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Jesús y el lobo Notas de la Semana Santa De la vida de Jesús dida que Era en la soledad de los campos, Reposa en tu Gloria, noble iniciauna noche de invierno. Nevaba. So Señor, soy débil: quiero ser fuerte; mi yad con atención esa lágrima cristalina como dor de la más sublime doctrina! Ta bre lo alto de una loma, toda blanca sero y pequeño: enseñame a ser grande.
y desnuda, se aparecía una forma, una gota de rocío: en ella se refleja la mirada obra se halla concluida; tu divinidad dulce, la mirada honda del bueno y humilde queda fundada. No temas ya que una blanca también, como de caminante cubierto de nieve. En derredor de Jesús de Nazareth falta venga a echar por tierra el edib.
esta forma flotaba una claridad que cio a tus esfuerzos. Lejos del alcance venia, no de la luz de una linterna, El pobre idealista ha caído sobre el lecho, sino del nimbo de una frente.
de la fragilidad humana, en adelante con el alma destrozada por la El caminante era Jesús.
asistirás desde el seno de la paz divina pena.
Allá donde se eriza el suelo de ásHa soñado. Ha visto al Nazareno con la Siente todo el entusiasmo, toda la bona las infinitas consecuencias de tus peras rocas, un bulto negro se agita. dad ingénua de su juventud, chocados con el pesada cruz sobre los hombros, y esa visión actos, costa de algunas horas de suJesús marcha hacia él; el viene, coespíritu del siglo y del ambiente.
le infunde nuevo brío y entusiasmo.
mo receloso, a su encuentro. mefrimientos, que ni siquiera pudieron abatir la grandeza de tu alma, has con el resplandor divino lo Había creído encontrar en el corazón alumbra, se detine la figura de un seguido más completa inmortalidad.
de los hombres un eco que respondiese al lobo, en cuyo cuerpo escuálido y en cuyos ojos de siniestro brillo está sonido de su voz fuerte y altiva, mas cosechó Ayúdame, Jesús. le dice sin tu apoyo ¡Tu nombre! gloria y orgullo del munimpresa el ansia del hambre. Avan apenas la burla y el insulto.
sucumbo; sin tu voz de aliento habré de ser do, será exaltado durante millares de zan; párase el lobo al borde de una roca, ya a pocos palmos del Señor, Imaginó que a sus nobles y desprendidos como una pluma arrastrada por el huracán.
años! Lábaro de nuestras condiciones, que también se detiene y le mira. La esfuerzos no iban a responder, crueles y vela Soy débil, quiero ser fuerte; mísero y pequeño: tú serás la bandera a cuyo alrededor actitud dulce, indefensa, reanima el dos, la ruin murmuración y el ataque cobar enseñame a ser grande.
se librará la más ardiente de todas las impetu del lobo, Tiende éste el des de, calumnioso.
batallas. mil veces más vivo, anás carnado hocico y aviva el fuego de sus ojos famélicos; ya arranca el cuerPor eso, al sentir la realidad, se llena de amado después de tu muerte que mien Tras cruzaste por este valle de lágripo de sobre la roca. ya se avalan. dolor y una hiel de infinita amargura destila, za a la presa. ya es suya. cuan gota a gota hasta en lo más intimo de su El Nazareno sonríe con una larga sonrimas, llegarás a ser de tal modo la do El, con uoa sonrisa que filtra a sér.
Piedra Angular de la humanidad; que så de mansedumbre; le tiende su través de sus inefable suavidad la pa.
borrar tu nombre de los anales del labra: albísima y con su mirar hondo y sereno ilu mundo, sería conmoverlo hasta en sus Soy yo. le dice.
mina la ruta del noble soñador.
cimientos. Entre Dios y Tú ya no se el lobo, que lo oye en el rapidihará distinción alguna. Toma, pues, Fuerte serás exclama Jesús como yo El soñador está dormido. Entrad de puntisimo espacio de atravesar el aire pa: llas hasta el borde de su lecho y contemplad he sido; grande en medio de los fariseos que posesión de tu Reino, sublime vencera caer sobre él, en el mismo rapidí. le. Una lágrima de tristeza y desengaño por doquier se levantan y atisban para hincar dor de la muerte, de ese Reino a don.
te de apariencia: se transfigura, se rueda por sus mejillas pálidas. Pero obser el colmillo venenoso.
de te seguirán, por la ancha vía que deshace, se precipita en lluvia de trazaste, siglos de adoradores!
blancas y fragantes flores. los pies de Jesús, entre la nieve, las flores forERNESTO RENAN mano MATER DOLOROSA Semana Santa interior Nazareno Semana Santa!
EIGólgota Sa dicha de vivir man como una nube mistica, sobre la que el divino cuerpo flotara.
El señor, mirando a las flores, que a sus plantas había, hizo sonar los dedos como quien llama a un animal doméstico. Entonces, de bajo el man to de flores se levantó, cual si des pertara, un perro grande, fuerte y de mirada noble y dulce, de la casta de aquellos que en las sendas del Venero al dulce Nazareno, de do Te venero, porque eres el buen dicando la paz y el amor, derramanMonte San bernardo van en socorro do sabiduría lorosa faz, de inirada triste, que Jesús que iba por los senderos, predel viajero perdido.
con sus benditas parece, al pasar con su madero a parábolas. Porque eres el Hijo del José ENRIQUE RODó cuestas, como si reprochara en siDios de los que lloran, de los que lencio nuestra maldad.
encuentran en su camino amargu ras, de los que tienen hambre y sed Más que al Dios terrible, Dios de justicia.
Desde la cima del monte de La Poco antes de la oración del huer. Justiciero, en cuyo nombre amenaCalavera, monte ante el cual desfito, un hombre tristisimo que había zaban los profetas, amo al buen lan Jas civilizaciones y los siglos, Al verte pasar con el madero, he ido para ver a Jesús, conversaba Jesús, de rostro pálido, en donde se levanta un simbolo majestuoso, pensado eo la fe con que antaño, de con Felipe, mientras concluía de resbalan lentas las gotas de sangre, un estandarte magno.
orar el Maestro.
niño, contemplaba tu rostro doloroso al Nazareno lleno de piedad que está Los excépticos podrán llamarle Yo soy el resucitado de Naim charlatanerismo, los contrarios anay sangriento, y pen aba en ser siempronto a tender sus manos heridas dijo el hombre. Antes de mi muerte tema para su credo y los cristanos pre bueno, soñando en rechgerme me regocijaba con el vino, holgaba hacia la mísera y pecadora humanicreyentes le llaman el regazo dulce después en tu regazo amoroso.
con las mujeres, festejaba con mis dad.
en donde recostar la conciencia, amigos, prodigaba joyas y me re.
después del cansancio de la vida.
Al correr de los años, alguna vez creaba en la música. Hijo único, la Este Hijo del Hombre que fue Como simple leyenda mistica, el fortuna de mi madre viuda era mía todo consuelo y perdón, me con mue Gólgota es un epilogo en el cual se olvidé estos detalles, que quizá, tan sólo. Allora nada de eso puedo: ve hondamente, y me hace recor revela la dividad de un sacrificio, la en mouientos de prueba, considemi vida es un paramo. qué debo belleza trágica de el Maestro escaratribuirlo?
dar lejanos misticismos de adoles té pueriles.
necido como dogma de fe es el Es que cuando el Maestro re. cente, en que el corazón ingénuo faro sacrosanto que eternamente sucita a alguno, asume todos sus ansiaba vivir sólo para adorar al ilumivará nuestras débiles barqui Pero esta tarde, de nuevo, he pecados respon. lió el apóstol. Cristo que se sacrificó por nosotros. llas en este tempestuoso piélago de sentido la sugestión de tu mirada Es como si aquel volviese a nacer la vida.
triste y honda, y he sentido que re.
en la pureza del párvulo.
Oh, duice Nazareno que pasas Las escenas de la leyenda le connace mi fe, y he deseado ser como. Así lo creia y por eso vengo. lentamente, entre el murmullo de las vierten en exquisito proxenio; las Qué podrias pedirle habiéndo oraciones!
cláusulas de su doma regeneran y esas viejecitas, que llegan llorosas a te devuelto la vida?
levantan a la humanidad.
besar la orla de tu vestido, o un Que me devuelva mis peca. Oh, dulce Nazareno, que has Recordemos hoy con veneración rizo de tus cabellos oscuros.
dos. suspiró el hombre.
el sublime poema que perdurará al inundado mi alma de una extraña través de las generaciones y de los LEOPOLDO LUGONES ternura, con la fijeza de tu mirada tiempos.
RUBEN YGLESIAS HUGAN hondal.
IGNACIO BARAHONA Viene como siempre! augusta, venerable; con suavidad de vellón de corderito pascual y trinsparencia de aguas en remanso.
Evoco, sobrecogido, algunos cuadros de la Biblia.
Inicia el desfile Cristo, revestido de mansedumbre, y tras el China un pueblo agitando palmas y ntano jos de fores; avanza en el lomo de una ola del Tiberiades, una barca, y en ella varios sencillos pescado res, privilegiados del corazón; yer.
guest Magdalena, a desgaire la mata de sus cabellos, dominadora la faz; se arrastra Judas en un recues.
to del sendero, áspera la barba, torvo el semblante; ambula Pedro, lloroso, aún con la espada que castigó al sayon insolente; pasa la Ma.
dre ¡oh Diosl más triste que un ramo del Monte de Siós.
Todo trasciende a mirra e incien50 y cinamomo.
Venero la Semana Santa, mágicameute simbólica; pero, eso sí, la íntima, la que convida a la medita.
ción, la que contemplo en misticos instantes en los dentros del alma mia, y no la que representan los hombres en las calles haciéndola perder su brillo, su belleza y tal vez su divinidad.
CARLOS JISESTA 09 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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