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3. LA PRENSA LIBRE (DE EDMOND THERY. nes. III.
Cuentos del Domingo. com Una ilima recomendación nadie presenciará su acción, que dole. dos disparos más y uno de concluyó el oficial superior al le no ha de contar sino con sus pro ellos mordió el polvo; los dos resvantarse. si antes de llegar pias fuerzas.
tantes, ahora más prudentes, se vuestro destino se presenta el El peligro del sargento Main incorporaron al gruso del grupo Domingo, 17 de Febrero.
enemigo, 110 hay para qué seguir; berger era en verdad incierto; principal, cuyos esfuerzos no contrate usted solo de adivinar sus pero no hay nada como la incer seguían disininuir la distancia que planes, su marcha y su posición, tidumbre para desmoralizar hasta los separaba del francés.
ARDID DE GUERRA.
Es usted el sargento encar y sobre todo no fatigue demasia los más atrevidos. Sin embargo, El joven sargento se creyó fuegado del servicio. le preguntó. do su caballo la ida, porque si la mano derecha del joven sar ra de sus garras y exclamaba Sí, mi comandante.
el informe del Alcalde resultase gento no temblaba.
mentalmente. Victoria cuando Fué el 15 de diciembre de 1870. Es fuerte su caballo. falso, necesitaría usted de toda su De pronto oyó un ruido de una una terrible barrera le cortó la reuno de los días más fríos de aquel. Mi Comandante, respondo de resistencia para escaparse del pe fuerza de caballería; marchaban tirada. Era la patrulla que él invierno desastroso. a través del él como de mí mismo.
ligro. vaya, sea usted prudente en sentido inverso; escuchó y pu había oído partir; volvía sobre sus cielo ceniciento y triste, tamizaba Ha comido usted alguna co El joven sargento saludó mili do distinguir el clis clas de los pasos, atraída por las detonacio.
una llovizna que helaba los in sa. tarmente, bajó la plaza, montó sables.
felices movilizados, los pobres. He almorzado, mi Coman. con agilidad el caballo, y después Adelante, adelante. mur Detrás de él los alemanes daban infantes que tiritahan debajo de dante.
de asegurar la batería de su re muró entre dientesmes una pa hurrahs estentóreos; delante otros sus capas grises, apesar de las Muy bien. Siéntese y espére vólver y probar el filo de su sa trulla que sale de la aldea. prue respondían, derecha izquierda grandes hogueras encendidas en me un momento.
ble, se lanzó al trote por la calza ba de que el enemigo la ocupa y rodeabanle terrenos enfangados todas las encrucijadas del puebleEl sargento ató su caballo. da de Saint Amand Herbault.
que la noticia es falsa.
cillo de Saint Amand (Loiret et después se sentó cerca de una esII.
La idea de regresar pasó por por la lluvia.
Cher) ocupado entonces por la 28 tufa que calentaba la sala de la La escarcha aguda cortaba el su mente, pero su conciencia le No había sino un partido posi.
división del cuerpo del ejército.
espaciosa Alcaldía, convertida en rostro del joven, los pelos de su gritaba que no había nada aún ble, y lo adoptó sin titubear. Los Sin embargo, a nadie se le ocu despacho.
bigote eran témpanos, sobre sus que confirmase sus sospechas y prusianos de la patrulla no se arría quejarse.
Poco después el Ayudante de mejillas violáceas goteaban, de que se necesitaba al menos ver trevían tirar temiendo herir Los prusianos están muy cer Campo le llamó.
los ojos hinchados por la rapidez un casco de punta.
sus camaradas; Mainberger aproca se susurraba y esto era lo Hé aquí de lo que se trata, de su carrera, las lágrimas pron Ls patrulla pasó.
rechó esta ventaja; con el sable suficiente para despertar aquella le dijo. Acaban de avisarle alto congelarse. Pero era preciso entre los dientes se lanzó como viril energía francesa que tres General que una fuerza del ejér conducir, antes de lo vuelta del un reláropago sobre el terrible meses de padecimientos no ha cito alemán ha aparecido inespe enemigo, nuestros franceses he Continuó avanzando el joven. obstáculo; al llegar treinta me.
bian aún podido destruir por com radamente en la pequeña aldea ridos; de lo contrario desenmas redobló sus precauciones y vigi tros más allá, disparó sus dos últipleto. Los soldados recibieron de Villethion donde se hallaba de carar un ardid, lancia; deteníase intervalos pa mos tiros de revólver sobre la ma.
aquella mañana doble ración de tránsito con su compañía un caDurante una hora interrogó al. ra consultar el terreno, siempre sa compacta, y su caballo, cual aguardiente; de carne, de pan y pitán del Regimiento Según ternativamente el campo y la co observando los movimientos de su una flecha, franqueó el claro que de café; aguardaban con pacien esta noticia, el capitán debe ha pia topográfica. su diestra ha montura. Al fin oyó carcajadas ecababa de hacer, echando abajo cia las órdenes del cuartel gene ber muerto y la compañía caído bía una colina árida, su izquier y voces. En este instante críti dos prusianos.
ral. Una batería de cuatro ca prisionera. pero el enemigo, ate da un llano sombrío y silencioso, co su corazón latía con violencia; Había atravesado el círculo de ñones de campaña, rayados, era morizado por una falsa alarma, delante un camino lleno de lodo se detuvo y scltó las riendas para hierro, pero el peligro existía aún.
la única artillería de la división; es probable que se baya retirado por donde había pasado, tres días comprimirse el pecho. Fatalidad. La patrulla dió media vuelta y estaba colocada debajo de un in escape con los prisioneros, de antes, la división.
Su caballo al sentir otros caballos una docena de tiros silbaron almenso colgadizo. Los arcones jando nuestros muertos y heridos!
Atravesó un pueblecito desier en la vecindad, y no estando suo rededor del valiente. Tambaleó casi vacíos, las pequeñas piezas en el sitio del combate. Es pre to, casi destruído, cuyas ruinas jeto por el freno, relinchó, sacu sobre sus estribos, pero agarrán medio destruídas, los caballos es ciso que las ambulancias, con una humeantes atestiguaban el paso diendo su bien cuidada crín. dose las pistoleras de su silla, cuálidos, flacos, hundidos de hi escolta de infantes, se dirijan la del invasor.
Inmediatamente un formidable continuó su carrera vertiginosa jares, todavía enjaezados, comien. aldea. Empero, no tenemos aAl salir del caserío escudriño wer da (quién vive. resonó u bacia Saint Amand.
do o más bien devorando un fo qui ningún oficial de Estado Ma de nuevo el horizonte y tomó un nos cincuenta metros del lugar IV.
traje escaso y malo, olvidado por yor ni ninguna caballería para camino transversal que iba dere. donde se había detenido.
los labradores, representaban al comprobar el hecho, pues la no cho Villethion. Desde este punLos alemanes ocupaban la alInquieto con el asunto de Vifiel la situación de la Francia en ticia puede ser muy bien un ardid to, si la noticia recibida por el dea de Villethion.
llethion, el General, acompañado la época nefasta de mi historia.
de guerra con el objeto de atra Estado Mayor no era sino un arMainberger volteó su caballo, de algunos oficiales, esperaba Un joven sargento de infante par nuestra tropa en una em did de guerra, el peligro arreciaque voló por el camino recorrido noca distancia en el camino que ría, sobre una cureña rota, con boscada, asesinarla forzarla ba.
al sentir las espuelas que le cla va este pueblo; así conocería los codos sobre las rodillas y la rendirse. Es necesario que usDespués de marchar un cuarto vaban en el vientre.
cabeza entre las manos, estaba ted rectifique el parte y averigüe de hora se internó en el bosque más pronto la verdad y podría rePor desgracia los prusianos, a solver su línea de conducta.
sumido en profunda meditación, la verdad del hecho, y si nuestros al borde del camino. inclinado tentos al resultado de su ardid, Cerca de un cuarto de hora trans. Pensaba acaso en los horribles heridos permanecen aún en esa sobre el cuello de su caballo para aldea.
infortunios que abrumaban su estaban listos y alertas. Unos Tiene usted el valor su evitar las ramas bajas, intentó acurrió, cuando su Ayudante de patria. Pensaba en su vieja ficiente para cumplir esta misión? cercarse gradualmente la aldea veinte ginetes saltaron en persecusión del sargento, cuya, naCampo, que observaba con un anmadre. en su prometida. Pue Mi Comandante, la acepto que él creía en los alrededores.
de ser que en ambas; humedecían sin titubear, respondió inclinánDe repente el caballo paró las cionalidad, al salir del bosque, en teojo la calzada, anunció un gine.
sus párpados encogidos, dos lá dose el joven sargento. orejas hizo un movimiento brus breve conocieron. Entonces se te. Algunos minutos después, el comenzó una caza terrible.
grimas que aljofaraban sus meji Muy bien, repuso el Ayu co; su amo no se le escapó este caballo de Mainberger se desplollas. De repente la voz de su ca dante de Campo, el capitán me indicio: Los prusianos, después de dis maba los piés del General.
pitán lo desperto de su ensueño. proporciona excelentes informes Hay cerca de aquí lugares parar sus carabinas, echaron maAcudieron levantar al joven Sargento Mainberger, le di. de usted: tenga usted buen éxito habitados pensó y contenien no al sable y cargaron sobre él.
sargento, que expiró exhalando jo, caballo inmediatamente y y será recordado. Sabe usted do su montura, acortó las riendas Mainberger, encorvado para estas tres últimas palabras: Pue.
la Alcaldía.
leer un mapa de Estado Mayor. para impedir que su caballo re ofrecer menos blanco las balas, blo. ocupado. prusianos. Bien, mi capitán, respondió continuó desplegando uno ante linchase. al mismo tiempo empu continuaba su carrera desenfrelevantándose.
sus ojos.
ñó con la derecha su revólver. nada, sin contestar el fuego. No Tres balas le habían alcanzado. Allí recibirá usted instruc Sí, mi Comandante: No hay duda; para cargar con obstante el vigor de su caballo, moría de sus heridas, pero acabaciones del Jefe de Estado Mayor. Perfectamente, consulte éste. valentía en un ataque, para avan algunos ginetes ganaban terreno, baba de salvar una compañía enpero apresúrese lo más posible; Fljese usted. Villethion se en zar altivo contra los cañones que y pronto pudo percibir los corce tera!
es urgente.
cuentra doce kilómetros, más aniquilan con sus proyectiles, les piafando. El momento era Mi capitán, parto ahora mis menos, al sudeste de Saint Amand. para romper con audacia un cua favorable para usar sus armas, y El General se quitó la cruz de Tome usted sus medidas, estudie dro que os diezma, es indispensa sin detenerse, dió una media Comandante que condecoraba su De una vuelta de mano ensilló el camino, oriéntese sin error, y ble un corazón valeroso; pero vuelta y disparó su revólver dos el caballo, le puso las bridas, y si puede esté aqui dentro de dos qué diferencia entre esta bravura, veces sobre los asaltantes más pecho y la colocó sobre el cadáunos minutos después el sargento horas.
ver del joven héroe. veces inspirada por el ejemplo, próximos.
Mainberger saltaba tierra de Bien, mi Comandante, res y aquella que impele al hombre Un alemán y su caballo roda Más que nadie tú la has melante de la Casa Consistorial y se pondió el sargento, y en una hoja solitario que va hacia un enemigo ron por tierra. La caída hizo ve recido, murmuró, enjugándose u.
presentó al Jefe de Estado Ma de papel trazó la topografía de su dosconocido, invisible; un hom nir abajo al soldado que le seguía. na lágrima furtiva. tú la llevarás yor.
ruta. bre que de antemano sabe qiel Otros tres quedabn persiguién al menos en la tumba. ino.
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