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desti egocio LA HORA LITERARIA LISIMACO CHAVARRIA ereará una los requis la forma acter de ad designada ampañana romereen y de indi a para Eica talo Epresentaci gobierno nos uner de gratis LOS ANDES Como uma boa inmensa de un polo al otro echada, ceñida por llanuras y bosques seculares, oyendo la epopeya salvaje de los mares, mirando de los siglos la ruta fatigada, extiendense los Andes, la frente levantada, do quiebra el sol siis rayos, cual dardos a millares, do tienen sus dominios los pumas y jaguares, do cligen los cóndores su insólita morada, El Niagara les brinda su canto prepotente. nal rota y gran arteria los riega el Amazonas, y lecho gigantesco les presla un continente.
Jamás los doblegaron del tiempo los afanes, estentan con orguilo la pompa de sus zonas, y relan lo infinito crispando sus volcanes. ausencial tro el sá cual saldra bramiento establece más dired te los gol Costa Rica, cado desde o entren su Minis Boule.
LISIMACO CHAVARRIA Lisimaco Chavarria, es y sig nifica, la ea presin maxima de la poesía costarricense y el can tor por excelencia de la Tiqui cia y sus bellezas.
Sus versos de una incomparable nahiralidad, copian con mano maestra y genial todos los aspectos que ofrecen los en cantos de la Patria, de la Patria que ni supo ayudar at 811 vardo, ni aún le ha hecho jus.
ticia verdadera a su esclarecido e incompable namen. Leyendo los versos de Chaveuría, se quiere honda e intensamente ta la mayor admiración y retanla mayor admiración y regocijo que pueden inspuar nues Iras bellezas naturales, y apreciando la realidad de las cosas, cada voz es mayor la simpatia y el afcto despiertan sus estro fas, que ja huelen a reseda, a miel fragante de parrales, o a dorada e hirviente miel de los trapiches.
Nadie como él ha sabido can tar y copiar los encantados ele.
mentos de nuestras exuberante naturaleza, que tuvo en la lira de su pocta por excelencia, la mágica y portentosa voz que condensara en cantos sublimes las mil expresiones de su poesía y de su belleza.
MI. Isaac Ugalde ANHELOS HONDOS LISIMACO CHAVARRIA H.
SONETO ENLUTADO as principi en tiniel 3; algo in a en cons os tanques co la plant cados en a. Se dice Bte en la e meses de. siempre deyes natu do en disf durante Oportunar al unicit glo factibl Canton sin ianos.
Auá en el camposanto, que esmaltan las auroras de amaranto, las tardes de sándalo y carmin, allá donde la yedra abraza con amor la eruz de piedra, anhelo ahora descansar al fin.
Allá donde los vientos juguetones, columpian los rosales en botones, y lloran al pasar, allá donde los lúgubreg cipreses me esperan hace meses, anhelo descansar. la muerte de Lisimaco Chavarria En mi pueblo que doble la campana bajo el oro del sol de la mañana por éste su nativo trovador; en mi pueblo! que manos cariñosas me lleven a la huesa muchas rosas cortadas con amor.
Elcra sollocante sus plegarias, lo musa del poeta abandonada, y el sinsonte se queja en la enramada, que corunun compánulas y guarias. del cielo las purus luminarias, no brillarán poeta, a tu mirada.
yu no oirás la romanza delicada Yerto y sólo en la tumba te dejaron, Yerlo y sólo e nla tumba te dejaron, dulce bardo cantor de las montañas, y del agua, y del sol y de las cosas!
Más tus versos flotando se quedaron, como el humo sutil de las cabañas.
como el suave perfume de lus rosas.
LEON VARGAS ADAMS ov responsa Mi cuerpo que se torne en pasionarias y que adornen las tumbas silenciarias en las tardes de lumbre tropical, Es el único anhelo que hoy me inspira, y que siga mi cruz siendo la lira del alma mia que será inmortal.
Chiciers Este Dial CANNOT CHEWING GUM LISIMACO CHAVARRIA Ayer hizo 20 años que Lisimaco Chavarría desclavijó definitivamente ese instrumento que los cronistas sociales llaman la lira poética. LA HORA dedica su Página Literaria de hoy, en conmemoración de la fecha, al cantor costarricense.
Alma lírica, de otro tiempo, tuvo el poeta sensibilidad fina y delgada, y en las cuerdas de su pentagrama, fueron notas el rocio de nuestros campos, el piar de las banda das de pájaros, el lento sonar de las arboledas.
Sobre la cuartilla, la mano de Lisímaco, tuvo trazos rudos y violentos y el canto épico se mojó en la in mensidad de los sembrados, y en el rumor tormentoso de las correntadas del trópico. los treinta años sintió cansancio en los pies y se sentó bajo un ciprés. La quietud de la campiña que oreaba su frente, cuchicheo de la soledad, que decía en sus oídos un verso delgado como una luna nueva, y el fino paisaje que descorría la luz de una estrella colgada de una rama, hicieron que Lisimaco se quedara definitivamente allí. aquel renunciamiento a la marcha de Lisimaco, hizo que los señores gordos que pasaban por el camino de la vida, comenzaran a darle importancia. Hoy es nuestro primer cantor. Pero para ser nuestro primer cantor tuvo necesidad de morirse a los treinta años, cuando aun el alma quería seguir caminando.
Porque nuestro medio, para conceder un poco, exige un mucho. Exige toda una vida. sa.
1933.
MAYOR ECONOMIA Al Comprar susi CAMISAS LA PERLA, de BARZUNA HNOS.
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