la nave especial Apolo es la División Espacial de la North American Rockwell Corporation, de Downey, California. La mencionada división tiene a su cargo la construcción de los módulos de mando y de servicio, el adaptador para el módulo lunar, el sistema de escape de los astronautas durante el lanzamiento, las instalaciones simuladas para el adiestramiento, y una diversidad de equipo terrestre auxiliar. La División Espacial también construye totalmente la segunda sección para el gigantesco cohete lunar Saturno La Rocketdyne, que es otra división de la North American Cor.
poration, también toma parte activa en el programa. Suministra los sistemas de propulsión para las tres secciones del Saturno 5, asi como también motores cohetes auxiliares para la segunda sección y los pequeños propulsores para el módulo de mando de la nave espacial Otros contratistas importantes del programa Apolo Saturno son la Grumman Aircraft Engineering Corporation, para el módu o lunar, la rama de sistemas de lanzamiento de la Boeing Company para la primera sección del Saturno 5, la división de sistemas es.
paciales y proyectiles de la McDonnell Douglas Company para la tercera sección, y la división de sistemas federales de la International Business Machines Corporation para la unidad de ins rumentos.
Esos contratistas principales están respaldados por certo número de contratistas asociados, que producen otras piezas esen.
ciales, y por más de 20. 000 subcontratistas y proveedores de todos partes de los Estados Unidos. Dos centros de la NASA sirven como inspectores generales: el Centro Marshall de Vuelos Especiales, en Huntsville, Alabama, para los vehículos de lanzamiento y el Cen.
tro de Naves Espaciales Tripuladas de Houston, Texas, para la na.
ve especial Al convertir los diseños en maquinaria, los equipos del Apolo encontraban, con demasiada frecuencia, que los métodos tradicio.
nales ya no daban resultado, de tal manera que tuv eron que idear técnicas nuevas, herramientas nuevas y nuevos métodos de ensayo. El factor predominante, producto de la distancia, era la seguridad En todos los vuelos tripulados anteriores a los del Apolo, la tripulación había sabido lo que no dejaba de ser reconfortanteque en eso de peligro, todo dependia de unas explosiones de retroceso. Si se hubiera presentado algún serlo defecto de funcio.
namiento, la tripulación podría haber descendido en 20 minutos pa.
ra aterrizar. Lo mismo puede decirse del Apolo 7, y del Apolo mientras las naves espaciales permanecieran en órbita terrestre.
Pero momentos después de ber iniciado una trayectoria lunar, se llega a un punto desde el cual no es posible efectuar un retorno in mediato a la tierra; el Apolo fue el primero en pasar de ese punto. No puede determinarse con exactitud el momento preciso en que ya es imposible virar y regresar a la Tierra. Pero, una vez que ha sado, el camino más corto hacia la seguridad consiste en descr bir un gran que lleve a la nave espacial alrededor de la Luna, en una trayectoria transterrestre, y de regreso a un pun.
to cercano a la ventana de partida. El regreso puede tardar cuatro dias; durante dicho periodo, la vida de los astronautas depende literalmente del desempeño impecable de los sistemas esenciales del Apolo La búsqueda de un funcionamiento del equipo digno de toda confirnza invade todos los aspectos del diseño y de la fabricación.
Impone una serie exhaustiva de pruebas y más pruebas que rara vez ha sido igualada en la historia de la fabricación, si es que lo ha sido alguna vez. La seguridad en el funcionamiento es la preocupación predominante desde la concepción hasta la cuenta descendente, puesto que el objetivo primordial del Proyecto Apolo se finca no sólo en enviar hombres a la Luna, sino en hacerles regre.
sar de la Luna sanos y salvos.
Para ayudar a hacerles regresar con seguridad, la NASA ha construido una red mundial de estaciones que se mantiene en contacto con la nave espacial y con los astronautas en todo mo.
mento dondequiera que puedan estar. Estas estaciones verifican constantemente las condiciones de la nave espacial según las trans miten a la Tierra los equipos automáticos (la telemetria) y los astronautas. Cada vez que la nave espacial está a su alcance, la es.
tación la sigue para determinar su posición y trayectoria y suministrar instrucciones o consejos para el vuelo.
La red está gobernada desde el centro de control de la misión en Houston, el cual está conectado con cada estación por medio del cable o la radio; de tal manera, los que dirigen el vuelo puede comunicarse al instante con la nave espacial aun cuando se encuentre del otro lado de la Tierra.
Dr.
Texas.
televisión están mostrando en este momento cuatro vistas dis.
tintas del cohete que hoy impulsará la cápsula espacial que llevará al primer hombre a la Luna. Detrás de unos gruesos vidrios hay unas cabinas con grandes sillones negros: son para los dignatarios que pre.
senciarán la operación. Unas enormes ventanas permiten observar a simple vista, a unos kms. de distancia, el complejo número 39.
Computadoras y más computadoras en otros aposentos. To.
das interconectadas con Houston, que en pocos minutos tendrá a su cargo el seguimiento de los astronautas.
Al salir del edificio, que está junto al de ensamblaje, pasamos por un parqueo de vehículos donde están marcados con pintura roja unos nombres Impresionantes: Werner von Braun, Astronauta Tal Cual, etc. unos pocos metros está la Tribuna de Prensa. Los autobu.
ses empezarán a llevar perio.
distas a la medianoche, pero ya hay por lo menos 100 que se disponen a pasar la noche en vela para no perder un buen campo. Las grandes cadenas de televisión tienen unos edificios de dos pisos montados en enormes camiones para seguir al cohete cuando enrumbe hacia el espacio sideral La salida del Centro Espacial es casi imposible. Un kilóme.
tro por hora es la velocidad de unos carros que por miles tra.
tan de llevar a la gente a sus hogares ya sus hoteles. Mañana la presa no será tanto a la salida como a la entrada.
Fuera del Centro, en el camí.
no hacia la ciudad de Cabo Kennedy, tanto a orillas đel mar como del Rio Banano, hay centenares de familias que se disponen a pasar la noche ahí, esperando el lanzamiento. Algu.
nos tienen tiendas de campaña, pero la mayoria no. Aquí hay fiebre por ver el lanzamiento.
Es extraño. Ayer lunes, cuan do llegamos por la tarde, se respiraba un aire de tensión tanto en el Centro Espacia) como en el edificio donde está el centro de noticias de la NASA.
Esta tarde no hay tensión, pero si mucha expectación.
Un gran rótulo junto a la carretera dice: Apolo 11 Crew, We Are With You. Tripula.
ción del Apolo 11, estamos coa Ustedes. Hay un gran senti.
miento de seguridad entre los norteamericanos aquí en Cabo Kennedy. Tienen fe en que todo saldrá bien, y que pronto podrán sentirse orgullosos de per.
tenecer a la nación que hizo posible el viaje a la Luna y de vi.
vir en la región de donde par.
tieron los primeros astronautas que pondrán su pie en el saté.
lite de la Tierra.
Como pequeñas centrales te.
lefónicas, pero en número de 100 o más, están las consolas de las computadoras que hacen posible esta maravilla. Atrás, desde un atrio, el director del despegue supervisa todas las operaciones Cuatro enormes pantallas de El vuelo histórico que hoy Inicia el Apolo 11 ha despertado el Interés del mundo entero. Costa Rica no ha sido una excepción, prueba de lo cual la constituye el hecho de que centenares de personas han visitado, en lo que va de esta semana, la exposición alu.
siva a la heroica jornada que ha instalado, en el Banco Central, el Servicio de Información de los Estados Unidos. En la gráfica se oprecia a varias personas concentradas en la contemplación de un modelo a escala de una nave espacial.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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