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EL PACIFICO We Rower མཐ. གདནམས La fiesta del 20 apagara el brillo del sol de la liber En el Consulado de tad que ilumipaba.
Colombia Como anunciado estaba, debía Todos unidos en un sólo senti.
empezar desde el día diez y nueve miento, todos poseídos del mismo Eran las once de la noche. las doce.
deseo, contribuían dar importanDos horas antes la fiesta había Así fué que al toque de esa hora cia la fiesta; y las doce, hora comenzado, y en aquel momento se oyeron los primeros retumhos de señalada para el Te Deum, se diri las parejas, arrebatarias por las de la pólvora que repercutía en el es gieron la Iglesia parroquial en lirautes notas de una polka bellísipacio a la par del eco sonoro de las lujoso acompañamiento. Las banderas de Colombia y de zando rápidas por los cuatro ámbima, hailahan vertiginosamente cruCampanas que con solemnes repi.
ques alegraba al pueblo.
Costa Rica eran llevadas por el Go.
tos del pequeño salón.
Hecha esa entrada en los prepabernador y el Cónsul. La Banda El cuadro era magnífico, soberrativos de la fiesta, no hubo uno tocaba y el pueblo animado y con bio. encantador, realzado cada vez no se sintiera dispuesto a compartir tento iba también a lá dar gracias más por ese entusiasmo imperante al Todo Poderoso por el gran bien en las alegrías que delían seguir, en toda fiesta improvisada. Oleaya las p.
Comercio y veci que les concedió, haciendolos libres cas de luz inundaban la coqueta DOS principales en grupo imponené iguales ante la ley y ante el mun salita, haciendo resaltar los colores do civilizado.
te y vistoso, por las banderas an le los vaporosos trajes de las bellas torchas faroles con inscripciones Llegó después el momento más el seductor encanto de sus rostros.
y de la gran fecha y de los libertado solemne, la recepción en casa del Todo ello unido a las hondas sonoras y al aire tinio saturado con la res, se constituyeron en la Gober señor Cónsul.
nación hacer la visita dispuesta La concurrencia tan selecta como fragancia de cien perfumes distinal señor Gobernador. Allí ejecutó numerosa, hacía pequeño aquel lu tos, acababan por ambriagar el esla handa escogidas piezas, y los segar aunque en sí fuera suficiente. píritu y trasportar el alma las reLa señora del señor Cónsul y otras giones de lo ideal.
ñores don Manuel Amador, don señoritas más, embellecián la reu Allí estaba Emilia, que por sus Juan Suñol, don Rafael Carranza nióo.
y don Salvador Barrías hicieron uso ojos de cielo y el suave dorado del Se sentía un no sé qué de nore cabello semeja una vírgen venida de la palabra, quienes el señor Godad y de grandeza. Hania nn algo de las márgenes del Rhin; Rita, bernador contestó.
que no se explicaba, fier a que des Consuelo y Angelina, tres botones El festejo continuó casa de don pertaba una satisfacción verdadera. primorosos, de fascinante seducción Manuel Alvarez preparada al efectn, Allí fué donde se escuchaion fra que comienzan sonreir acariciadas y allí se apuró una copa siguiendo ses y pensamientos sublimes. Allí por las auras embalsamadas de la por las calles en paseu triunfal, en donde el ardor patrio y el amor primavera de la vida; Antonia, la medio de vivas y aclamaciones en la libertad inspiraban con inspiración graciosa y alegre trigueña de guzla tusiastas por la libertad y la inde divina puede decirse, los que usa de oro, el canario porteño de quien pendencia, hasta que a las 10 ban de la palabra.
puede decirse: se dió por terminado, llevando la Hablaron el señor Consul, el Dr.
concurrencia al señor Consal su Cárdenas, don Diego Manuel Cha La nota dulce, suare, cristalina, Aloir de su roz tan argentina casa, en donde quedaban las prime morro, don Clodomiro Figueroa; Remedando el cantar del ruiseñor, ras impresiones que al día siguiente don Rodolfo Barraza, don Juan Sa. Créela virgen del celeste Coro debían colmar el entusiasmo que foi y don Ramón Céspedes.
reinaba. Mientras tanto, el preblo Mas la fiesta no concluyó allí.
Queá calmar viene su constarte lloro, gozaba con sas diverciones predilec Hubo després un paseo por las El infeliz poeta soñador!
ias, bailando al son de las marim calles con el retrato del Lihertador Allí también Ana María, violeta bas, y con la libertad que aquí se Simón Bolívar, con el pueblo siem pudorsa, de mirada dulce, sombrea acostumbra, sin que ella perturbe pre animado, siempre alegre; ter ua por cierto no se qué de melancoel orden.
minando en el Casino en donde la lico que haña todo su rostro de un Viene el día 20 y el toque de las Colonia nicaragüense obsequio con encanto atrayente; Manonguita, la un réfresco todos; y por la noche Eva espiritual y elegante de exhelto diavas y el estruendo de las bombas se bailo en casa del Cóusul en talle y porte aristocrático, de cuello los cohetes, hicieron recordar todo ciedad muy amena y distinguida.
torneado y griega barba, de la cual ser viviente y libre, la fiesta que se No lo hemos dicho todo, falta, dire, imitando Facio: conmemoraba.
mucho más de lo que formó parte La tersura afelpada y prinorosa El día presentaba un aspecto alemuy importante de la fiesta, pero de su mejilla, el rostro de sultana se nos hace largo para las dimengre, ni ona nube en el cielo, niciones de nuestro periódico. cuanto en ella la natura hermana Le dan aire fantástico de Diosa. una nube en la tierra, se cruzó quel Quizá después se escriba más.
SOEste documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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