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EL PACIFICO cuna.
EL PACIFICO La huerta como nna niña robus. de sabia. Las plantas, como esta que ba crecido, está menos oi tandyrtes teñidos de verde, parece LA FRUTA DE LOS OLIVOS ña pero mas fuente. Los bijos no proclamaran eternamente la espedesmiente la raza de la Madre. Huranza, la enave esperanza. Para xido o poco, y la brisa cruza el buen agricultor vibra entre el Bajo un cielo harto de luz, Luis con un fuerte olor de tierra nueva ramaje una oracion profunda y el agricultor honrado y afanoso de y recien fecundada. Después de morosa al esfuerzo nobile, fortaleci la comarca, enseña a su hijo Pedro, la lluvia, la cariciadul dorado fe do por el sumo del dolor, oración abrir el surco y arrojar la semilla. cundador se siente suave y poderosa idealizadora que desalojn los dejas Toma, hijo mío, una arma que en toda la comarca.
amargos de la última libación, pa corta y no HACE SANGRE.
Aprovechando estos días de cie ra dar cabida la alegría que regeEl arado, que tajen el seno ple lo claro y sereno, Pedro arregla nera y agita de nuevo el espritu, tórico de la Madre, va pesado en los brazos de sus olivos, que se al con detrimento de su bienestar manos del infante lloroso. Pedro zan lozanos y graciosos como que infecundo.
gime pero trabaja. Siente que su riendo llegar hasta el cuello de Unos animalillos que hacen mal alma languidece,. qne sus brazos se Dios y allí refundirse en un abrazo, cuya bondad se ignora, havincaosan, que sus manos se destro en un gran abrazo de amor. Cués vadido los olivos. Fuerza es con zan y callen, que su rostro lo va tale un raagu o cada aureglo, pero cluir con ellos cuanto antes. Po dorando lentamente el divino do mientras acomoda las ramas de sus dro baña los árboles éon una surador.
exelentes compañeros, hay más lución venenosa que le quema la El tajo fecundo se alarga y. con aroma que le llenarlos pulmones y piel. por cada quemadura na el el dolor del niño, le ensancha el alma.
ció una flor. Mira, padre, mis manos arden HII y me duele la espalda.
Los Olivos con árboles ya, y PeLuis da, como única repuesta, dro es casi hombre.
La vida se derrama en todas las un beso en la frente incauta y no Con un cerebro sano, donde las cosas.
Vibran las células al conble, del hijo que empieza a prepa ideas van y vienen como chorros de tacto del sol y la tierra se extrerar el alimento de paz.
agua cristalina; con un corazón en mece y se asemeja una el tajo se extiende, se extientero, donde la sangre entra y sale La explosión de vida que estalla de; pero ahora, el dolor del niño se siempre vigorosa, Pedro vive, ale en la naturaleza se manifiesta tamha mitigado un poco.
jandose de los ruidos que no di bien eu to INTERNO del buen ngricen Dada y que tanto abundan, cultor. Epoca es ésta en que PeLa huerta ya está pronta. Las entre el susurro de sus plantas, en dro siente que su alma no es UNA semillas han caido en el surco, y su ambiente de paz que implica un sino MITAD.
con cada una de ellas una lágrima esfuerzo Las flores le dicen: Pedro tu triunfo, Traéle el rut del niño. Sobre las heridas cica. mor de sus favoritos el ritmo de un necesitas ago, los pájaros y bastrizadas de la Madre, sobre la ca poema que llega al alma del buen ta los animalillos que par cen inbeza de Luis y sobre la muy robia agricultos, con la sinceridad de la servibles, le dice: Pedro, tu nedel hijo que empieza a entregar a justicia y la dulzura de la sinceridad. cesitas algo, y toda la Naturaleza la Cariñoso, el obrero casi hoinbre entera del porvenir su tributo de se levanta y. le grita paz sangre, cae torrentes el óleo de QUE SABE HACER FECUNDAR LO FE Pedro, tú necesitas algo, CUNDANTE, arrima tierra al pie de En vano trata de dejar de si esa cada tronco; y al arrimarlo no expoderosa exclamación que le jerge La semilla quiere ser planta y Un círculo de tierra despedazada traído acaricia sus árboles, arrima cusa hacerlo con la mayor armonia el espíritu; en vano silencioso y rePedro quiere ser hombre.
El arado descansa en la casita rodea la base de cada tronco que terra que abrigue las raíces algo de zinc que el padre y el hijo le es el centro de ese circulo. Entre rebeldes que han salido mirar el vantaron en una esquina de la be tanto, las ramas se maevev gracio sol. En todas partes la misma voz redad, bajo la copa de un naranjosamente y acarician la hermosa ca de rebelión.
Busca, la sombra que parece una gran sombrilla de beza de Pedro; y el poema de las de sus olivos, u. calmunte Exesmeraldas completamente abierta. bojas: se desgrana en los aires.
tiéndese sobre la hierba, y con las El arado necesita un cierto tiempo Hay en ese poema altísimo pala mados a modo de almohada, bajo de reposo; y el niño no descan bras que recuerdan unas manos ca la cabeza, y el rostro hacia arriba sa aún.
llosas, unos piés destrozados, una pieosa y sueña. En esos momenLos días no Megan, pasan.
Pa espalda dolorida. Pedro siente y tus, unor ojos que lo han mirado de jaritos de muchos colores, insacia comprende todo esto. ríe, nie un modo raro, una voz que le había bles de vuelo, cruzan como saeta ante la fecundidad de la paz, cuan sonado como nunca y una mano do arrojada, sin conocer la bondad de ayer Horaba porque la mancera que le libía estrechado la suya.
la rama, ni el abrigo del nido. Pe era cruel con sus manos hasta HA con cierta presión cariñosa, muy queños y poderosos reyezuelos, do CERLE SANGREL.
cariñosa forman una visión comple minan el mundo sin trono y sin IV Sueña, y veces, distraído séquito. al cruzar dejau impre Eos olivog van ser árboles y con un movimiento perezoso, exsas en todas las cosas las huellas de Pedro va ser hombre.
tiende los brazos hacia su izquietsu aletasos eternos y formidables. La heredad está llena de luz y do, como queriendo abrazar alog Olo.
II ta.
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