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EL PACIFICO El paralítico Perspectiva británica madre se preguntaba con profunda triste za en donde estaría su hijo mayor. No te aflijas por él, que es feliz, pdesMadame Gervais entró en la alcoba, 808 to que puede dar su sangre por Franciateniendo cuidadosamente en la diestra nga dociale el paralítico.
humeante taza do caldo para el enf rmo, descaneaba sobre el asta de la bandera, coY miraba con desconsuelo el fusil, que mientras que con la mano que le quedaba libre se llevaba a los ojos, mojados en lámo trasto sin uso. La bandera ondeaba victoriosa, y parecía rotar a los invasores.
grimas, un canto del delantal.
Cuando se supo on Borlaimont que éstos Juan el enfermo, que yacía como siempre en su sillón de mimbre, sospechó la se acercabad, Juan declaró rotundamenta.
causa de aquel llanto mude, e inquirió una No quitaré la bandera de su sitio, respuesta, con sus ojos negros y dulces, aunque lleguen esos canallas. por fuerque resaltaban sobre grises ojeras.
za han de arrancarla, y entonces arreglaromos cientas. Sí, ya partió dijo la madre, con voz conmovida Antes estus balandropadas de niño on Cómo! Ein despedirso de nosotros!
formo, anto estas amenazas inocuas, la Más valo así. Hubiera sido tan tristo madre sonreía. Pobro Juan! Nada le hala despedida rían los prusiados, por más salvajes y es Por quét No iba contento túpidos que fuesen, al dalco o inofensivo Talvez no volveremos a verle.
paralítico. Pasarían a su lado como pasa al vondabal sobre los trigales, que los do La mayor parte de los que van a la bla sin dañarlos.
guerra vuelvon. Por qué no ha do ser él de los que recieron en Borlaimont los primeros bárUna limpia mañana de septiembro apavuelven Sí, muchos vuelven, pero enfermos o baros, un destacamento de ulanos do cainválidos.
bezotas rapadas, frentes estrechas y movimientos bruscos do patanes de feria. Pa Como yo dijo Juan tristemente, mi rando la manta que cubría sus piernas de recían roos escapados de un presidio, on paralítico, inútiles y atrofiados, que le te busca do nuevas víctimas para sus fochorian.
nían reducido a aquel sillón desde la edad de diez años.
En el lugar quedaban muy pocos habiSu vida había sido, desde entonces, y tantes, y esos pocos se guardaban bied do durante tres lustros, una sucesión monótoponerse de blanco a los invasores.
na de días, confinado en aquella alcoba, sin noneo se oía a lo lejos, hacia Solesnes. El otra variante que hacerse llevar, gracias a grueso del ejército in vasor segnía el curso las rodajuelas de la villa, hasta el vano de del Sambra y amenazaba a San Quintín.
Ik vontana, dosdo donde se dominaba la laimont que atinbó la entrada de los bár.
Quizá fué Juan el único vecino de Borplaza de Berlaimont. Durante horas entoras asistía al movimiento del puble, y hollada por los corceles de Holstein. Son baros. Desde su ventana vió la placita veía on el otoño la caida de las hojas y en el invierno la caída de la nieve.
tías, agitado y con touto, como en los mo.
Cuando los mozos del lugar salían a las mentos de una dicha desconocida para él.
faonas del campo y de la industria, y a los El sueño de las noches anteriores se realideportes y jiras de los domingos, Juan low uba. Allí, al alcance de su fusil, a an crntonar do metros, estaban los odiados contemplaba sin envidia, con la benevoleucia del que admira lo que no tiene. Sólo boches. y aún creyó reconocer las mis ahora había envidiado a su hermano Al mas fisonomías repulsivas que su imagiaafonso, y a todos los hombres que partiación se forjara.
para la guerra, en defensa de la patria, in Juan, con el arma apoyada en el quicial vadida ya por las hordas toutonas.
de la vontana, seguía atentamente los movimientos de los alanos. Eran ya muchos, En los días que siguieron a la marcha veinte, treinta, cuarenta. No se perdel hermano mayor, Juan dió muestras de dería un tiro. Los dedos descarnados una excitación fobril que desdecía de su del paralítico buscaron el gatillo con de calma habitual de rosignado. Madame leite de amante que acaricia a la amada.
Gervais redobló entonces sus solicitudes El corazón dejó de latir un instante, aprehacia aquel hijo que lo quedaba, que la tó el gatillo y el tiro partió con la coleripatria no lo exigía a causa do so invalidez. dad del rayo. Un ulano cayó a tierra, ro ta la fronte, mientras que el caballo que Juan no la jaba en paz un momento.
moutaba se devolvía a galope.
Mamá, acércame a la ventana. Llega el tren. Traerá tropast Otros tiros estallaron, causando nuevas Mamá, tráeme el diario.
bajas en el destacamento. Algunos olanos desde su punto de observación, inshuyeron, croyendo que no tratab: de una peccionaba la plaza, y las calles, y los camsorpresa. Los heridos renegaban y miraban hacia los balonnos que permanecían pos lojanos, escudriñando on ellos los trenes que pasaban, con sus vientres repletos cerrados. Juan saspondió el fuego, y se de hijos de Francia que se dirigían hacia puso a contar sus víctimas. Cuatro, cinco. ocho, no está mal.
Madame Gervais les peligros que corrin e Ab! Canallas bandidos! Por fin og behijo mayor, y el recuerdo humedecía en mos visto las caras. lágrimas sus ojos.
Los ulanos, avergonzados de su buida y No te aflijas por él, sino por mí, que aprestadas las armas, volvieron a la plaza, no puedo ir a defender la patria deciale resueltos a vengar a sus compañeros.
Juan con tristeza.
Juan los recibio a tiros. Cayeron más ulanos, heridos y muertris. La confusión. Pero qué culpa tienes Ninguna. y sinembargo siento co era indescriptible, relinchos, gritos do ra bia y do dolor, detonaciones do armas du mo un remordimiento.
Su imaginación se trasladabs a los cam.
fuego. El tiroteo de los prusianos tonia pos de combate, y durante las largas y fecomo blanco la bandera francesa y el fosil briles noches do insomnio, degollaba pru.
do Juau. La vontana quedó pronto reducida a escombros. La bandora ondeaba en Dianos y jocutaba hazañas brillantes. So bre un mapa de Francia seguía las fases girones.
de la brutal invasión y las peripecias de Cuando se lo agotaron los cartuchos, Juan desclavó el asta, y abrigó el trapo enaquella lucha, empeñada en tan desventajosas condiciones para su patria.
tre sus brazos. Una bala en el pecho dejó sin vida al paralítico. Ya era tiempo. VaAntojósele tener una bandera y colocarla on la ventana, como una amenaza para invedían la alcoba, sodientos de sangre.
rios soldados, que habían sitiado la casa, el invasor. Luego quiso toner un fosil, y madame Gervais, en su afán por complaAllí encontraron al paralítico, desplomado en su silla de mimbres, y abrazado a la cerlo, consiguió el do un guardabosque. bandera de la patria. En sus labios dos Jaan pasaba horas entoras ojorcitándose en coloridos se dibujaba una sonrisa apacible.
el manejo del arma, midiéndole los cartuchos y apuntando a invisibles enemigos.
Los vecinos de Berlaimont se detenían cuGASTON RENOUARD riosamente delante de aquella ventana señalada oon la bandera de la patria, y sonroinn al ver el empeño con que el pobre paralítico apuntaba a enemigos imaginarios. entre tanto, los bárbaros se acercaSeguías pasando tropas a pio, a caballo, Avisamos a nuestros agentes no resen trenes, en toda clase de vehículos. pondemos, como lo hemos manifestaOfase la trepidación de la artilleria pesada, do siempre, por dinero que venga sin y las marchas que entonaban los guerrecertificar. Al buen entendedor. poros. Juan, desde su observatorio, acompañaba aquellos ecos lejanos con su voz cas palabras.
dobil de niño hombre, mientras que se El caconmigo que esto es gozar, y lo demás es un cuento.
Que Albion la pérfida o la ingenua; no quiero amargar su existencia actual, para que vea que soy generoso que Albion, repito, me perdone si digo que yo gozaria lo infinito si la socie.
dad ingless de arriba abajo, dándose cuenta que ha venido al mundo a comer, y no a que se la coman, se plantara ante el mandato autoritario, arbitrario y atentatorio al derecho de vivir, y dijera al gobierno en masa: Vaya, hasta aquí llegó. No nos da la británica gana! No quita lo inglés a lo valientemente que se vive digeriendo suculent78 roasbeest y saboreando galletas y aromático té con o sin leche. Abrigándonos con pieles y tejidos extrasuper o con vaporosos trajes, según la región y época del año en que vivamos.
Conque ésto, se acabó: ni más hombres, ni más dinero, ni más. cuernos!
Porque sinó lo hace que es casi seguro, que no lo hará si Alemania vence qué habrán conseguido los británicos con vivir muriendo a tiro limpio, a bomba aseada y de hambre o por muy escara alimentación. Aplicarse un suplicio inútil. si vencen los aliados, no les va a quedar una libra esterlina para reponerse, porque en cuan.
to venzan cada uno mirará por sé por la falta Te cienuo y pur el estará ha.
egoismo consiguiente.
Alguien argüirá que Ingla.
terra, al llegar este caso, tal como yo lo indico, recurriría a la violencia.
No lo iludo; pero, digame esa alguien. Está usted seguro que le quedarán fuerzas?
ALFONSO MUÑOZ Puntarena 18 11 15.
La potente, la formidable Inglaterra empieza a ser víctima de sus mandatarios que em.
piezan, también, a ver las orejas al lobo a consecuencia de la guerra infame que aniquila los publos de Europa.
Con esa confianza con que disponen a su antojo de vidas y harrenda los UI imados gobernan.
tes y las nombradas clases di rectoras desquician las leyes constituyentes del país adaptan.
do a las circunstancias ot, as nuevas.
El gobierno británico ante la absorción enorme de hombres y de libras esterlinas que verifica la catástrofe recurre bajo el consabilo orleno y mand, a la implantación del servicio militar obligatorio atentando a la famosa libertad individual in.
glesu apoyado en una minoría decidida y resuelta a establecer.
la que en el seno del Gabinete existe.
Vengan hombres, y caiga el que caigu se dir entre sí los lores, seguramente.
Pura arbitrarse recur808 en moneda contante y sonante el ministro de Hucienda recarga las contribuciomes en la peque Tuz de un cuarenta, un cincuen.
ta y un sesenta por ciento y recomienda para que el pais aguante el recargo sin excu8018 prgue y calle que reduzcan los gaxtos particulares cadu cual en su esfera, suprimiendo cria.
dos, Tujo en el vextir y alimentos que no am imprescindibles Nada, como quien dire.
De manera que todo el desgraciado mortal que ha tenido la ocurre cia de nacer súbdito inglés alranzımdo esta época fa tal y no le tenece a las clases dir ctoras pura poler disponer impunemente de su in lividuo, se ve condenados a dur a la guerra 8u persona, y hasta el exenta por ciento de su hainda si está dentro de la edad reglamentaria para el ser ico militar, y sinó lo está queda obligado, al ser persona pudiente. a despedir a lus criadas, porque los criados ya hubrán tenido que cambiar la eso ba por el Mauser y ser.
virse él mismo ahorrando para el Gobierno cuanto puela, y conviendo pan y cebolla, porque hay que nutrir de carne joven la gran guerra y atender a los inauditos gastos que esa nutrición exige, de aparatos y máquinas infernales.
Es de suponer que aquel inglês a quin preguntaron que si no lo fuera a qué nación preferiria pertenecer, y contesto que a Inglaterra, haya muerto; mas si vive, también de suponer que si hoy le hicieran igual pregunta, comtestaria. Si yo no fuera inglés, bendeciría a Dios por no serlo.
Porque caballeros, miren ustedes, que, por estas Américas dónde viven protestando los ciu dadanos de las tiranías que sufren, de lo mal que e tán los negocios y de lo medianamente que en general se vive, es para acordurse de aquel evillejo de Sinesio Delgudo, que dice. El hombre corre loco 29 y cuando esta gozando no lo conoce!
MIRAMAR 21 de noviembre de 1915 Yo Rafael Araya Fernández, hago constar: Que habiendo fenecido la candidatura del Lic. Juan Manuel Rodriguez a la cual perteneci por un error, y engañado por un mal propagandista que manejaba la tureca. yo que conozco al señor Figueroa y se que es de la aceptación provincial me adhiero deci dido a sus invencibles filas.
RAFAEL ARAYA Testigo, RAFAEL Quirós a DE SABANA BONITA Yo Filadelfo Robles hago saber, que soy Republicano y no debo pertenecer a ningún otro bando sino a los ideales de mi Jefe, por eso desde hoy me comprometo no solo a votar sino a trabajar por la candidatura de don Clodomiro Figueroa.
FILADELFO ROBLES Testigo: PORFIRIO CAMPOS Jefe del Pachismo de Sabana Bonita.
Oigase bien. ban.
PALMICHAL Los suscritos hacemos constar que hemos sido Republicanos hace más de veinte años, que religiosamente hemos seguido los ideales de nuestro jefe y que votaremos por don Clodomiro Figueroa, persona honrada y leal amigo del Partido Republicano, y con mucho gusto decimos que viva el Partido Republicano, viva el Presidente de la República, viva don Máximo Fernández y viva don Clodomiro Figueroa.
RAFAEL JIMENEZ ELIAS CAMACHU detrás del goce, Porque si miran ustedes del lado de Inglaterra, convendrán Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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