Guardar

LOS ENIGMAS EL ESCRITOR CA LA HORA LITERARIA LA MAS DESEADA nue pos jas Ca.
tas bri ra de: el OS 2x luc la na ris or LA ve da no ig pc dc hc tie lic a ¿Por qué te inquietas y preocu pas de los enigmas del universo, El campesino fecunda el suelo, si pronto vas a morir y te dará el obrero forja la herramienta, el la muerte contestación a todos esabio se abisma en sus cálculos, el filósofo sueña.
llos?
Cuántos años te Los hombres se debaten en do.
separan aun del fin?
lorosos choques por la vida, la am Diez, veinte, medio siglo. Ve usted en ese salón a a sin duda, lindas, agradables y hombres con cuatro meses de cas. bición, la fortuna, la gloria; pero ¡Qué corto es, de todas suer quel caballero repantigado en una graciosas algunas de ellas; pero tidad. Qué escenas en la cuadra de el pensador solitario que escribe Tes, el plazo.
El es butaca, con las manos en los bol binguna excopcjonal. Pedro no la posada, teatro de aquellos amo agitade, fija su destino.
Dia a día marchas hacia el in sillos y un cigarro en la boca, y tiene por qué forzar su memoria. res!
quien despierta en los hombres ¡Qué horas. a aquella señora tan entretenida Sabe que en su colección no hay los pensamientos rebosantes de menso misterio, que, como gran. Ah. dice la señora de ideas, de las que viven y las que estatua negra, te aguarda inmó en disolver con ayuda de una pa ninguna de esas mujeres a que ja el azúcar vil al final del camino, con los de su limonada? se ha referido la señora Thomin Thominges. Veo que recuerda se esfuerzan en tomar realidades.
Pues es un flirt. un flirt muy ges.
brazos cruzados y los grandes 0otra aventura. Cuente, cuente. El es quien con sus fórmulas obserio, créame.
Pero Pedro ha cerrado los ojos a la ac jos llameantes de respuestas.
Pero vacila. La mira. Está en sesionantes, los empuja Por qué, pues, tanta impacienCon su postura no muy de hom por obediencia, y casi a su pesar cantadora en el cuadro elegante ción, a las grandes reparaciones cia?
bre galante. Pedro está realmente desfila ante él la teoria de sus a. de su salón. Brillan sus ojos. Es de equidad, de justicia, de verdad.
enamorado de la señora de Tho venturas.
Deja tus dilemas dormir con Su fantasía puesta en tá celosa, y gusta, sin embargo, Es el quien sabe encantarlos con sus aceradas tenazas, que remaminges, y si nos acercásemos un marcha imagina, imagina. de antemano de la aventura que la voz de la esperanza, siempre jo poco escucharíamos el diálogo que ante la señora Thominges se su su enamorado va a contarle, por los arrastra hacia la vida. El es tan en puntas crueles.
mantienen. Desde aquí oímos bien. ceden las mujeres que Pedro des que tiene la esperanza de que con quien los consuela, los rehace, y, Te dices: Tiene que ser esto, tiene que ser aquello; pero es Escuche usted.
cribe. Algunas son célebres: una su cariño le hará olvidar a aque curando sus heridas, lleva al ven. Una absurdo, y aquello. también.
confidencia, Pedro de ellas ha sido amante de un ula mujer tan amada.
cido a ser el vencedor de maña.
Deja tus dilemas dormir, como dice ella. Qué mujer ha desea rey, otra pusaba por innaccesible. Cuente.
Pero todas son iguales en el fonna. El ab:e los corazones, penetra tenazas de alacranes ponzoñoso3. do usted más?
do. Una comedia de unas semaY Pedro empieza así el relato: en las profundidades de la vida El, que todo lo sabe, está, con. Hablo en serio. Qué mujer nas, un asedio metódico en los su seaba en góndola cuando vi que daderamente lo crea en su concien Era. Era en Venecia. Pa misteriosa, revela al hombre y ver los enormes brazos cruzados, en es la que le ha dado esos minu lonos y unos momentos de colero se acercaba a mí una mujer do cia y en su voluntad.
medio de cada dilema.
Entre el sí y el nó, están sus miedo, de ira, con que sueñan los No. Nada.
tos de espera, de angustia, de a la vista de algunas traiciones. radiante hermosura y de soberana Haber sido por un día, por una inmensas pupilas radiantes.
elegancia, una mujer que luego su sola hora, el obrero de esta obra Se alza como un coloso antiguo muchachos a los dieciséis años? Pero la fantasía de Pedro ha. La verdad. no sé.
en los límites de la noche y el día.
cedido el paso a lo que fue rea pe era la princesa Charmiani. maravillosa y fecunda, basta para sonrió.
Cada hora volandera en sus bra. Son muchas? Si, usted es un lidad. Ahora no inventa. Recuercoronar de gloria toda una vida.
zos impalpables, te lleva hacia El. coleccionista. Sin embargo, haga da algo de su vida pasada. Ya no André BIRABEAU usted un esfuerzo. Busque. No ve nada del salón de la señora de Georges CLEMENCEAU cuando llegues a lo que aque me mire, olvideme, cierre los ojos Thomings. Ante él se alza la fi llos que te sobrevivan llamarán el silencio absoluto, su gran boca y busque.
gura de una robusta muchacha.
se abrirá para decir las cosas dePedro cierra los ojos; pero só Si; ha conocido la pusión. No finitivas.
lo por obediencia. No piensa en fue amor, fue la pasión. Ha conotregarse a un trabajo que desde cido las horas del deseo exasperaQuién sabe si entonces verás luego sabe que es inútil. Es cier do, ha tenido la boca seca y el ouer que esa gran boca joh, dulce mi to, como ha dicho la señora Tho po roído por la angustia, ha teniHoy han venido a verme lagro. sonríe.
minges que ha coleccionado mu do rivales cuya muerte ha anhemi madre y mis hermanas.
cho; pero la colección no tiene nin lado, ha vivido en la frontera de Hace ya tiempo que yo estaba sola Amado NERVO gún valor. Mujeres encantadoras, la locura, se ha batido por ella.
con mis ver808, mi orgullo. casi nada. Era alta, ordinaria, vulgar, ro.
HUERTO LIRICO ja, pecosa. Se llamaba María. SerMe hermana, la más grande, está crecida; via en la posada de un pueblo, es rubiecita; por sus ojos vaga FUGA DE PAN pero era magnífica, porque no habia más que ella, y era la guerra.
el primer sueño. He dicho a la pequeña: La vida es dulce. Todo mal acaba.
Unica mujer. entre cuatro vis jas apergaminadas. en aquel De las postreras flores de narciso pueblecillo, y rodeada de veinte Mi madre ha sonreído como suelen coronada la testa, Pan huía aquella que conocen bien las almas; por los campos de helénica armonía ha puesto sus dos manos en mis hombros, ante el Dios torturado y circuncuiso.
DENUNCIA ANTE me ha mirado muy fijo. han saltado mis lágrimas.
EL PATRONATO De pronta se detuve. Det bliss Zefiro aromas áticos traía; Hemos comido juntas en la pieza más tibia de la casa.
sobre el Pelión, al declinar el dia El señor Próspero González vió al último centauro, en lo impreciso.
nos pide denunciar ante el PaCielo primaveral. para mirarlo tronato de la Infancia, así, púfueron abiertas todas las ventanas.
Llevó a los labios la siringa. El viento blicamente, que a una su hija ágil condujo hasta la mar tirrena le ha pasado un percance del mientras conversábamos tranquilas de la pánida flauta el grave acento; cual quiere que se ocupe est de tantas cosas viejas y olvidadas, centro. Se trata de una menor mi hermana, la menor, ha interrumpido: de edad, a quien han engañado. Las golondrinas pasan.
y respondió del piélago sororo Espera el señor González el canto de una pálida sirena se tomen las providencias del Alfonsina STORNI de ojos insomnes y cabellos de oro.
caso para que sea investigado el hecho y puesta la sanción Mas GRILLO correspondiente. HAN VENIDO. ti MADRIGAL La hora Cuando el rosado velo la aurora descogía bañando, en suave luz el ancho cielo, a bañarse fue al mar la amada mía.
Estaba el mar sereno, pero al ver la blancura de aquel seno, y aquellos blondos rizos, y aquel sin fin de hechizos, a recibir dispúsose a mi ingrata, por abrazarla más y más a prisa. con breves olas de luciente plata.
AVISAMOS a nuestros estimables clientes anunciantes que a partir del de Mayo, la tarifa para avisos en este periódico, fué elevada a CUARENTA CENTIMOS por pulgada en columna.
Entró en el mar: la juguetona brisa acarició el magnífico tesoro de rosas, nieve y oro; las aguas bulliciosas en torno se apretaban del oro, y de la nieve, y de la rosas, y con besos lascivos los besaban. Apolo, más que nunga diligente, aguijó los caballos del famoso gran carro y asomó por el Oriente, con quien ver desea, al cabo de cien siglos, refulgente, salir del mar a Venus Citerea, MAX. ACOSTA Jefe Sección de Anuncios 3:29 RODRIGUEZ MARIN PAGINA CUATRO mohalla HORA Este document propiedad de la del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

    Notas

    Este documento no posee notas.