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tes.
ma.
con sus manos sean te con LA PRENSA LIBREAlgunas lágrimas ardientes caen El cuadro informe, variable voy comunicar la definición del en la garganta del niño. El enfermi De aquello que entonces miren amor que en un libro de nuestros to que apenas tiene voz para que lento desaparice.
días he leído: la unión de dos tejarse, dice: Extraños y así tan triste dios y el desafío de dos deprava ¡Mamá, mamá, no llores! Como el oscuro recuerdo ciones.
Clara muerde su pañuelo, los al Del tiempo que ya no existe. Qué decís, señora. mohadones, el colchón de la cuniQueridas cual la memoria ta. Pablo se acerca.
Es hora ya de que él también lo bese. Le toDe aquellos besos sublimes Que en los labios hoy cenizas He faltado mis propósitos. ca yá su turno. El es fuerte, él Estampamos de una virgen.
os hombre, él no llora. entrePretendía desprestigiarle y, O como aquellos que sueña, tanto, el doctor que se ha alejado, En su locura, infelice, poco, concluyo por ensalzar el revuelve la tisana con pequeña cuamor, deprimiendo los raquíticos charilla de oro.
El desesperado amante ¿Qué es el sabio ideales modernos que le excluyen.
Dar al angel por quien vive.
ante la muerte? La molécula de Profundas, así profundas Os prometí una disección y me arena que va cubrir con su 0Como el amor joh! y tan tristes detuvo el temor de hacer una vileaje el océano.
Como el penar solitario visección. Al oído os he de decir Bebé, Bebé, vida mía, anímate, Del muerto que en vida gime, incorporate. Hoy es año nuevo.
que siento palpitar en mis entra¡Ven! Aquí en tu manecita están Como el pálido recuerdo ñas algo que bien pudiera ser Del tiempo que ya no existe!
las cosas que yo te fuí comprar ese amor virgen, no contagiado en la mañana El cartucho de dulC. OBESO.
del virus de nuestras miserias ces, para cuando te alivies; el aro intelectuales, que existió hace ya con que has de corretear en el jarmuchos, innumerables años. dín; la pelota de colores para que PARA UNA DAMA ¿Qué de raro. Vivimos los sojueges en el patio. Todo lo que ñadores ajenos a las preocupame has pedido!
Me exhortáis, señora, que os ciones de los hombres. En nosoBebé, el pobre Bebé, preso en su hable del amor. De la pasión ge tros se renueva, por decirlo así, la luz del solo con la tierra da nerosa, decís, que no desdeña las el milagro de las doncellas cris: campo y las flores entreabiertas. muchedumbres anónimas; que así tianas que conservaban la virPor eso pedía no más esos jugue disputa el imperio a las ansias de ginidad, aun después de violagloria de sabiduría que reinan das por sus brutales verdugos.
Balada de año nuevo dejan libres los oídos para que pue. Si te alivias, te compraré una en el corazón del intelectual, coPasan sobre la superficie de Lo escucho y no puedo defender carretela y dos borregos blancos mo vive sin rivales, soberano uni nuestro sentimiento las dudas, En la alcoba muelle, acolchona. lo; veo que lo está matando y lo para que la arrastren. Pero aco, en el alma del rudo hijo de la las negaciones que ora son aliliviate, mi ángel, vida mía. Quié naturaleza para quien son desco mento del género humano, sin consiento!
da y silenciosa, apenas se oye la El niño duerme, y el doctor es fes mejoreumerelocipede lus innos? nocidas las delicadas vibraciones dejar más rastro que la festiva blanda respiración del enfermito.
Pero! si te caesDáme tus manos.
Las cortinas están echadas; la cribe, escribe.
golondrina que cruza el espacio Dios mio, Dios mío, no quieras mucho la cabeza? Míra, aquí está la Queréis, sin duda, que haga la como flecha disparada por una veladora esparce en derredor su luz discreta y la bendita imagen de la que me muera: mándame otra pe gran casa de campo que me habías apología de ese exquisito senti mano vigorosa.
Vírgen vela la cabecera de la ca na, otro suplicio: lo merezco.
miento divinizado por los poetas, El amor no ha muerto, señora.
Pero no me lo arranques, no te pedido.
Los ojos del enfermito se ilumi amables forjadores de ensueños. Vive aquí en mi pensamiento. Bebé está malo, muy malo. Be lo lleves.
nan. Sc incorpora un poco, abra Vais tener un desencanto, se Dióle vitales energías la volunbé se muere. Qué te ha hecho?
za la gran caja de madero que le ñora. Esperáis un himno y en tad soberana de una mujer adoY Clara ahoga sus sollozos, muer ha traído su papá. Vuelve la vis contraréis una clegía. El amor rablemente bella, en cuyos ojus El doctor ha auscultado el blanco pecho del enfermo; de su pañuelo, quiere besarlo y ata la mesilla y mira con triste ha muerto. Ved aquí Gau he vislumbrado promesas atragruesas toma las manecitas dimi brazarlo acaso esas caricias thier que lo dice. Mamá, mamá, yo quiero un nutas del pobre ángel, y frunciendo las últimas! pero el pobre enfermi za el cucurucho de los dulces.
yentes como una caricia.
el ceño, vé con tristeza al niño y a to está dormido y su mamá no dulce.
Il est passé le doux régne des belles; quiere que se despierte.
los padres.
ERNESTO MARTIN.
Clara, que está llorando los La arabére avec la Pompadour Clara lo ve, lo ve constantemenPide un pedazo de papel; se acerca la mesilla veladora, y con su sus grandes ojos negros y pies de la cama, consulta con los ojos Ne tronveraient que des sujets rebelles serenos, como si temiendo que al al doctor, éste consiente, y Pablo, Et sous leur tombe est enterré amour.
pluma de oro escribe. escribe.
LOS MEJORES OJOS Sólo se oye en la alcoba como el dejar de mirarlo, se volara al cic descolgando el cucurucho, desata En la tumba de las encantadolos listones y lo ofrece al niño. Belo.
pesado revoloteo de un moscardón, Ojos azules hay bellos, el ruido de la pluma corriendo soCuántos estragos ha hecho en él bé toma con sus deditos amarillos ras cortesanas del siglo de Luis una almendra y dice: la enfermedad!
Hay ojos pardos que hechizan, XV yace el temible hijo de Venus.
bre el papel blanco y poroso. Papá, abre tu boca. ojos negros que electrizan Sus bracitos rechonchos, hoy esEl niño duerme; no tiene fuerzas Murió el amable burlador y ni Con sus vívidos destellos; Pablo, el hombre, el fuerte, sientán flacos, muy flacos.
para abrir los ojos.
Pero fijándose en ellos te que ya no puede más, besa los aun el destello de vuestras miraSu cara, antes tan halagüeña y Yá no se ríen en sus codos aque dedos que ponen esa almendra en das y el encanto de vuestras son Se encuentra que, en conclusión, sonrosada, está más blanca y tras los dos hoyuelos tan graciosos, que tre sus labios, y llora, llora mu risas serían poderosos revi Los mejores ojos son, parente que la cera: en sus sienes besaron y acariciaron tantas veces.
cho.
virle, señora.
Por más que todos se alaben, se perfila la red azulosa de sus ve má, están agrandados por las ojeras, pies se han enfriado mucho; Clara bierto de las cóleras de ese podeSus ojos, negros como los de su maBebé vuelve a caer postrado, sus Dejémosle dormir y, ya cu Los que expresar mejor saben nas.
Lo que siente el corazón.
Sus labios están pálidos, marchi esas pálidas violetas de la muerte.
los aprieta con sus manos, y los roso dios que llena con la histoCESAR CONTO.
tos, despellejados por la enferme Sus cabellos rubios le forman cobesa. Todo inútil! El doctor pre ria peregrina de sus venganzas mo la aureola de un santito.
dad.
Sus manecitas están frías, como ¡Dios mío, Dios mío, no quiero para una vasija bien cerrada y lletantos libros y mármoles y lienna de agua casi hirviente.
dos témpanos de hielo. Bebé es que se muera!
Este zos inmortales, dediquémonos ¡EL PAPA HA MUERTO!
tá malo. Bebé está muy malo.
Bebé tiene cuatro años.
ne en los pies del enfermito.
Bebé vá morir.
Cuando corre parece que va a ya no habla, ya no mira; ya no desprestigiarle. Hagamos su dise queja; tose nada más, y de cuan sección; podría que encontraraHe pasado mi infancia en una gran Clara no llora; ya no tiene la caer.
do en cuando, dice con voz apenas mos entre las fibras de su cuerpo ciudad de provincia, cortada en dos Cuando habla las palabras se emgrimas. luego, si llora, desperendeble el misterio de su poder. por un río caudaloso y embravecido, taría su pobre niño.
pajan y se atropellan en sus labios, perceptible. Mamá, mamá, no me dejen sólo. Labor deliciosa la nuestra. No donde tomé el gusto por los viajes y ¿Qué escribirá el doctor?
Era muy sano: Bebé no tenía naClara y Pablo lloran, ruegan os mueve risa el pensamiento la pasión por la vida marítima. Hay da: Pablo y Clara se miraban en ¡Es la receta!
Ah, si Clara supiera, lo aliviaría al y se contaban por la noche sus Dios, suplican, mandan la muer. de que así vamos a descubrir y all sobre todo un puentecillo en el en un solo instante!
travesuras y sus gracias, sin cansar vijan las manos, se desesperan, a ble divinidad que ponía miedo Aún me parede ver el cartelón clavaPues qué. nada se puede contra se jamás.
el mal. No hay medios para sal Pero una tarde Bebé no quiso co carician y besan. Todo en vano!
rretear por el jardín, sintió frío: un nira, ya no El enfermito ya no habla, ya no aun en los valerosos pechos esCORNET, BOTES DE ALQUILER; var una existencia que se apaga. Ah! si los hay, sí debe haberlos; dolor agudo se clavó en sus sienes, Tuerce los bracitos como si fuera se queja; tose, tose. partanos?
la pequeña escalera que se sumerge en Dios es bueno, Dios no quiere el suy le pidió a su mamá que le acos levantarse, abre los ojos, mira el agua, resbaladiza y ennegrecida por la humedad; la flotilla de barcas pinplicio de las madres; los médicos tara.
su padre diciéndole. Defiendeme! La más antigua protesta que tadas recientemente con colores vivos, son torpes, son desamorados, po Bebé se acostó esa tarde y toda vuelve cerrarlos. ay! Bebé ya conozco es la del gran Corneille. alineándose bajo la escalera, balanco les importa la honda aflicción vía no se levanta.
Ahí están los pies de la cama no habla, ya no mira, ya no se Acaso las tragedias del amor ceándose suavemente y como aligerabé no está aliviado aún; por eso y esperándole, los botincitos que to se queja, ya no tose; ya está muerto! ocupan todo el objeto de la vi das por sus bonitos nombres escritos Bebé, el pobre Bebé se vá morir! davía conservan en la planta la a da. Mirad por favor en torno en letras blancas, el Pájaro mosca, Clara dice con el llanto en los rena humedecida del jardín.
vuestro y veréis que hay otras la Golondrina.
Dos niños pasan riendo y canEl doctor ha acabado de escribir, ojos: cosas en el mundo. tando por la calle: luego, el tío Cornet, con Señora. Ah. si yo supiera!
pero no se va. Mi año nuevo!
No rro de pintura, sus grandes pincei Mi año hay algo más en el mundo. Pues qué le ve tan malo?
La calma insoportable del doctor nuevo!
es solamente vuestro sentimiento les, su cara curtida, arrugada y la irrita.
El lacayo corre a la botica.
con mil pequeños hoyuelos, como el favorito el que mueve y agita río en una tarde de viento fresco. GUTIERREZ NAJERA. Por qué no lo salva. Doctor, doctor, mi niño va molos mortales. Una época fué en ¿Por qué no le devuelve la salud? rirse!
Oh, este tío Cornet! Ha sido el SaEl médico contesta en ¿Por qué no le consagra todas la cual los hombres poseían lo tanás de mi infancia, mi pasión dovoz muy TIEMPO QUE FUE sus vigilias, todos sus afanes, to baja: que Fenelón ha llamado la ama lorosa, mi pecado, mi remordimiendos sus estudios. Cálmese usted, que no despierte ble ingenuidad del mundo nacien to. Me ha hecho cometer tantos (DE TENNYSSON)
el niño. Que no puede?
te. Epoca de santas ignorancias crímenes por sus barcas! No iba Pues entonces de nada sirve la En ese instante llega Pablo.
y de purezas inmaculadas, como a la escuela; vendia mis libros medicina, es un engaño, es un emHace quince minutos que salió de Qué no hubiera vendido por remar Las lágrimas, lluvia estéril el despertar de la vida. Mezbuste, es una infamia. Qué han esa alcoba y le parece un siglo.
No sé lo que signifiquen, todo un día. quinos afanes ni ruines apetitos hecho tantos hombres, tantos saHa venido corriendo como un loPero del abismo vienen Allá en el fondo de mi bote mis atormentaban las inteligencias cuadernos de clase, el sombrero echabios, si no saben ahorrar este do co. Al torcer la esquina no quiso De una amargura indecible; y Amor discurría por las almas, do atrás y sintiendo en las sienes lor al corazón, si no pueden salvar levantar los ojos, por no ver si el Al corazón saltan luego la vida un niño, un ser que no balcón estaba abierto.
como el espíritu de Dios sobre el suave aleteo, como de abanico, Para que en los ojos brillen ha hecho mal nadie, que no ofen Llega, mira la cara del doctor y Del que mira fiel la imagen, las aguas en la noche que fué de la brisa del río, remaba con firde ninguno, que es la sonrisa, y las manos enclavijadas de la madre; Triste jay! triste aurora del mundo. Salomón meza, frunciendo las cejas para dares la luz, es el perfume de la caga? pero se tranquiliza: el ángel rubio En los campos otoñales enumera las riquezas de su ha me todo el aire de un viejo lobo el doctor escribe, escribe. duerme aún en su cuna. no se ha Del tiempo que ya no existe. rem sexaginta sunt reginæ, et marino. Qué triunfo el mezclarme en ¿Qué medicina le mandará? ido!
octoginta concubinæ, et adoles este gran movimiento de barcas. Volverá martirizar su carne Dulces como el primer rayo Un minuto después, el niño camde canoas, de trenes de madera, tocentarum non est numerus y dos costeándose, evitándose y sepaQue percibir nos permite blanca con esos instrumentos es bia de postura, abre los ojos poco le parecen miserables al lado rados solamente por un ligero enpantosos? poco, y dice con una voz que aLa vela que al fin nos trae de los encantos de la elegida caje de espuma. No, ya no, dice la madre, ya penas suena.
Seres queridos. Tan tristes no quiero. Mamá. Mama. Como el que alumbra postrero de su corazón. Ni el fuego del De repente las ruedas de un vapor El hijo de mi alma tuerce sus bra. Qué quieres, vida mía. Verdad Aquel pañuelo (iay terribles. sol que dora las mieses, ni la sua batían el agua cerca de mí, y una citos, se disloca entre esas manos que estás mejor. Dime qué sientes!
Que allá en la margen lejana vidad del alba que se desliza por pesada sombra me envolvia!
duras que lo aprietan, vuelve los Pobrecito mio! Trae acá tus maEl último adiós nos dice el cielo, ni la poesía de la luna Cuidado, granuja. me gritaba ojos en blanco, llora, llora mucho; nitas, voy calentarlas! Ya te al punto el espacio oculta. que derrama su melancólica tris una voz enronquecida. y sudaba, ruega, grita, hasta que ya no pue vas aliviar, alma de mi alma.
Tristes, tristes teza en el retiro de la noche, son vaivén de la vida del río, que la vida me esforzaba, atolondrado en aquel de, hasta que la fuerza irresistible He mandado encender dos cirios Cual es dulce la memoria comparables al fuego y la sua de la calle atravesaba incesante del dolor le vence, y se queda en al Santísimo. La madre de la Luz Del tiempo que ya no existe!
su cuna quieto, sin sentido y que ya va ponerte bueno.
vidad y la poesía de su amor.
Lúgubres como el graznido mente sobre sus puentecillos, jándose aún, en voz muy baja, de Nuestra edad pensadora y prácEl niño Vuelve en derredor sus Ronco, horrible, Algunas veces tenia la suerte de cuchillos, de esas tenazas, de ojos negros, como pidiendo ampatica rechaza esas idealidades. Es encontrar la cadena. Pronto me Que el ave a la madrugada esos garfios que le martirizan, de ro. Clara lo besa en la frente, en Da soñolienta y distinguen para ella el amor afecto inútil agarraba y me unía al largo tren esos doctores sin corazón que ta los ojos, en la boca, en todas par Los oídos del que toca que habría de incomodarla en de botes remolcados, dejándome llesajean su cuerpo, y de su madre, tes. Ahora sí puede besarlo! De esta vida en los confines. sus cuotidianos ejercicios. Lujo var por la corriente silenciosa que de su pobre madre que lo deja sólo. Pero en esa confusión de amor y Lúgubres y tan extraños, No, ya no quiero, ya no quiero de ternura, sus ojos, antes tan frescostoso que desde luego condena cortaba al río en largas cintas de ¡Ay! tan tristes 1a Economía Política, cifra y el ruido monótono de la hélice; luéespuma. Alla lejos, muy lejos, oía csos suplicios.
cos, se cuajan de lágrimas, y Cla Cual será para los ojos Me atan mí también, pero me ra no sabe ya si besa llora.
compendio de las ciencias pro go, un perro que ladraba en una quienes la luz extingue fanas y divinas. En secreto os de las barcas y un hilo azulado La potaesos Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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