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EL PACIFICO Periódico de Intereses Generales EDITOR. CARLOS CLAVERA REDACTOR, SALVADOR JIRON.
Año IV PUNTARENAS, COSTA RICA, DOMINGO 13 DE MAYO DE 1900 NO 346 Lectura del Domingo Uno de estos Tlevó un dia a Pa te es siempre un mierte, aunque chín una cabra blanca, hermosa, sea un animal; pero ¿por qué su casi tan alta como él, y que el mu hijo, el hijo de Andrés, preferia Los celos de Juana Ma tia chacho recibió con locos brasportes lo compañía del animal la suya?
de alegría. los celos crecían ofuscando su Una sola frase escapaba traboDesde ese día se acabó la tran razón y haciendo de aquella mujer josamente de los labios pálidos y quilidad en la casita de Andrés. tan dulce una fiera sedienta de sansecos del moribundo.
Juana María vió con doloroso re gre. Quiérelo. quiérelo mucho, celo que su hijo se alejaba de ella Resuelta ya, solo faltaba un moJuana. qniérelo por los dos para retozar con la cabra, y en el mento oportuno.
Este ac presellEn medio del estertor de la corazón de aquella mujer ignoran tó un día en que Pachin fué al ago mia, volvia a los labios de Andrés te se levantó un sentimiento extra. bosque a buscar hierba inejor y más la misma frase tenáz, insistente ño: iJuana María tenía celos!
fresca para su cabra. Era el mes como si aquel solo pensamiento le Con la frente contraida por las mento, mataría la cabra, pero y torturara el cerebro casi paralizado, bondas preocupaciones y cou mi cómo? esa era la cuestión, Juana como si aquel dolor se sobrepu rada inquieta seguía los retozos María, pálida, temblorosa, pensaba siera a todos los dolores de agne del niño y la cabra. Un dolor ho en esto, sin atreverse fijar sus Ila hora suprema.
rrible la oprimía cuando Pachín ojos en los del pobre animal, que Quiérelo. quierelo mucho, dejaba su dulce regazo para recli la miraba con mirada dulce y sin Juana narse sobre el lomo áspero del ani espresión.
La frase quedó troncada, wo mal, y aquel mal seutimiento fue Con un cuchillo bien afilado, sta por la última convulsión. creciendo hasta convertirse en odio, pensó Juana María, de un solo taJuana Maria y su hijo quedaron en adio feróz, terrible como solo jo le corto la cabeza a la muy malsolos en el mundo.
lo saben inspirar los celos. De vada; pero ay la sangre. síla vé su mal cultivado cerebro brotó una el niño. No! se asustaría, lloraría, Pasaron años, Juana María no idea criminal Matar la cabra! y ella no quería verlo sufrir. Coolvidaba al muerto y vivía solo paAquella idea mancho la limpia mo la mataré Dios mío! Gruesas ra su hijo, entregada él, en aque conciencia de Juana María, como gotas de sudor caían de la frente Va misma casita construída con to mancha una gota de tinta el blan de la pobre mujer.
do amor por Andres que seu secuer co papel. Matar In cabra! La ¿Cómo la mataré. Qué difícil do parecia flotar en toda ella y tenáz obsesión la perseguía de día, era aquello que parecía tan fácil! protejer aun la viuda y al huérfa de noche, toda hora. La des Con un golpe, eso es, con un gol no: vivíau nislados en aquel bos graciada mujer empezó enflaque pe en la cabeza!
que al cual no llegaba más ruido y cerbu mirada antes tan dulce, tan Juana María salió triunfante eu movimiento que el de un tren que humilde, tan clara, era ahora son busca de un leño grueso. Cuando lo cortaba a pocos pasos de la casi bría recelosa, su sonrisa se hizo volvió, la cabra alzó la cabeza y se ta, llenándolo con su espantoso amarga. Su carácter irascible lle quedó mirándola con inqueitud, y Tuido, con sus chispas, con su bu gó inspirar miedo a Pachín, que el leño cayó de las manos de la mo, aterrando a Pachin que corría huía de ella atemorizado y buscaba infeliz mujer. Qué hacer? Aque refujiarse en los brazos de su ma con más xhinco la compañía de la llo era imposible y se llevaba dedre; no tenía más visitas que la de cabra, siempre alegre, siempre ju sesperada las manos a la cabeza algún leñador amigo y compañero guetona, siempre igual. Ahora sí. Cómo no se le había de Andrés que llevaba un poco de Juana Maria se tenia ella misma ho ocurrido antes? Con una cuerda leña la viuda y una feta o un rror ¡Matar la cabra. Cómo había gruesa, un nado corredizo, pasaríe pajuro al niño.
podido cdncebir taldea Una muer la cuerda par debajo de la puerta you Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional del Ministerio de Cultura y juventud, Costa Rica.

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