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LA PRENSA LIBRE VOD chazar las duras lecciones de la so. Llegaron los días de otoño; ia exclamos con los tomé la costumbre de negar los ro él decía a todo el mundo que en las grandes habitaciones de su sinsabores, y sin esfuerzo me he no habían volado. Y, en efecto, palacio y la soledad en que se vuelto cándido, ignorante, feliz. pesar de los fríos y de las pri veía dentro de la que fué alcoba De veras, no creo en el mal; es meras nieves, hubo aún golon conyugal.
toy dispuesto a jurar que no ha drinas en el salón, en los gabine No pudo dormirse, y más de uexistido nunca; hasta ignoro la tes, en todas partes. no sólo na vez le pareció sentir que un fealdad, pues hasta tal punto golondrinas de nuestras prima aliento frío le acariciaba el rostengo dentro de los ojos la envolveras, sino golondrinas de todos tro.
tura de la belleza. Estoy en to. los mares y de todos los cielos: Al otro día adoptó ridículas las partes como dentro de una aviones, esparavanes, drepanis precauciones.
naravillosa casa de cristal, cada que azotan con el ala las arenas Entró en la habitación paso ino de cuyos vidrios de color de las playas, ergátiles de vien de lobo y provisto de un revólvaradisíaco hubiera sido puesto tre de color de rosa que vuelan ver y de una linterna sorda.
or el buen vidriero que espera de dos en dos entre las brumas Con la punta del bastón fué elaire; y Imiro la del mar, remeras de cabeza ne tanteando los cortinajes.
ra al través de los cielos. Re gra, navieras lentas y acostum Luégo, arrojándose al suelo entaría incrédulo de risa, si me bradas posarse en los mástiles, violentamente y meneando la caontaran que hay en el mundo salanganas y golondrinas de beza bajo la armadura de la caiudades menos hermosas que mar, procnes que anidaron entre ma, se cercioró de que nadie se Tenecia, paisajes menos exquisi senos de diosa en los sagrados había escondido allí.
os que los lienzos de Corot, ena bosques del Atica. Cuando el Por último cerró la puerta por noradas con labios embusteros, buen viejo recibía algún extra dentro y se acostó, aunque no imigos que hablen mal de Ud. ño, nunca dejaba de hacerle ad tranquilo.
en cuanto haya traspuesto Ud. mirar sus fieles golondrinas; y al Desde entonces ya no le fué pola puerta; lo que quiero saber, y mirarlas, al enseñarlas, ensan sible prescindir de esta requisa lo sé, es que en cada parada de chábasele el rostro de contento. nocturna, que llegó constituir el los viajes encuéntranse ciudades Solamente.
único martirio de su vejez.
de alabastro de color de rosa. Solamente qué? preguntó Durante el día, dentro y fuéra doradas por el sol, selváticas el hombre feliz.
de la casa, estaba a la altura de soledades llenas de aves y tigres Sólo que sabía muy bien. su representación de valiente.
sin fiereza; que las bocas femeni que estaban disecadas!
Pero a la noche, desde que entranas, vírgenes de trapacerías, dan CATULO MENDÉS.
ba en el vestíbulo del hotel, era besos tan sinceros como los apreun niño miedoso.
tones de manos de los ambres.
Su corazón latía con violencia; PRESENCIA Estoy seguro de todas las honsu cuerpo temblaba; en sus ojos radeces y de todos los heroismos; desmesuradamente abiertos, re(DE GOETHE)
LAS GOLONDRINAS II si Rothschild quisiera fundar Todo, todo te anuncia. Refulgente flejábase el espanto.
FOTO Luego de vaciar la copa, con tantos premios la virtud como Del sol la faz yá vi.
Hasta que no hacía el acostumCuando estuvimos en los postinuó: brado y minucioso reconocimienpersonas extraordinariamente Pronto tras él tu imagen seductora Lo he visto; se ha sonreído virtuosas hay, no tardaría en Espero ver lucir.
tres, exclamó el buen convidado, to, no empezaba ser normal su y los labios son Ud. encogiéndose de hombros, verse reducido a la inayor mise. De las flores en medio eres gallarda respiración.
rientes: Juzga Ud. imposible conservar ria (i pero todos los banqueros Rubia rosa en botón; ODA si en el baile estás, tus compañeras La felicidad está al alcance se volverse ingenuo. Se enga del mundo se suscribirían para Cierta noche, algunos ainigos Giran tu redor.
de todo el mundo, y yo me he na Ud. le aseguro que se logra devolverle la fortuna. y es muy y camaradas del Conde de FranCuando la noche viene (dicha inmensa! court obstináronse en que este librado bien de no echar la ma poniendo en ello un poco de bue evidente que si los cien papanaLa noche llegará. no. Ah. En vez de mascar na voluntad. Aquí donde Ud. tas ocupados en mirar desde lo les acompañara cenar.
La luna ve palidecer sus rayos almendras garrapiñadas de color me ve, hacia los treinta años alto de un puente cómo se ahoComió con mucho apetito y aAnte tu hermosa faz.
de rosa, iba ponerme triturar momento terrible. como a gan una mujer un niño, no se cuál eres seductora joh amada mía!
buso de las bebidas espirituosas, negro carbón entre rechinamien tántos otros, poco me faltó pa arrojan al agua por un solo imtanto para ayudar a la digestión Pero tí, hermoso sol, tos de dientes. Eso lo hará ra volverme escéptico, desprecia pulso, es por modestia y caridad, Las flores, y la luna, y las estrellas, como para ver si de ese modo algún tonto! De todos los ab tivo, amargo, es decir, espanto por dejar cualquier pobre dia Te deben su esplendor.
conseguía vencer y estirpar por surdos humanos, el mayor es el samente sin ventura. Una mu blo la honra y el provecho del Sé, pues, mí de hoy adelante origen completo un temor del que se spleen: El hombre que bosteza jer adorada me había engañado salvamento. En cuanto talen De horas de luz y paz; sentía avergonzado.
se parece mucho un imbécil. con mi mejor amigo; el más hon to, todos los poetas, todos los De horas sin sombra job sol! Eso es la vida; Al retirarse su domicilio, y Pase todavía el llorar! El do rado de los notarios de provin pintores, todos los cómicos lo Vé aquí la eternidad. pesar de que le pesaba bastante lor es una especie de goce, pues cia perdió al treinta y cuarenta tienen; y hasta es infinitamente OBESO.
la cabeza, hallábase poseído de to que es vida. Desprecio sobe los dos tercios de mi fortuna, y raro que no tengan genio. Exuna energía que fué notada por ranamente el fastidio. Malha fuí mordido por mi mismo perro. tiendo a las más pequeñas cosas él con verdadero asombro.
DRAMA NOCTURNO yan los poetas elegiacos. No soy Paréceme que tenía base para este legítimo optimismo que consSin pizca de miedo penetró en rico, no soy célebre, ya no soy afirmar la perfidia de todas las tituye mi encanto; apruebo las El Conde de Francourt tenía la alcoba; por la fuerza de la cosguapo con mis cincuenta años, queridas y de todos los amigos: salsas de las fondas ilustres, sin fama de valiente. Su título nobi tumbre, y sin darse cuenta exaccon mi calva, con mi barba teñi la falta de probidad de todos los dudar ni un minuto de que la liario evocaba el recuerdo de una ta de lo que hacía, se detuvo da (porque me tiño la barba. depositarios de la fe pública, la manteca es alli manteca, y el ju larga serie de hazañas realizadas junto al lecho después de dejar no importa. Gracias a Dios y hidrofobia de toda la especie ca go de carne, en efecto, jugo de por sus antecesores. Además, ha la linterna sobre un mueble, y mí mismo, soy un mortal feliz en nina. basta si me apuran unpo carne; si pido Château Iquem bía él adquirido reputación de lanzó al rededor suyo una mira.
absoluto.
co, con la lógica absurda de las de estoy seguro que me sirven hombre audaz y temerario, tanda escrutadora. Le envidio Ud. le dije.
cepciones, nada me impedia ne Château Iquem, y gracias a esta to en la vida civil como durante Una fuerte sacudida conmovió Sólo de Ud. dependerá el que gar en adelante lo azul del cielo, certidumbre, encuentro exquisito la guerra, en la que estuvo como todo su sér, y un grito de espaná su vez le envidien, pues, hallán el canto del ruiseñor y lo rojo de el vino. Ah. Por qué me ha Capitán de los franco tiradores. to pugnó por salir de su gargandome satisfecho, soy bueno, y las rosas. Me guardé de ser es. bían de engañar. De suerte que, Una de sus mayores proezas fué. con muchísimo gusto le comuni túpido hasta ese punto. las seguro de la dulzura de todos a el afortunado desafío que celebró En frente de el, distaneia de caré Ud. el secreto de todas las evidentes traiciones opuse con re causa de la dulzura que con to con Demont, uno de los primeros muy pocos pasos. un hombre le felicidades. Es cierto que en la solución la ceguera de mi buena dos tengo, celebrando el tiempo espadachines de París. miraba de hito en hito con ojos mayoría de los vivientes, aquel fe. No existirían pues que yo no que hace, admirando a todas las El aristócrata era un hombre muy abiertos; un hombre de bashumor negro con el cual pierden las vería. salvé mi alma del gentes que pasan, convencido de arrogante, a pesar de sus sesená el gusto de vivir (se me da una irremediable desencanto. ser amado (porque las caras her. ta años y de su calvicie casi ab va, sobre la que resbalaban alhiga de vuestras neurosis. débe. que no llevaría Ud. esa mosas no me sonreirían si no me soluta. Sus mechones de cabe gunos mechones de cabellos blanse a su falta de estimación de ciega confianza hasta conservar amasen. paso extático al través llos blancos, su bigote de igual cos.
hombres y mujeres, aumentada su querida, dejar en casa de su de la vida, para tántos otros color, su cuerpo delgado y Aexi Lo primero que se le ocurrió al de día en día, su desdén por notario el último tercio de la for amarga. ble y la vivacidad de sus movi Conde fué abalanzarse la puerlos vanos placeres, cuya mentira tuna de Ud. y meter al perro raIII mientos, dábanle un aspecto muy ta y pedir socorro.
han reconocido al fin, la desi bioso en su propia cama. Si exclamé al cabo de un si distinguido.
Haciendo un supremo esfuerzo lución, en una palabra. Si precisamente hice eso! Ylencio; cl arte de no perder de Se le respetaba y hasta se le dio un paso. y. horror! vio. Qué duda tiene? fui por ello bien recompensado, recuperar las ilusiones es también temía, porque era asiduo concu que el desconocido daba otro en. que, a despecho de catás pues, conmovidos con mi indul el arte de ser feliz; y muchos rrente a todas las salas de ar la misma dirección, si duda con trofes bastante raras en suma, gencia, la amada me quiso mu hombres, semejanza de Ua, mas.
el objeto de cortarle la retirada.
la existencia sería para ellos bue cho tiempo con fiel ternura, el quieren creer que siempre están Por los motivos antes dichos, Quedaron ambos inmóviles, na, sonriente y querida si hubie depositario de la fe pública ad perennes las fugitivas quimeras. nadie era capaz de suponer que contemplándose sin pestañar.
ran conservado recobrado la ministro el resto de mis bienes Conocí en mi país, en el campo, todas las noches, al entrar el El aterrado Conde se fijó en la fe de la candida adolescencia. con una lealtad vigilante, y el un buen viejo que se pirraba Conde en su alcoba, miraba cui expresión del rostro del malheperrito me miraba al despertarse por los golondrinas; era su gusto dadosamente los rincones y de chor que era cada ver más espan Lo concedo, ay!
con cariñosos ojos enternecidos. verlas revolotear, blancas y nebajo del lecho.
table. Así, pues, la felicidad es para. Está Ud, bien seguro de to gras, tan esbeltas, en el patio y Hizo por primera vez esta ope Así permanecieron dos o tres cuantos la quieran, puesto que do eso. en el jardín, con bruscos giros, ración en la noche siguiente a la minutos, durante los cuales, y para obtenerla basta decir a la. Qué duda cabe, puesto que chirriando, sobre las pizarras de en que se quedó viudo, después de sintiendo que resbalaban por ste experiencia: Chocheas. basta así lo he creído! Por lo demás, la techumbre, en el borde del ale treinta años de matrimonio con frente gruesas gotas de sudor: con creer en lo bueno, en lo bello, no trato de ocultar que las pri ro; se le asomaba risueño el cora una mujer quien adoraba, y de observó de Francourt que por en la amistad, en el amor, en la meras desventuras me parecieron zón los labios cuando entraban la cual era también adorado. la frente del criminal resbalaban alegría, y mirar el mundo con muy crueles; al principio me cos adelgazando en el hambriento Tuvo mucho miedo aquella no también gotas semejantes.
los arrobados ojos de un niño. to gran trabajo decidirme re Inido regocijadamente tumultuo. che.
Luego, y coincidiendo con el Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
ta.

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