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La Prensa Los Lunes de LA PRENSA El Primer Baile Noche Buena mos ALBUM de LA PRENSA ces? Nada, o lo siempre El Hombre y la Mujer El hombre es la más elvadas de las criaturas. La mujer es la más sublime Frente al espejo de la salita con mue molino, que al terminar el vals la hi de los ideales. El hombre es el cerebro. Navidad es la fiesta del invierno y de la imprenta. Pero que importa! El conjunbles de Viena y un enorme retrato del zo caer en su silla, mareada, sudorosa La mujer es el corazón. El cerebro fanoche. Su nombre evoca en seguida una to nos hace entrar en posesión de verdavisión de tinieblas salpicadas de nieve y con la boca seca, difundo jefe de la familia, colgado sodes fundamentales y fecundísimas, que no brica la luz, el corazón produce el amor.
de bre el sofá. Enriqueta arreglaba los úlfogatas de pastores; y allá lejos, muy Buscó al hermano para irse. Im La luz fecunda, el amor resucita. El son para contempladas simple y friamente lejos, una cueva misteriosamente ilumina por la inteligencia como las verdades adtimos detalles de su toilette. La mamá posible; él estaba en la cantina con hombre es genio. La mujer es ángel.
da, el Niño blanco y desnudo sobre las quiridas científicartiente, sino otro género y una vecina la ayudaban. La buena otro empleado del ministerio, y be.
el aliento del buey y el genio es inconmensurable, el ángel pajas, calentado por de verdades que nos pentran íntimamente, de la mula, la Virgen Madre con manto bían sólo champagne.
nos conmueven y transforman, porque son madre le encontraba elegante y hasta es indefinible. Se contempla el infinito, azul junto al Nifio contemplándolo, San abrazadas por una vista interior que supe hermosa. Un baile. por fin iría ella las dos de la manaña regresaron. se admira lo inefable. La aspiración del José apoyándose en la florida vara a la ra la razón y a los sentidos. la indecible un baile, una fiesta de estiqueta, nada, sosteniendo ella a él que trastumba. hombre es la suprema gloria. La aspi. entrada de la cueva, y ante ella y camino vista de la fe. Ella no sólo da realidad y menos que un baile oficial, ella que so. ba y cantaba su champagne. La maunidad a los objetos exteriores, sino que nos ración de la mujer es la virtud extrema.
de ella Reyes y pastores guiados por es trellas y por angeles que cantan y se po.
descubre el sentido oculto de realidades lo sabía de acabos de novena y de al dre les abrió la puerta y, sonriente, La supremacía significa fuerza, la san sobre el maravilloso recinto.
con toda la idiotez, toda la inconcien preferencia representa derecho. El guno que otro bailoteo cuando el re.
pertenecientes a un orden de cosas supe.
Tal visión nos aparece quizás dispararior, que forma la esencia de la vida humacibimiento de alguna compañerá de co cia de su bondad, le pregunto: hombre es fuerte por la razón, la mu tada en cada uno de los detalles, y sin emna sobrenatural y son la clave de los gran.
legio. Qué tal la fiesta, mija. jer invencible por las lágrimas. La bargo de cuán intensa verdad es el con des acontecimientos de la historia.
Su hermano empleado en el ministe. Muy alegre, mamá.
junto! Tal vez vemos al Niño Dios con Si en renunciar a ella nos empeñamos, razón convence, las lágrimas conmue.
radiante aureola de estaño sujeta por demutilandonos inhumanamente; si quererio, había conseguido la invitación, y Se encerró en su cuarto y soltó el ven!
trás de la cabeza, tal vez el rostro de la imaginar lo que pudieron ser, en readesde aquel día todo fuera afanes y llanto que la sofocaba desde horas an. El hombre es capaz de todos los Virgen no tiene expresión personal ni mo. lidad palpable, las bandadas de ángeles en combinaciones para adaptar el costo del tes, ese llanto infinitamente amargo, heroísmos, la mujer de todos los mar. vimiento y es como de piedra, y su man aquella noche; si a fuerza de estudio en los tipos actuales de las hijas de Galilea quevestido con la tirantez de los recur. de infinita impotencia, que se suelta tirios. El heroísmo ennoblece, el mar.
to de ese raso azul convencional bordado de oro que miramos en los altares; tal vez remos formarnos una idea aproximada de sos.
cuando nos hiere lo brutal de la vi tirio sublimiza!
en la figuración de los Reyes y los pastola verdadera fisonomia de la Madre de La tela, que de lejos la pegaba como da. y se arrojó vestida sobre la ca. El hombre es código, la mujer es res cometemos graves anacronismos, Jesús, y a fuerza de investigaciones ar.
seda, fué vendida al crédito por un chi. ma, sin importarle ajar aquel traje que evangelio. El código corrige, el evan. vemos a los ángeles formando un todo con queológicas averiguar el traje que no complaciente y por recomendación llevar puesto, y el de los pastores y Reyes no había pagado todavía.
gelio perfecciona.
la nube de yeso pintado que figura llevar: Magos; si llegamos a saber tanta historia de una amiga, se encargó de la hechu.
les, y en sus manos la tira de papel con el AULO PLAUCIO.
victor HUGO «Gloria in Excelsis Deo en caracteres de lén y de sus alrededores con la posición que podamos reconstituir un plano de Bera una señora que sólo cosía para per.
sonas muy contados.
exacta del portal o de la cueva en la del Nacimiento, e Enriqueta no era hermosa ni mucho e indagando minuciosamente las costumbres y manera de vivir menos; toda su juventud habíase pasa.
de aquellos tiempos creemos haber resucido en la lucha sórdida por el pan, lutado el hecho en su actualidad, en su nececha tanto más dificil para ella y su ma.
saria limitación positiva. qué veremos dre, cuando que era necesario conserentonces?
que es menos que nada, una cosa insignificante.
var el nombre decente de la familia, que al morir, les dejara el jefe de ella, ojos imaginativos se pone frente al belén reputado profesional. Si alguna línea armónica debió hacer embellecido su de corcho, musgo, anacrónicas casas de cartón y desproporcionadas figuras de basembante, habría sido borrada por la Tro mal pintado. y aquel niño lo ve todo: atención contínua de la zozobra del ve lo que los historiadores arqueólogos mañana. Tampoco podía ser elegante; son incapaces de hacernos ver: ve la Noche de Navidad en su única realidad y en toda la elegancia y el dinero son cosas que su divina poesia; y al aproximar fervorosano pueden andar aparte, mente a sus labios aquel pedacito de yeso No era tonta ni era ingénua; su poque para el es el Niño Dios, lo adora en sición dificil algo le había enseñado verdad y siente lo divino como nunca podrá adorarlo ni sentirlo el filósofo a secas de la vida, auque fuera solamente por contemplando todas las maravillas de la el lado estrecho que a ella presentaba, naturaleza y del arte, ni descendiendo a los Sin embargo, esta vez, la curiosidad más profundos rincones del espiritu.
acaso el deseo de probar fortuna, la ¡Ay de aquel que en estas cosas no sien.
ta en si había decidido dar espiada en lo que algo de niño. Ay de aquel para quien la Nochebuena haya llegado a consideraba el gran mundo, el de la ser una noche como las demás, y no per gente de buen tono.
ciba el aroma que esa gran flor del invierSe acercaba la hora y sentía una an.
no despide todavía hasta nosotros al través de tantos siglos!
siedad parecida, pero mucho mayor, a Pocos serán los que no lo sientan. Pues la que sintiera en otras ocasiones cuanaunque hay muchas maneras de celebrar do en el instituto de Belén, esperaba la Nochebuena, y algunas no muy adecuasu turno para examinarse.
das, en todas ellas flota algo del sentimien.
to de la festividad. Un sentimiento de ale. Me dejaran sentada. esto era gria infantil, de intempestiva risa de niño más temible que todos los aplazados que se alegra en la noche en vez de dorque le hubieran podido poner en aquel mir, de desusado movimiento y algazara tiempo. en la memoria hacía cuenque contrasta con las horas de las tinieblas y del reposo.
ta de los conocidos que encontraria en el La Misa del Gallo es la condensación de baile y que sin duda le pedirían su proeste sentimiento. la hora del retiro y del grama. Con toda seguridad estaría Pe.
sueño disponerse a salir alegremente al pe, un estudiante de Medicina muy aire frio de la noche, penetrado de un suabien puesto, que se le juntaba veces en ve misterio; ver abrirse ante nosotros tan desusadamente a la calle, y no faltarían Luisito y Carlos hora las puertas del templo, maravillosamente lleno de ludos muchachos que flirteaban con ella ces y de cantos; y al pie del altar los blanen las tertulias donde las Torregosa.
cos sacerdotes celebrando misa, como por las mañanas, ante un niño Uno de estos le pediría necesariamente los cirios encendidos que sonríe entre y el incienso.
la cena.
coro, los cantos litúrgicos inocentemente la mamá ni de lejos asaltaban esmezclados con cantos populares de esos tos temores, en su memoria vivían los que evocan el balanceo de una cuna mreci.
HA recuerdos de las fiestas de su tiempo, da por una madre que canta.
que evocan el recuerdo de nuestras madres cuando donde nadie se quedaba sentado y hasSeñorita Aida Charpentier, modelo de belleza, intelgencia y virtud eran jóvenes y cuando cantaban. y, ta las abuelas bailaban la mazurka.
acompafiando aquellos cantos, rústicos Del brazo del hermano que apenas instrumentos y remedos del matutino gorjeo de las aves. Después ver alzarse la respiraba entre las apreturas de una cándida Hostia. la Hostia en alto a mepechera almidonada y un frac prestadia do, y a pie, librándose del lodo que Nuestro sentido se turba entonces en un salpicaban los autos, llegaron a la deleitoso desorientarse, en un deleitoso no puerta del palacio gubernamental, 50saber si es de noche o es de dia, como habiéndose extraviado en regiones que están berbiamente iluminado, donde un bunch El padre de Isabel Hane, jefe de su en el fuerte. Dos o tres valientes estaban puerta con sus blancas manos levantadas, fuera de los dias y las noches y de las lede pollos elegantes se somataban por sección en las soledades de Ohio, en los allí para defender la pólvora, pero se abriose la choza e Isabel se deslizó por el yes terrenales del tiempo y de la luz.
Estados Unidos, tenía a su mando un pe hallaban a unos treinta metros. En cada introducir a las damas que se apeaban interior. Casi por un milagro había llegado Inefable es esta impresión de la Noche fuerte edificado para detenderse de queño centímetro de esta distancia acechaba la alli sin que la vieran los enemigos.
de los coches. Nadie se movió cuando de Navidad, y tan arraigada está en todas muerte, que vendría de manos de los Semejantes a horas fueron aquellos mi. las fibras de nuestro ser por la herencia de llegó Enriqueta, hasta que un vejete las ingleses y sus salvajes aliados durante salvajes que atisbatan emboscadas en las nutos transcurridos antes de que se vie tantísimas generaciones, que a compadecido le ofreció su brazo tem. ricana. Aunque no había grandes batallas sombras de los árboles.
ran señales de abrirse nuevamente la puer. ro que si cualquiera de nosotros se hallara bloroso.
después de la rendición de Cornwallis, en Reuniéronse los hombres, para tratar de por acaso alejado largos meses de toda salió Isabel. Sostenía su delantal de cua.
1781, no llegó la paz a los Estados occi.
Aquello era un maremagnum, la la situación, y todos convinieron en que comunicación con cristianos y con calendentales sino después de algunos años. era de todo punto necesario obtener un dros, parecía llevaba algo que apre darios, de manera que perdiese toda novista no encontraba punto de fijeza en Era un día de otoño de 1782. La tarde barrilito de pólvora. y al instante! Va.
taba contra su pecho. Por el campo lle ción del curso de nuestras festividades, al el salón enorme, donde los fracs, como ibase apagando lentamente en las cerca rios jóvenes se ofrecieron ansiosos para ir no de rastrojo avanzó rápidamente su fi.
llegar esta imprevistamente, sentiria dennías del pequefio fuerte de madera. El gura, mientras los hombres del fuerte emmanchas negras sobre la mezcolanza tro de si una vibración intensa y misteriosa aquel puñado de hombres podía dejar su puñado de hombres y mujeres que se ha.
puñaban sus mosquetes, hasta entonces de colores de los trajes femeniles y que en un gran grito de alegria le dijera: îlaban detrás de las empalizadas, observaba puesto en la empalizada, y las sombras inútiles. Esta noche es Nochebuena!
las caras pintadas, sugerían algo car el descanso del sol con inmensa ansiedad crecían a se discutía el caso. Salvaje y horrible griteria estremeció Deleitémonos, pues, en la Nochebuena Davelesco.
en sus corazones, porque en las espesas De pronto, una débil y clara voz de de pronto el aire de la noche, Isabel ha como niños o como pastores; dejémonos peSin sentir cómo ni cuándo, se en.
sombras del bosque, a la otra parte del mujer interrumpió la conferencia. Era una bía sido descubierta. Una lluvia de sactas netrar del inefable encanto que viene susjoven la hija del Comandante del fuerte, claro, estaban ocultos los indios, vigilando y de balas voló en torno de la pequeña contró sentada en pendido en las frias ondas de su atmósfera; un muelle sillón incesantemente a los sitiados y dispuestos Isabel Hane.
figura, que escapaba a todo correr, mien bañemos en ellas nuestra alma para res.
cerca de otras muchachas y de seño a caer sobre ellos para exterminarlos. He oído vuestra conversación dijo de tras algunos salvajes salían del bosque, taurar la inocencia y la frescura de nuesras respetables que la examinaban co Nadie en el pequeño fuerte desconocía cidida. no creo que ninguno de vuestros aullando en su persecución. La heroica tros sentimientos.
mo a un spécimen exótico.
los males que en aquella noche podían planes sea acertado. Voy yo por la pól. muchacha vaciló un momento. Su padre si a pesar de todo sentimos nuestro sobrevenir vora.
ocultó la cara con las manos. Oh! por espíritu demasiado fatigado y nuestra bo.
Sono la música, y las muchachas Además había caído sobre la guarnición Un murmulto de rápida protesta salió qué habrán plantado aquel campo de tri ca demasiado marchita para poder sonreir que estaban cerca fueron levantándose una terrible calamidad, se hallaban sin de todos los labios.
go en primavera? No; ya estaba la joven al igual de los pastores y los niños, tamrequeridas por sus compañeros. Los pólvora. Los hombres paseándose inquie. No dijeron. esto es cosa de hombres.
otra vez de pie. Volvía la heroina a cobién nuestro pensamiento de hombres de Amigos salvadores no se presentaban.
tos junto a los empalizados, miraban a. Lo sé, pero ninguno de vosotros pue rrer con su preciosa carga, que todavía un siglo atormentado puede encontrar su cada momento sus bolsas de pólvora vaPepe, el estudiante, pasó cerca de dejar su sitio repuso Isabel con cal estrechaba en su seno. Casi ha llegado clas y el pequeño grupo de mujeres y ma. Una mujer no se echa de menos ya Abrese la puertal. prisa! Robussimbolo de esta noche maravillosa. En me.
chas veces contorsiéndose en un fox niños, lo más querido que para ellos había en la defensa del fuerte.
tos brazos la meten apresuradamente dio del invierno y de la noche fué anuncia.
trot, con una dama muy escotada, y apa en el mundo.
Hane había estado mirando a su hija, el fuerte, y la puerta quedó cerrada de da la Buena Nueva a todos los hembres: rento no verla. Luis y Carlos se con Muchos ojos estaban fijos en una pe. pensativo y cejijunto.
la luz surgió del seno mismo de las tiniequeña choza que había en el claro del La muchacha tiene razón dijo al fin, lenta lluvia de balas chocaba con estrépitentaron con hacerle inclinaciones de blas. Por qué, pues, entristecernos en la bosque, la cual debía ser sumamente im haciendo un esfuerzo para dominar sus to contra la empalizada.
estación desnuda de nuestro espiritu cabeza desde lejos. Por fin vino un portante, pues los hombres la miraban y Pero, quién se inquieta ya por las basentimientos paternales. Que vayal desesperarnos en las tinieblas? No. Quién alemán a quien no conocía, y para con una mezcla de esperanza y desespe Entreabierta que fue la puerta, salió las? El fuerte se ha salvado, porque Isa sabe si en el fondo de la tierra helada se quien el frac y los guantes eran una ración.
Isabel y deslizóse por entre las sombras bel, en el delantal de cuadros que lleva prepara ya el primer estremecimiento de Casi bajo el muro formado por la esta Los ansiosos centinelas vieron desde la ba fuertemente abrazado, llevaba la pólverdadera penitencia. La tomó en sus la primavera. quien sabe si del fondo de cada, en aquella pequeña choza, habia estacada la grácil figura que atravesaba, vora suficiente para rechazar al enemigo la noche obscura va a brotar el primer ra.
brazos y la lanzó en el baile, dando abundante provisión de pólvora que por entre tinieblas, el claro, en dirección a la y mantenerse en el fuerte hasta la llega. yo del nuevo día. vueltas y vueltas con un furor de re una equivocación no había sido entrada choza. Por un momento llamó la joven a da de refuerzo.
JUAN MARAGALL aquella Un delantal lleno de pólvora noche!
a buen segudonde a medida que יuנת Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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