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2 PRENSA LIBRE Cuentos del Domingo. aproximación del que es todo 著者 que no que ni PRENSA LIBRE. sales sus armas ensangrentadas hacia él me fuí de puntillas. Si lo vieras con un par y las víctimas del amor munda y al través de trece millas de banderillas lidiar no, dejaban de sufrir al conocer oſ su voz, su mismo acento, al bicho que muge fiero Domingo, 29 de Abril.
en medio del redondel; el único amor verdadero.
que así me hablaba. Señor. Luzbel, sentado en su trono podré saber con quién hablo. y cómo altivo y airoso Yo lt repuse: Soy Pablo.
pica al toro que furioso sentía desaparecer sus odios la Usted quién es. se abalanza encima de él. Pues Leonor. Adiós, Pablo, hasta otro día: bondad infinita. la dije: el corazón Hamándome está mamá, Pero San Pedro no estaba sano me engañó, prenda mía, y el tranvía se marcha ya.
tisfecho. El rudo pescador de Ga que al escucharte sentía Las penas del infierno. na. No sería conveniente que lilea, el encargado de la custodia. Ay, qué maldito tranvía!
fuéramos dar un paseo por de las llaves y del dogma, cenindefinible emoción. Con que adiós.
Me escuchas. Adiós Leonor, Tuve en cierta ocasión la de mis dominios?
suraba en su fuero interno aque Si, si, te escucho. mi ángel, mi luz, mi embeleso: bilidad de comer carne en día Pedro contestó. No sabes cuánto te quiero. recibe otro ardiente beso de Viernes Santo, no por osten No me vendría mal el ejer lla atenuación de las torturas que. Mentiroso. por este hilo encantador.
tación sino porque mi tío, con cicio.
Pero se me figura que el habían sido declaradas como eternas. Por tí muero!
quien iba yo de caza, no encon Señor se chancea. dónde po. tú me quieres? se fué. mas cuando pienso Dios, que todo lo sabe, lo aditró entre sus provisiones más dríais ir puesto que estáis en to Yo, mucho.
vinó en seguida y dijo: en esas y otras cosillas, das partes?
que un pedazo de salchichón Vente, pues, San José; que al través de trece millas dos soberbias chuletas.
Tienes razón repuso Dios. En qué piensas Pedro?
en la Estación en un coche dije mi amor, con intenso En que debemos salir de aquí Hay un punto, sin embaryo te aguardo, y por la noche Aquellos víveres, comidos la júbilo mi alma amorosa inmediatamente, para que todo al Teatro; dime con que exclama. admirable idea!
luz del sol, junto al río, me pare go repuso Pedro en el vuelva su primer estado y cote espero, bella Leonor. Bendito mil veces sea cieron deliciosos y dignos del estáis: el infierno.
mience de nuevo la expiación de Ah! No puedo, Pablo mío.
el señor Mendiola Boza. buen estómago que yo tenía la No está mal pensado. Valos pecadores. Me estoy muriendo de frío.
El CRONISTA, edad de doce años.
mos, púes, al infierno y así veré Tienes razón, Pedro; pero yo de tanto calor. la caída de la tarde, cuando como andan por allí las cosas.
ya es demasiado tarde. Esas al. Leonor. pero en donde estás?
San José, 28 de Abril de 1894.
regresé la ciudad, me acosaba Dios San Pedro, abando mas que han visto Dios se han Estoy en la Agua Caliente: el remordimiento y entré en la nando el Paraíso, lleno de ánge arrepentido de sus culpas. Riñemuy contenta, mucha gente.
TOQUE.
capilla de los penitentes. les y de flores, toman resuelta me si quieres, Pedro, pues conPor qué no vienes. Vendrás?
Predicaba el sermón de rúbri mente el camino del infierno.
Mañana te iré a buscar.
fieso al descender al infierno ¿Dó está la caredadera, que no tiende que ca un fraile de aspecto vulgar, Por todas partes no se veían he cometido una grave impru De veras. Como un penacho su verdor Oscuro Sí, mi embeleso. Sobre la tapia gris? La yedra prende por un instante dejó de más que montañas de sombríos dencia.
Dame un beso.
Su triste harapo al ulcerado muro. hablar de las penas del infierno colores, rocas azufradas, inmen Pedro insistía y en aquel mo Toma el beso. D6 está el césped gentil que no tapiza y de la eterna condenación de los sós precipicios y énormes peñas mento noté qué se asemejaba en no lo dejes escapar.
La tierra en torno del desierto albergue?
Lo recibiste. Cual ralo vello que el pavor eriza, pecadores.
de cuyas hendiduras surgen ár absoluto al predicador de los peSi, si Salvaje esparto en rededor se yergue.
Sentíme en un principio do boles y malezas que se crispan nitentes. En dónde, Pablo. Dó está el árbol simbólico y risueño minado por el miedo, y hasta me y entrelazan entre prolongadas En el alma. Esto es un escándalo! deQue un tiempo fué para el lagarto jira, dieron ganas de llorar ante la lenguas de fuego.
cía. Qué pensarán los doctores. Otro, por Dios. Para el ave palačio, para el sueño idea de Canción de arrullo y para el viento lira. verme perdido para Señor, exclamó Pedro el pa de la Ley y los Santos Padres. Calma, calma. Caramba. Qué frenesí. Tronco desnudo, bajo el doble azote siempre.
seo no tiene nada de alegre. cuando se enteren de lo ocurrido?
Mejor dirías. Qué tormento! De la lluvia y del ábrego, se eleva; Sin embargo, aquella concep Hay que conformarse, Pe Tú les reunirás en Concilio Aguarda aun que de su costra brote Tu voz ámante, escuchar Arrollada y derecha la hoja nueva, ción de una eternidad de dolor y dro; y seguir adelante.
y les explicarás satisfactoriameny no poder aspirar de la muerte de toda esperanza, abierto en cruz, como en señal de duelo, Sin embargo, por un milagro të el caso.
ni el aroma de tu aliento, Semeja en medio de la hierba lacia, repugnaba mi imaginación in singular, en aquellos lugares mal Después, bendiciendo la mul ni mirar tus labios rojos Un esqueleto que levanta al cielo fantil, y no obstante el Dies iroditos, por donde Dios no había titud, que derramabà abundantes ni tu cuello sonrosado, Sus. secos brazos, implorando gracia, y el sèrmón, al ver en las bóve pasado jamás; en el aquel suelo lágrimas, exclamo: ni extasiarme, embelesado Oh linfas gratas al sa uz doliente. das del templo cuajadas de es calcinado, iba náciéndo la hierba Todo el que ha visto Dios en el cristal de tus ojos. Cuán lentas, cuán mermadas, cuán distintas trellas, la imagen del Ser Su tras de los dos viajeros, Cuán lánguidas os miro al sol poniente, y se arrepiente, no puede dejar No me hables de esa manera.
De cuyas luces reflejáis las tintas!
premo, con los brazos extendi.
Los vapores se alejaban su de ser perdonado. Bueno, pues, no te hablaré. Cuál se arrastra en el fondo del barranco dos en actitud de bendecir la paso, y al llegar los expedicionapero vente San José, Én aquel momento creí ver reVuestra corriente por las piedras rota, que aqui tu Pablo te espera. Bajo el vapor que, como el humo blanco humanidad, comprendía yo que rios las puertas del infierno, producida en Dios la imagen vị Qué hay de nuevo. Del perlumeró en el santuario, flota!
el fraile se equivocaba, porque apenas tuvieron tiempo de oírva de la bóveda de los Penitentes Hay una boda ¡Oh infausta soledad, que eres ejemplo aquél Dios de bondad, por gran los gritos y lamentos de los con y desperté.
suntuosa y muy concurrida; De nudanza y dolor. Con qué sombrio, des que fuesen los crímenes de denados, porque tan pronto co Al día siguiente referí el caso y en la tarde una corrida.
Con qué punzante jubilo contemplo, los hombres, no podía ser eter mo Dios hubo puesto el pie en un cura amigo de mi familia, el ¡Los toros están de moda. Ay, que tu cambio corresponde al mío!
namente implacable.
los umbrales, apagáronse instan cual me dijo que eran irrevoca. Cuernos. Cuernos! ay, horror.
SALVADOR DÍAZ MIRON. Llegó la noche, me acosté y táneamente todas las llamas, los bles las penas del infierno y que No te gustan. tuve un sueño verdaderamente ríos de betún detuvieron su cur no había redención posible para No los quiero. Ni mí tampoco.
NOTAS NOTICIAS.
extraordinario.
so, y las cascadas de metales los malvados. Prefiero Hacía muchos siglos que la fundidos quedaron en suspenso, Pero desde entonces, he creído una comedia de amor.
tièrras estaba muerta y helada, mientras que la tempestad de que algún día quiéralo no San Un circo de Venezuela Crítica embozada. Hemos girando a través del espacio, con rugidos y blasfemias sucedió el Pedro Dios perdonará los pe l: aquí ha llegado.
leído en El Diarito corresponsus ríos sin agua, sus océanos más profundo silencio.
cadores como perdonó los conMe alegro; diente al día de ayer, un ataque Dios dijo: vacíos y sus bosques desprovistos denados de un sueño.
dámele un beso mi suegro dirigido contra el Licenciado don.
y veinticinco tu abuela.
Marcelo Brenès. No nos parece de hojas. No había previsto el efecto PAUL ARÉNE. Qué bromista y qué grosero. decorosa esa manera de atacar No se veían más que escom que forzosamente debía producir. Yo, grosero?
sin decir nada en sustancia. Si bros de pueblos y ciudades y mi presencia en estos lugares. HUMORADAS DOMINICALES. Si, señor. algó hubiere que reprochar al Lihasta las mismas estrellas habían Ni yo tampoco contestó San. Así me pagas mi amor! cenciado Brenes, dígase con cladejado de brillar en las alturas.
ridad. Si el ambicionare ser MaPedro. EL TELÉFONO AMOROSO. Ingráta, ingrata. Embustero. gistrado, su ambición será noble No pudiendo ya castigar ni Dios y su acompañante pro Adiós. Si encomiar con alborozo y justa. El señor Brenes es hondar recompensa los hombres, seguían en tanto su camino, y Te vas. al teléfono me atrevo, rado, recto y laborioso, condicioel creador del mundo, un Dios medida que iban avansando, las Si, Cartago; es que al teléfono debo nes que se van escaseandosemejante al de la bóveda de los áridas pendientes se revestían ya está pitando el tranvía.
cierto; y además lleva muchos mi presente venturoso.
Penitentes, se aburría soberana de frescas flores y de hermosos Escúchame, amada mía, años de estar sirviendo una imEsa invención está unida mente en el infinito.
portante judicatura. Otros hay árboles; brotando de todas paró yo no sé lo que me hago. una historia que es mi gloria; tal punto llegaron las cosas, tes ricos manantiales donde Haz lo que quieras.
que sin merito alguno han asaunque algo infiel mi memoria, cendido puestos elevados.
que cierto día dirigiéndose San los condenados acudían apa voy contarla en seguida. De quicio Pedro, harto desocupado por su gar la ardiente sed que les deme está sacando tu amor.
Antier noche que escribía El Doctor don Francisco Peparte toda vez que nadie entraba voraba. la luz de mi quinqué Adiós Pablo.
en el Paraíso, le dijo: reira Castro, jurisconsulto y disArrepentidos los avaros, arrounas cartas, escuché Oye, Leonor: tinguido literato colombiano, pro ¿No te parece Pedro, que la jaban lejos de sí sus tesoros; los un repique que salía no vienes al beneficio cedente de Venezuela, acaba de vida es aquí demasiado monóto lasesinos ocultaban entre los ro del misterioso instrumento; de Morenito el torero. llegar esta capital.
por En el peEste documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lízano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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