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EL PACIFICO REPRODUCCION ANIMA EN PENA (CUENTO)
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107 ¡El marqués hacía dos semanas que estaba El último resplandor crepuscular se fil außente del caserón señorial, sin que una traba al través de las altas vidrieras. La noticia ni nga palabra de consuelo llegase gris penumbra que adueñabase de la estana desvanecer los vagos temores de la espocia, ornada con lojo vetusto y señorial de sa amante y atribulada!
las antiguas mansiones próceres en volvía en II un mismo tono opaco y borroso el dorado de las tallas, el rojo mate de las colgadu. Continueba sumida en profundas me ras y el oro pálido de los nrtesonados. Los ditaciones y en ardientes preces, interrumviejos tapices, casi ocultos en la sombra, pidas por sollozos cuando de repente surapenas destacaban a trəchos el conjunto gió la figura arrugada y senil del ama Miabigarrado y fastuoso de sus pinturas. lagros, y su acento cascado despertó a la Caian espesos damascos en ondulantes marquesa de su dolorosa abstracción.
pliegues, y la vaga claridad del ocaso de. Mi señora. No se desconsuele.
jaba sobre su matiz purpúreo nn agónico. Se sabe algo reflejo Brillaba veces con vivos destellos. Nadal. As, Jesús!
el fuego de la vasta chimenea, y en la pro. Señor. Señor. De qué mala venfunda paz del aposento sólo se escuchaba tura es nuncio ese silencio. a intervalos el rumor de la lluvia, lenta y Las palabras de la joven adqnirían en fina, descendiendo incansable sobre la ciu la obscuridad del estrado una resonancia dad.
agorera y profética. Ama Milagros, que En el fondo del estrado, la marquesa de era muy devota y muy humilde, besaba Arjona salmodiaba un rezo. Postrada de en silencio las manos liliales de la marhinojos ante el gran Cristo de talla que quesa. Sus ojos brillaban lacrimosos.
presidía la habitación, su esbelta figura. No se desconsuele ini señora. Su es.
de una belleza espiritual y grácil adquiría poso ha de Hegar muy presto. Sin duda el en la suave penumbra una idealidad vigo temporal ha retrasado su viaje. El señor rosa y remota; diríase la sombra blanca y marqués es muy dado a las largas andan.
lánguida de una virgen muerta en olor do zas, y si el mal tiempo le ha sorprendido.
Bantidad.
No se inquiete mi ama que no hay moti Como un eco apagado en la distancia, vo. Alabado sea Dios!
llegó de pronto el murma lo uncioso y de Más estas exhortaciones resultaban inú.
bil de melancólicos toques parroquiales. tiles para la marquesa.
Era el Angelus llorando en los arcaicos No. No es eso. Es que mi marido campanarios de las viejas iglesias cual un no me quiere. No me ha querido nunlamento armonioso e ingénuo que estre. ca! Por eso huye de mí y me abandona.
mecía el ambiente perfumándolo de mir Ama Milagros, comprendiendo lo vano tidismo. Las voces de bronce de las cam. y estéril de sus consuelos, callaba ahora.
panas se unían y coufundían en un mis Era verdad. El secreto de aquellas prolonmo acento fervoroso al repetir aquella llargadas ausencias estribaba sencillamente en mada milenaria y pindosa que convocaba que el marqnés no quería a su esposa.
a los fieles para la plegaria vesperal. ella, que le amaba profundamente, jera La marquesa continuó mucho tiempo tan desgraciada al convencerse de la tris.
en oración. Sus manos, finas y pálidas te realidad. Ninguna mujer, sin embardivinas manos abaciales, dignas de un lien go, tan digna como ella de ser feliz.
zo de Boticelli. no se cansaban de pasar. Pobrecita, señora. Pobrecita se las cuentas olorosas de un largo rosario; qorx. un rosario que un peregrino tocara antaño Y, con honda piedad, el ama contemen el Santo Sepulcro de Nuestro Señor. plaba a la joven, diciéndose a si misma Era una noble dama de continente a la que una tan noble y dulce criatura merevez dulco y severo, a la que el sufrimien cia la dicha en esto mundo y la gloria en to ungia con un nimbo de santidad. Sus el otro Ella, que le servía desde la cuna, grandes ojos azules, iluminados a veces conocía mejor que nadie sus tristezas y por un fulgor de éxtasis, parecían las pu sus penas intimas. Evocaba el recuerdo de pilas de una mártir. Era aún muy joven sus primeros años. años de soledad y de y muy bella, y sobre el terso alabastro de abandono. La infancia de la marquesa, cosu frente comenzaban a marcar prematu mo su juventud, había sido melancólica y ramente sus huellas las desventuras de dolorosa. Su madre, una virtuosa y linauna vida casi desde la niñez consagrada al juda dama, murió al darla a luz; su painfortunio.
dre, un hidalgo altivo y frío, que tenia en En aquella hora doliente del crepúsculo, sus maneras el empaque cereinonioso de en que la lluvia densa y monótona des un varón de otras épocas, apenas la concecendia sobre la villa antigua, diríase que a día algunos instantes cada día. La pobre a su compás la tristeza irremediable del niña no tuvo en el alborear de su vida o ambiente caía tainbién sobre el corazón de tros cuidados vi otra ternura que los del la marquesa. Suspendía a veces sus oracio ama; y sola y taciturna, vagaba errante nes, y, ocultando el bello y melancólico por las inmensas salas del caserón de sus semblante entre los lirios de sus manos, mayores: un palacio destartalado y vetuslloraba largamente en silenzio como si la to, silencioso y mudo como un panteón, en venciese el dolor. intervalos en las gran el que jamás vibraban risas ni canciones des estancias próximas, hundidas en ma ni habia otro rumor que el rumor litúrgi.
jestuosa calma, se oía como no susurro el co de los rezos cotidianos.
rumor de las voces humildes de las muje. Fué en su adolescencia cuando la marres que tenía a su servicio, Voces minucio quesa comenzó a sentir la sugestión de la sas, solemnes, que cansadas de entonar fé. Su corazón se turbala a veces con vamilagrosos relatos, hacian ahora fervientes gos anhelos y místicos afanes. La atraían y largas súplicas por el alma de sus difun la paz y el silencio de los cláustros y su los. Un temblor de oraciones aromaba el más radiosa esperanza consistía en llegar palacio entero. La marquesa adivinaba a vestir los blancos hábitos monjiles. Conque muchas de aquellas plegarias lo mis vertirse en esposa del señor!
ma que las suyas imploraban del cielo que nada le hubiera ocurrido al señor. Continuará. SHINOLA 1962 EM SHINOLA SINOHA99 KERS RAKES OLD HOKS LOOK NERO SNEN SHOES FRON LOOKINO 1905. TO OPEN TURN KEYS 27 THE KEY SHINOLOPOLISHER GRUSSA No compre usted otro porque en el fondo de algunas cajitas encontrará un vale por COLONT 00 Gonor HOTEL LA GAVIOTA PUNTARENAS APARTADO 123 TELEFONO 2o Situado 200 varas al Norte de los Barios, en la Calle del Muellecito. Casa de dos pisos, con cuartos frescos, ventilados y SALON COMEDOR elegante y espacioso. Piano y concierto, jueves y domingos.
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