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VIEJO DOLOR Aviso político Sociedad de Arte menterio. Aquel suicidio me impresionó sanos de Puntarenas PERSONAS PÁLIDAS EL PACIFICO gar el día domingo tres de octubre Poro no obtuve respuesta. Entonces noro cómo pudo llegar a su cuarto.
con nervioso movimiento, encendí luz. La Pedro guardó silencio. Nuestras manos próximo, en el local de esta Institución habitación se hallaba solitaria. El reloj enlazadas so extremecieron. Fuera de la con el objeto de elegir el Directorio dió la una de la madrugada. Fuera, el vida, on un vértigo doloroso, nos miramos, que ha de fungir desde la fecha indi.
Heriberto Landry detuvoso algunos mi vient gemía.
locos de espanto como si acabáramos de sacada para esta reunión, a octubre del nutos frente a un amplio balcón de hierro, Vestíme apresura lamente. Cogi el canlir de la tumba.
año próximo de 1916 exornado de extrañas figuras. Melenas de delabro y con paso incierto avancé por el FROILÁN TURCIOS cabezas bárbaras y colas gláciles de pavo angosto corredor. Llegué a la estancia de CARLOS MIRANDA real enlazábanso, de manera extravagante, Carlos, y al entrar quedémo inmóvil de Secretario en el viejo metal oxidado. En el extremo, sorpresa y espanto.
PROGRAMA Puntarenas 24 de setiembre de 1915 casi tocando el techo, entre un hacinamien Yacente sobre la cama, bañado en santo de macabros dibujos, un enorme rose.
De la retreta que dará la Banda Militar gre, livido, con los grandes ojos negros lle mañana a las p. en el tón de acero coronaba la obra fórrea. pos de lágrimas. me miraba con una Parque Victoria.
Raúl Gener osperaba impaciente en la mirada lastimera de angustia y de horror. 11. Saludo a la Bandera, marcha. Korn acera opuesta Carlos. sollocé, todo trémulo. Las Damas de Piqué, obert. Suppe. Qué te pasal exclamó al fin. No El miero me miraba doloro amente y La Rumba, tango argentino. Krymn Agencia de la RESpública parece sino que te hallas en éxtasis ante sus lágrimas corrían silenciosas por sus 4º El Gran Mongol, fantasia. Audrain del Putarenense una insólira maravilla.
mejillas pálidas.
59 Feliz Año Nuevo, vals. Murillo Esta ventana murmuró Heriberto, con Habla. grité de nuovo, sintiendo Octubre de 1915.
voz profunda evoca en mí un recuerdo que me ahogaba.
El Director, sangriento y lúgubre. Durante veinte Pero él continuaba mirándome, espan.
afios la he llevado impresa en la memoria, tosamente. Aquello duró un minuto, quiJose Ríos.
tal como ahora la vemos: solitaria y negra, zá un siglo. Luego, se estremeció, y su con su raro varillaje difuso.
llanto dejó do correr. Estaba muerto.
En silencio continuaron su paseo a lo Pedro y yo, acompañados de dos íntimos largo de las estrechas calles del villorio. amigos, lo condojimos en hombros al co: POR LA NOCHE: pocos metros de la última casa, senta Clases de ORATORIA ronse en la cima de un alto escarpe, a la terriblemente. Todo el afecto que sentía orilla del río.
por Carlos se avivá, de tal modo, que su Arte de caer siempre parado Chia el crepúsculo dorando las sierras de recuerdo fué Je de entonces por algún Convócase a los miembros de la Academia de quiebr es mt:s de amaranto. El cielo, de un azul tiempo, una obsesión de mi espíritu. Sociedad de Artesanos de esta ciudad bailes casi negro, tomaba hacia el orto luminosas Corrieron varios dían. Una tarde hallá1efulgencias de oro y de amatista. Algu bamo en disposición de salir, cuando Pedro a una reunión general que tendrá lu Dirección: CASA BLANCA nas nubes gláciles, como alas de rosados Oliver llegó a mi cuarto.
flamencos, revolaban hacia el Sur; y en las Iba a tu casa. le dije.
aguas relampagueaban fantásticamente las Está solitaria. Ayer partió la fumi postrimoras lumbres solares.
lia para el campo.
De pronto, y como continuando en alta. Ofeliat voz el proceso lento de sus remembranzas, En lugar de contestarme me tomó faHoriberto exclamo: miliarmente del brazo, exclamando. Hace veinticinco años, cuan lo yo te. No qnieres que demos una vuelta?
día treinta, aciagos reveses de fortuna me Vamos, murmuré.
obligaron a trasladarme con mi familia a Caminamos en silencio durante algún este pueblo. Pocos días después de mi tiempo. Vestidos de negro, callados y grallegada, vi en ese balcón a la criatura más ves, atraimos la atención de la gente que linda que puedes imaginarte. Mi corazón cruzaba las calles.
sufrió entonces el único poderoso extreme Llegamos a este lugar. Allí, precisacimiento que ha turbado su calma inmuta mente sobre esa piedra en que te encuenble. Me enamoré ciegamento de aquella tras sentado, descansó Pedro Oliver en blanca beldud. Llamábase Ofelia como la aquella hora inolvidable, novia de Hamlet, y había en ella un en El rumor del río, en la tarde dorada y canto y un misterio sobrehumanos. Sus triste, semojaba el murmullo de una fúnoojos eran dos divinas violetas y su sonrisa bro plegaria. Los horizontes empezaron a un vago enigma. Triste y silenciosa, se enlutarse y todos los objetos parecían en mejaba una visión de poesía, leve y ondu vueltos en un velo de dolorosa melancolia.
lanto. Algo así como una flor de ensueño, Permanecimos callados una hora con los como un blanco nonúfar.
ojos fijos en los ámbitos obscuros, domina.
Su familia y la mia uniéronse en pro dos por un lacerante pensamiento. Monfunda amistad. Pedro, Lermano de Ofe tañas de dolor pesaban sobre nuestros co de Aceite puro de lia, y Carlos mi hermano menor, ligados razones. Dos veces nos miramos extraHígado de Bacalao por un íntimo afecto, se hicieron insepara mamente.
bles. Extraña afección nacida de caracte Observé que el semblante de Pedro te.
con Hipofosfitos res desiguales. Pedro Oliver, de origen nía una palidez sepulcral. Algo horrible y inglés, de veinte años, era pilido, delgado, trágico pasaba sobre nuestras almas. Una de pequeña estatura, grave como un viejo densa sombra descendió de los cielos y un Nonea le ví sonreír. En su impasible frío y un miedo insólitos helaron mi sansemblante de mármol reflejábase un dolor gre.
Habiera deseado gritar, hair, librarrecóndito. Era, en verdad, un tipo sin me con uu acto de energia, de la dura gagular; un espíritu fuerte, un hombre in rra del presentimiento. Poro no podía moolvidable. Carlos Landry, de su misma verme, petrificado de angustia.
edad, parecía hijo suyo. Pendenciero y Lentamente, con un gesto de amarga locuaz, lleno de la alegría de vivir, bello y pena: con los ojos húmedos, Pedro se lealtivo, rebosante de salud y de audacia, era vantó, tomando una de mis manos entre el don Juan del villorio, siempre metido en las suyas heladas, me dijo con voz ronca y peligrosas aventuras y on lances wspoluz extraña: nantes. En vano traté do corregir su ca. Has de saber, querido Heriberto, que rácter turbulento. Oía en silencio mis ob. Carlos no se suicido.
servaciones, sin objetarlas, pero sin pensar Yo sin pronunciar una palabra, le miraen la enmienda. No obstante, yo le quería ha sin comprender, presa de un inmenso por su franqueza, por su valor y por el calofrio.
afecto entrañable que me demostraba. Ja. No se suicidó replicó Pedro. Yo lo más dudé de su adhesión cariñosa, que yo maté.
juzgaba capaz de los mayores sacrificios.
Ofelia Oliver iluminó mi vida. Fué Yo lo maté. Verás cómo. Cierta una estrella y una flor en el erial de mil noche que regresaba a casa después de las corazón. Läs violetas de sus ojos brilla doce, vi que un hombre descendia de lo al.
ron y perfumaron mi espíritu. Nos ama to del balcón de hierro. La luz del farol mos apasionadamente. Era entonces mi cercano iluminaba aquella parte de la caexistencia un río diáfano de ondas armo lle. Oculto en la sombra, pude observar niosas. Los objetos oxteriores revestíanse que el ladrón porque yo le juzgaba un lami paso de formas brillantes y paras.
Grón se había deslizado por un espacio Todo cantaba y fulgía a mi alrededor; y que dejaba libre el varillaje. Pero cuando los cielos, y las brisas, y las noches, y los el hombre se encontró sobre la acera, apacrepúsculos, se poblaban de músicas y de reció Ofelia, a través de los barrotes se aromas que embriagaban mi alma.
besaron. Yo me puse a temblar. El huyó TIENDA ABARROTES. ALMACEN De acuerdo ambas familias resolvióse en seguida, con paso rápido. Yo le seguí que nuestro matrimonio tendría efecto a cien varas de distancia, por el lado opues OFRECE VENDER LOS MEJORES PRECIOS: cuando Ofelia cumpliera diez y ocho años. to. No le conocí porque iba de espaldas y Faltaban apenas dos, para llegar a la cima con el sombrero metido hasta los ojos; pe.
HARINAS Dayton, Machete y León. ARROZ SIAM en sacos y de mi felicidad. Sin embargo, dos años. ro tenía la certeza de que eras tú. De imson dos siglos cuando se ama y se espera. proviso, comprendiendo que el camino que petacas. PETROLEO Stella y WHISKEY Canadian Finalizaba aquel término ardientemente llevábamos era el de tu casa, tomé otra deseado, y ni la más leve sombra había calle para acortar la distancia y sorprenobscurecido mi ventura, cuando una no derte de frente. Así sucedid. Al volver che, una brumosa y gélida noche de enero, una esquina, nos encontramos cara a cara.
en que la lluvia y el viento azotaban las El hombre dió un salto para atrás al recoventanas de mi cuarto, me desperté sobre nocerme. Era Carlos. Nuestras miradas saltado, creyendo que alguien me llamaba relampaguearon un segundo. Rápidamente La más antigua destilería en el mundo. Elms fino obtenible Carlos jeres túl grité, incorporán le disparé tres tiros. Vi que vacilaba y dome.
caía. Creyéndole muerto me alejé. IgAgente LUIS CASALVOLONE. Puntarenas.
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