Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
Revista de la CAMARA DE COMERCIO ANO II Diciembre de 1970 NO 17 EDITORIAL Empresa privada y presupuesto nacional De algunos años a esta parte, la empresa privada ha decidido participar en las discusiones sobre el presupuesto nacional, no a título de asesora o experta en la materia, sino llevada del sentido común y del deseo de que tan importante ley para la economia del país sea eficaz y ajustada a los más depurados criterios técnicos. no es por mero afán intervencionista o por un estrecho sentido crítico por lo que la empresa privada cada vez participa más activamente en las discusiones sobre el presupuesto, sino porque hay una estrecha relación entre la empresa privada y el presupuesto nacional. Este se financia, en gran medida, por medio de los aportes de los empresarios privados o por las actividades reproductivas que estos llevan a cabo y que elevan el ingreso de los ciudadanos. Esto significa que si el presupuesto está equilibrado teórica y prácticamente, y si por me.
dio de él se pueden realizar diversas obras para el país o dar cumplimiento a los servicios estatales, este mérito corresponde, en el fondo, a la empresa privada, mas, si, por otra parte, el presupuesto nacional no satisface las necesidades sociales del pais, sea porque fue elaborado deficientemente sea porque se ejecutó irresponsablemente, al sector privado corresponde resolver tan serias irregularidades, generalmente a base de nuevos tributos. Además, si de un presupuesto desbalanceado se siguen efec.
tos perjudiciales para la estabilidad de la moneda, sobre los empresarios recaen las más graves consecuencias.
de convencer a la opinión pública de la urgencia de reformar radicalmente los méto.
dos que se siguen actualmente en la elaboración y discusión de esta ley. No es posible que, en un mundo en el que la técnica y la ciencia tratan de dirigir la acción del Estado y de los empresarios, la ley de la que depende, en gran parte, la vida económica de la nación se realice con tanto empirismo. No es posible que un proyecto elaborado con sentido técnico se deje en manos de un grupo eminentemente politico, en el que aquella ley se considera a la luz no de los problemas nacionales del país sino de los estrechos e inmediatos de una po.
blación, según los intereses de cada diputado. El encuentro de estos dos criterios el técnico y el político o parroquial. nos brinda cada año la triste experiencia de un presupuesto cuarteado, que retorna al Po.
der Ejecutivo, que lo elaboro, como una ley Irreconocible e inaplicable. De alguna manera habrá, entonces, que hacer para que el criterio politico no se imponga sobre el técnico, para que lo regional no prevalezca sobre lo nacional y para que el Poder Ejecutivo tenga poder sobre el presupuesto desde su elaboración hasta su retorno a él, después de haber pasado por las manos de la Asamblea.
puesto no pierda el control sobre él en las diversas etapas de discusión.
Durante muchos años, el país ha sufrido las consecuencias de estos vicios. Si bien en los últimos años, algo se ha avanzado en el orden fiscal, en cuanto a la corrección de estos equivocados sistemas todavía se cometen muchos errores. El éxito en la discusión de un presupuesto no puede seguir dependiendo exclusivamente de la energia y liderato de un determinado Ministro de Hacienda. estas virtudes es preciso agregar otros métodos de orden técnico, de tal manera que los impetus politicos o las divergencias de criterio entre el Ministerio de Hacienda y la Asamblea Legislativa sean sólo un hecho circunstancial o transitorio en la discusión de un presupuesto, y no un fin en sí mismo. No es posible que a un Ministro de Hacienda se le imponga un presupuesto que no hizo y, peor aún, se le exija posteriormente plena responsabilidad por su ejecución.
La empresa privada costarricense ve con suma preocupación que ciertos vicios antiguos y que todos creíamos desterrados de nuestro país en lo tocante al presupuesto, han vuelto a aparecer. Nos angustia que los montos presupuestarios se eleven injustificadamente como por arte de magia, con só.
lo presentar una certificación de una determinada dependencia estatal. Nos preocupa que se dejen por fuera compromisos adqui.
ridos por el Gobierno y a los que es preciso, a toda costa, dar cumplimiento, so pena de comprometer el honor del país y de abrir la senda a nuevos impuestos para, a final de año, satisfacerlos, por cuanto las partidas correspondientes se asignaron a otras necesidades.
Nos inquieta el criterio, sustentado por algunos, de que el crecimiento del presupuesto indica necesariamente un mayor desarrollo del pais. Nos acongoja que bue.
na parte de los presupuestos todavia se sigan financiando con bonos y que no exis.
ta un criterio claro y seguro sobre este importante aspecto financiero. Nos preocupa que las partidas de obras específicas consuman tantos millones de colones y que, por otra parte, se descuide el financiamien.
to de instituciones que podrían llevar a cabo tales tareas con un criterio más selec tivo y eficiente. Nos acongoja que todavia se agreguen al presupuesto nacional algunas disposiciones generales que no coadyuvan en la ejecución del presupuesto, sino que, por el contrario, lo obstaculizan. En fin, son muchos los errores que todavía hay que subsanar y sobre los que los empresarios hemos hablado claro. No hemos sido, sin embargo, atendidos y las consecuencias son cada vez más dolorosas.
Es hora de romper la incomprensible paradoja de que un proyecto, elaborado con seriedad y técnica, sea sometido al criterio decisivo e inapelable de unos pocos dipu.
tados la Subcomisión de Presupuestoque, como diputados que son y representantes de regiones del país, muchas veces no poseen los estudios o experiencia necesarios para juzgar imparcialmente este tipo de proyectos. En este sentido, hemos de confesar que los tiempos han dejado muy atrás a la politica y a muchos de nuestros actuales métodos de hacer gobierno, por lo que urge un cambio de enfoque sobre la forma de resolver los asuntos nacionales.
Mientras estas reformas no se realicen, el ansiado equilibrio presupuestario será de muy difícil consecución, ya que colocar mil millones de colones en manos de personas con criterio eminentemente político y regional constituye una tentación demasiado fuerte para estas y, asimismo, un peligro para el país. El equilibrio presupuestario es un imperativo constitucional y un mandato técnico. Sin embargo, este no es un me dio sino un fin o desenlace de otras condicio.
nes previas. De aquí la importancia de corregir el sistema actual de elaboración y sobre todo, de discusión del presupuesto, de tal manera que conforme al proyecto presentado por el Gobierno anterior quien deba ejecutar en última instancia el presuEsta mayor comprensión de la importancia del presupuesto en la vida nacio.
nal, por una parte, y, por otra, las duras experiencias cosechadas en este último decenio, en lo tocante a la elaboración, discusión y ejecución del presupuesto, han in.
ducido a los empresarios privados a mantenerse vigilantes y a exigir de las autoridades públicas un poco más de responsabilidad y de técnica en los asuntos relacionados con el presupuesto nacional. En este sen.
tido, cabe a la Cámara de Comercio el honor de haber sido la primera y la más de cidida asociación empresarial del país en plantear este asunto y en expresar su criterio sobre el presupuesto de la República ante los propios diputados. La Cámara de Comercio de Costa Rica es consciente de que sólo de este modo es posible eliminar una serie de vicios incrustados en el presupuesto nacional.
El presupuesto de 1971 ya ha sido aprobado por la Asamblea Legislativa. Sin embargo, su discusión en la Asamblea Legis.
lativa si, por una parte, fue más politiquera que técnica, tuvo el efecto beneficioso NA Reun ón del Ministro de Industrias y Comercio, don Claudio Alpizar, con la Junta Directiva de la Cámara de Comercio. En esta reunión se trató de la necesidad de un mayor acercamiento entre la Cámara y el Ministerio, en beneficio de los empresarios nacionales.
50 COST documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Milobregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y juventud Costa Rica.
Este documento no posee notas.