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ECA BIBLIO RACION STA RICA Ciencias Artes Amenidades Comentarios tes La China Filosófica ante el Japón Militarizado lp 99 ¿Sigue con diarrea. Pero hombre. Ya es hora que tome: las tabletas de Eldoformo Lo mejor contra la diarrea. Las tabletas de Eldoformo, tienen buen sabor, y son de efecto rápido y seguro para niños y mayores. QU В Eldoformó BAYER Itaba (CONTINUACION)
hoy Lo curioso y, al parecer inexplicable, es le atie fue durante los 000 años que han transcudo en la toria japonesa y que a pesar na le los cambios que se han efectuado entre era de a nobleza que compone el Shogunado, el Ja pron on pueda jactarse de una dinastía imperial tuen línea recta, continua mientras que en a fata China han imperado alrededor de veinte dios astias distintas. Aun en los períodos de luhas y de querras feudales, cuando el poder el emperador del Japón era casi nominal omo sucedió en las épocas de 1336 a 1392 de 1467 a 1583, el linaje imperial y el trolo dinástico fueron respetados. Es decir, os monarcas japoneses se atribuían un caacter semi divino, el cual nunca tuvieron los nonarcas chinos. Los chinos eran esencialInente racionales, demasiado sensatos para lado que pudieran aceptar semejantes despropósi os: y los historiadores chinos dieron origen a a teoría de que el emperador ocupaba el tro que le 10 por designio expreso del Cielo, pero que lado se derecho se nulificaba automáticamente cedía, Resde el momento en que no gobernaba de nte era conformidad con la ley, y he aquí como el.
esde haerecho a la rebelión quedó vinculado. Se a trasl nejante teoría constituiria un pensamiento extra peligroso en el Japón.
hasta No hace mucho tiempo, un profesor uni oridade, yersitario japonés catedrático en ciencias porán lo líticas, dió origen a una crisis nacional y de gabiente al exponer en forma de sentencia académica, que el emperador es un órgano del estado, pero no constituye el estado mismo. Ese profesor, si mal no recuerdo, se vió EG: in la imprescindible necesidad de retractar te. Semejante forma de pensar no puede, ni emotamente, imaginársela ningún chino.
MA ómica Esto explica, esencialmente, la mayor coJesión del Japón como nación. Nadie puede egan Jegar que los japoneses constituyen una naión más ordenada y mejor disciplinada, cono individuos. Pruebe usted a explicarle a in chino los beneficios que le rendirían la coñía lesión y la virtud de la disciplina y el chino e sonreira discretamente, ocultando su sonisa detrás de sus inmensas mangas.
21 No. Resulta materialmente imposible conerlir a un filósofo individualista en un buen iudadano. Tal como el mundo está constituí ia o en nuestros días, presa de fieros conflicos nacionalistas, quizá sería preferible deIT en libertad a los ciento por ciento y a 82. 00 patriotas No. en vez de insistir en 96. 00 ndividuos racionales que vivan racionalmen 165. 00 los chinos probablemente, en el trans200. 00 urso del tiempo se acomodarían y se sentiim satisfechos con ese modo de pensar. Pee dard cuando así lo hagan, lo harán condesceny pen iendo al mundo en el cual su desgraciada por Serte los ha hecho nacer.
en CoUno tiene que predicar incesantemente Bal. Para convencer a los chinos de la belleza de Farias, le grandeza nacional. Puede usted argüir con que es muy bello el espectáculo de una im sapor ponente parada militar, o el de una podero turis la escuadra naval y él reconocerá que, efecvamente, es muy bello todo eso, para conemplarlo pero de allí, no pasará. Poseer una frente nmensa y poderosa escuadra, para contem3022 Slarla he allí una bellísima idea.
Pulpe Así es que a mí me parece que los japo Boti. jeses tienen todas las cualidades necesarias. 1950 que están llamados a convertirse en una ación fascista, de guerreros, moviéndose al RA pmpás, mientras que los chinos no podríam, más, convertirse en eso. La dificultad estrien que el chino, individualmente, piensa masiado y resulta materialmente imposie fabricar una nación fascista, que marque paso de ganso tratándose de individuos insantes. Es absolutamente ridículo pretenque los seres humanos marchen al com a paso de ganso.
Por muchísima influencia que Nanking etenda ejercer sobre la mentalidad de los están dos, no llega ni a la mitad de la que, efecaindl mente, ejerce Tokío sobre la de los japo fos pe ses. Tengo la sospecha de que pretender nitrolar el pensamiento en el Japón resulta toda istante superfluo, por el hecho de que toUn los japoneses piensan ya exactamente ajo ucl. hágase lo que se haga.
Esto explica el significado de lo que lladel na o el espíritu de raciocinio, de mayor com ensión, de la mayor democracia, y del pa fismo que caracteriza a los chinos. ViéndoBien, los chinos se desembarazaron de su encontrar su origen en la Diosa del Sol.
Sería inútil pretender denigrar o descono cer los méritos del Japón moderno. El rápido, meteórico ascenso del Japón hasta llegar a figurar en primera línea como potencia mundial no ha sido debido a un accidente. No puede ser un accidente. La cohesión y la capacidad para la adaptación (o para la imitación si ustedes les parece mejor. el espíritu marcial y una enorme capacidad para el trabajo, todas estas son grandísimas cualidades. Para demostrar que verdaderamente existe una inmensa fuerza nacional en el Ja pón quizá sea más práctico señalar el hecho de que anualmente imprime mayor cantidad de libros que los Estados Unidos y que Ingla terra y solamente es inferior esta producción a la de Rusia y a la de Alemania.
Pero se me ocurre, al contemplar al Japón moderno que careciendo del espíritu racional de comprensión, de sutileza y de crí tica verdaderamente libre, corre muchísimo peligro. El Japón a paso de gaso ha llegado a figurar en primera línea entre las potencias, pero continuar marcando el paso de ganso, sin avanzar, cansa mucho, y marcar el paso de ganso eternamente, sin dedicarse a penEar un poco, resulta sumamente peligroso.
El Japón figura, hoy en día, como una gran potencia entre las demás naciones. Ha llegado hasta allí, según me parece, a fuerza de empeño y de carácter, pero sin meditar seriamente en lo que se proponía hacer. Las maravillosas reformas introducidas por el em perador Meiji transformaron al Japón en Na ción moderna, mediante el proceso de un marcar el paso de ganso. Esto nos propor ciona un admirable ejemplo de lo que sucede cuando se proporcionam armas modernas, tanto industriales como científicas y militares, poniéndolas en manos de una nación pe queña, compacta, cohesiva, de habitantes is leños, poseídos de espíritu marcial hecho a la medida, del espíritu de lealtad, nacionalis tico, de una sociedad feudal.
El Japón se tragó la civilización occidental entera, completa, su militarismo, su capitalismo, su nacionalismo, y su creencia en el poder, y la superimpuso sobre su organización feudal, la cual no tenía tiempo para pen sar por sí misma. Esto dió a la civilización ja ponesa sus características mecánicas, totalmente desprovistas de gracia, verdaderamen te inhumana. Esta característica mecámica, desprovista de humor, se demuestra clara mente en los rutinarios, estúpidos y perfectamente serios funcionarios de aduanas japone sas, y en su policía, en los sueños gloriosos del ejército de Kwauntung, y en la impertinencia del reto el Japón por encima de todos. lanzado por ese paíse a todo el mun do, inclusive a la Gran Bretaña.
Tengo la absoluta seguridad de que esa impertinencia debe producirle al príncipe Saionji y a algunos pocos de los estadistas del consejo de ancianos, más de un dolor de cabeza, apoyándose en la perfecta seguridad del tono en que habla y en su impertinente actitud del Japón ha logrado establecerse en la posición de perfecto aislamiento internacio nal, y después, ha escogido a la Alemania fascista como aliada, probablemente conster nándose de su propia actitud. Esta es la mejor ilustración de lo que quiero señalar, al decir que los japoneses carecen, en absoluto de sutileza. La sola creencia en el poder no siempre produce los resultados que se deteam.
También debo señalar, con tristeza, que el Japón ha perdido hasta su bushido. es decir: su admirable espíritu de caballerosidad. Cuando una nación abusa de sus privilegios de extra territorialidad sistemáticamen te para fomentar el contrabando, del cual se ccupan muchos vapores, muchos remolcadoces, muchísimos camiones y un verdadero ejército de fascinerosos que trabajan a la luz del día, bajo la protección directa y explicila de sus propias autoridades consulexes, sa rebaja a hacer algo que una potencia de mi mera y verdaderamente grande no harico más. hubiera parecido más natural que los japoneses tuvieran mayor sutileza, y que no exigieron a China que suprimiera une miento naural de hostilidad anti japonés, do bido a los acciones del mismo Japón bién algo más de sutileza que les but dicado la conveniencia de abstenerse viar nueve acorazados para acolo centimiento anti japonés.
Que los japoneses son sinceros, desean acabar con este sentimiento de hoste lidad, no puede ponerse en duda, y la muend seriedad con que procuran hacerlo, es lo que lo hace verdademente trágico. Parecen no darse cuenta de que hay ciertas cosas que ni un acorazado puede suprimir. Al trariar de contrarrestar el sentimiento antijaponés se oponen a una ley natural de la acción y de la reacción, y es un verdadero idiotismo opanerse a las inmutables leys de la naturale.
20. Ni las ametralladores poden content laas leyes naturales. Asi es, pues, que el resultado Telo da lo que el Japón ha deseado hacer en China es precisamente, lo contrario de lo que toho bía propuesto. Está fomentando por todos los medios a su alcance el crecimienio del sentimiento antijaponés y está empujando a Chi na, diariamente, hora por hora, hacia los bra zos de Rusia, hasia el extremo de qwnc aliam za chino rusa, resulta materialmente inevite ble. Está fomentando el comunismo en China, en proporción directa y opuesta al deprecio que ha hecho con respecto del gobierno de Nanking. No existe un método más seguro ni más rápido de darle dias al contrato en China que el de enviar cuerpo de cher lleria japonesa a recorre toda la Cats, so pretexto de suprimir el comunismo. Pero ac (uralmente, la máquina de guerra japonesa no se da cuenta de esto: en realidad no se dá cuenta de nada. Cualquier persona que se abra paso a codazos a través de una muchedumbre y que pasa por encima de cealautera que encuenire en su camino, no puede ver a nadie.
Ese es, quizás, el más repugnante to del carácter de los japoneses en nueskapu ca. y desgraciadamente, es el que dominus el que se hace sentir más que ningus oro en la política del Japón en nuestros días sa iaceta del caracter japonés represedded los militaristas japoneses.
Los elementos liberales del Japan perfecta cuenta de la estupidez que pece el deporte de torear a un tigre y de teler se en los enredos que traera, inevitablemen te, una guerc eventual con China, con Music o cualquiera otra de las grandes potencias, empeñandose en ir directamente hacia la ruina, cuando más grandes y mejores resul tados podrían obtenerse por medios més cdo cuados y mucho más discretos.
Un verdadero entendimiento enbe China y el Japón solamente podría ser factible si cambiara el gobierno japonés, y si los jetos civiles lograran dominar y controlar a los u litares. Si este cambio no llegara a xoducir se, ni la mejor máquina de guerra true haya producido el mundo hasta la fecha poclrc sal var a los japoneses de la inmuiche ley de la naturaleza, la cual produce primero la ción y después, la reacción.
ata de LOS colabor asta imperial del Japón, aparentemente, pra trazas de eternizarse. Hasta el presenen teoría por lo menos, ha perdurado por mejor pacio de dos mil años en línea recta, hasta Publicado en inglés en el Times or gazine del 27 de Diciembre de 1936.
Traducido al castellana el 16 de febrere de 1937. San José de Costa Ricc.
GUELLO.
ado a: ras es el.
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