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REPUBLICA DE COSTA RICA AMERICA CENTRAL. 00 El Pacífico CONDICIONES.
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PERIODICO DE INFORMACION EDITOR RESPONSABLE CARLOS CLAVERA Año II PUNTARENAS, DOMINGO 15 DE MAYO DE 1898. 75 Ans un COLABORADORES Al verle, cualquiera habría ex trinos brincando de rama en rama. 0:clamiado: he ahí un poeta.
buscando el nido de sus amores, y SECCIÓN EDITORIAL Licdo. Salvador Jirón en efecto fernando era poeta. los botones de rosas acariciados por De temperamento artístico, soñador la helada brisa abrían tristemente NOTICIAS, LITERATURA sempiterno, dotado de inagotable sus perfumados cálices, Angelina, Dr. Francisco de Amador inspiración, pulsaba la lira may que paseaba silenciosa, embriagana menudo y sus versos rebozantes de por la fragancia de los lirios, las CRONICA LOCAL José León Fernández ternura y sentimiento, cuajados de azucenas y los heliotropos, dejóse bellas imágenes, obtenían siempre caer casi desfalleciente sobre un éxito sorprendente.
rústico banco del jardín, Allí, faşDOMINGUERA cinada, seducid. presa de la más Fernando había amado con locu dulce voluptuosidad, sin saber lo ROMANTICA ra ui:a hermosa joven reputada hacía, ogendo la música tierna y como bella entre las bellas de Vin apasionada de las frases de su amanra una de esas noches de la del Mar, Le había dedicado te; le acarició locamente y le hizo brillante esplendidez tanto arroban el espíritu, una de primorosos versos, estrofas admi soñar en felices horas de ventura y rables, arrullándola todas horas dicha!
esas noches lánguidas y serenas en que la imaginación, absorta, se pier con dulcísimos cantos de ave.
Pero aquello pasó como un relánde por las azules regiones de los Angelina contaba entonces diez y pago, como una exhalación; fué un sueños.
seis primaveras. Eran azules sus deslumbramiento momentaneo, La Luna acababa de desgarrar ojos, azules como los sueños de los delirio pasagero. La niña cándi la negra sombra de su capuz y as niños las ilusiones del poeta, y da, pura, ideal, la niña de mirada cendia magestuosa, destacándose los cabellos, blondos, rubios como inocente y pudorosa, olvidó bien triunfante entre el inmenso manto pronto la tardle aquella y remonto azul tachonada de estrellas que Nítido, nacarado, fino, trasparen el vuelo hacia la hermosa Italia.
vestía el firmamento.
te, era su cutis de azucena.
Ni una voz humana, ni el más Sonreía coino deben sonreir los Un año había transcurrido.
leve rumor, ni el más apagado rui ángeles, como sonríen las vírgenes, El invierno imperaba y la natudo interrumpía la quietud reinante, como sonríe la inocencia. raleza toda gemía. Espesas bruy solo allá lo lejos, cual débii eco Sus cortos abriles la convidaban mas se alzaban por doquiera y dende una queja desfalleciente, mur şoñar y, sin embargo, escuchaba sas nieblas cubrían los cerros ve.
muraban las olas del Pacífico sulas endechas del poeta con cierto cinos.
himno eterno al acariciar la extensa dejamiento, casi indiferente, como Fernando, anodado por el abatiplaya.
diosa cansada de ser diosa. miento, encontraba amargo placer Aquella noche Fernando estaba Una poética tarde de Mayo, cuan en el espectáculo de aquella natutriste y, pensativo. La palidez ma. do yá el sol se había hundido en el raleza vestida de funeral crespón, te de su rostro, lo vago de la mira ocaso dejando tras sí soberbia este de aquel día tan oscuro y sombrío da, el desorden de su ensortijado la de resplandores hellísimos, y los como su alma. Tomó la pluma macabello negro, y hasta la dejadez montes lejanos ostentaban ese azul quinalmente y comeuzó a escribir: en el modo de andar, envolvíanle profundo que inuada el alma de sus versos resultaron tristes, sentien cierta remarcada sombra melan melancolía infinita, cuando los ca mentales, parecían forjados con lácólica, denunciando que era presa marios, los cenzontles y los turpia grimas, jamás había escrito en esiide amargura sin límites, les volvían de entonar sus alegres lo tau conmovedor, en cada estrofa el oro.
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