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FCARTAC Boccia Hora Citeraria yecto el señor de y pase el aguas del sho y que capacidad de litros por SOLEDAD LA MUERTE DE PACHECO. Se ha muerte Pacheco!
El bueno de Pacheco. Se acuerda ustod de Pacheco?
De pronto no sentí emoción.
Pero en esos momentos se rendia en Madrid un homenaje a Romero de Torres. Se recordaba la muerte de aquel gran caballero y pintor andaluz que tantos amaneceres madrile nos llevó hacia casa entre los pliegues serenos de su gran ca pa española.
EL VOLCAN DE CARTAGO El perfil de la sierra or un trasunto.
mirado desde el valle, hondo y distante.
del cuerpo boca arriba de un gigante, allá, sobre su timulo, difunto.
las manos sobre el pecho, cejijunto el rostro, orlado de crespón flotante, la boca desdentada y humeante, verdugo y rey del valle, todo junto Tal es el Irani, por cuyas faldas corren las fuentes límpidas y frescas, en lechos empedrados de esmeraldas. a cuyo pie, sin miedo del endriago, tendida entre laderas pintorescas, se burla de él la juvenil Cartago.
Félix MATA VALLE Capa a la cordobesa, pinturera y gitana, en Romero de Torres. remilgos (de condesa y taconeos de La Mejorana. da Municipa Todos van, todos saber.
isfactoriame sólo yo no Bé nada. de la cala cuyo costos sólo yo me he quedado 51 mil colon obstra ida y lejana, Compania go está enco soñando realidades, recogiendo distancias.
cotal de Eemler Toda pájaro sabe na sombra da su ruma.
ved huella conoce Educación a pre que la señala.
anicipalidad No hay sendero sin pasos en sustitusi jazmines sin tapia.
ue renuncia ada de la Sólo yo me he quedado Ms. Claus la brisa enredada!
lvador Orear Carboni, Sólo yo me he perdido Ion Luis Chai un vuelo sin alas el don Met tes.
por poblar soledades me el cielo lloraban.
NES Solo yo no alcance lo que todos alcanzan e la reparto la cañeria de por mecer un lucero ares circunso a quien nadie besaba.
rme presentad de Ingeniera Ernestina de Campourein Crédito Arte gue la letra la parte de al señor Clan 19. 461. 105 TRISTEZA cuerdo convert Jaquecas checo, cuya prestancia, triste y soñadora, era conio otra prolonyación de la figura deJulio Romero, también enlutado y mo zo, risueño y triste, como la piel do Pacheco, y las alondras de su arte, que quebraron las alas contra los espejos de te ilu sión, a trueque de ser una llasin nombre en los lienzog renombrados, Un dia entrevistamos a Romero de Torres en su estudio madrileño. en ninguno de los movimientos, ni de las palabras, faltó la curva de gracia del fino galgo de seda. nuestras preguntas, paseaba el la mirada de sus ojos. ternal ra y gravedad. por nuestros semblantes. Aquellos ojos de Pacheco, fraternos y limpios, como dos avellanas doradas 80bre la proa de su hocico, buen azuzador de auroras y adorno de aquella frente de heráldica pensativa. Pacheco era una lar ya ese mayúscula. Una ese de salvos y de salud, hermano.
Por su figura correcta y preo.
cupación armoniosa, podría lle var dentro de sí, sin temos a desdoro, el alma de otro pintor de gran semejanza con el galgo de Romero de Torres. Es te pintor era Van Dick que, aca 80 como Pacheco, llevaba en la jaula del pecho, todo en nebli.
nas, prisionera, una alondra que se ahogaba de sol. Pache.
coy Van Dick hubieran sido También buenos amigos. Por que Pacheco tenía un alma pro funda como una noche fresca silenciosa. Odiaba la pandereta y no gustaba de las guitarras si al sonar no lloraban de veras. Sacudia las orejas en se rul de protesta si escuchaba un cuplé en los tablados, y oia con religioso silencio todas las coplas flamencas, con una gran comprensión humana que no he visto jamás entre las gentes do colmado. Tenía, en esencia, el mismo gusto estilizado y anda Quen había muerto era el pe qu o de Romero de Torres. En lu Córdoba fragante y suntuo.
sa, lo mismo que su señor, al lado de su paleta, en la que se guirán cantando todas las alondras de la madrugada. El bueno de Pacheco tenía que mo rir asi, entre un prestigio de staranjos mozos. Entre un silen cio de celos y una fragancia de luna, flor de nácar prendida en el cielo de Córdoba, como en unos embosos azules. No podia morir así el otro Pacheco. La mediocridad muere al pie de unu estufa con calcetines blan.
cos de algodón, en pantuflas ca seras o en el diván de un cafe con una tos de párroco viejo, tejo solitario junto a la ermita sin feligreses. El perro extra ordinario de Romero de Torres un gran galgo velazqueño, propio para ser halagado por los manos de un principe de las cortes inglesas. Negro, fino y alto, tenia la elegancu estiliza da de las mujeres de piernas de corza, estampadas también dis galgas, grandes ojos febri.
los, de lus mujeres que pints Romero de Torres, guitarraa que iban sonando siempre sin saber adónde, con largas miradas de luto, lo mismo que PaPASTILLAS ORIENTALES Remedio casero BOTICA ORIENTAL oa TROZOS DE VIDA Provincia de Tristeza solitario, inica flor mia!
Constelación de llanto inmóvil y scuelas el panales de estrellas, cuajada Vicente inda angustia serena, recta se encartrma de vida.
Swarte llama que esquiva luz al menor soplo.
Fina aguja de oro las deportiste el corazón prendida.
Tristeza solitaria, flor de la ciembra mia!
y ven que el por el serie Blanca Maria PINEDO icipal tendris las nubes.
luz de amo. por080, no siendo en aquellos momentos en que Mariquilla te madrigalizaba en el oido, brindándole un poco de sol de las calles, Pache co no se separaba de Julio Romerro de Torres. ya que se Corresponsal 933.
HEREDIA las ocho de e existir, en de los nciano, amis oaquín Varga en su vida tot orabilidad pot bajo y quien su hogar y abnegación robidad de us estimables Para Regalos Utiles y Agradables UNA FRAZADA DE LANA Los dos iban juntos por extre la noche de Madrid a caza de silencios maduros, de estrellas finas y de lunas nuevas.
Ahora se sentia tan solo en la soled perfumada de Cór.
doba, que se murió en silencio para estar a la diestra del pin lor cordobés. Que si la tierra vi ve y siente, lecha de carne de los hombres, guija, dolor orosas, cardo y naranjo, la suya.
estariu llamando a Pacheco, el de la lengua de miel y los ojos de alborada.
Hoy ya está a la vera det maestro, bajo el silencio de su gloria. Porque el retrato del in signe amigo, que hizo del cora zón una paleta, el verdadero retrato de Romero de Torres no estará jamás completo si a la prestancia de su figura, ancho sombrero y capa donairosa, no se uno la admirable ese mayúscula y negra del buon compadre Pacheco. Porque el difunto Pacheco e ra como un ciprés quebrado en luna, entre la pintura de Ro.
mero de Torres, hecha de corcas españolas!
caron sus to e de la maña atrida concurs toma como un Eento de dolor to aciago embe doliente y u distinguida a Rojas y us estimables erto, Reina erto, Gracie mitiguen els el destino corazones.
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El libro lo ilustra Noé Solano. Ibamos decir unos cuan.
fos clogios del libro del Dr. Po rras. Los íbamos a decir con e808 fruses hechas, que todo el mundo na para referirse a los maestros. Pero preferimos egcribir después del titulo: el libro lo ilustra Noé Solano. Creemos que hemos hecho el me jor elogio a Trozos de Vida.
Todos los dibujos nos gustaron. Uno más que otros, claro está. Entre éstos, el que adorno Alfonso CAMIN LA GLORIA. Crespo y Cía. DEPORTES la mejor 91 Correspond previste deportiva the positions and desire.
te.
Se 1933 LUNES 17 de Julio de 1933. LA HORA PAGINS TRECE Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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