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LECTURA PARA EL DOMINGO ON vó una. LA PRENSA LIBRE Cineo duros que no tira tres Mi corazón ardiente, rosa voz palpitante de emoción.
veces. Tres duros que no tira cin Luciérnaga tu sér esclavizada, De nuevo aquí nos tienes co. Cuatro duros que no tira dos!
También morirá un día, Purísima doncella. Van Van!
Pero arrancando de tus ojos lágrimas.
Más que los cielos bella, En este momento oí una voz que CANDELARIO OBESO.
Postradas tus pies.
me hel6 de espanto. Está ciego.
Venimos ofrecerte EL LIRIO BLANCO EN MAYO Ne acerqué la jaula, miré al gallo Flores del bajo suelo.
vencido y volví el rostro con horror. Con qué filial anhelo, Dolor no te maldigo. Con pavoroso estruendo Yo no sé qué llamas tu fé Pasó violenta ráfaga, pasó nublando el día.
No tenia vá piel, no tenía ya ojos; su cuello no era más que un hueso en ni estoy seguro Señora, tú lo ves. de que el alma los niños agitan sus cañas Hendida quedó el alma. Después vi sonriendo sangrentado, su cabeza no más que de la mujer de nuestros días aQue la hendidura un lirio nevado florecía.
Noble ideal. oh lirio de nítida blancura!
cuatro plumas, arrastraban como brigue, aunque sea en el último resonantes y las campanas pueAbrió el Dolor el surco; la ráfaga violenta dos harapos; parecía mentira que así de sus rincones, la delicada flor blan el aire de notas cristalinas Te trajo, y hoy floreces radiante de herniosura, deshecho pudiese vivir y andar toda de una creencia. Apenas he ob y el humo del incienso asciende Sin embargo, aquel resto, aquel servado que no vas misa si no en candida espiral. Millares de Como de roca estéril florece en la endidura monstruo, aquel esqueleto chorrean. tienes traje a la moda. Pero si flores que arrojan de las casas Semilla misteriosa que trajo la tormenta.
ba en las tinieblas, sacudiendo las a sé que esa flor ha existido, y si yan alfombrar el suelo, y toRICARDO GIL.
las partidas como dos muñones, alar fuéramos juntos las aldeas, a dos responden a una voz: Con flores porfía gando el cuello destrozado, moviendo los caseríos, acaso la encontrarala cabeza al acaso, aquí y allá, como mos aún viva y fragante entre los Que madre nuestra es!
SL CIRCO DE GALLOS tasen. Qué quieres? Luego se a los perros recién nacidos. Su verduCon flores porfia! Sí, flores cercan poco a poco, sin dar señal go continuaba picoteando las llagas, lirios de la montaña.
Nosotros sí creíamos, y ¡qué collares penden del cuello de las las amapolas que en vistosos Cuando yo entré, habia ya un cen de haberse visto, cual si quisieran horadando los ojos; destrozando el De improvi cráneo desnudo; no era ya una lucha felices serán las buenas gentes tenar de personas. Qué gente es e cogerse de sorpresa.
sa? me pregunté. Verdaderamente. so rápidos. como el relámpago, dar era un tormento; parecía que quisiese entre las cuales pasé mi niñez, muchachas, flores las almas de el público del Circo de Gallos no se un salto con las alas abiertas, se deshacerlo sin matarlo. veces, cuan si aún conservan entero aquel estas, apenas entreabiertas una mescolanza sui generis que sólo esparciendo en derredor un nubla inmóvil, inclinábase mirarla con la tesoro de fe ardiente y profunda! los halagos del amor; flor tamEn mi aldea celebraban el mes bién, y la más pura, la más blanchiquillos, ni obreros, porque es dia del primer ataque y se plantan el sacudía y la contemplaba desde lo al de Mayo, mes de María como ca de las flores, la Mística Rosa el cuello to con indiferencia; luego se le echa dicen allá.
de Jericó; flores los pensamienembargo, se nota mayor variedad de extendido y los picos que casi se ba de nuevo encima con la avidez de aspectos de trajes y de figuras que en tocan, mirándose fijos, inmóviles, un vampiro, y picaba y destrozaba La campiña, inmensa alfombra tos de los alegres niños que incualquier otro sitio de reuniones po como si se propusieran envenenar más vigorosamente que al principio. verde, bordada de campánulas, clinan sus cañas para saludar que hacer durante el día comedian cuentro con gran violencia, cedespués dose de improviso, dobló la cabeza brisas; el viento, cargado de aro gozo que derraman nuestras buebrero raido; toreros con su faja en interrupción. Hiéronse zancadas, sn verdugo, mirándolo atentamente, mas corre alegre, rizando los nas mamás.
Verde y sonriente el campo, carnada alrededor de la cintura; es espolonazos, picotones; se a se detuvo junto el maizales entre cuyas cinbreadotudiantes con las huellas de la noche aprietan con las alas de suerte que Entonces redoblaron los gritos; no ras espigas, saltan, se esconden, yergue sus espigas cimbreadoras pasada al juego en el semblante, co parecen un solo gallo provisto de se podía apostar ya sobre las con se deslizan, asoman y desparecen y sus árboles florecidos como pamerciantes en gallos, jóvenes elegan dos cabezas; se echan el uno bajo vulsiones de la agonía, y se aposta mil pajaritos negros, grandes el sol, perdiéndose en el horizonra tomar parte en la fiesta, y tes, vicjos señores aficionados vesti el vientre del otro, se echan contra ba sobre los síntomas de la muerte.
dos de negro, con guantes negros y los hierros de la jaula, se siguen Cinco duros que no levanta la como una avispa; entre las hoEstos enderredor de la caen, revolotean; y medida que cabeza! Dos duros a que la levantajosas ramas de los guarlos el cla te, semeja una inmensa rosa de jaula. Más allá, rarinantes, algún los golpes se hacen más espesos, vue. Tres duros a que la levanta dos ve rinero lanza las hondas notas púrpura.
Así era la azucena celeste de inglés, algún vago de aquellos que se lan las plumas de la cabeza, los ces. Van. Van!
de su diana, y allá lo lejos resguardia civil. Exceptuando los foras picotearse en la cabeza, en torno de ataque, le descargó crcima una tem con su asordadora fanfarria.
Circo, una mujer de mala vida y un arrojan sangre. Luego comienzan a tud la cabeza; el verdugo, pronto ai ponden los bulliciosos pericos la fe que yo conocí cuando era teros y el guardia, los demas: señores, los ojos, en los ojos mismo; se des pestad de picotazos; volvieron a es Al bajar el sol dejábamos la rincón de tu alma existe una for toreros, comerciantes, cómicos, se co garran la carne con la cara de dos tallar los gritos; la víctima hizo de escuela y nos íbamos en grupos parecida nocían todos y hablaban entre sí, furiosos que tengan miedo de ser nuevo un ligero movimiento. inten cortar las amapolas para la ALBERTY saben llos anunciados en el programa del no de los dos debe morir; no lan bó herir todavía. derramó sanEL DESASTRE DE LA BOURGOGNE. anterior, de los lances de las peleas, siente mas que el ruido de las alas suelo. El vencedor. miserable! se pu nos entrábamos por la selva, en espectáculo, de las apuestas del día zan una voz ni un gemido, no se gre por la boca, vacilo y dió en el unos desgajaban las flores, otros De las 125 mujeres turistas que de zancas, de plumas. de espolones. agitadas de las plumas que se roms so entonces cantar. Vino un cria busca de colmenas, apedreába iban en La Bourgogne sála se salde alas, de picos, de heridas, lucien pen, de los picos que chocan con los do y se los llevó a los dos.
Levantáronse todos los espectado mos un panel de ahorcadoras El vapor Grecian. en viaje de y citando reglas, ejemplos, gallos de gua; es un furor que va derecho a res, y comenzó una bulliciosa conver cortábamos flexibles ramos para Glasgow para esta ciudad, se prelos tiempos ya pasados, y riñas, y sación; los vencedores bromeando, nuestros arcos, nos recreába sento diez horas después de la coLos espectadores siguen con ojor los vencidos blasfemando, y unos y mos libando las melosas flores lisión, victorias, y pérdidas famosas.
luego de trasbordar El espectáculo comenzó a la hora atento, todos los los movimientos, otros discutiendo los méritos de los del chupa chupa.
su cubierta los sobrevivientes de señalada. Se presentó un hombre en contar las plumas arrancadas, gallos y los lances de la lucha. Buena pelea! Buenos gallos! las cuatro volvíamos carga que para este puerto al Cromar La Bourgogne, tomó remolmano, y principió a leer: todos calla bace cada vez más notable y las Gallos malosl No valen nadal No dos de flores que entregábamos tyshire, donde llegaron al amaron Leyó una série de números que apuestas más fuertes.
indicaban el peso de las varias pare duros por el pardo Veinte duros entiende Callese Buenos! a las muchachas, nos vestíamos necer. Cinco duros por el chico. Ocho Malos!
de prisa, y corríamos luégoá La Bourgogne se hundió en mejas de gallos que debían combatir. Sentarse, caballeros! gritó el presidente.
porque, pareja por pareja, no puede por el negro! Van!
casa de la capitana del día. Allí dia hora. Su Comandante, el Cael uno deferenciarse en peso del otro Llegada la lucha cierto punto, pitán Deloncle, y la mayoría de los Sentáronse todos y comenzó otra cada uno le entregaban una ca oficiales de guardia se fueron al más allá de una medida determinada uno de los dos gallos hace un mo pelea.
ña, florecida, con especial reco fondo con la nave.
por el código gallístico. Volvieron vimiento que descubre la inferioriYo eché una ojeada al campo de mendación de no comérsela sino Después de la colisión se descucomenzar las conversaciones, y luego Idad de sus fuerzas, y comienza a batalla, y salí. Alguno dudará en cesaron de nuevo repentinamente. dar señales de cansancio. Aunque creerlo aquel espectáculo metauso pasada la fiesta. brió que el velero había recibido delántose otro hombre con dos cajas resistiendo siempre, sus picotazos más horror que la primera corrida de Entre tanto, con una mesita muy graves daños, al extremo que raros, toros. No tenía idea de una feroci y unos cuantos bejucos armaban brevivientes, tuvo que dedicarse su tripulación, ayudada por los sola jaula, subió al paleo, y enganchó sus espolonazos más endebles, sus dad tan cruel; no creía antes verlo, el trono en un instante, forrá botar al mar, de la bodega de proa, los dos cajas a los extemos de una ba saltos más bajos parece como si que un animal después de haber re banlo en cambrayes blanquísi unas treinta toneladas de carga pagos se cercioraron de que el peso era combate ya para matar; combate se torturarlo, martipizarlo. estromos, lo festoneaban de azahares a compensar el efecto del peso excasi igual por ambas partes, sentá para no ser muerto; retrocede, hu zarlo de aquel modo, con encatrina y amapolas, subían la santa tra del agua del mar que se había ronse todos; el presidente se colocó ye, cae, vuelve a levantarse, vuel zamiento del odio y con la voluptuo imagen.
El Capitán Henderson, del CroSilencide el pesador y otro mozo to marco. El espectáculo toma encore furor de una bestia pudiese llegar todas las jovencitas de la aldea, dedica atención la operación del Ya estaban ahí las invitadas, martyshire, en su informe oficial, dolas en las dos opuestas portezue del enemigo que cede, el vencedor se res de la más desenfrenada maldad vestidas de blanco, suelto el caríodo inmediato a la colisión. PA las de la alambrera, las abrieron am enfurece; sus picotadas caen espehumana. Hoy todavía, y ha tras bello ondeante y coronadas de cababa de darse dos campanazos bas un tiempo. Losgallos salieron, sas, rabiosas, implacables en los ocurrido tanto tiempo, cada vez que aureas amapolas.
dice él cuando el segundo Piloto, volvieron a cerrarse las portezuelas, jos de la víctima, con la regulari recuerdo aquel espectáculo vuelvo y los espectadores guardaron por al. dad de la aguja de una máquina involuntariamente la cabeza a un la Ya es hora! ya es hora! ya va de guardia en ese entonces, oyó el gunos momentos un silencio prode cuser; su cuello se alarga y se do como para evitar la horrible vista a ponerse el sol, salgamos ya. Pito de neblina del vapor. Doce fundo. el las carnes, se re nunca poner la mano sobre una jau sus dos truenos, y anuncia el pa ese momento había saltado de su El Capitán. Eran dos andaluces de raza ingle pico se aferra sa, para servirme de la curiosa deti vulve y se dilata; luego se clava la, sin que baje los ojos con la idea de seo triunfal de la Virgen.
nición que me dió un espectador, al en la herida, y se revuelve en ella ver el suelo cubierto de plumas y de camarote medio vestir, se situó tos, enjutos, derechos como busos, como para buscar las fibras más 0La tarde está de gala: las flo en la cubierta, oyendo él mismo el pito más de cinco veces.
con largo cuello movilísimo, comple cultas después picotea y repicotca Si vais España, seguid mi con res, los pájaros, los celajes extamente desplumados en las partes sobre la cabeza, la manera que si El Cromartyshire, según el insejo: pléndidos forman concierto de forme, contestó cada aviso de la posteriores y del pecho arriba, sin quisiese abrir el cráneo y sacar de cresta, la boca pequeña, y un par de él los sesos.
State contente, umane genti, ai purísimas notas en que el alma sirena del vapor con un toque de No hay palabra que tori.
ojos que revelaban la índole batalla exprese el horror de aquel picotear entera de la creación se eleva al su cuerno de neblina. Finalmente dura. Los espectadores los observacontinuo, incansable, despiadado.
cielo. María, enguirnaldada de se ovó más cerca la sirena, EL COCUYO ron atentamente sin proferir palabra, La víctima sc retuerce, escapa, da azahares, flotantes las albas ves velero, el cual sonó de nuevo su como si estuviese pocos cables del Los aficionados, en aquellos pocos vueltas por la jaula; y su perseguidor detrás, al lado. indivisible de Conoces el cocuyo?
minutos, juzgan por los colores, por tiduras, de pie sobre su trono de cuerno y el que, se asevera, fué reslas formas, por los movimientos de ella como una sombra, con la ca Es un sér todo luz, luz animada, sutiles cambrayes en que las a pondido por La Bourgogne.
los dos animales, cuál será probable beza inclinada sobre la del fugitive Que con su azúcar cría, niapolas brillan como luceros, quí sucedió al fin la catástroje: un mente el vencedor; luego proponen como la del confesor, siempre pi En sus renuevos, la flexible caña.
hace su mareha triunfadora, lle las dos naves, y el mar se cubrió terrible choque hizo bambolear las apuestas. Es un juicio muy in cando, punzando, destrozando siemcierto, como cada cual puede comTiene algo del cómitre, algo Vése, las noches, por doquier la llama vada en hombros por cuatro de toneladas de despojos. Los bu Del luminoso insecto, prender; pero la incertidumbre es lo del verdugo; parece que diga no sé juvencitas. Las paredes, el sue ques chocaron casi proa con proa.
que vida al juego. De repente se rom qué cosa al oido de su víctima que Encanto de las ninfas de mi patria.
lo, las ventanas, todo está cu La Bourgogne clavó la suya alArdientes aprisionan pe el silencio por una explosión de acompañe cada golpe con un insulbierto de olorosas flores.
go al costado de babor del velero.
gritos.
to: Toma, sufre, muero; no, vive, La ravolante lumbre en seda gasa, Atrás van las mamás, rebozan var marcha acelerada, lo que se El vapor francés ha debido lleY hacen, uniendo muchas. Un duro, y por el de la dere toma esta, esta otra, una más tocha! Un duro por el de la izquierdavía. Parte de su rabia sangui Diademas de vivientes esmeraldas; tes de fervorosa alegría, respon admite por los sobreviuientes, y seO un ceñidor de fuego da. Va. Tres duros por el negro! naria se difunde en vuestras venas; diendo en coro a las alabanzas rá el punto principal para la de Cuatro duros por el pardo. Una aquella crueldad cobarde os encien Que al breve talle ajustan muy ufanas; de la celestial señora: fensa del Cromartyshire.
onza por el chico! Val Va por a de en un deseo de venganza; la despre ya un collar ardiente. Venid y vamos todas La Bourgogne iba en viaje panegro. Ta por el pardo!
trozaríais con las manos; lo aplasta Precioso adorno a la gentil garganta.
ra el Havre.
Cuál de ellas la coloca Con flores María; Gritan los espectadores, mueven ríais con el pié.
Las escenas acontecidas bordo las manos, se señalan con el bas El gallo vencido, bañado todo en Sobre el turgente seno enamorada, Con flores porfia, de La Bourgogne inmediatamentón; las apuestas se cruzan en to sangre, sin plumas, vacilante, inten Cebar el fuego que en su sér se abrasa.
Tal como si quisiera Que madre nuestra este después del siniestro, fueron hodas direcciones; en pocos momen ta aún de cuando en cuando algún Rompen la marcha los mucha conseguir lugar en los botes, como Los hombres se batían por toe hay un millar de pesetas en jue ataque, descarga algun picotazo, hu. Luégo así se dirigen adornadas, Al baile sonrientes chos dispuestos en dos filas, lle locos de atar; las mujeres fueron eye y se lanza contra los hierros de la sin fin, como locas, vando cada uno su caña corona chadas atrás y pisoteadas por la Los dos gallos no se miran al jaula para buscar salida.
principio. Vuelto el uno de este Sin recordar la luz, danzan y danzan. da de verdes y resonantes hu furia de los hombres, que hacían de Los de las apuestas se animan y lado, el otro de aquel, cantan y gritan con más y más fuerza. No pu Su mágico fulgor al fin apaga.
La pobre silenciosa jas, empenachada de sedosas y En un bote se colocaron cuarenta cantan alargando el cuello hacia diendo apostar ya sobre la lucha, a Nadie llora por ella; argentadas flores.
los espectadores, como si pregun puestan sobre la agonía.
mujeres, pero tan grande era el páNi un suspiro siquiera ru ngerte arranca.
Dos jovencitas alzan su temblo nico, que no hubo una mano que se Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
sangre.
AEn los meses estivos.
pre.
go.

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