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PORTICO GRIS Como el calor de fragua que se siente no es más que de la lluvia una avanzada, en su capa la tarde, está arropada salurando de gris todo el ambiente.
por la Gris oscuro que invade diligente Cad coada objeto en que poso la mirada.
Capa de agua que tiene en sí encerrada a la tristeza que mi alma ya presiente.
Un bardo nuevo viejo y genial prosista hoy dispara, con morterete de oro, la primera salva de sus cantos color rosa. Hay en su trova alardes bellos de vida criolla, que llevan la serranillas a las más ricas vetas del folklore costarricense, y valientes vuelos poética, que hacen de cada verso un madrigal y de cada madrigal una agua fuerte, muy de Goya, o una sonata donde trinan rítmicamente la sideas y se reogen las fugas de Bach Fuera insigne osadia presnter a MARIO FERNANDEZ CALLEJAS, cuando es su propio arte concreción mágica de colorido y músicaquien se convierte en el mejor heraldo, para anunciarle al público esos versos bajo el mismo ritual con que se ofrecen los grandes banquetes de un Principe: Madame est servie!
Cu Al diluirse en agua el calor del día a lluvia entona con pausado dejo su uniforme, aburrida letania.
y mi alma se convierte en fiel reflejo del del gris de esa total melancolía, La pues siempre ha sido de la tarde espejo.
Mae Mario Fernández Callejas.
NEGRO Joaquín FERNANDEZ MONTUFAR.
Marzo 26, 36.
SERRANILLA La noche hundió en el corazón del día su estilete de sombras paso a paso.
Un celaje cualquiera en el ocaso dibujó el sol en tanto se moría.
Apenas terminada su agonía, la noche esconde tras de negro raso al pobre sol que asesinado había, cual criminal en semejante caso.
No sé por qué vos pensas que sufrimos. por eso que hicimos muy juntos los dos.
Sino fué otra cosa que un corto paseo.
yos ibas hermosa; yo. cual sby de feo.
De una vaca en pos al potrero fuimos: eso es lo que hicimos tan juntos los dos. y en el potrero, bien cerca de mí, dijiste: te quiero, y un beso te di ¡Qué tonta ovs sos. on beso nos dimos.
Nada malo hicimos muy juntos los dos.
Enseguida la noche se apodera de mi ser como en otras ocasiones en que cruel asesino pareciera: sin escuchar de mi alma las razones, con su negro puñal en ella hiciera espantosa masacre de ilusiones. Por José Zacarías TALIET)
Zumba, mama, la rumba y tambó, mabimba, mabomba, mabomba y bombó.
Zumba, mamá, la rumba y tambó, mabimba, mabomba, mabomba y bombó.
Cómo baila la rumba la negra Tomasa, como baila la rumba José Encarnación.
Ella mueve una nalga, ella mueve la otra.
El se estira, se encoge, dispara la grupa, el vientre dispara, se agacha, camina sobre el uno y el otro talón.
Cháqui, chaqui, cháqui, charáqui.
Cháqui, cháqui, cháqui, charáqui.
Las ancas potentes de niña Tomasa, en torno de un eje invisible, como un reguilete trotan con furor, desafiando con rítmico; lúbrico disloque, el solaz ataque de Ché Encarnación: muñeco de cuerda que, rigido el cuerpo, hacia atrás el busto, en arco hacia lante abdomen y piemas, brazos encogidos a saltos iguales de la inquieta negra va en persecución.
Cambie e paso, Chéche; cambie e paso.
Cambie e paso, Chéche; cambie e paso.
Cambie e paso, Chéche; cambie e paso.
La negra Tomasa, con lascivo gesto, hurta la cadera, alza la cabeza, y el alto los brazos, enlaza las manos, en ella reposa la ebónica nuca y, procaz ofrece sus senos rotundos, que, oscilando de diestra a siniestra nu encandilan a Chepe Chacón.
Cháqui, chaqui, cháqui, charáqui.
Cháqui, cháqui, cháqui, charáqui. Frenético el negro se lanza al asalto y, el pañuelo de seda en sus manos, se dispone a marcar a la negra Tomasa que le reta atrevida con un buen vacunao.
Ahora. lanzando con rabia el fuetazo, qulla el moreno. Los ojos son ascuas, le falta la voz y hay un diablo en el cuerpo de Ché Encarnación. La negra Tomasa esquiva el castigo, y en tono de mofa le lanza un insultante y estridente no. y valiente, se vuelve y menea la grupa ante el derrotado José Encarnación.
Zumba, mama, la rumba y tambó, mabimba, mabomba, mabomba y bombó.
Rein Repican los palos, were suena la maraca, 2011 Izumba la botija, to se rompe el bongó.
Hasta el suelo sobre un pié se baja y da media vuelta José Encarnación, y niña Tomasa se desarticula.
y hay olor a selva, y hay olor a grajo, suy y hay olor a hembra, y hay olor a macho, y hay olor a solar urbano y olor a rústico barracón. las dos cabezas son dos cocos secos en que alguno con yeso escribiera arriba, una diéresis, abajo un guión. los dos cuerpos de los dos negros son dos espejos de sudor.
Repican los palos, suena la maraca, zumba la botija, se rompe el bongó.
Cháqui, cháqui, cháqui, charáqui.
Cháqui, cháqui, cháqui, charáqui.
Llegan al paroxismo, tiemblan los danzantes, y el bembé le baja a Chepe Chacón; a Niña Tomasa le baja el changó.
y el bongó se rompe al volverse loco; Piquitiquipán, piquitiquipán, piquitiquipán, piquitiquipán.
Al suelo se viene la niña Tomasa, al suelo se viene José Encarnación, y allí se revuelcan con mil contorsiones, se le sube el santo, se rompió el bongó.
Se acabó la rumba, con con co nabo pa ca pa ca, pa ca, paca, pa ca, pam pam, pam. Mario FERNANDEZ CALLEJAS: Mario Fernández Callejas, REMANSO Como empujado por un viento frío que recita en bucólico lenguaje la oración de la tarde en el boscaje, serenamente se desliza el río.
SESERRANILLA La calma de la tarde en torno mío se une al son del rezar en el follaje, y un bostezo semejan ser de hastío esfumado en el alma del paisaje.
Lozand india, metida en la corriente, de pronto rasga la quietud del valle con la flasfemia de un comtar violento.
Otra vez no ví, sino és hasta ahora, una cogedora 1: cual la de Aserri.
Yo iba por la cuesta camino del rio a dormir la siesta en un prado mio.
Acasa a deshora del prado volví por la cogedora que hay en Aserri.
La cuesta bajaba llevando unas flores.
Bella se ncontraba; le propuse amores.
Dicen que por mi en la cuesta llora una cogedora que anda en Aserri.
Mario FERNANDEZ CALLEJAS.
Di Mi deseo, cual si fuera una serpiente, se enrosca en la sandunga de su talle en tanto muere la oración del viento.
Mario Fernández Callejas, COLOR DE YERMO Parece un machetazo en la colina, a lo lejos, la senda en que el ganado jadeante, sudoroso y extenuado en busca de agua sin cesar camina.
PAVADNO STRANOUVOS POMADA El polvo de la senda el sol calcina, y en la sabana que se extiende al lado simboliza desolación y ruina el cadáver de un árbol calcinado.
Un sabanero enhebra una canción que habla de amor en perezoso son a fin de entretener su hondo quebranto.
SAN ANTONIO Al conjuro del tedio de su canto se despierta en mi pobre corazón este hastío que me atormenta tanto.
Para: Granos, úlceras, ecze mas, yuyos, heridas infecta.
das, espinillas y enfermedades de la piel en general.
Mario Fernández Callejas.
VALOR: 50 FSi su combrero está sucio o deshormado por 150 se lo dejamos nuevo.
SOMBRERERIA LA FAMA 25 yrs. al norte de la Bolica Astorga LEA ESTE DIARIO PAGINA CUATRO LA HORA LUNES 13 DE ABRIL DE 1936 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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