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(Poemas en Prosa)
El aspiró el efluvio laba con un débil esfuerz lla actitud y ávidamente Sumido entre sus ondas delicia los collares de age como el alma de una Por TOMAS AYERBE LA FORA LITERARIA Las Cabelleras De Ellas intisa, en biera sido algo mortales dolores de que me comprendre son rapide tre cada uno de equidmilosela bi: magda. comcelto die linases de tea de esa cohesión de pruge que sólo tienen la madpismo la porcelana antiguas, sorres nas que tienen sobre los perosa heron ia Envuelto apenas en aras: golis. Las Amadas Ingenuas en un cantada. La dulce cauti tremeca El no hubiera sospechado ja aquel oro dúctil y frage más. Siempre atribuyó el encanel ahinco de los besos ir to que envolvía su cabeza gitana a la compacidad de sus cabellesElla entonces se levar que era en realidad so prendente atrás la cabeza con aquel graciotre sus brazos pálidare yrarísima.
mente, sin quererlo, aquella viva sica ardorosa de las guitarras, so gesto infantil y salvaje, levan guida y nada igualaba Partidos en dos mitades cor gema mórbida, no llegó siquiera to una vez más los brazos y suje zá de su ademán indóm II a hender con la uña la tenaeidad tó aquel caudal de anillos flexi la albura casi cerúlea ca HC cavas por una raya exacta, se alisaban a ambos lados de su ca de su pulimento sombrío.
Solamente sentia una turbia Respirando entre te batían unas tenuisine Ta sus cabellos bles y pálidos, beza, con tal intensidad de conEntre tanto no hablat on. con delicia de aliento se helaba y hacia atrás, palpitate facto que parecían lomar con fascinación de lascivia, un emEl pensaba que aquella rebels bien los hilos del case La ella un solo ser gracioso e india brujo nocturno como de música o como en una gruta lacustre.
mpregnados siempre una de cabecita estaba hecha, tal vez arterias impetuosas de la visible. Separar aquellas dos ne de aroma tzíngar. a, aunque aqueSu grisimas conchas de su cabeza hu la cabeza no exhalaba un verda clarísima frescura circulaba en de un delicado marfil y de un oro poco líquida pero li nagra. Sí, esto era en realidad.
so como cercenar las alas de al bre que el comprendió más tarde sa guna be la ave salvaje ile pluma porque hasta entonees ignoró el gera de las mañanitas límpidas Su primita era una pequeña estatua criselefantina y graciosa, si metamorfosis inmaterial e mue je acerino y de brillo apagado y misterio y hasta la existencia mis de abril.
Ella estaba peinándolos en una es que el oro y el marfil vivieran. dor y ten a esas líneas a y. profundo.
ma de aquella dúplica virginidad de esas mañanas, de pie y cerca Súbito, el diminuto En el más apremiado frenesí, negra.
peine de Fue una tarde por fin. Sobre al zócalo lujoso del amplio par dientecillos agudos se escapó entre cendentes los lirios sutimando los labios resbalaban sobre aquey el la compacta y pulida superficie la sien de la genuina gitana san que inglés. En el interior de sus sin suscitar en ella el más ligero araba umemorie chaved andado en abiertos buchetrealgunas Sociais menter la boss smånclinar com para mente. el cuerpo contus etia.
po y los labios bajo Reco das entre dos hilos y caian del entonces en imperceptible contac. hasta apaciguar el temiyunas Eran una sola masa liza yun los morenos brazos cenidos a su tuosa, finisima dura a todo cuello. Besó muchas veces la cauno al otro con un pequeno tem to, pero como él retuviera en su deleite.
cortó, blor.
poder el peinecillo, la obligó a contacto, que jamás despertó ba beza finísima y después La levantó en sus bra Sei jo los besos la sensación muelle uno a uno, con los dientes, los pe Cuando hundía en ellos los dien permanecer inclinada delante de de la blandura, porque seria im talos de la flor. Los últimos se tecillos del peine de inarſil, al sí.
posible oprimirla ya mais.
un an más íntimos, rojos y tier mismo tiempo que con sus finos Me dejarás peinar os a mí. do raso, la desnudez no fel ca El amo siempre en ella sus ca nos, como un pequeño corazón, y dedos los oprimía, se ies veia ce No. No! Devuélvemelo, Jorge, sensible porque la seda Ma.
bellos sobre todas las cosas. Pero mordidos todos juntos se resis. der dócilmente, con una especie reía ella muy cerca de sus labios. tibia se contagiaba de la Soleda jamás habló de ellos porque no tieron. Los atrajo nacia sí y el de femenina dulzura: Tampoco los sabrías dominar tú. de la piel.
gira imaginó nunca que pudieran exis tallo verde hundido en la maraEntonces las goticas de agua To, vi tir separados, y así, siempre bevillosa cabeza se desprendió de rodaban pobre los hombros de tes, saba su CABEZA SU CABE ella y desprendió la cabellera pe porcelana a sobre el raso del peiLLERA con el mayor ieryor del sadísima: Cada uno de los cabenador apenas azul, pero libres el CE mundo, estremeciéndosele sobre llos se hizo entonces irisble, pero nuevamente de la leve opresión de ella entre ambas manos y desli impalpable, como las hebras de Sígue su mano saltaban en un tumulto Es lamentable que no sea defi. fantasma. La novela zando perdidamente los labios so alguna negra seda golpeada.
de bucles selvatieos salpicados nitiva la fuga de Greta (arto de terminar ahí, con el su Иасау bre esa esfera de amatista mace Hundió en ellos la frente. El ade cristal.
de los poncif artisticos más so libertador.
gutrámbar de aun Ella entonces acudió nen hirientes de la postguerra ha si.
hacia En ella la risa era Tíz que alguna vez rasgunaron leve se, a pesar del silencio, de la múdo esa Venus internacional, puli zoológico, y el llanto un da en hielos antárticos, a sonri la química. Al verla las ва sbart 99 El Poema De Tú Ventana agudo. En el a la belleza se hi ran sido, si el paraíso que 1a zo un producto de laborabərio, un ga sobre la tierra, y el ar Como el enamorado in experimento profesional, para ravilloso no se enciende Oh las ingenuas sonrisas de soñadoras que llevan Fonda a su amada, to Sc producir esa bestezueis. sexo, ojos de la serpiente, y telo de las amadas Ingenuas en el alcázar de su alma mi imaginación ronda trabajada en ángulos hostiles, con en oro cordial.
ritmo de dulces notas la gombra de nuestras penas. tu ventana cerrada.
le voz húmeda de licores nocturnos, Que Greta Garbo dest, ritmo de castañuelas.
Tu ventana cerrada, y jos metálicos, ellejo y se lleve con elal a Mapenz te Por ellas los madriyales se me quedó en el fondo inútil y frío.
a Ramón Novarro. Asi El tenue rosa alabastro de romancescas leyendas de la mirada.
eñor de los cuellos que semejan De su cueva del polo salió, con guirá esa raza extenualishitt sacan los poetas dulces entre las cestas de rizos paso equivoco, y trajo al mundo de sus altivas melenas.
le Jir ¿No oyes en sus cristales cuellos de las diosas griegas.
nuevo, purificado ya en los siete 4000 MAS DA ELánde mi alma aletear, Son cilas diosas que tejen fuegos de la guerra, on venecomo una mariposa Cabe los leves corpiños no, breve y hostil, que ella prodiVICIO NACIONAL on guirnaldas de rosas frescas que la luz de tu lámpara escondidos en las sedas gaba con gestos de sorámbulo. ELECTRICIDAkica que para el poeta valen fuese a buscar. Sobre su cuerpo helado, de largo los albos senos traslucen más que los lauros de Grecia monstruo marino, los trajes de botones de rojas fresas.
Una nota del Servicio Dorde Tu ventana cerrada!
la farsa se prendían como de una de Eleetricidad a la Secre rejo Detrás de ella mi espíritu las cascadas de sombras Amadas, dulees amades sombra. Sólo sabía llevar el abri Gobernación, por medio deos y está atisbarlo.
de la opulenta melena dulces amadas ingenuas No sientes que mis ojos go ambiguo, los zapatos deportis tamento de Comunicacionez andivagas suenan aires tas, y las melenas trasnochades.
Esta nota habla del acuiel con mis rimas yo forjare en todos los instantes de romanzas arabescas.
tronos a vuestra belleza.
Al andar daba la sensación de el cual se dispone entregalfar te están mirando?
estar inmóvil, y que era el globo bierno la suma de cuatro a de Por eso me gusta ver Mas ya que el poeta es pobre el que rodaba bajo sus pies de nes más, en vez de dies fero; Levanta las cortinas a las amadas ingemas lanza a vuestros pies la ofrenda para que así yo sueño campeona, en un juego grotesco el trabajo de arreglo de padi de fantoches.
líneas telefónicas con sus sonrisas timbradas que la pentacorde lira que me adivinas La escena conoció de ritmicas castañuelas, el iidiculo oficiales dentro de la ci La tradujo en estrofas frescas iuda Que me percibes tras el balcón de sus casas perfecto cuando la vió, an la al San José.
para que adornéis los rizos como un velo en las frases coba aventurera del Grand Ho Tal nota ha sido muy bielavo esperando a sus poetas de vuestras negras meluas mientras escribes.
en rubias noches serenas leves cintilios de perlas.
tel. ensayar una danza imposi da por el gobierno y se isti que sin darte cuenta de fulgurantes estrellas.
ble, en que la gracia se pegaba aceptarla para hacer elimpa Rafael ROJAS LOPEZ pones: Raquel a los espejos de invierno como que urge en realidad lleve to públi Meláncolicas miradas en el margen de un libre una mariposa perseguida por un bo.
LA en los contornes nent.
de algún papel.
as Levanta las cortinas, PAR y tendrás a raudales cosas divinas.
Conejo: hermano tímido, mi maestro y fió: Oh mi Vida! Caíste con tus alas ya rota?
Lu Mi alma te dará todos tu vida me ha enseñado la lección del silencio.
destrozada la frente, y adolorida y marica; ds er sus resplandores.
Como en la soledad hallas tu mina de oro, jirones de la túnica la tempestad te arranca berta Se cubrirá tu mesa no te importa la eterna marcha del universo. sa y, como un ave herida, junto a las algas flotas.
de rojas flores, la rojos reflejos Pequeño buscador de la sabiduría, Dejas huir del pecho la sangre en lentas goios; del corazón todos la ven, ninguno con fino amor la estanca; que en claveles bermejos hojeas como un libro de col humilde y buena; nuest fuiste a la lid, desnuda, con tu inocencia franca se deshace en las rejas y observas las maniobras que hacen las golondidesea contra las viles dagas y las cobardes cotas.
de tre balcón.
como San Simeón, desde tu oscura cueva.
SAL Callas, y ante el escombro de la total ruira Levanta las cortinas, Pidele a tu buen Dios una hueria en el ciel Co y cuando mueta tienes el gesto olímpico de tu altivez.
una huerta con coles de cristal en la gloria, año la última llama crepuscular.
Empina un salto de agua dulce para tu hocico tierno 28 pos Abreme la ventana!
el torso trunco y fiero, con arrogante gracia; y, sobre tu cabeza, un vuelo de palomas. co y ¡Déjame entrar, ES y tie vete en puntillas oculta las heridas bajo el primor del pliegue; parin para no despertar Tu vives en olor de santidad perfecta.
arrójate en la párpura que tu martirio riegue.
a mi alma, que en la almohada Te tocará el cordón del padre San Francisco FIES ¡Ciñe, Victoria Mútila, gajos de Samotracia!
te tus cuartillas el dia de tu muerte. Con tus largas orejas se habrá echado a soñar!
jugarán en el cielo las almas de los niños! El GUILLERMO VALENCIA RAQUEL SAENZ.
JORGE CARRERA AN un en su PAGINA CUATRO LA HORA sa LUNES DE ENERO DE 18as teleonio POST BELLUM LA VIDA PERFECT su su mag Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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