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EL IDEAL RONY PINOT tuna no haya puesto en tales trances pueden bendecir a Dios y pedirle para no verse en el caso de comprenderlos.
Carmen murmuraba algo entre dientes sin lograr hacer salir de sus labios pálidos un solo sonido articulado, en tanto que yo, triste, muy triste contemplaba aquel cuerpo antes tan 41509 hermoso, y aquellos ojos tan muertos, tan apagados.
Recordaba también los primeros tiempos de nuestro matrimonio, nues.
tras ilusiones y nuestros pasatiempos; pensaba en las veces que alegremente y respirando amor paseábamos juntos, muy juntos por los prados y los bosques, y esta serie de recuerdos ahora tristes hacían saltar de mis ojos centenares de lágrimas. Desventurada Carmen nia! Dormitaba con el último sueño de la vida, antes de entrar al sueño profundo y eterno de la muerte. El doctor de cuando en cuando le tomaba el pulso, y notaba que ya desaparecía poco a poco de las extremidades. Cerca de las doce abrió los ojos y pidió aire; hizo luego un esfuerzo sobrehumano para incorporarse, y dedicándome una DON TOMAS POVEDANO última mirada de despedida, y pro. Distinguido artista español, colorista insigne, Director de la Escuela Nacional de Bellas Artes, quien nunciando quedo, muy quedo el nomgalantemente ha ofrecido colaboración a El Ideal.
bre de Carlos, cayó inerte sobre su lecho.
Carlos lanzó un grito terrible; AnALMAS BUENAS no halla qué responder, y suelta al drés sollozaba como si su pecho fuera pequeño.
a desgarrarse. Mi Carmes ya no exisY luego se alejan muy contentas a veces, sencillas acciones de al hacer ctros favores más lejos, tal vez tía, era verdad, ya no existía, había gún alma noble, despiertan en nos sin que nadie se fijara en ellas; pero muerto al nacer el nuevo día. Levanotros vivo sentimiento de admiración dejando grabada en mí su imagen, téme, y con la voz ahogada por el y respeto hacia ella, y nos hace desde que, junto con el recuerdo de esta be.
dolor. y sintiendo estallar mi pecho luego, obedecerle ciegamente cuando la acción, jamás se borrará de mi bajo la presión enorme de mi sufri.
en tono de súplica nos impele a ejecu memoria.
miento, jadiós esposa mía, adiós patar alguna cosa.
HióNIK ra siempre! exclamé.
Qué sublime es la virtud! Sin otro Mis dos hijos y yo contemplamos apoyo sino la bondad, encuentra la en silencio aquel cuerpo inerte, y lue fuerza suficiente para obligar al hom LA CATARATA go, viendo que sus hermosos ojos ne bre, aun hasta el más ignorante, a gros habían quedado abiertos, presté hacer el bien.
a la muerte este servicio piadoso y a Estas almas son el consuelo de los Es una sabana muy grande, cubierla vez terrible.
que sufren, la esperanza de los desva. ta de matizada alfombra de fresco cés.
Contempléla luego un instante con lidos, y por ellas es que Dios bendice ped. En el fondo de esta sabana y al Inuda y dolorosa mirada; cubrí con la tierra.
pié de la cordillera hay un bosque una sábana aquel hermoso rostro he.
En esto me ne ha hecho meditar un poblado de altísimos arboles y arrolado por el soplo de la muerte, y en cuadro que presencié ayer: llevaba un pado de tupido follaje, que no deja tonces los tres, arrodillados y llorosos, policial a la detención un niño que penetrar la luz, reinando siempre en oramos aqui en la tierra, por la que el lloroso y arrepentido cometiera algu la selva la penumbra.
mismo instante quizás, también oraba na falta de pillín; cuando vimos acer Es de noche. Me acerco al bosque: por nosotros allá. en el cielo.
carse a él dos ángeles de la Caridad, quiero verlo de cerca, de dentro de sí San José, de junio de 1914. dos señoras y suplicarle dejase libre mismo; quiero descifrar el misterio VICENTE SÁENZ al rapaz. Les habían conmovido las que encierra, y la causa de ese pueril lágrimas del niño miedo que infunde en el alma la selva Los ruegos de aquellas almas afli de noche.
AVISO gidas por el llanto, consiguen lo que Ya he entrado: aparente calma reiéste solo no había podido, mueven al na en torno mío. El silencio sólo es Se suplica a quienes no acepten el periódico, lo devuelvan antes de ocho dias al guardia del orden, que antes arrogan. interrumpido por las voces estridentes apartado número 275 te y fiero, se encuentra débil ahora, de las bestias fercces, y los quejidos Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
Este documento no posee notas.