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R LA HORA LITERARIA es ch Poesías de Lola María Romero Sonetostoa Retorno Nocturnord (Para una novia. Volví, porque lo quiso mi destino, e a pedirte del agua de tu fuente, non cual viniese el sediento peregrino pard saciar la sed en su creciente.
Como un eco tenaz, a mi camino llegó siempre el rumor de la corriente, y al corazón la certidumbre vino in de encontrarte a mi paso nuevamente.
El sol en el ocaso, ya no arde y es un palio de oto y de violeta la inmensidad del cielo: así la tarde pone en mi alma una emoción secreta Sobre el mudo verdor de la pradera cae una paz dorada y envolvente, y hay una floración de primavera al reflejar las luces del poniente.
Paz inefable de esta dulce hora que nos satura de melancolía, y en que nuestros pesares son incierto Haz eterno tu hechizo: porque enflora la esperanza su luz prometedora y se reviven los ensueños muertos.
Dije al polvo. Quién eres? Sombra vana que tu rota sandalia ha levantado, recuerdo inmemorial de tu pasado y sueño evocador de tu mañana. En dónde está la virgen, la ventano, las negras crenchas del cabello amado. Todo cuanto la muerte me ha robado, onde en tí invisiblemente se desgrana!
Con la ansiedad suprema del suicida, dejé al recuerdo el corazón abierto y en vano el alma su llegada espera. Qué pesada aridez la de la vida. La soledad estéril del desierto para mi es un jardin en primavera!
Pero ya es tánto mi dolor, y tanta es la desolación del alma mía que, ante el milagro, permanezco inerte, aunque la fuente su rumor me canta no me atrevo a prob todavía, temiendo que otra vez pueda perderte.
Gracias, Posta Oh, tus grandes pupilas, tan oscuras y tan claras al par. Bajo su amparo todas las cosas me parecen puras, y todo para el alma es bello y claro. Pedro Erasmo Callardo)
Lo Que Busco ¡Qué regalo exyuisito los versos de un poeta como Proudhome completo, terso como Bamville, que rima enamorado sus ensueños de esteta y cincela el soneto con cetero burill De un poeta que anhela, en la distante estrella seleccionar el alma que lo ha de sojuzgar, mas canta al mismo tiempo, cual leit motiv, a ella, de ojos negros o verdes, voluble cual el mar.
Estos versos, que huelen a campo en primavera, los cubre con su manto de ilusión la quimera, y con sutil dominio nos llevan a soñar.
En todo lo que amamos por ser inaccesible: la estrella, lo infinito, y el amor imposible del alma comprensiva que no habremos de hallar.
Preguntas que hay en tus ojos, que en ellos simepre miro a pesar de tus sonrojos!
Me admiro de tus antojos, de tu pregurta me admiro. No sabes que por deseuido en el mar de sus destellos mi corazón se ha perdido, y, por hallarlo, alligido, vivo mirándome en ellos. Para mis sombras y mis amarguras Dios te encendió en mi noche como un farc, lamparita de amor que, en sus negruras, guarda mi alma con fervor de avaro. son tus manos puras y sencillas, que palmotean en perpetua fiesta al enjugar la angustia de mi lloro, ramillete de alegres campanellas que al enredarse a mi vejez le presta verdor de abril y músicas de orol.
Francisco VILLAESPESA ¿No sabes que despiadada suerte me cupo en destino; que quisiera en mi jornada el furgor de tu mirada para alumbra mi camino?
a Miramar Evocación Desgarrada mi ilusión del sendero en los abrojas, quisiera, aunque sueños son, rearimar mi corazón con el fuego de tus ojos Por su estrella perseguida mi alma y de amores herida, en el dolor que la oprime como tórtola que gime busca en tus ojos la vida. Para un ausente. Soñando a de nuevo te encuentro, en cualquier hora, devano mi tristeza y engaño mi dolor, y desprecio, insistente, la canción tentadora que a mis oídos canta sugestivo el amor.
Vivo por el recuerdo dle efímero instante, que fue como una aurora en nuestra iniciación espiritual, y evoco, para esperar constante, tu rictus de amargura y el ritmo de tu voz evoco la tristeza que irradio tu semblante, tus ojeras de insomne, sobre tu cara pálida, y el sabor de martirio retratado en tu faz.
Me parece que aún oigo tu súplica vibrante y percibo el arruilo de tu palabra cálida cuando dijiste un día. No me olvides jamás!
En el seno de fértiles montañas, donde el Ande parece dormitar entre el rumor de sonorosas cañas se encuentra la villita Miramar. la vez que sencilla y apacible como una campesina en festival, ella es tan laboriosa que es factible llegue a ser la mejor del Litoral.
Se mira más hermosa por la tarde cuando Febo parece que se arde entre celajes de carmín y gualda, que la linda villita Miramar en su cálido lecho de esmeralda, es una alma suspensa ante la mar.
Rafael Armando RODRIGUEZ San José. Oct. 1936.
Desecha, pues, tus enojos, tre caprichos de antojos que tu razón no se ofusque: y deja, niña, que busque lo que he perdido en tus ojos. Martinez ZUVIRIA Elegia Rafael Alberti (Verso Libre)
Por un alma que pasó sobre la senda de mi vida entré al grave cementerio, con el alma entristecida.
La noche de luz resplandecía; los cipreses movidos por el viento aparecían en grave descontento, porque la huna en el zenit sonreía.
Rafael Alberti vino a Costa Rica un día: lo trajeron sus ángeles volando sin recelo, venía ilusionado, glorioso en su poesía, y aquí ya lo esperábamos mirando para el cielo.
De las grandes repúblicas, de México venía, dejando su mensaje cordial y un noble anhelo, de libertad, de lucha, de unión y de alegria para este Continente donde rige el tiranuelo.
El país de los aztecas fue altivo y generoso y supo recibir gentil, a quien debía.
Sólo tuvo El Salvador para el poeta un calabozo.
Fué el huésped de honor de Rubén y de Sandino. aquí, donde se hace burgués el can pesino, le mandaron nuestra azul y sencilla policía.
Mas cuando por el alma de mi amada fervorosa oración elevé al cielo, vi que la luna, triste y enlutada, respetando mi dolor, cubríola un velo.
Rafael Armando RODRIGUEZ San Jose, Oct. 1936.
Fernando LUJAN PAGINA CUATRO LA HORA LUNES 26 DE OCTUBRE DE 1936.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
ASIS

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