Guardar

LA PRENSALIBRE. COSTA RICA. AMERICA CENTRAL. La Tragedia del Toro.
DE. 19.
91 91 19 EL TORO AGENTES rios estrados era tan jual sonante como el agreste rumor de la selva mezclandoY bien! Para lf cl fresco se a un concierto de ruiseñores aprisio PERSONAJES.
Pasto, tranquila vida, agua en el cuba. LA PRENSA LIBRE nados en ristosa pajarera. El hombre Esperada vejez. mi la roju de letras se entendía tan mal con el hoia EL TORO, EL BUEY, LA MUCHEDUMBRE Capa del diestro, reto y burla, el ronco bre de ciencias como walisimamente se Plaza de toros. Es lu tarde. El sol brilla radiosa Griterio, la arena en donde clavo Cartago Don Manuel Blanco hubieran entendido el brutal inculto La pezuña, el torero que me engait Alajuela Hepardo Reyes.
mente en un cielo despejado. Al rededor del Ajil y airoso y en mi carne entierra La Uniba José Maria Coto.
Lutero y los pulquérrimos Bembo y Sa redondel hay un inmensa nimero de especta. El arpón de la alegre banderilla, Limón Salonín Aguilera dolet.
dores. En la arena, después de la muerte de Encernimdo tábado de hierro; Pentaronas Alfredo Sartoni.
Mas no se crea que la antigua ense varios bichos, la cuadrilla se prepara para ry La tempestad en mi pulmón de bruto, tirarse triunfaate. El primer espada, cerca Liberia Carlos Alvarez.
fianza literaria era tan meritoria como de una huella sangrienta, está gullardo y vesEl resoplido que levanta el polvo, San Mateo Jesús Valverde presumida, que en ella correspondieran tido de azul y oro, muletz y espada bajo el Mi sed de muerte en desbordado Instinto, San Ramón Florentino Lobo. las excelencias las aspiraciones vi la brazo. Los banderilleros visten de plata y Mis músculos de bronce que la sangre Se solicitar agentos en las deinde poblaciones bondad del edificio lo imponente y os Ocre de Oriente. En las chaquetas de los piHinche en lirviente pletora de vida; do la República, tentoso de la fachada. No había tal; en cedores espejean las lentejuelas al resplandor En mis ojos dos llamas iracundas, aquellos cursos ampulosos y en aquellas de la tarde. En el toril han quedado un toro, La onda de rabia entre mi pecho loca, lecciones llenas de vívidos destellos hahermoso y bravo, y el buey que sirve para Que echa su espuma mi encendida fauce; INSERCIONES.
stear las reses de la plaza. Son de clarín.
bín más de fugaces cambiantes de la El clarin del bizarro torilero burbuja de jabón que de la serena y apaQue anima la apretada muchedumbre; LA MUOLEDUMBRE El matador que enterrará hasta el pomo sible luz del astro; toda aquella enseEn mi carne la espada; la cuadriga Algo sobre enseñanza.
ñanza reducíase dar a conocer la be Otro toro! Otro toro!
De enguirnaldadas mulas que mi cuerpo Neza tal como los latinos comprendieron EL BUEY Arrastrará sangriento y palpitante; Pretendíase definir, itcrustar, petrificar, Has escuchado? el vitor y el aplauso a la estocada Uno de los caracteres de la antigua por decirlo así, una de las emociones Prepara empuje, cuernos y pellejo.
Que en pleno corazón clava el acero.
enseñanza era atender sobre todo a la más transitorins, más sutiles, más deli Ha llegado tu turno. Tra salvaje, Oh, nada más amarga! mi los labios cultura literaria echando en olvido la cadas que pueden agitar al espíritu hu Banderillas y picas que te acosan, Del arma fria que me da la muerte; científica. Obras clásicas, maestros doc mano: la emoción de la belleza; desco Aplausos al verdugo, al fin, la muerte. Tras el escarnio el crudo sacrificio, tísimos, aulas enchidas y preferentes cur nocíase la intima relación que en cada arriba, la impasible y solitaria El horrible estertor de la agonía.
sos dedicábanse la primera proponién época existe entre las manifestaciones li Conteinplación del vasto firmamento.
En tanto que el azul, sagrado, inmenso.
dose diseminar en los adolescentes espí terarias y el estado social corresponYo, ridículo y ruin, soy el castrado Continúa sereno y en la altura ritus el hermoso conocimiento de las diente.
Escavo. Soy el humillado eunuco.
El oro del gran sol rueda al poniente bellas letras. Entretanto era modestisiMi testuz sabe resistir; y llevo En radiante apoteosis.
Al enseñar las bellas letras se reducía Sobre los pedregales la carreta LA MUOHEDUMBRE mo y casi mezquino el papel reservado al alumno un mero escoliasta, un Ouyas ruedas rechinan, y en caya alta entonces al cultivo de las ciencias: un indigesto pedante que no sabia más que Carga de pasto cragidor, veces Otro toro: curso de Matemáticas sobrado elemental, repetir frases bellísimas, pero que fueron Cantan versos los fuertes campesinos, EL BUEY una Física más bien recreativa que cien elaboradas hace muchos siglos, y expre Mis ojos pensativos al poeta Calla. Muere. Ele tu triunfo!
tinca, la Química inspiraba un senti siones de un estado social muy diferen Dao sospecha de vidas misteriosas EL TORO miento que tenía mucho de santo ho tes del puestro. Se hacía contemplar al Eo que reina el enigme. Me nomplace rror y de superstición vana, la Historia alumno un molde sí, pero vacío. Se le Meditar. Soy filósofo. Si sufro Atroz sentencia.
natural reducíase a descripciones pom mostraba una flor de herbario que conEl golpe y la panzada, reflexiono Ayer el aire, el sol: hoy el verdugo.
Qué peor que este martirio. posas y muchas veces fantásticas de servaba el hermoso color y la gallarda Que me concede Dios este derecho: de ciertas especies; en una palabra, la forma pero que había perdido todo aroEspantarme las moscas con el rabo. EL BUEY sé que existe el matadero: ciencia era una especie de parásitas de ma, todo movimiento, toda vida, y se La impotencial la enseñanza; Jas bellas letras, modo pretendía encenderen los nuevos, espiriEL TORO EL TORO de rancias y escopetadas damas ensober tus la antorcha del buen gusto y el fuePampa! qué más negro que la muerte. becidas con sus viejos pergaminos, tole go sagrado de la inspiración con los 68 Libertadt Aire y Sol! Yo era el robasto EL BUEY raban refunfuñando en sus salones a la culos frígidos de aquellas marmoreas Señor de la planicie, donde el aire ciencia, especie de patán engrandecido creaciones sepultadas bajo las trasforma Mi bramido llevó cual son de un cuerno El yugo!
grosero bijo de ayer que fuerza de in ciones sociales de diecinueve siglos. Que soplase un titán de anchos polmones, RUBÉN Dario.
cesantes labores, de tentativas audaces Incarrla, pues, la vieja enseñanza li Con el pitón flor de pilel, yo erraba iba poco poco usurpando los dominios teraría en un grave error de doctrina y Ua tiempo en el gran mar de verdes hojas, del espíritu y amenazaba acabar con el adolecia de un defecto capital de métoCerca del cual corria el claro arroyo, REMITIDOS.
trato fino, con las maneras distinguidas do: era el error desconocer que el tipo Luego, fuf bello rey de astas agudas: Donde apagué la sed con belfo ardiente, y demás preseas de que las bellas letras exterior de la belleza reside en la natuA mi vos respondían las montañas, eran celosas guardianas.
HEREDIA.
raleza misma, era el defecto presentar mi estampa moagnífica y soberbis Oidos acariciados constantemente con el ejemplo antes de formular el precepto Hiciera arder de amor Pasifae.
los rotundos períodos ciceronianos, con De ese error y de ese defecto capitales, Más de una vez el huracán indótaito EL COMANDANTS DE PLAZA el capdencioso compás de los exámetros deducíanse otros defectos y otros errores Que hunde los puños desgreñando el roule, Los servilistas, biógrafos, defensores de Virgilio, con el melancólico rupor que viciaban totalmente aquel sistema, Bajo el cálido cielo del estio del famoso Comandante, creyeron que de los elegías de Ovidio y con el grato haciéndole descanzar sobre bases frágiles Soplo al paso sa fuego en mis narices. había llegado el momento oportuno para y mundano ruido de la sátira horaciana y llevándole sitios estériles travéz de Después fueron las luchas. Era el peoma elevarlo por las nubes, y aplastarnos con encontraban desapacible la ruda vibra sendas escabrozas.
Que me clavó sus garras en el flanco la relación de las descalabros que sufrió ción que la voz técnica producía en sus Los grandes modelos de la antigüe y el que enterré los cuernos en el vientre con tanta resignación el Comandante.
timpanos de seda; ballaban de mal gusto dad no deben ofrecerse como primer pasY tras el dia caluroso, el suave Más no ha sido asi: hemos visto y leído Aliento de la noche, el dulce sueño; la árida, precisa y seca fórmula científica to al espíritu de los principiantes; no de Sentir el alba, saludar la aurora los hechos de su vida privada (sagrada insoportables aquellos raciocinios con ben presentarse su atención inculta, Que pone en mi testuz rosas y perlas; para nosotros) pero los hechos y hazatinuados en que el espíritu puguaba co su gusto no formado, no deben ser dise Ver la cuadriga de Titón que avanza ñas de su bien conocida política que tadmó un ganan para alcanzar alguna ver cados ni siquiera palpados por manos in Rasgando nubes con los cascos de 020, tas veces la prensa se los ha enrostrado, dad sosa en vez de tenderse variablemen hábiles, y, por lo mismo, profanadoras. al rededor de la carroza lirica no están desvanecidos, te como una cortesana para sentir mo. Resérvenge para coronamiento de la en Desparecer las pálidas estrellas.
Por más que sus tristes defensores de do de caricia el gracioso aleteo de la be señanza, para comprobar grandes doctriHoy aguardo martirio, escarnio y muerte. lengua vipering se esfuercen, él levará lleza clásica.
nas basadas en el estudio de la naturaEL BUEY impresas en su frente tantas manchas; La ciencia con su sencillo lenguaje, leza, en el análisis del espíritu fumano que como lauros conquistados en la caPobre declarador! Está la entrada con 808 vocablos henchidos de significa y en la filosofía de la Historia. Esag rrera de su politica, nos presenta como De la vida una esfinge sonriente.
ción, con sus frases grandiosas aunque grandes creaciones de la palabra, esas estrofeos de su eclipsada gloria en los doEl azul es er veces negro. El astro poco sonoras, puesta en parangón con la tatuas maravillosamente eaculpinas deSe oculta, desparece, muere. El hombre rados tiempos de la Comandancia y la filigrana de la oración clásica, con el en ben colocarse sobre el pedestal de sóliEs aquí el poderoso traicionero.
Gobernación.
caje de las artificiosas construcciones la das y bien cimenta las doctrinas: hacer Para el, teinur. Yo he sido en mi llanura Bien piensa el Comundante al no quetinas, gacía el efecto y un feu costal de lo contrario fuera jocurrir en la más es. Soberbio como tú. Sobre la grama rer que la prensa se desborde con vindiprosaicas mazor lado de un búcaro tápida de las aberraciones.
Brame orgulloso y fecunde las hembras. caciones en los actos de su vida pública; de esquisitas Hoy vivo mutilado, cómo, engordo, mejor es soportar las duras expresiones La voz del e resonando en literaDR. PARRA.
La nuca inclino.
que se le dirigen y no hacer uso de los Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Liz ano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

    Notas

    Este documento no posee notas.