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EL PACIFICO es fiaba todas las mirada, todas las Mi amigo se había casado, hacia fredo, con no sé qué rasgo seme.
frases, todas las irovías.
tiempo ya, no sabía yo con quien, jante, como si la deformidad lo Alfredo, como un conquistador, y cuando vino verme y le pregun monstruoso, asimilandose al ros.
como un triunfador, noble y gallar té quien era la valiente dama que tro de Anita, fuera perfilándose fidamente llevaba del brazo la más hacia el encanto de su hogar, el mu namente, sin destruir el encanto bella dama de esa fiesta, y Anita, miró sonriente y de una manera de esa beldad.
con el rostro ligeramente sonrosa estraña, y me dijo: La comida fué alegre, comunicado por un rubor delicado y apacible Ya la conocerás.
tiva; supe que Anita era madre de parecía una ilusión, una diosa, sur. Mi suspicacia fué prudente. Su dos niños, no feos y por varias vejiendo su busto escultural de entre pose que guardaba sus recervas, ces me dijo: los encajes y flores de su traje ver temeroso tal vez de que al decirme Soy muy feliz con Alfredo, muy de esmeralda, constelado de el nombre de su consorte, me esco feliz.
lentejuelas de plata y perlas color sara de aceptar su invitación, por Al escuchar aquella confidencia de leche.
no encontrarme con una fisonomia tan expontánea y sincera, ganas No dejaba de arrepentirme: esta poco menos como la de mi amigo. tuve de volverme horrible, verdaba temeroso, Labía preparado yo fuí puntual; estuve a la hora deramente horrible.
suceso y podía terminar mal. indicada en casa de Alfredo, y des AGUSTIN DE PORCELE.
Conocía el caracter de Alfredo, pués de una breve charla, recory una frase, una ironia, era posible dando nuestras antiguas aventuras, ORIENTAL que despertasen en el furias rabio nuestra vida de juventud, me dijo: sas, todo el odio acumulado de Antes de pasar al comedor. Quién en Bagdad no conoce mucho tiempo atras, esa furia que te voy presentar mi mujer. Giaffar, el Sol del Universo. Hace relampagueaba eu su seño cejijun. Con inucho gusto.
mucho tiempo que un día Giaffar, to, sombrío, en su mirada de una Como si fuera llamada, entró en joven aún, paseábase por los alreviveza estraña y capaz de bumillar ese momento al saloncito en que dedores de Bagdad. Hirile de al mas atrevido, estábamos. Quién. Anita. pronto un grito desgarrador; alPero poco a poco aquello perdió Ahi está, te la presento; creo guien pedía socorro csn voces de su interes: la música, lo animado que no la conoces mucho, dijo Al sesperadas.
del baile, la coquetería, el deseo fredo, sonrriendo maliciosamente. Entre los jóvenes de su edad de cada cual de festejar su bella, La sorpresa fué tan grande, que, Giaffar se distingía por su preseoaquietó la impresión que causara cohibido, asombradu, presenté wis cia y su discrección, pero er des esa pareja que realizaba un supre escusas ridículamente, con palabras ánimo compasivo y además confiamo contraste magnífico dando triviales y mal dichas.
do en sus fuerzas.
la fealdad de Alfredo cierta virtud ¿Y era verdad lo que estaba vienCorrió al oir el grito y era de un de fuerza, de impresionabilidad do. Anita la joven más bella, la decréptito anciano a quien dus banmas intensa y profunda que la he más graciosa, la más rica, la más Joleros habían empujado contra un Ileza misma, que resultaba como noble en brazos de aquel monstruo? muro y estaban eu vía de desbaliuna espresióu fujitiva, deleznable. Que serie de aberraciones de ex. jarle.
eomo una dejeneración hacia lo trañas atracciones había unido a Tiró Giaffar del alfange y atacó perfecto en la selección que se requellos dos seres tan opne tos? los miserables: mató al uno y pu.
fina y pule en las razas, costa de Alfredo, un ecéptico, un satani so en fuga al otro.
la virilidad y de lo potente.
co, de enorme inteligencia, pero Libre el anciano echose a los Con gran asombro mío. la pareja sombría. tetrica. cómo había po piés de su libertador, y labiendo siguió casi toda la noche, se pro dido conquistar, atraer esa risue besado la fimbria de su túsica exlongo mas de lo que debía ser, y ña avecilla, voluble, fugitiva, deli clamo: Anita, cautivada por la verbosidad cada como una rosa estival. Joven valiente no quedará sia espiritual y elocuente del hombre Abí estaban, frente frente, re recompensh la generocidad tuya!
feo, se habia olvidado del papel cordándome aquella noche que Tengo aspecto de un mendigo, peque representaba, y cuando la fiera nita exclamó al verlo.
ro nada más que el aspecto No terminó la «temporada» habia sido Horrible, horrible, Cuasimodo. soy un hombre como los otros!
hecha en realidad.
Mi amigo, ahora tenia la fealdad Vete man nu al cagar el alba al III Algunos años despues. vuelto a de su rostro todavía más acentua gran bazar, aili te espero junto a la patria de un largo viaje, fui in da y ella más hermosa, con sus la fuente y te podrás convencer de vitado por Alfredo una comida ojos celestes, sus labios dulcemente la verdad de mis palabras.
de familia en su casa.
rojos, con no sé qué parecido A. Giaffar penso: todo es posible et Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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