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E PACIFI0. Como lectura del Domingo GOLABORACION Escúchame, joh, cubana. Esperpentos CARRU en fin. Escúchame, oh, cubanal No, cubana, no le haga caso. Escúchame chi, cubana!
el fuego que me inspira, 6:0:2 Es fuego de tus ojos, TODO CORAZON y es luz de tu mirada. En el número 54 de El Debate be leído unos versos dedicados ¡Cuánto fuego, Santo Dios, en. 0: Consuelo Castillo.
Esto es un MontSu autor es tres estrofas.
Pelée. caray, el fuego y Ariel.
la luz de los ojos de Consuelo es RÉELO, Luis me decía mi pobre amigo en más de una ocasión :Veamos la primera estrofa: taban, están todavía en las enyo me creo capaz de sentir amor, idolatría, delirio, por cien mu «Cual ván las mariposas. jeres, y amarlas, idolatrarlas, delirar por ellas, con igual intensidad, de vividos colores, trañas de Ariel. Con razón está sin figimiento, con toda el alma, como queréis vosotros una sola. Girando de una llama tan inspirado. tí ván los acentos Yo siento aquí, en este corazón que late en mi sér, dentro de la míbrillante alrededor sera cárcel que le forma la materia, aspiraciones infinitas, un algo Así mis pensamientos, que brotan de mi lira, que me sofoca, tan inmenso como la inmensidad misma, y tan embriaGirando como abejas bañados en fulgores, gador y dulce, como esas nostalgias que invaden el alma, cuando en en torno de una flor.
silenciosa noche, admiramos con deleite esas vagas sombras en las que Buscando ván tus ojos se destaca el rutiante brillo de las estrellas, y cuando llega basta node un brillo seductor. Parece que estos versos son versos giratorios.
sotros, vago y confuso, el rumor de una música sentimental, cuyas Entiendo que esos vividos colonotas parecen ser algo así como un conjunto de suspiros de ángeles y res no eran necesarios para expre.
Lástima que no pueda yo con besos de amor. Yo siento veces un sopor, una somnolencia tan grande, que me domina y sólo me deja libre el pensamiento, que se sar el concepto, porque las mari cluir esta estrofa. Tauta música recrea en fingirme cuanto siente mi alma, y en hacérmelo ver todo co. posas, tengan colores vívidos que tiene el verso: pero los conso nantes, jah, los consonantes!
mo si realmente fuese pura realidad. Voy contarte uno de mis de mórtidos, siempre buscan las llalirios, uno de esos ensueños que me agobian y que me dejan desalien mas, sean no brillantes, aunque Decía, pues, que son giratorios to en ei ánimo, fatiga en el pecho y ¡créelo! secos los labios y húmedos francamente, me parece dificilillo los persos de Ariel, porque ya van los ojos. No te rías, seré un loco si te place; yo mismo comprendo encontrar una llama que no sea dos girando que encuentro en e que en la vida real no pasan por verdades mis delirios. sin duda brillante, si no la buscamos en el llos.
porque los seres que me rodean tienen el materialismo inculcado en reino animal. Buscando de tu pecho sí. el alma más mezquina que la mía. son más cuerdos que yo! mi desdichado compañero de la juventud, me dijo lo que Pero se hacía necesario el ripio la viva llamarada Donde sus alas bellas sigue, tras suspirar con fuerza, como si le sofocase efectivamente, para que los pensamientos pudieaquel algo tan inmenso como la inmensidad misma, que sentía en el ran salir bañados en fulgores.
se quemen sin dolor.
fondo del pecho. Pensamientos bañados, y ba.
Hombre, mejor sería la llamañados en fulgores.
rada muerta, si gusta. No estaba dormido, sino en uno de esos instantes que aludi anteriormente. La tarde era triste muy triste! Desde el ama.
cosas de los poetas. Dígame qué alas se refie re No deben ser de las abenecer, el cielo amenazaba lluvia; en los instantes que me refiero, co. Oh, déjame que cante!
menzaba a llover, La melancolía, me abrumaba. Incliné la cabeza Bueno, hombre, dése gusto. jas, porque eso sería una cruelsobre el respaldo de ese asiento, fijé la mirada en la plomizas nubes. Oh, déjame que cante! dad. Que se quemen las maripo y con Yos ojos entornados, despierto, soñé. Una joven, casi una la mente del poeta sas, está bien, porque «quien ama niña, estaba junto mí; su tristeza era mucha, y se quejaba de mis Es rauda catarata el peligro, en él perece. pero las veleidades: yo le había jurado amarla, y, sin embargo, otra mujer era que surje de la altura. pobres abejas, que sólo buscan las dueña de juramentos iguales, que en instantes de delirio, le había Yo tengo en mis entranas flores para libar su miel. por qué hecho con la sinceridad y vehemencia de mi corazón enamorado. Mi un fuego que me inquieta, han de quemarse? Ahora, si los joven amada vertía triste llanto diciendo. amas otra. Contes Que es luz y me devora, té acentos de su lira tienen alas, que sí. Pobre ángel. Cayó mis pies suplicando amor, ba! que es dicha y amargura, bueno, que se abrasen.
buciendo tristezas. Yo era su vida, el espejo de sus ojos; sin mí, Buena catarata tendrá en los ola muerte. sin mí. nada. El amor la vencia. Repeti «Así cual se levantan que la amaba y lo repeti llorando de dolor, pues su pena era como la jos Ariel cuando no ha podido ver doradas mariposas punta de un puñal que hiriese las más sensibles fibras de mi corazón. que las cataratas no surjen, conj, Al beso de los rayos. aquélla. barbotó con el hipo del pesar que cortaba sus pa: sino con De ninguna manera, del sol meridional. labras. También la amo. contesté, no pudiendo conseguir que señor. Las cataratas se precipimis labios cediesen impulsos de piadosa mentira. Entonces mientad, descienden, lo que quieVuelven las mariposas. Estos tes. no puedes amarme. añadió. Traté de expresar mi modo versos se componen de mariposas, de ser, mi modo de sentir pero inútil! No, no eran palabras lo que ra, pero surjir, jamás!
podían convencer a la infortunada mártir de mis delirios. hablé.
Querrá Ariel decirine la sinde girando y fuego. Eso sí, ya son mariposas del sol meridional.
hablé mucho con gran calor, con apasionamiento, estrechando sus resis que existe, la relación con«Al paso de tus formas manos. Delirio! Delirio. Todo inútil! Ah, cuanto sufrí, Luis gruente, entre los dos primeros querido. Cuánto sufri, al ver que no era posible injertar en su alma radiantes, luminosas, versos y los dos últimos de la es.
los sentimientos de la mía! Yo le hubiese jurado abandonar la otra; trofa que acabamos de ver?
Sus utas delicadas pero al nombrar la otra, 1ecordaba su amor, y mis labios se negaban ¿Qué tienen que ver, por Dios, despliega el pensamiento, hacer traición mis sentimientos. En tal lucha, amando las dos vuela tras el brillo las entrañas con la mente del poe la vez, queriendo a las dos por igual, llegué confundirme, anodel vivido fanal dadarme y hasta maldecir este algo más inmenso que la inmensidad ta, y con la catarata, y con.
misma, que me hace sentir tanto, que no hay corazón que pueda lle hombre, y con la pobre Consuelo? Que envuelve tu hermosura, nar las aspiraciones del inío. El rumor de un trueno y el teclear Enfermedad grave debe de ser que agita el sentimiento. de la lluvia en los cristales de este balcón, me volvieron a la realidad.
ese fuego en las entrañas; afortuYa no queremos queque, Ariel.
Suspiré. gemi: poco a poco se calinó la penosa opresión ia muchas gracias.
sadilla causara en mi pecho. Sintiendo frio, me acerqué la chime nadamente Ariel no es cobarde, nea; aticé los leños y se elevó una llama rojiza en la que me pareció ver apenas se inquieta; y eso que el ¿Se han fijado Vds. en ese diluBuevio de epítetos? Pues todavía no, vagamente, una cabecita muy muna coronaria de cabellitos rubios. y fuego es luz que lo devora.
unos ojos azules, tristes y llorosos como aquel cielo que columbraba na carnívora será esa luz, cuando escampa. Esa señorita de formas.
través de los vidrios del balcón; ojos que me miraban suplicantes, con está devorando Ariel. no es luminosas será fosforescente!
dulzura, con resignación. icon sentimiento!
Nada, que crea que sólo las bestias feroque cuando Ariel desplies ¡Pobre amigo mio! Su muerte dejó en mi alma un vacío imposi ces devoran, no señor: el fuego ga los epítetos, no hay quien lo bie de llenar. No diré que en su modo de sentir no hubiese algo de también es devorador; pero ya ve aguante.
exuberancia de imaginación, algo de delirio; tal vez fuese la base de tudo mos que el fuego que tiene en las «Las palmas deliciosas la neurastenia o el histerismo, esas nuevas generatrices del sentimiento entrañas sólo lo inquieta; la devoque ostentan su belleza que, por lo visto, no tienen otra misión que destruir el encanto de sus radura viene de la luz. Dige de Gentil en las ardientes grandes manifestaciones, declarandolas inconscientes, hijas del desequi.
voradura librio; llanuras de tu suelo.
pero jah! no puede negarse que aquel algo tan inmenso como la porque pienso hacer verNo vieron hermosura unmensidad misma, que agobiaba el pecho de mi pobre amigo, era un sos; y me ejercito en buscar con corazón núcleo de ilusiones y de grandes sentimientos que no puede sonantes; necesitaba uno para la ni vieron gentileza.
creer, y menos sentir, esa inmensa mayoría de corazones mezquinos, en dicha amargura de Ariel.
No tendrían ojos probablemenlos que la incredulidad o la ciencia, matan lo más grande, lo más sublite las palmas, y si los tenían acame, lo más bello que atesoran.
LUIS DE VAL. El formato de este periódi.
so les surgió alguna catarata.
co no permite escribir los versos (Reproducción. criticados en la forma original en que se publicaron.
En este estado de suspende, coN. de mo dicen en leguaje jurídico.
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