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2. LA PRENSA LIBKE. reso.
تتتتتت marca.
PRENSA LIBRE. conjunto de la belleza de las mu daban mil doscientos mil qui parrció haber tomado una jercs, es necesario apostarse el nicntos francos de renta; pero lución. Envió un largo despacho domingo en la puerta de la igle. sas señoras sabían vivir de nada, París. vuelta de corrco le Doiningo, 15 de Julio.
sia. Por esto es que Montbrun el. el buen hombre, se privaba llegó un pequeño paquete.
hasta del rapé.
La desconocida, aprehendida se hallaba desde las ocho de la El vizconde escribió su no inmediatamente después de su mañana en el dintel de la basílica tario en París, rogándole que in crimen, había declarado llamarse de San Martín, ayuardando el fin mediatamente se pusiera en re. Paula Salimberi y haber obrado de la misa.
lación con uno de sus colegas de por espíritu de venganza.
Vitré y le hiciera saber que él, Montbrun penetró en su dor.
Al salir de París, Montbrun Montbrun, era de buena familia, mitorio y abrió el paquete que SIEMPRE BELLA. rosa de condecoraciones cxtran había echado al correo una es que pasaba por un cumplido ca contenía cierta cantidad de un Un matrimonio de amor.
jeras. En el centro, los cuatro quela dirigida Mlle. Paula Sa ballero y que no carecía de for polvo blanco. Cogió un pañue.
juegos de agua se clevaban to. limberi, tista danzante en tuna. Después de lo cual el no lo, lo plegó para hacer una venPaula era una orillas del Orge, antes de da fuerza, ostentando tintes de teatro del Edén.
tario de Vitré lo presentaría da; en seguida midió dos cuchallegar Beilcs Fontaines, se le arco íris con una lluvia de polvos bella joven de ojos negros de un esa familia, en la que creía en radas del polvo blanco, las vació fuego espléndido. Se había es contrar la felicidad.
sobre la venda y, aplicándosela de diamante.
vanta una elegante construcción, trenado en Nápoles, y había veLas cosas pasaron como el viz. sobre los ojos, la ató fuertemente pequeño castillo moderno cubier de Montbrun era uno de nido mostrar los parisienses conde las había arreglado. Fue detrás de la cabeza.
presentado; saludó temblando Dos horas después, llegaba en to de pizarras. Colocada sobre esos parisienses que jamás salen sus gracias y talentos.
de París. La mar, decía, ha sido la pendiente del cerro, en medio Montbrun tenía entonces vein la señorita Juana de Larade; vol. carruaje ante la casa del señor de un prado y rodeada de un hecha para los pescadores y para tiocho años; hombre gallardo, vió la casa y fué bien recibido de Larade. Descendió apoyado Sin embargo, se en el brazo del Notario de Vilos marinos.
bosquecillo, la casa atrae las mi.
Sin duda tiene sus muy al corriente de los bastido y aceptado.
pusieron condiciones al matrimo tré.
radas de algunos bogadores que sino una hora por día.
bellezas, pero no es soportable res, unía sus encantos persona; nio. El vizconde debería acom. No entréis, le dijo la señora Desde descienden de Orge hasta Juvisy: francos de renta: que se retira, deja descubierto fué bien recibido.
Se presentó y mingos misa, y por lo menos pañar su mujer todos los do de Larade, Juana se moriría. Decidle que puede recibirApenas si algún pescador de calodazales pestilenciales, cuyo Cuando se resolvió a hacer su cumplir con la Pascua. Mont me, respondió de Montbrun. ña, en busca de un buen sitio, ha divisado veces en la altura lado el gran albañal es un frasco corto viaje Bretaña, Montbrun brun prometió todo cuanto qui. Nuestro matrimonio tendrá lugar una mujer, con el rostro cubierto de agua de Colonia. En cuanto había llegado al punto de no te sieron, y pasó como en éxtasis lastan luego como ella pueda salir.
por un espeso velo, y un joven al campo, propiamente dicho, ha ner sino este pensamiento: saber pocas semanas que precedieron Puede recibirme. Su ima.
al día fijado para el matrimo gen continuará eternamente sience tanto calor como en París, con cidad de volver ver Paula.
cimo haría para no tener la felinio.
do para mí lo que era. Esque caminaba suavemente apo la diferencia de que allá uno no Cuando, de vueita al liotel, se toy ciego.
yándose en el brazo de aquélla. sabe qué hacer en la noche. Si encontraba solo. se ponía tem El señor y la señora de MontAl inenor ruido de los remos.
se dejan las ventanas abiertas, os Aparecieron dos tres hombres biera ido Vitré, quizá Juana ha de Juvisy: Juana adora al La salida de la misa comenzó. blar sólo al pensar que si no hu brun se han retirado su soledad ambos desaparecían la vuelta que devoran los mosquitos, y si se que no se pusieron su sombrero bría sido la esposa de otro.
de una avenida detrás de un cierran sé echa de menos la calle sino después de haber pasado el ro nó; hay leyes escritas en lo al del cielo, de los campos y de las Peper ella ha renunciado a la vista grupo de árboles.
Real y la Chausée Antin donde dintei del sagrado lugar. Des. to: ella lo esperaba. Él había flores. En cuanto al ciego, ha Las gentes de Juvisy se habían se puede, de doce dos de la ma pués las madres y las hijas, al do por que debía ir.
conservado intacta la imagen de esforzado inútilmente en penetrar ñana, fumar tranquilamente su gunas buenas mujeres con cofias; En lo mejor de sus ensueños la virgen ideal que descendia las el misterio que parecía rodear cigarro la luz de la luna sin ser por aquí y por allá un notario recibió por conducto de su nota gradas de la iglesia de San Mar.
esos recién llegados aquella co picado por algún monstruo alado un magistrado. Ningún ſarma rio pues ocultaba cuidadosa tín de Vitré. Es feliz porque en abofeteado por un murciélago.
mente el lugar de su residencia la noche sin fin la cual se ha De improviso. Jontbrun que una carta de uno de sus amigos. condenado, la ve siempre joven, El jardinero y los sirvientes Sin embargo, el visconde noto do com en suspenso. fin medio Este amigo le escribía que Paula siempre bella. hablaban una lengua desconoci que los pascantes eran raros. De de un grupo nabía aparecido la Salimberi estaba furiosa contra AURELIAXO SCHOLL.
da, que un dependiente viajero la avenida de Antin, de la calle cabeza de una joven. Era aque él y profería amenazas terribles.
había declarado era el bajo bre de Ponthieu, de la calle del Circo, llo 1:n miraje, una ilusión? Montbrun encargó su amigo bien, creía realmente esa figura Una anciana ama de llaves, veía desembocar coches de postas ideal?
DE PASO.
tón.
le anuaciara que había parque tido para la América y que no le que hacía las compras de la casa, cargados de maletas. La vista Jamás, en sus sueños más ar volvería ver.
Xo volveras verme sobre el mundo.
era la única que liablaba francés, de los preparativos de la fiesta dientes, había imagiriado nada quiero que sepas que en el pecho mio pero no pronunciaba sino las pa inminente del 14 de Julio, le o que se aproximara de csas líneas labras necesarias para las tran primió el corazón. La política no En fin, llegó el gran día. El aun arde el fuego de mi puro amor.
del más allá terrestre.
Eran la sacciones de la vida usual.
perjuro te mintió: Después de entregarse todas el 15 de Agosto le habría inspi una nube desprendida del soplo, tigos al novio, y el 10 de Sep (que en mis noches eternas y sin suctiu entraba en nada en su repulsión: pureza tranquila. la serenidad contrato estaba ya firmado. Dos Quiero que sepas que jamás mi labio que sicropre fue de tu adoreda imagen cristiana, la virginidad radiosa, amigos de la familia de lontbrun habían ido servir de teslas suposiciones imaginables, el rado las mismas aprehensiones que, en un principio, flotaba so tiembre, a las once de la maña.
posadero y el especiero de Juvisy en tiempo del Imperio. Pero el bre las aguas. Era una esencia na, los invitados subieron en ca que en ti pienso, no más cuando segundo habían decidido que el joven era verdadero parisiense es enemigo de alma.
entre la turba indiferente voy un loco quien su familia había de las fiestas públicas, de todo lo ontbrun se preguntaba si dia. Alontbrun y dos o tres per Jamás, bien mío, comprendiste que eran rruaje para dirigirse la Alcalconfinado en esa propiedad, limi que turba su reposo y cambia era posible que senejante criatu sonas hablaban con el oficial del mi angustia, mi afficción, tada por un gran muro hacia el forzadamente sus hábitos.
ra existiera. Se atrevía apenas Registro Civil, cuando un grito mi horrible bienestar; sed insaciable lado del camino y por un río haá respirar, temeroso de que ese penetrante, seguido de un largo de hallar ternura en tu orgulloso mor.
Por todas partes veíanse más lirio caído del corpiño de Santa clamor, vino llenarlos de espancia el lado de los campos. En tiles, postes, banderolas. María volviese tomar el camino cuanto a la mujer, era una paSe precipitaron hacia las como a los pies del cazador se abate. Dónde refugiarme durante de los cielos. la joven descen ventanas; en el patio había algo herido y debil el audaz condor.
rienta una mercenaria; y cuantres días? pensó de Montbrun.
día las gradas de la iglesia son como una reyerta.
Masay: ca vino entre la densa brums do algún pintor, al regresar de riendo a una mujer de alguna e. El año anterior había ido dad, no anciana todavía, su ma brun como estrangulado.
Qué sucede? exclamó Montbusqué un rayo de so!
Belles Fontaines, en vano fué esperar que me amarias preguntaba quien era el propietario de ese Saint Germain, y habían hecho dre sin duda. Montbrua siguió como he sabido idolatrarte yo.
Una mujer, una desconocida, pequeño parque lleno de sombra tanto ruido, tirado tantos petar las dos mujeres, por instinto, ha arrojado vitriolo al rostro de Te minuieron, mujer, esos que viven dos como en París; Montbrun re sin saberlo. Ambas penetraron la señorita Juana Larada. La del ageno dolor, y de misterio, le respondían corrientemente: Es un loco el que metido hacer un viaje Bretaña, apariencia, pro en una casita de muy modesta pobre joven tiene quemada la mi esos que nos engañan con halako.
tad de la cara y ha perdido un o mis faltas todas, si las tuve huyeron vive allí.
Montbrun retuvo el nombre. jo. En estos momentos la transantes que la azada del demoledor con el tiempo que huyo; de la calle, y al regresar al hotel portan casa de sus padres. El 10 de Julio de 1884, en me. concluyera de transformar ese an tomó sus informes.
Montbrun cayó al suelo como ¡Ay! más tarde, tal vez, acongojada dio de uno de esos calores que el tiguo rincón del país en una su Oh! la bella señorita de herido por un rayo.
implorarás perdón, Senegal nos envía, el visconde cursal de Vaugirard. Volver Larade. Su padre era un exce. Vuelto en sí, trató en vano, du cuando no pueda oirte, cuando ignores de Montbrun salía, las nueve ver Vitré, Fougeres, pasar un lente sujeto, de una familia que rante aquel día, de penetrar en donde un asido el desterrado hall6. de la mañana, de su pequeño pa día en Sain Malo y regresar. Así había sido rica antes de la revo casa de su novia. Decidle que no volverá áſi Adiós. soy hoja que arrancó del árbol lacio de la calle Vernet y des evitaría la muchedumbre, las ilu lución; de padre hijo habían vendido retazos de sus tierras verme jamás, exclamó la desgracendía los Campos Eliseos. Iba minaciones. Ya que la provincia para sostener su rango. Final ciada joven derramando lágrimas ola que rueda de la playa en pos!
ave que busca en su aislamiento un nido, ver un caballo que le había invade París en el momento de mente, ese pobre señor de Lara. que, al rodar por las llagas vivas Cuando pienses en mi, si acaso piensas, propuesto un negociante de la las fiestas, es preciso que el pari de se había retirado una espe. causadas por el vitriolo, le que.
no me maldigas, no; calle de la Pépiniére. Las plazo. siense le deje su puesto.
cie de casita que habitaba en o maban como el fuego. Mi de de que hoy lamentes ilusiones idas, el culpado no soy!
letas ostentaban sus canastillos Dos días después, Montbrun tros tiempos el mayordomo de Montbrun no era ya sino un dode flores, rodeados de follajes cu llegaba Vitré. Era en la noche su familia. Vivía álli, trabajo lor. Las rojas olas de la fiebre ya que sobre el mundo no has de verme samente, con su esposa, de la fa atravesaban su cerebro; su cora sonrie con tristeza cuando escuches yos matices habían sido artística de un sábado.
En provincia, milia de Laroche Glaieul, y su zón estaba oprimido como por un vibrar el eca de mi eterno adiós. mente graduados como para la cuando no se quiere juzgar del hija Juana. Cuando más le que laro de bronce. Al día siguiente José PEÓN DEL VALLE, pero a! decirte adius 2! r mi corazón: aún le llam mi voz: Vi indomable altivez ante tus plantas humilde se mostrós, to.
en tí no más craba mi ventura en tí sólo mi amor. inclemente el turbión; Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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