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Martes 21 de Enero de 1930 EL TIEMPO Página Página Literaria y Científica 001000000 Todo se copia sobre el agua obscura Las semillas de Baco Eco distante VENECIA Historia de la del agua y piedra y el mar sueño Todo sc copia sobre el agua obscura: Bajo el cielo rojizo de ca sensanción de utilidad de su tu rostro angelical y el rostro mío.
Enmudece tu piano: esa armonía lina, asaeteado por las lau tarea: la espiga que él siega El agua da su mansedumbre pura suena en mi corazón como ua lamento, zas de fuego del sol, el cam ha de pasar bajo el trillo y y es un silencio de plegaria el río.
po se extiende como una in luego por el molino y por el como una queja que arrancara el viento de una campana al declinar el día.
mensa esmeralda.
horno antes de convertirse Vuelca el ramaje su febril verdura Los pámpanos cubren to en el pau que reparará los Estrangula esa nota, amada mía, y se ve que un nervioso calofrío de la tierra.
lo hace temblar cuando en el agua apura.
Alargan las desgastes de sus energías tuercele el cuello al cisne, porque siento vides suis vástagos retorci. El vendimiador siente la se oye entre los dos un murmurio.
que esa música llora en un acento dos como tentáculos de ani alegría del fruto inmediato; de un dolor que soñó ser alegría.
males marinos que brotando al alcance de su mano está Mira, sobre los árboles parece del negruzco muñón de la el racimo pletórico, azucara Qué marchita ilusión o qué atavismo que hubieran puesto sartas de cristales cepa se extienden sobre los do y acidulento. Sólo tiene de amargura ancestral llora en mí misino pues con las hojas un rumor se mece.
surcos y reptan con su ador que extender el brazo para las notas de tu piano al escuchar?
no de anchas hojas por los poseerlo y saborearlo, como terrones resecos que la aza calmante a la sed de su así recoge el alma de la lira da cuidadosa removió. trabajo.
todo lo que en redor calla y suspira al ir tras el arrullo de la fronda Oculto entre los troncos La cuadrilla vendimiadora y el caracol la ronca voz del mar.
mis labios y tus labios matinales Tetorcidos, guardado por se adentra entre las parras.
fueron un punto azul sobre la onda.
los quitasoles vivos de las Risas y canciones de mujer ROGELIO SOTELA hojas, está el tesoro de las acompasan la tarea; brazos JOSÉ ALBERTAZZI AVENDAÑO viñas: los racimos, en cuyas desnudos se pierden, entecápsulas de oro se contiene rrándose entre el oleaje el caldo que es sol hecho líverde de los pámpanos, y quido.
mientras los cestos se colmau Los viñedos se muestran de áurea carga, por entre ubérrimos, como un alarde o; labios en flor de a La Ciudad Anadiomena pensativas por los portales.
de la generosidad de la Na. moza chorrea como iiua vena turaleza. La misteriosa de ámbar el zumo goloso de me gusta más en Il Fuoco, Las palomas, como hace sitransformación de la tierra las uvas estrujadas en la pride Annunzio. Este rin glos, descienden del campasa de un mordisco ansioso al en fruto, la transfiguración cón de arte, visto al través mil cou ruidoso crujir de del sol y del aire racimo tentador.
de un temperamento tan re alas. El sol, siempre joven, Las carretas, plenas ya, en pulpa jugosa y ardiente, finado, excede en mucho a dora los mármoles de colores el rito inmortal de la vida van chirriando a lo largo de la realiaad. Hay ciudades y hace arder las cúpulas de que no debeu verse: las que San Marcos. La cuadriga gloriosa, pagana indileren los caminos. La esplendilos cauces polvorientos de que todo lo aprovechia, la Reflejándose en las movi terrible, rompiendo plantas, hemos romantizado en nues. de Fidias se encabrita impacia con que la Naturaleza dez de la cosecha pone en bles aguas del mar, existía de gajando peñascos y eletra inmaginación. Poseer. ciente en el pórtico de la Balos ánimos ese contento que una montaña inaccesible pavando nubes de polvo, en las es perderlas. eilas sílica preciosa por las calle cumple su misión en satis.
ficción de una dirección al mar, tali empefatalidad la abundancia, aunque sea ra el hombre, cuyos picadebe decirse lo que Deme juelas límbicas culebreanchos estaban siempre cubier queñecido antes y que adoeterna. Todo eso es, ante ajena, proporciona. El sol trios dice a Chirisis en el li tes, obscurs, reventúrase el campo crtajado de viñas declina rápidamente en un tos de nieve, y que tenía ra, a medida que disminuía bro de Pierre Louys: No has de ser mejor que mi el Adriático azul palpita con samiento y fuente de la una multitud cuasi oriental; frutecidas, acicate del pen cielo aurirrojo que se desga por alfombra los arabescus la distancia, se hacía mayor tra en el horizonte cono un rojos, blaucos y grises de y mayor. La piedra dióse una respiración suave; al emoción.
incendio. Violetas pálidas las nubes.
cuenta de su in igrificancia Mi sueño era mejor que palacio ducal rojea, gallardo El ejército vendimiador liechas jirones, grumos de ante la inmensidad líquida Venecia; meus triste, sobre e incolúme aún, al peso de invade el predio, cou aires nubes grises y cárdenas En el más ingente de que allá abajo la esperaba.
todo, porque no era suscep la tarde dorada. japresil de cortejo de pagania. Por traen la noche.
ellos liabía una piedra de Y, sin duda, por este arretible de desmoronarse. Témonos! Carpe diem!
La Ciudad Aradiomena Mañana, si te es dado tor rriantes vienen llenas de viia, y los caminos, las carretas chi. Ya apenas se ve en la gran tamaño, que servía de pentimiento, Alali la perdoaun continúa la resguardo a los nidos de las nó, y en vez de hundirla en desmoronóse en efecto. EI nar en busca del regazo de rebusca. Las cuadrillas se águilas y de los cóndores. el fondo del mar, dejóla en gran canal no lame más esta Venus amable, ya no la mujeres y de hombres en alegre confusión. Hay una aprestan a regresar. Las la piedra sentíase orgu la playa, recibiendo la húruinas gallardas y habitameda caricia de las olas.
bles aún, maravillosas rui habráu cegado el grau Ca especie de jocundidad ani semillas de Baco recogidas llosa de su altura.
mal en esta mezcla de gen. parecen laber infiltrado en pies todo se empequeñecía o mas de mármol, y con honda nal; en vez de torres y cúmelancolía se piensa que la pulas habrá chimeneas. Su tes que, más que a una la las almas chispas de su alese borraba por la distancia. con los años, con los raza que creó aquellas belle majestad melancólica la bor fatigosa en la que gana gre locura. Canciones jo. El mismo mar, tan grande, rán el pan, parecen ir a una siglos, la piedra que deseacundas retozan en el aire del Lan sin límites, dijérase que ba romper al mar fué torzas perdió ya el secreto de Cóndola yacerá en los mufiesta.
crepúsculo, sereno, sin meera un espejo tendido en la la creación; que Sansóu ya seos. Dos o tres americaplanicie terrosa.
nándose, de negra y áspera Do tiene cabellos; que hay nas El campo, ya impregnado lancolías. La siringa pánica caprichosas habrán de esa sana madurez otoñal, parece sonar entre las somque era, en blauca y pulique apresurarse a very a transportado, piedra por pie solivianta los sentidos. Los bras, y el rostro bicorne del Si yo me dejara caer mentada hasta quedar conbesar con la mirada las co dra, los palacios venerables vendimiadores no tienen ese vertida en una piedrecita resobre el, lo rompería ren douda capaz de ser abarcada dios gozador ronrie lumnatas augustas, los caa la ados balconajes, la blonda Nueva York. Los degene los segadores a los que cal para el amor en el camino.
a las playas de Bostón de gesto duro y resiguado de eterna pareja que se disimula só, contemplando las irisaciones con que el agua aco.
por la mano de un niño.
de los arabescos y el follaje rados descendientes del Dux cina el sol en las horas pledelicado de los chapiteles, ia habrán enviado de contraLa luna roja de las vendi jía los rayos del sol.
nas del estío. El hombre mias asoma en el horizonte es que, aunque la altugracia frágil de los puentes bando los liepzos y las estaY su pensamiento subió ra sea grande, nunca se dey la soberana melancolia de tuas a Londres y a París: que encorvado va avanzando su faz plena y manchada de por el surco tras la media matrona alita.
alto, hasta los oídos debe despreciar al que nos palas torres; porque todo aquel Carpe diem!
luua cortante de su hoz no Alah, que decidió castigarla. iece pequeño y débil, porconjunto se desvanecerá en Hay paisajes tan bellos, experimenta la momentánea ALVARO REAL que, una vez al mismo nibreve, y la virtud de la pro dice Flaubert, que quisiera Insensiblemente fueron le divina ha muerto.
uuo estrecharlos contra su vel, podemos encontrarnos desprendiéndose las piedras corazón. Apriéta éste cony la tierra que la engarzacon que los realmente petra el tuyo. Llévatelo conban al resto de la montaña queños y débiles somos noUna banda militar toca en tigo, para que lo beses deshasta conseguir que la pie. sotros.
la piacsd, repleta a esa hora pués locamente en tus lodra orgullosa, falta de sus de gente endomingada. Mu ras de nostalgia, allá lejos, de suprema lapguidez su de Jabín, rey de Asor. tentación, rodase con furia José SANTUGINI chas mujeres de palidez ma como se besa el álido retra cuerpo soberano, más que Con impaciente gesto la te, de ojos enormes, de es to de una vieja querida muer. una mujer diríase una diosa calla Dalila, diciéndola: de placer.
beltez incomparable, pasean ta! Carpe diem. Oh, no turbes mi repoqué se obstina tu pueblo en me llaman ;quiero darle mi buscarle el mal?
Cubre su cuerpo de for so hablándome de la cruel perfume; quiero que sus ¿Sabes que ha poco se llemas targentes con una finí venganza de tu Dios. Dime brazos cižas mi busto coMoribunda tarde de estío; via; la mirra y el incienso sima túnica de lino, que ha que es del hijo de Manoa, vó sobre sus hombros las lumaasio; quiero que mi cadulces languideces bajo el tejen en el aire fantásticos ce que sus líneas parezcan de la tribu de Dan que hapuertas de Gazar? Los tu beza se incline al peso de melancólico cielo idumeo; adornos; la tibieza del am esculpidas en mármol; des bita en Sora. Busca, oh yos buscau su muerte, pero sus bezos: quiero desmayar pureza en el ambiente que biente es enervante; sobre nuda hasta la rodilla la pier Baara, la manera de que yo Jehová es con él, y como a al faego de sus caricias; oh embalsaman los aromas de cojines púrpura, la cortesavaso de alfarero desmenazana izquierda, de líneas im pueda ver a Sansón. Una Beara estoy enferma, epferlos nardos de mna de amor na del Sorec contempla enrá a sus enemigos.
rosas del Sapecables, cubierta de un se vez no más, mis ojos se reTón.
simismada el Sol que desa doso vello, ostenta en los crearon en su cuerpo diviAcariciando la noche de Decía, y su cuerpo tenía Inclínanse los lirios al so parece.
Suelta sobre sus dedos de los pies anillos de to, una vez no más lo ví sus cabellos con sus manos ondulaciones de serpiente; plo de la brisa; los floridos hombros su espléndida ca oro artísticamente labrados. en Timsah, y ya lo amo liliales, Dalila oye a su es sus ojos lanzaban llamas, y manzanos parecen de oro bellera negra, entornados Upa esclava judía que se como nunca he amado, y lo clava, entornados los ojos sus labios ofrecían el néctar acariciados por la luz cre los ojos sombreados por larhalla junto a ella, canta con deseo como en mi vida he bajo el peso de las pestañas, de las supremas caricias; un priscular.
voz dolce una canción en deseado.
cargadas de ensueños.
gas y sedosas pestañas, enmalo de voluptuosidad y de No, Baara; no soy yo lojuria la circundaba.
En la perfumada estancia treabiertos los sensuales la. que se celebra el horrible Oh señora; Sansón es quien desea el mal a tu comRADAMANTO se siente un hálito de lasci bios, y extendido con aire asesinato de Sísara, capitán el protegido de Jehová; por patriota; la rosa del Soree Continuará) sus DALILA Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.