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EL PACIFICO man sus ministros apellidándolo VERSOS Cómo triste contemplaba hijo de Dios como si todos no fué.
Aquellos lindos paisajes Grato es el placer y la honra Coronados de celajes!
ramos hijos de la naturaleza. llaman, con desprecio, idolatras los que experimentamos hoy al presen Al evocar de su amante que adoran a un becerro de oro, al tar nuestros lectores la primera Las horas, que delirante Le hablaba de los sueños de su amor.
sol á la luna!
producción en verso que aceedió a remitirnos una inspirada joven pun Cuando oía las. Pero no comprendes, Luis, que promesas ese quien llamamos Cristo, es hi tareneña, que, como verán los abo. De la infinita pasión nados de El Pacifico, se revela co Que ardia en su corazón jo de Dios y que vino al mundo E inspiraba su beldad.
mo poetisa de mucho sentimiento.
regenerarnos del pecado? No, Carlos, aparta los sofisLa carta que nos acompañó con La mente juvenil acarició.
que en grata soledad mas de tu inteligencia.
tiene estas frases que excusan todo Jesús fué Cuando olvidades del mundo segun este pobre loco, un gran comentario: filoPor complacer sus Entre el soplo de los vientos insinuaciones, me perito enviarle Escuchaban los lamentos sofo; un liberal, quizá el primero de todos. Predicó doctrinas bellísiesa composición, agreste, rústica, De algún pobre pescador, mas que predominan y predomina que nada tiene que ver con las re. entre palabras de amor, rán en el mundo; pero dejemos glas del arte: bien lo comprendo La noche les solía sorprender un lado todas las fábulas de su caasi. pues de lo menos que podría entender es del ritmo del metro y cimiento, de su vida y su muerte, la retórica. Ella es puramente fanMas hoy la playa desierta.
que son invenciones para atemoritástica for brotada del campo in Mientras con calma resiste Contempla la niña, triste, zar los incautos.
culto de una imaginación soñadora. Agudo penar profundo, Jesús fue un hombre como todos Ud. lo debe apreciar así, y ésto Pues siente en su pecho un mundo nosotros: ni sació de una virgen, fisicamente hablando, ni resucitó des podrá disculparme, pues desdeñan De nostálgica duda y padecer.
do los fútiles recogimientos de la pués de muerto vida doméstica que está sometida Yo lo amo como un consejero y la mujer en nuestros paises, dedico y, como crespón de duelo, La luz perdióse en la altura procuro imitarlo; pero no quiero mis ratos de ocio a la silenciosa, Un nubarrón en el cielo hacerme cómplice de las farsas re útil y culta reconcentración del esDe repente apareció.
vestidas de oropel que se han intudio.
Qué bago aquí? se preguntó ventado para especular, adorándoHe aquí la composición: Yun angel de la altura vió bajar.
lo, y que tienden más bien áridicuY la dijo: en rano intentas lizar su memoria.
De ese amor que te devora No, Luis. dijo Carlos. déjate (INÉDITA)
Saber la llama traidora Que tu amante iluminó: de esas cosas! Tu pobre madre suEra una tarde de abril, Ya el astío la extinguió, fre cuando te oye; no vez como llo.
Dulce y tranquila la vez, Porque el traidor aquel dejó de amar ta. En que el rey sol, al travez la viejecita, madre del pobre De colinas se ocultaba Desecha pues, las ideas Que bullen dentro tu mente, loco, lloraba en silencio en un rin. Mientras su disco brillaba con calma reverente cón de la sala.
Entre nubes de armiño rosicler.
Conserva siempre serena. Pobre madre! dijo entonces. El mar en tranquila calma En vez de duda de pena ella llora porque teme para mi las Sus canciones murmuraba En tu pecho la paz del corazón llamas del infierno. El infier. en su cristal reflejaba Ora el azul de los cielos, já. já!. já! una esEl ángel abrió sus alas, tridente y sarcástica carcajada se los transparentes velos Huyo hacia el azul inmenso, Vaporosos de grana y de zafir. la niña con intenso escapó de la garganta del joven monomaniaco.
El susurrar de la brisa Pesar que la consumía dijo Carlos, el doctor, a la con sus dulces cantares Se oia entre los manglares, Se dijo: nunca podria De mi alma arrancar esta pasión.
desconsolada madre de Luis: No Las avecillas marinas CARLINA tiene remedio, señora; oídlo. se Volaban de las colinas escuchó la voz del joven que decía: los frondosos árboles eercanos.
TIQUISMIQUIS Sólo la ciencia mi ansiedad res(ponde Allí sentada en la playa Como que lo accesorio sigue lo y por la ciencia sé esa hora triste y bella principal, se trata de frivolidades, esta advertencia sobre mi Tiquisque no existe ese Dios que siempre Como solitaria estrella, esconde, el último porqué!
Que brilla en la niebla oscura miquis debe llevar el mismo titulo, Habín una niña pura de ahí que yo se lo haya encajaRAFAEL. GUTIERI. Sumida en un recuerdo de dolor. do Amor y pency no Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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