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NUMERO 246. SENORITA COSTA RICA San José 28 de Diciembre de 1933.
Dirige: JOSE MARIN CANAS La hora Desca a sus ANUNCIANTES LECTORES. AMIGOS FELIZ AÑO NUEVO VALE C0. 05 1933 1934 DE TOL ico acerlo.
serio. por bando o Fa pasulominente el reconociel Bar niento del Gobierno del amente a Salvador por Costa Rica.
Se procederá a la ofensir va general en la provin cia de Fukien tian aba el erando la ritas.
de esta ma todos los ado aconnuestros inform Cica de lo soder man res al 20oceso que Para la Noora con toda Helle Jimenez da dince dadiD ió una ra ra la de atel, scio tención le solici mes culto nay selec la ejecu orita Car posae ya. el joves nocido en excelen ticas; la Margarit.
Lolly Foo Subis, Señora, esta noche, al estrado donde ojos doctos deben medir y comparar vuestra belleza con la belleza que nos ha llegado de estos cuatro países del Caribe.
En el torneo, donde vuestra gentileza va a afrontar la raáxima prueba, están puestos los ojos, que es ya decir el corazón de todos los costarricenses.
Sois, Señora, Costa Rica hecha moza, y Costa Rica, envanecida, se mira en Vos como si se asomara a la limpia lámina de un espejo Costa Rica hecha moza!
Toda la emoción que hay de límite a limite, de mar a mar, en este bendito pedazo de la tierra donde se enflora el café, hierve la miel y revienta el maiz en la mazorca, está en Vos, Señora.
El milagrero milagro de la marimba, que cuelga de la luna sus gotas de plata. El blancor de la anona que se desan gra en el dulce chorrear de su pulpa. La luna del Estero, atontada y plácida, que pone sobre la quietud calurosa del puerto un diáfano cendal de milagro. El hervor en la paila.
que es rubio saltar de senos fugaces. El sahumerio de bronces que asciende de Liberia, cuando el cielo se enflora de estrellas y la parroquia repiquetea a rosario. El rudo sonar de los cascos del jacón llanero, cuando el guanacasteco, ve.
Toz y gallardo, atraviesa los alcores en pos de la compacta vacada. El oro de las polvaredas que en los recodos del camino fo man los hatos azuzados por las broncas voces de los sabeneros. El pleno sol, rutilante y colgado del cobalto azul de ww. stro trópico. El rojo reventar de la pitahaya, que es como el temblor de una herida que aun está caliente. El agridulce de los membrilles que crecen a porfía en los huertos de Cartago, donde el balate se adorna con la madreselva y con el musgo. El color de un cuadro de Kiko. La congoja de los versos de Domitilo. Las románticas procesiones bajo el pleno arder del día, en la pintoresca burdedad de Alajuelita. El Hanto de colores que se cuelga sobre el turno pueblerino cuando el cielo se incendia con la alegria de un cohete.
Pasa a la pág. CINCO Chavan onseca de dades olín y la Castro eitaron ndas cal Garden imera eamund abre aler esu yo estudi nuestro de la eto.
ordiam 18eca y por istico, almente rte en que stica hora as Bay Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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