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SECCION DEL PARTIDO REPUBLICANO NACIONAL.
CANDIDATURA DEL LIC. DON LEON CORTES OCTAVIO BEECHE CIUDADANO SALVADORENO NO Puede Ser PRESIDENTE de COSTA RICA Vendió Nuestra. Nacionalidad por un Puñado de Dólares Aye te entre Cal be te Fuadr endid garon ispus las 10 zález Minut Baba malla cionar arte Fensas brillar Kallas hos Fe est RED En forma incontrovertible demostraron los distinguidos jurisconsultos don José Astúa Aguilar, don ER Francisco Faerron y don Lucas Raúl Chacón que Octa vio Beeche perdió la nacionalidad costarricense, al acep. Patio tar el puesto de Ministro de El Salvador en Washington sin el consentimiento de nuestro Gobierno otorgado nesto en forma legal, es decir, por medio de un acuerdo del Poder Ejecutivo suscrito por el Presidente de la Repúan blica y el respectivo Secretario de Estado, conforme el Artículo 108 de nuestra Constitución Política lo deter. Brefelmina. Dejó Octavio Beeche de ser costarricense, de conformidad con el inciso del Artículo de la Ley de Extranjería, que establece que pierden nuestra nacion alidad quienes acepten un cargo de Gobierno extranjeros ro sin el consentimiento del Gobierno de Costa Rica. Dejó además y sobre todo de ser costarricense según ferico lo prescrito en el inciso del mismo artículo, por haber se naturalizado en El Salvador. Perdió Octavio Beeche nuestra nacionalidad y esto es lo más tremendo por su insaciable apetito de dinero.
El Artículo 48 de la Constitución de la Repúbli ca de El Salvador dice lo siguiente: resign BR, CO Huard POR EL HECHO DE ACEPTAR UN EXTRANJERO UN EMPLEONE PUBLICO, CON GOCE DE SUELDO, SALVO EN EL PROFESO RADO LA MILICIA, RENUNCIA SU NACIONALIDAD, QUE DANDO NATURALIZADO EN EL SALVADOR Noti Pe Ate pcb piony for for ha Pluniei He Jug Juan Poder Rel vie spue Hurmac Lis, es eión Fusto e Si Octavio Beeche hubiera estimado más su calidad de costarricense que un puñado de dinero, habría servido ad honorem la Legación de El Salvador. Se sobrepuso en él la codicia, y vendió nuestra nacionalidad cantón por unos cuantos dólares. Reclamó su sueldo al Gobir no de El Salvador una, diez o veinte veces, altaneramente, groseramente, hasta obtener unos cuantos miles de dólares a trueque de su Ciudadanía Costarricentón, de se. Para no caer en la sanción del Artículo 48 de la Carta Fundamental de la hermana República, le bastaba Mendo no tender la mano en demanda de unas monedas, que no le hacían falta porque nuestro Gobierno remuneró espléndidamente sus servicios en Washington, y cada mes recibía cuantiosos intereses de sus préstamos usurarios. Octavio Beeche tendió, sin embargo, la mano, a sabiendas de que con ese gesto desgarraba su nacionalidad costarricense.
El General don Jorge Volio, que parece haberse impuesto, a última hora, la evangélica tarea de acom.
pañar a bien morir la Candidatura de Beeche, le acon seja llenar la sencilla formalidad de presentarse a la Secretaría de Relaciones, declarando su deseo de ser nuevamente costarricense. De nada puede servirle ese regreso de hijo pródigo al solar patrio. El Artículo de la Ley de Extranjería dispone que son costarricen ses NATURALIZADOS los que hubieren perdido su nacionalidad y la recobraren; y para ser Presidente del la República se requiere, por mandato de la Constitución, ser ciudadano natural. Octavio Beeche dejó de ser, para siempre, ciudadano natural de Costa Rica cuando vendió su nacionalidad por unos cuantos dólares. No puede, por lo tanto, ser Presidente de la República, y los votos que para esa alta función se le dieren serían absolutamente nulos.
PAGINA DIEZ Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregon LASHNOR Atecas del Ministerio de Cultura y JuventuckUNES DE DICIEMBRE DE 1935
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