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EL MISTERIO DE LAS PISTOLAS SILENCIOSAS LA RECONQUISTA POR EL FAMOSO DETECTIVE 9 DE TALAMANCA JE COMO DESPERDICIAVLA GASO LINAL LA CUE ZTA ESTACEBO CA POR RUERA ESO SE OVE LEO NO VELA COSTA RRICENSE stos TIS STE pa Donald Se es no se ni se nitivas verbal 10 9 está perdido. El Enmascarado va a darle fuego a la casa en cuyo sótano él se John encuentra prisionero. Sin embargo, el detecbre por el desperdicio de gasolina. 9 tieY ES ne nervios de acero.
2º Sin embargo, decide salir. Morir no es grato, y menos achicharrado. Saca su pistola y dispara contra una puerta. Pero la puerta permanece herméticamente cerrada.
Los disparos se suceden rápidamente, y la esperanza apenas nacida, sucumbe.
QUE EL DIAOD TE ACOTA EN SU, SEND EXTER emia TON king.
a dereada le de LON mata y me Si Lon Un caimán se cambulló, asustado, al pasar la gasolina. y en el silencio amodorrado de la tarde se alargaron, hasta perderse, los estaliidos del motor de la lancha que remontaba el Sixaola contra el sol.
Acudada en la borda de la embarcación una joven contemplaba, embebida, las líneas verdes y endulantes que recortaban ambas inárgenes del río. espaldas suyas dos hombres, de breaches en mangas de camisa, sentados sobre unos fardos, entre la 100tonería, conversaban con entusiasmo, ajenos por completo al paisaje. iere decir, pues, que las acciones de la compañía se cotizan hoy en Nueva York a 55. 00, explicó uno de ellos con pésima pronunciación castellana, despaciosamente y mientras barajaba las cifras que acaban de dársele. Ist es; desea ver los periódicos que traigo de San José?
Varias acciones debe tener cuando parece serprenderle tanto la noticia. No poseo ninguna; pero el informe que me da significa, desde lvego, un nuevo rebajo de sueldos en la empresa. Esto es lo que me asusta. Ana Teresa, oiga lo que dice mister Green. exclamó nervioso el interlocutor del ingeniero norteamericano que media unas tierras en Gandoca y habia tomado, en la desembocadura del 113, junto con los pasajeros de Puerto Limón, la lancha.
La aludida se torno hacia los hombres, posó en ellos la viva mirada de sus ejazos azul marino e irguió, arrogante, la esbelta figura: diecinueve año de vida, soberbios y pujantes. En el blancor de la tez de la joven resaltaban por el rouge. provocativos y sensuales, los carnosos labios. Enterada de la conversación, encogió lus hombros y con un ligero mohin displicente, introduciéndose las manos en los bolsillos del traje de montar, respondio. Cna disminución de salario no es para echarse a morir. No nos trae aquí el propósito de levantar fortuna. Oscar viene a forjarse una carrera. Qué le parece, mister Green, ha sido mi marido nombrado asistente nada menos que del Administrador de La Isabel. un lucido peldaño para iniciarse con éxito dentro de la comanía, y toda vía siente miedo. Oh, Ana Terresa! Usted cree de veras que de esa finca perdida en Talamanca saltaré a uno de los sillones de Boston contestó el joven criollo.
Luego, dirigiéndose al ingeniero, agregó sonriendo. Mi mujer cierra los ojos y me ve arrellanado cómodamente en un confortable butacón de ero, entre teléfonos y mecanografas, npartiendo órdenes a miles de subalternos. Tanto como eso no. Creo sí que un hombre honrado y leal puede labrarse con su trabajo en la Compañia un porvenir halagüeño, aunque modesto.
Ana Teresa marchaba hacia la conquista del bienestar enhiesta, henchida de optimismo, plena de entusiasmo. En cambio, su marido, un ambre pusilánime y arraigado a la vida sedentaria de las ciudades, sólo por el dominio que sobre el ejercia su esposa, seguia a ésta en lo que, calladamente, juzgaba una loca y peligress aventura. La vanidad de macho le impidió oponerse abiertamente a los designios aventureros de su compañera.
Las márgenes del rio iban acercándose cada vez más. Claramente se divisaban los bananales de las riberas, dos franjas horizontales sepias, coronadas por una serie ininterrumpida de erectos penachos de color verde intenso. trechos, los plantios re ocultaban tras de los erizados juncales e icacos que crecen silvestres a la orilia del agua. De pronto, al doblar un recodo, surgió majestuosa, sobre la cinta bicolor, esmeralda y rubi, la estructura de acero, giácil y robusta, del puente internacional de más de doscientos metros de longitud. Vibró la campanilla de mano de la nava y se ensordecieron los resuellos de la máquina; sonó de nuevo auior taria y los motores enmudecieron por completo. La gasolina se deslizó suavemente, atracó a un muellecillo de madera y lo: navegantes comenzaron a desembarcar entre una alegre vocingieria Dal desembarcadero se veía, dentro del bananal, la casa de la Adriana, pintada de amarillo chillón, Sobre el edificio tremolaban los colores de la bandera costarricense.
Por la vereda que conducia al rio bajaba firme y resueltamente hacia el atracadero, entre otras personas, un hombre enjuto y bioncineo. lo sumo tendria cuarenta años. Los rasgos varoniles y angulosos de su rostro se destacaban con vigor al troperar con los rayos escarlata del crepúsculo senil que lograban pasar a través del follaje. Con la despejada frente descubierta y el sombrero de pita de extendidas alas en la mano izquierda se dirigió a Ana Teresa y, haciendo una profunda genuflexión, le tendió la diestra. Con voz clara, sonora y fuerte saludó reveeror como o de 1941. King Fees Sulcow, hoe, Gree brinula Apte reserved 11 27 mis ps.
39 E1 Enmascarado, desde arriba del só 49 cuando el rancho comienza a arder, tano, velas llamas cobrar cuerpo. Lanza los tres bandidos, llevando a la cabeza al SCU una maldición para el detective prisionero Enmascarado, huyen rumbo a la frontebse y sin cuxilio, y empuja con el pie el com ra con México. 9 quedó encerrado en el erio bustible que servirá para cocinar material sótano de la casa que arde; ya los nubaAn mente al detective que lucha para salvar Trones de humo se ven en lontananza covía su vida.
mo un presagio de aquella muerte espan.
tosa.
cala para a las 47 minutos. Se debe a un maavance de Luzon. Centra y recotenge Acuña, quien sirve a García.
Viene de la página SEIS nico que conserva la serenidad y Garcia recoge la bola, la sirve a los despejes limpios, es Tobias, el Ortiz, quien anota el sexto goal.
les. Se sienten dueños del campo, back más fuerte de El Salvador.
y se entretienen en hacer lujitos ENTRA LAS OFICINAS DE con la bola, dejando a los salvado EL SEXTO GOAL LA HORA EL SR. MINISTRO reños correr hasta agotarse. El Se hace el sexto goal mexicano DE MEXICO Neu lín.
CAYO POR A.
MIERCOLES 27 DE MARZO DE 1935 (Aprobado por la censura)
VARIEDADES En estos momentos entra a la 0ficina de LA HORA el señor Ministro de México, don Salvador Martínez de Alva. Viene a saber los detalles del match, teniendo en la cara pintada la más alegre felicidad.
La tre neLAS DEFENSAS ESTAN LOCAS las 3, 45 y a las 30 El espectáculo del siglo. LA ALEGRE DIVORCIADA por GINGER ROGERS y FRED ASTAIRE RAUL ROULIEN comta en ESPANOL!
CONTINENTAL 50 CENTIMOS EL ENTRADA ue el la ses 1rAMERICA Las defensas salvadoreñas están loeas. No saben qué hacer con tanto avance y punzadera cuscatleca.
Los mexicanos no quieren hacer más goales. Varias veces, en la misma meta, lanzan la bola afuera con desprecio olímpico. En uno de estos avances, Ortiz no quiere perder tiempo y chutea.
uo rente: ENTRADA LAS Nell Hamilton y Florence Rice en la extraordinaria producción! CASADA SIN INTENCION. 25 CENTIMOS LAS 30 Diana Winyard y Clive Brook en ARREPENTIDOS DEL AMOR Chispeante! Estupenda)
50 CENTIMOS an de c5 ho uja SETIMO GOAL ENTRADA MODERNO Aquel chutazo se convierte en el sétimo goal. Los apla asos se suceden ya sin ganas. Manjano, como un chiquillo, no ha hecho más que llorar. Parte del público aban dona la cancha ya sin ganas de se guir asistiendo a una crueldad.
Eran las 50 minutos. LAS 3, LAS Y LAS 30 El drama más delicado de Helen Hayes y Brian Aherne: LO QUE TODA MUJER SABE ENTRADA 25 CTS. Doña Ana Teresa de González? Porfirio Rojas para servir a usted, mi señora. Don Oscar González? Hello mister Green!
Usted, señora, denota venir bastante cansada; es natural, el viaje es harto grosero; pero pronto estaremos en casa y podrá descansar a satisfacción. Mil gracias, señor Rojas. Es verdad que estoy muy fatigada; más, y vaya como compensación, he tenido la oportunidad de gozar, de embriagarme si a usted le parece, contemplando la beIleza triste e indolente del rio. Ticne razón señora; es un espectáculo tan bello que hasta las personas más insensibles no podemos dejar de emocionarnos al adniarlo. Don Oscar, no podemos salir inmediatamente: tengo ordenes de esperar un tren de carga; mientras tanto, si les parece lien, descansaremos en la Aduana.
Vo viéndose al negro que lo seguía, en tono autoritario y con ademán imperioso, ordenó. Walton, recoja el equipaje de los señores.
se as al or DEL LAS 58 MINUTOS EL OCTA VO ULTIMO GOAL viene el último goal, heche por Luzon. Fue un cañonazo recio, desde cinco metros de distancia.
Manolo silva poniendo fin a match: a LAS El drama social GLORIA HAMBRE por Richard Barthlemes! El problema actual llevado a la pantalla. ENTRADA 25 CENTIMOS (Continuará mañana)
MIERCOLES VEINTISIETE DE MARZO Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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