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EL PACIFICO ععععع DAAGAA BAROLO y ñoz Por la apartada calle rara vez do Antonio con dos de sus mejores aprendido silvar igual que Autotransitaba alguien; el trasnochador amigos, y se le echaron reir, lla nio. Lo demás se lo forjó al muque andando muy de prisa pasaba mándole tonto y poniendo en dida chacho su luca fantasía. Esos celos de largo, el vagabundo que se aco el cumplimiento que de las prome que son peores que todos los mirwodaba en el quicio de una puerta sas hechas por voa mujer puede los juntos.
para dormir tranquilo sobre la al hacer ésta. GÓIEZ mohada de piedra que le ofrecía un Aquello era «un noviajo» deGACETILLAS escalón, y el sereno que rara vez cían los cariñosos amigos del enaabandonaba la lejana esquina para morado. que le estaba poniendo avanzar, semejante ext:20rdinario en ridículo. Qué duda había de Oon gusto publicamos el Cuadro de Honor de la Escuela de Vagasano de luz, con el farolillo en que le engañaban. cendido, que brillaba en las tinie Antonio ya no quiso saber más, rones de Esparta, y así lo harenios blas como un punto luminoso, eran y una noche de invierno, embozado con las demás escuelass lo quielas únicas personas que solían rom basta los ojos, se situó cerca de la ran, pues bien conocemos los útil per la monotonia de aquel candoro casa de su novia, bajo la sombra que es para maestros y discipulos so duo de amor, con el retumbar que proyectaba un balcón, y espe que se conozca el aprovechamiento de sus pisadas o el bostezo lángui ró.
els que se encuentran.
do del sueño.
De pronto un aguro y prolongaCUADRO DE HONOR. Grado.
Unicamente los separados barro d, silvido, de iguales notas Primer puesto, Jaime Ortiz; segury motes de la reja impedían que Anto dulaciones que las que él solía dar do id. Juan Carrajal.
nio y María se enlazasen en el ho todas las noches, hendio lris aires 3er. Grado. Primer puesto, Manesto abrazo de su amor, pero en se perdió en las lejanías de la ca uuel Casares; is. Francisco Matre aquellos hiertos rectos y fríos, lleja.
y Jaime Jiménez bien cabía un beso, y acaso al calor Antonio cruzó la otra acera, 20 Grado. Primer puesto, Virde alguno de ellos, brotó avasalla miró y remiró, pero en la calle no gilio Benavides; id. Lisimaco cora la pasión.
vió nadie. sin embargo, el silBenavides.
Lítreme Dios de echar la culpa vido, su propia señal, se repetía Ier. Grado. Primer puesto, Aná nadie; pero ¡caramba. yo creo cada vez más agudo, para clavárse. tonio Calvo; id. Cirilo Prendas.
que la familia con sus prohibicio le en los oídos como afilada aguja.
murió en ésta, el señor nes ridículas, había convertido en Andrés Fonseca oriundo de ManaAcercóse arrimado la pared, sin volcán lo que fué un braserillo. que pudieran observarle desde la gua (Nicaragua) y que por largos Bueno, pues, ello fué que como reja, delante de la cual le pareció do su residencia en el Bolsón, de años vivió en esta República, sier:cuando el amor avasalla, siempre ver una sombra; sono otra vez más donde vino en estado de gravedad.
lleva su séquito de celos, Antonio fuerte el silvido, oyóse ruido de principió sentirlos débilmente, goznes y fallebas, y apareció la enSanta Teresa de Jesús rezú hasta qne al proponer cierta noche cantadora figura de María, dibujánla Iglesia ayer, y recordamos ese la joven un rapto, con el fin de cose tras los bierros, nombre para saludar en especial la anciana matrona doña Tereza acabar aquella anómala situación y ¿Eres tú, bien mío. preguntó negarse ella indiguada contra lo con sin igual candor, ana voz de Iriart, que cumple de edad lo que lleva el siglo, noventa ocho propuesto por el novio, que ya as. niña.
piraba amante, los celos empezaY dos fuertes detonaciones soaños. Su esposo don Juan Iriart ron fortalecerse.
naron en el aire, mientras allá en falleció en la campaña nacional y No faltó por entonces, quien sin lo alto seguía sonando el pícaro sil sa edad la pensión de que goza. 25 00, es poca.
saherlo acaso, derramó el veneno vido, siempre igual, con todas sus de la calumnia sobre las beridas notas modulaciones. No se ve esperanza ni de que en el corazón tenía Antonio, y éste. De modo que. que los particulares cumplan con pregunto las órdenes dadas para la composiga tornose desconfiado incrédulo uno nie nosotros al señor Roque.
respecto a la fidelidad de María. Que Antonio mató su novia ridad se haga respetar; y aun esta ción de aceras, ni de que la autoDebía ser cierto que lo mismo que le quería con delirio, dijo el mos en el peor mesele invierno palque él, con igual sigilo y por me alguacil. sin dejar terminar la pre pando esa necesidad y esą irregudios análogos, una hora antes de gunta. Si vieran ustedes cómo llo laridad.
aquella en que su novia salía ver raba luego el desgraciado!
Por haberse enfermado el únile, María conversaba también todas. Pero no comprendemos. co cajista de que dispone la Imprenlas noches con otro hombre.
Es sencillo: än maldito mirlo ta, se ha demorado hasta hoy la Consultó sus temores el atribula que dejaban en un balcón y había publicación del presente número.
Ayer Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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