Guardar Descargar

EL PACIFICO.
Bacate especial en la misma parte que era digno de admiración Fos retira la acera se ha empesado, y se ha colo mos del lugar dondo estaba la orijue:cado una bomba de doble presión, queta y entramos al salón de baile: tant prestari importante servicio. joven bonita que al compaz de up 72. que, como término de las cuadrilla.
bailaban, haciendo lucir sus encanto. CRONICA y agilidad en el arte de Terpsícore. tanto buen humor, tanta hilaridad, ngi BAILE EN ESPARTA deslumbraron hasta el punto de et garnos.
29:55.
Una vez que nos pasó esa especia de vértigo, que nos había embargado Aunque nada acostumbrados, señor todos los sentidos y que el salir de el Editor, esta clase de trabajos; me les como el despertar de un sueſto projor dicho, careciendo en absoluto deducido por el exceso de bebidas alcohóles dotes indispensables para llenar de licas; una vez repuestos, repetimos, rebidamente tan difícil cometido y para corrimos con penetrante mirada todo no quede sin efecto lo anunciado en aquel precioso cuadro, donde, sin nesu periódico del jueves nos aventuramos cesidad de mucha perspicacia, se potahacer, no una crónica, sino no cro ba. que el ciego Cupido había disparaquis del baile con que nos obsequio do con firme pulso no pucas de sus enel domingo próximo pasado nuestro venenadas saetas; pero al parecer, dos buen amigo dou Mateo Mena. de las parejas allí reunidas eran las que habían salido peor libradas de la descarga del chiqüitín. Para ellas no ha bía ya baile, bromas, nada; no parecia sino que se habían remontado legioCuando llegamos, principiaba. to nes desconocidas. Se creerían en ese car unas cuadrillas la infantik filarmo moniento en uno de los lugares destinía de esta ciudad, y tan bonito ejecu nados allá arriba los justos, que taban esta pieza, que nos paramos tar bien nos los piutañ los escritores escuchar, saborear los acordes soni bíblicos? juzgar por las apariencias, dos arrancados sus respectivos ins no crééinos incurrir en una mentira si trumentos por aquella turba de chiqui decimos que si: entre aquellos cuatro llox, que con dificultad alcanzaban los pechos no latían sino dos almas; qué striles. Aprovechamos la oportuni de sonrisas, que de miradas y suspi.
dad para enviarles un calurosii aplau ros. Quién se atrevería explicarios to, tanto a los aprovechados joverici todo lo que aquello significaba!
for como a su inteligente director. iQuiera el cielo que más tarde no enPero estaba visto que no habíamos cuentren sembrado de espinas el senconcluido de admirar todo lo que allídero que hoy bayan regado de flores!
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.