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RASTRAS LA TOPA LITERARIA Mal del pedazo mío de tierra, mal del crepúsculo que enciende mi arboleda, y hace de oro el cristal de mi geórgica ventana. El domador de Pulgas VIEJO CACHARRO Estoy viejo por dentro, como un viejo cacharro, expuesto a la intemperie, de liquen patinado; un ya vieje cacharro, de balcón enrejado; manos que usan alma, hacen joya del jarro, porque una flor habita en el viejo cacharro.
Venimos ya de ancianos a caminar la tierra a tomar el progreso por lo más avanzado; en vejez de mayores principia nuestra guerra y somos como un niño nacido ya encorvado. Yo estoy viejo por dentro, como un viejo cacharro. MAX JIMENEZ MIS CAMPANAS Mi escultura el beso Los uní para siempre en la eternidad de un beso.
No existirá para ellos la cruel posteridad.
Para siempre sintiendo del mundo el palpitar en un beso, no pasarán por las crueldades del forzoso olvidar.
Fue capricho de estética esa eterna ilusión de un beso, unidos para siempre en perpetua pasión.
No sentirán las horas en su eterna corriente porque un beso es sin confín remanso que hace al agua la fuente. Si fuéramos nosotros capricho de escultor, y en un beso fundirnos con la amada en un eterno amor. MAX JIMENEZ TOLEDO EN EL CAFE Por el correo del sábado, nos lle ga un libro editado en La HabaMal del río, na: El Domador de Pulgas. delle del río que se crece cual ya teníamos referencias por que el autor, Max Jiménez, nos cuando llueve en la montaña, la había avisado que lo daria a y que rueda los pedrones, es prensa en breve. Como nos entregaron el libro esta mañana no lo y que arrastra los ganados hemos podido leer, pero promete.
y los robles que rebotan mos no solamente publicar algupor riberas y cascadas, nos capítulos de él, sino que he.
entre ayes de raíces y de ramasis mos conversado con uno de nues tros escritores a fin de que nos en Mal del ladrido de mi perro tregue un juicio sobre él.
El libro trae la ilustración de 20 a las sombras de los árboles; maderas del mismo autor, que le a las ramas desprendidas dan mucho interés al libro, y está por el viento;ento bien presentado en cuanto a tray tal cimbra la tierra húmeda bajo tipográfico.
que parece que sintiera la caída de los brazos que desgarrom la existencia Mis campanas del gran cedro: so suaves, cuyos años nadie sabe en el poblado.
son tristes, acaso campanas que dicen adiós Mal del vaho mañanero de las vacas, del mugido cuando bajam de la sierra en el horizonte, al gemir der ángelus con sus odres apretados de tributo, but agonizan grises, que deja en las manos del vaquero se deshojan rojos, el blanco olor de la existencia.
se marchitau oros.
Mis campanas Mal de auroras, is SOL suaves, soa tristes, mal de estrellas, no sé de campanas de resurrec(ción.
que sus párpados diluyen en el sol de la mañana Cuando doblan sobrio siento Que la vida mal del claro pesa mucho, mucho.
de esa luna a y al vibrar los bronces el alma se inclina que ata amantes por las manos, bajo storación, y los echa a correr en la llanura.
friis cat panas son suaves, Mal del patio con su gallo son tristes, gran señor en su perpetuo no saben de gloria, dicen simple(mente adiós.
escalar de las gallinas, Max JIMENEZ que se grifa, dando brincos ante toda competencia del vecino.
Mal del aire de mi patria Quedo, por Dios, marchad quedo; y del sol que alumbra mi sembrado, cruz haced de boca y dedo, sabed que me acosa el miedo aquí que las pupilas de las casas, porque vengo de Toledo.
las ventanas, La Puerta del Sol, me puse no contraen sus retinas su manto de prehistoria, por la luz que les da el Sol: cuatro siglos sobre el fombro para mi entrada a To. cao.
paisaje este de granito prisión de mi interior.
Del año trescientos tres vino mi Santa Leucadia, eon mano de Santa anguve Por momentos me parece que el farol, por la Calle de la Sierpe, viejo esquinero, el Cristo de Calavera va a ofrecerle sus servicios y por el hombre de Palo.
al gran astro Estuve en el Mirandero, que también en estas tierras en que miró Inés de Vargas!
y con el Cristo que jura es costumbre llamar Sol.
ci el honor de mujer.
La antorcha de mi tierra Derde hubo maerte de eucipo, la Santa que es hoy mi amigo; llega a media combustión en cl fondo del Alcázar, como escombros de un incendio al pie de adarve y almena el alma se va alarga to que aun pretenden abrasar.
en pincel de Theotocópuli, se hace hoja de Toledo Mal, mal muy triste, con puño de oro y acero.
mal sin sol; habita en San Nicolás parece esto una mueca el Santo Cristo de Luz, de la lejana tierra de pie, sangriento, sin clavó, de donde vine yo.
porque veneno le untaron y EI puso al lado de un beso, beso era de buen cristiano.
MAX JIMENEZ habiendo sido escondido.
mismo Cristo que un dia, de corvas puso el caballo en que Alfonso cabalgaba, saliendo así desde el fondo de ingrata y oscura cueva. en la enorme Catedral la Virgen, que es pequeñita, de fiesta se arropa en manto marino de tantag perlas.
Ya te has hecho vieja, pasión de mis veinte años; El primer oro de América mi mundo eran tus ojos, tus dos ojos castaños.
Custodia de Dios se hizo ¡Qué daño el de los años, pasión de mis veinte años! sol que sale en la capilla con las manos amarradas por el templo de Toledo.
Sin tí, sólo el vacío; sin tí, sólo ansiedad; Rugidos de fieras oyen, de todas mis pasiones, la Santa Trinidad. por qué gimen los cristianos?
Son las piedras que aún recuerdan ¡Qué tarde siempre llega la cruel eternidad!
lo que fué un circo romano.
Sin ti, cuánto he sentido la miseria de todo: En la Puerta de las Zargas dejo el manto que me agobia.
sin tus ojos, sin tu boca, sin aquel que era tu modo Sonrie Santa Leucadia, a tu lado, todo cielo; nada, lodo.
gesto de paisaje el dedo, curva que corre en el Tajo, esmeraldas que se alejan, Ahora, ya vieja, pasión de mis veinte años, diadema de prehistoria. Por Julio FLORES) aquel amigo me contó su historia; negra historia de negras liviandades que hoy viven azotando mi memoria como azotan al mar las tempestades.
Me hablo de tus sonrisas y tus miradas; de tus abrazos mudos y tus besos y de todas las vivas llamaradas de tu amor y también de tus excesos.
Pobre amigo inocente No sabía que cuando estaba de tu amor hablando las puertas del infierno me entreabría, me estaba el corazón quemando. No la conoces tú? Me dijo al cabo, tan hermosa, tan dulce, tan ardiente! yo que he sido de su amor esclavo. No. Le respondí con voz desfalleciente!
Mas, como viese en esta vez mi amigo humedecerse mis pestañas, fijo en mi faz. Lloras. Me dijo; y yo exclamé. No ves que me molesta el humo que despide el cigarrillo?
LOS GEMELOS El mal del tiempo Los dos Gemelos, de la gloria amantes, reflejan su armonía fraternal: con luz suave, en el campo celestial, parecen dos eternos vigilantes.
Simbolo del valor, héroes pujantes, Castor venció a Linceo, su rival, y el gran Pólux, en lucha desigual, postró a Amico, de raza de gigantes.
Serenamente avanzan: dos luceros siempre a la par, eternos compañeros, de armonía y de amor constante fuente. quién se ve ahora en tus ojos, en tus dos ojos castaños? Mas, quedo os pido, por Dios. Qué daño el de los años, pasión de mis veinte años! quedo, por Dios, maremad quedo, Mas de nosotros Castor se desvía, mientras Pólux se acerca y nos envia una luz cada vez más esplendente.
MAX JIMENEZ las camparas de Toledo.
Max JIMENEZ Napoleón QUESADA PAGINA CUATRO. LA HORA LUNES DE ABRIL DE 1936 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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