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Nuestras Distinguidas Amiguitas DE LOS JUEGOS FLORALES LA TOPA LITERARIA Baile De Manolas ella.
su de una se.
Media noche era por filo. Con pondió María Rosa, alargando ha na, añadió; el día desdichado at visible inquietud desembarcó Lo cia la azucarera su cucharilla de senti abrasarse mi meji. la por quel beso, que fue el precursor dia del automóvil que, haciendo plata. Pero (preguntó Lydia con ai mi deshonra, intenté desasirme rechinar los frenos, detuvose a la puerta de su casa. Su novio que re inquieto. no se me considera im seductor y no lo logré. Div ces de auxilio, pero parecia qu es todo un corredor de aventuras una mujer honrada?
damas, se No quiero engañarte con todo estaba muerto en torno mi muy mirado con las aespide de ella con la pegajosa testó la interlocutora. Las amigas El mismo cielo se extendia osa galantería de siempre. Con fin sinceras en pasos como éste de ro como un bronce. Si es que gida pasión toma entre las suyas ben hablar sin velos ni embajes. corazón admite género de ruer la mano sedosa y blanca de Ly. Tu desliz trascendió al público alguno, no me hagas dañc le di dia, pero ésta se desprende de con todos sus detalles y está dan en mi suprema angustia. Pero sus caricias y dice con voz entre do estampida. Pero ahora, por do fue en vano; y como al ratón qué te curas con exceso de la opi quien le cortan la retirada, cortada y trémula. me jura el trapalón que nión ajena, si olvdaste la de tu sentí perdida y me rendi a su lante y deseo. En cambic tú, me ama. Luego, dirigiéndo propia conciencia cuando fué me ría Rosa, puedes lamentarte tu buena estrella?
se hacia la puerta, ábrela y entor nester oírla. Qué valor puede nándola después, desaparece tras representar para tí el buen conDon Julián, tio de Lydia, qu cepto que de tu honra se formen Ha entrado en la tibia estancia los extraños, si en la intimidad oculto escuchaba el diálogo a de su dormitorio. y despojándose de tu espíritu te desprecias tú de dar puntada en la convers Srta. Marta Otilia GARCIA de su mantón de manila bordado misma? Ese es irremediablemen ción, aparece en el marco de ui cuando el sol apenas ha rasgado quietud. Ni el dolor de una espe bre una butaquilla de mullido ter que la verdadera honra radica só hall, y dando a su apostura la gr Cuando la calle está en silencio;, da por las arrugas de ninguna in de colorines, arroja la prensa so te un rescate que no redime, por de las puertas que dan acceso lo en la virtud.
vedad necesaria, exclama clava los velos que cubren la sonrisa de ranza perdida ni la encrucijada ciopelo. Aproxímase al peinador y Ah, querida, tienes razón; do en su sobrina los jos duro la aurora, un taconeo menudo y de una desilusión han abierto en posa la mirada de sus ojos verHe vivido de exterioridades, en. Hay un tiempo para habli ritmico denuncia presencia: su existencia un interrogante. Ell des como los de Circe sobre la es Marta Otilia Garcia, plena de porvenir le pertenece porque su brillante tersura del cristal, que un mundo de falsas relaciones. pero también hay otro rara gua bendad, aureolada por tenue refleja su imagen de contorno mi inexperiencia se debe el fra dar silencio, dice Salomón. Ah lu gracia deliciosa se contiene en el minosidad en que se reflejan la gravedad perfecto de mármol griego. Hay caso de mi vida. Qué tarde he ra óyeme. Hablas por antojo vaso cerrado que por razón, cuando nc discie pureza de sus pensamientos y la creada y modelada por la discipli en sus mejillas un rosa de denso abierto los ojos al mundo. la presentía hacenes otro móvil de las acciones candorosidad de sus cerebraciones, na de su carácter. férrea volun colorido. En torno a sus párpados difundiendo en el ambiente, a lo tad que sabe dominar y dominar la pasión sensual dejó sus hue mucho tiempo. repuso María Ronianas que no sea un tcrpe a extrai largo del camino que conduce a llas en dos grandes ojeras negras. sa, que con tantas veras repren terminismo, una fuerza día la conducta de su amiga. que al igual de Beleda dispone la casa de Dios, su aire claro y se Nosotros nos la imaginamos en Se mira al espejo de hito en hiCuando apenas rayabas en los ellas a su antojo. No, hay que reno de vestal romana. Es esbel su mansión tranquila y dulce de to. y suspira. Llévase después ta, de cabellos negros, de piel Santa Ana, con la profunda dut a los ojos un pañuelo de batista dieciséis años. prosiguió diste rar las coşas por el prisma de blanca, de ese blanco marcado que zura de sus ojos y la fosforescen que humedece en sus lágrimas.
en la flor de juzgarte libre: Fri verdad. La razón gobierna la so volamente has vivido entre la mo didez de los bajos estímulos. s tranparenta la pureza de su san te atracción de su belleza plástica.
gre joven, realzado por el dista y el peluquero, el salón de meterme a teorizar sobre la mat rosa oyendo muchas cosas que las de. Pasan algunos días. Lydia re baile y las comilona aristocráti ria, te diré que si Maria Rosa. que destaca encima de sus tejidos más muchachas ignoran. En esas cibe en su casa a María Rosa, cas rociadas de bebidas fuertes.
triunfado en la vida es porg de jazmín, finos, lisos tiernos tibias noches en que gusta de pa su intima amiga que siempre ha La pantalla del cinema te ha des ha sabido atrincherarse en el se como su juventud triunfante. Es sear por los alrededores de la pla despuntado por su voluntad irrelubrado timiento de sus deberes. Duei na hacia la iglesia para anegarse de la luna se refleja en su rostro de conducta. La entrevista e me: hueca retórica romántica, que pro reda. Exageras los tonos sombri la muchacha mañanera que cami za, cuando el resplandor joyente ductible en asuntos de honor ad usum de dramas pasionales de como tú de sus actos, se guari en la serenidad de la liturgia. y en sus pupilas como un mar de lebra en el mientras sus dedos finos si ensueños; cuando en esas horas ojos bellos y profundos como la da sobre el pretil blancusco de la luz vespertina brilla con iris tem. lujo, como el oriental por el has barruntaste la pérfida intenci guen las cuentas del 1osario, sus melancólicas e inciertas, recosto de cristales policromados donde la demanda sobre toda moral. Te has ahorca.
Si biens reparas, cele maut inmensidad del cielo, se posan a iglesia, brilla la luz de sus dos o bloroso. Sobre una mesita coste chisch. Cómo podías discurrir en de tu novio, cuando esa noche biertos, interrogativos, en la ve jos inquietos que interrogan, es nida por fauros primorosamute ta medio de tantas disonancias mo llevó consigo a arrebuiarte en neranda imagen de sus dileccio crutadores, el devenir de los tiem lados, está un servicio de té.
nes. Su frente tersa no está riza pos futuros.
rales. En derredor de la expresada mesi pretendisombra de ta conversan Lydia y María Rosartarte del error, pero tu rer Hase dicho que la aleta del pe severaste en él como el ciego que cado anuncia la presencia del se empecina en no dejarse batir gua En tu arbitrio estuvo reh Me aburro como una C dentro de estas tristes paredes sar la malhada invitación, asi Lydia quedó un poco triste y mo mirar con acre des recio Dias de ayer que en procesión de olvido (dice Lydia a su amiga, asiendo lleváis a las estrellas mi tesoro, por el asa la tetera y hechando pués, preocupada en justificar su bien conocias sus antecedentes de mucho pensativa. Pero des embustes y embelecos de puit qu no formaréis en el celeste coro en la tacita de porcelana china el falta, esgrimió este argułnento: juanescos. Lejos de apartarte que ha de cantar sobre mi eterno nido?
té humeante, que ofrece a María Yo soy fatalista como el ára ceñiste dócimente a sus deseos; Rosa. Hace una pausa, y agre; be, María Rosa. Lo que ha de fuiste de tumbo en tumbo, sin de Oh Señor de la vida, no te pido sino que ese pasado por que lloro ga. Qué hablillas corren de mi?
ser, escrito está.
viarte del tortuoso curso, como al cabo, en rolde a mi, vuelto sonoro, Nadie mejor que tú puedes inforpa Todo sucede por las ineludibles rroyo que se quiebra y enturb ger me dé, el consuelo de mi bien perdido.
marme. En lo que respecta a mis determinaciones del hado o del en cada accidente del terreno, hi relaciones amorososas con Nino, destino. Mi mala estrella pusa el COI deseo querida amiga que me di colmo a sus rigores y. ya mi: en el espejo de tu conciencia, ta despeñarse en el abisnio. Miral Es revivir lo que viví mi anhelo, gas si en yerro alguno he incurri ras qué bajo he caído! El aceite responde: no fueron tus propia fui: y no vivir de nuevo nueva vida; hacia un eferno, ayer haz que mi vuelo.
do. Tu consejo lo tendré por sinse hizo para sobrenada: el plo manos las que arrojaron al fang ta cero porque eres de las amigas mo para hundirse. Has visto el que no tienen dos caras como Ja pino del Norte crecer en los tróla flor de tus virtudes?
emprenda sin llegar a la partida, Lydia dió la callada por respue picos? Todas las cosas al nacer ta, y bajando la mirada, sus porque, Señor, no tienes otro cielo. Tu salida de tapadillo del bai llevan en sí el germen que las casas y sedosas pestañas que de mi dicha llene la medida.
le de Manolas en compañía de Ni recteriza y determina su destino, de sombras sus ojos.
MIGUEL DE UNAMUNO no, infundió naturalmente mali con la misma exactitud con que cia, lo mismo que tu paseo de formas orgánicas corresponden a Jorge AGUILAR esa noche en automóvil por luga las diferentes edades de la tierra.
res retirados. Bien sabes que no cargando la consideración so falta un ventanilla que mire res bre su vana y supersticicsa doctri: LA ROSA La sangre que tus manos y tu vida manchara; Yo vi la rosa: clausura se ha cuajado en rubies y brilla en tu corona.
Un cetro, lady Macbeth, es la joya más cara.
primera de la armonia. Por ella pactarías con Satán en persona!
RESFRIADOS, CATARROS NECIOS, tranquilamente futura.
Su perfección sin porfia Si a la flor de tu rostro tu espíritu asomara serenaba al ruiseñor. espiritu siniestro que no ama ni perdona Bronquitis dolorosas, Trancazos, Gripes, Dolores de escruel en el esplendor ¿Qué mortal fijaría sus ojos en tu cara?
palda, Calenturas y Caquexias tuberculosas, Asmas espiral del gorgorito. Quién miró frente a frente, jamás, a la Gorgona?
bronquiales y enfermedades del pecho en general, en.
la Se: el aire ciñó el espacio cuentran pronto alivio y cura con el uso oportuno y do Cu con plenitud de palacio, Por el genio de Shakespeare antorcha que fulgura repetido del y fue ya imposible el grito.
con vigor se ilumina tu pálida figura de execrable tirana, El EXPECTORANTE TUBERCULIL del Dr. Tardieu y eres como un espectro lívido alucinante.
Leael Diario de Costa Ric dos en Eres la hipocresía que se yergue triunfante PIDALO EN TODAS LAS BOTICAS IMPORTANTES en la noche sin astros de la maldad humana!
a 0. 10 MANUEL VERDUGO pagina CUATRO LA HORA LUNE Cuántas veces sa.
MI CIELO ostra las coartadasi!
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llenard TARLA LADY MACBETH De to y de cel éxito do.
no de ocupar Casa un te LUNES SEIS Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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