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BEGTURA PARA EL DOMINGO nos.
avanza. LA PRENSA LIBRE. Mirad, mi Teniente. esto seEl comité fue dirigido por viejos Que al salir, el cantor, cerró su puerta, rá el estandarte?
asnos, cuyas cabezas habían ador Cuando nacía la brillante aurora. el Sargento saca dentro del nado de vistosas escarapelas rojas Lecho de reina en que soñó una hora Un huésped celestial; lámpara yerta, uniforme del Oficial, un pedazo negras.
Había una minoría de caballos cuyo aroma la oración despierta COMBATE DE HEROES gigantescos, prontos lanzarse de tela azul, blanca y roja, orlalos unos contra los otros.
ONS do con franjas de oro, desgarra que no osaba votar. les infundía En los labios del alma pecadora.
POR Mr. ELSTER, Patrullas aisladas recorren el da y llena de sangre. Eran los pánico el furioso rebuzno de los as Hé aquí la primavera confundida Con el frígido invierno; nieve y rosas campo de batalla. Formas si restos del estandarte que el ofi(TENIENTE ALEMÁN)
Habiendo alguno, sinembargo, in Juntas en esa faz adormecida, niestras se deslizan furtivamente cial, al morir, guardó entre su sinuado la candidatura de un ca y en las pestañas curvas y sedosas, y se inclinan sobre muertos y he pecho traspasado, a fin de que ballo, fué interrumpido por un viejo Como el rocío de la eterna vida El sol de 17 de Agosto vierte ridos para robarles: gritos fero no cayera en manos del enemigo pollino con grandes exclrmaciones: Cuelgan dos puras lágrimas gozosas!
sus rayos de fuego sobre el cam ces repercuten lo lejos; de tiem. Con sangre de su corazón los re. Eres un traidor. le gritaba. No ENRIQUE FERNÁNDEZ, po de batalla de Mars la Tours po en tiempo brilla el fogonazo go, consagrando con ella la reli corre por tus venas sangre de as Bogotá, Julio de 1898.
y de Tionville, tinto en sangre de un disparo de fusil; heridos quia santa del soldado fiel a su nos! No eres un asno siquiera. Es El combate cuenta yá millares de moribundos roncan se quejan, juramento, fiel su deber hasta muy posible que un sentimiento a DE TEATRO víctimas; batallones, escuadro Una patrulla de caballeriza cru la muerte.
moroso hacia una yegua sea la caunes y baterías están diezmados. za sin ruido el campo donde chosa de tu desvío. Vamos sepultarle con esa AIDA Probablemente desciendes de zebra: las cuatro de la tarde la lucha caron cinco mil ginetes, al man reliquia sangrienta. dijo al ver rayada es tu piel, y el timbre nase recrudece; sucumben al fuego do de un Oficial cuya frente apa la el Teniente. Bien merece dorsal de tu voz tiene cierto dejo egip No se qué pensar, fuerza de los westfalianos y una nueva di rece envuelta en un pañuelo en mir con ella por toda una eter cio hebreo.
pensar tanto, de esta opera gran.
visión del enemigo se adelanta sangrentado. El Oficial explora nidad. Muerto en el campo del Mas como no eres extranjero, no diosa de Verdi. La única cosa victoriosa. El General Voigts el terreno con atención, viendo honor, tiene derecho a descansar pasas de ser un asno de entendi que se me ocurre, por sencilla, Rhetz busca, al galope, al Gene si no ha quedado allí ningún he con el depósito sagrado que no miento, un frío racionalista; no co es que el maestro inmortal se ha ral von Brandenburg, y le dice: rido.
abandonó ni aun moribundo. Vol. noces las reconditeces de la natura apartado en ella por completo Cargad la infantería que. Fué aquí, mi Teniente, donde ved colocar el estandarte sobre leza pollinezca. sus salmos místicos del sendero bien trillado yá, aunpeleamos con los húsares france su corazón yá frío.
nada dicen tu espíritu. la orden, Excelencia; pero ses. Entonces los ginetes alemanes Cuanto mí, yo he abismado que indudablemente hermoso, de la música sentimental y tierna, como no dispongo sino del priEl joven oficial detiene su ca colocan la tela sangrienta y des mi mente en este dulce hervidero.
mer regimiento de dragones, la ballo y respira con fuerza.
garrada sobre el pecho del Ofi Soy un asno, y también lo es ca para entrar, con estrépito inmen.
da pelo de mi cola.
so y lujo de energias superiores, carga sobre esa masa de infante Sí, fue aquí, responde. y es cial; enseguida le cierran los ojos ría fresca y compacta no puede aquí en donde debe estar el es y lo sepultan. Después la patru lavo; igual que mis mayores, soy fuerte y serio; de ese en que mejor No soy un latino, no soy un es por la vía amplia del género tener éxito.
tandarte que arrebaté al Capitán lla continúa su ronda por el cam un asno alemán. tan reflexivos pueden explicarse las recias sa Lo sé; pero sólo quiero que francés.
po de batalla, hollado por mi fueron, tan bravos, tan vegetati cudidas del espíritu y las emo.
el regimiento la detenga diez mi Los ojos del sargento miran, llares de combatientes en terrible vos!
ciones intensas del alma; las tornutos, aunque para ello perezca pero no ven sino caballos muer lucha.
Nunca se dieron galantemente mentosas manifestaciones de la hasta el último soldado.
tos, cadáveres y merodeadores las frívolas entretenciones del vicio. El General Brandenburg llama que se deslizaban por entre los cada día, con la carga la espal pasión indomable; el desborde EN EL MAR al Coronel Aoerswald, Coman matorrales.
da, trotaban hacia el molino, pia soberbio de los afectos profundos dosos, festivos, rebosando buen hu y sentidos, las luchas gigantesdante del regimiento de drago El Teniente prosigue: Aqui en el mar rugiente y orgulloso, mor.
cas de los sentimientos nobles nes, les da las Ordenes del caso, y Quité el asta del estandarte Soberbio y tempestuoso Ellos no han muerto. Sus picles, contra los rastreros sentimientendiendo la mano al viejo vete al oficial francés, derribándole Como el amor que miexistencia agita; sus despojos mortales es lo único, tos; los golpes más atrevidos del rano, le dice: del caballo con una estocada en Aquí, donde el susurro de la brisa, que guardan las sepulturas. Desde lingenio. Que Dios os conduzca! Tam el pecho; con la mano moribunTu candida sonrisa lo alto nos miran con agrado!
Aida es una obra divinamente bién seré de la partida.
Asnos transfigurados en la gloria, hermosa, que contiene un mun.
da arrancó la tela; y como yo el eco dulce de tu voz imita; Entonces empieza la espantosa quería poseerla también, iba todavía deseamos unirnos vosoAquí, donde las ondas rumorosas carrera de la muerte: el regimien desmontarme para recogerla, tros y jamás desviarnos un ápice do de grandezas apenas percepti.
Remedan en vidiosas del sendero del deber!
bles, por lo enormes, para los to es hecho pedazos, pero la mar cuando me asaltaron varios hú Las divinas turgencias de tu pecho; Oh. qué delicia ser asno. Un po que, como yo, no tienen otra cha del enemigo se detiene.
sares, recibí un sablazo en la ca. Aquí, do las espumas del oleaje llinito de tales orejudos; oh! qui virtud para apreciarlas, que su Nuevo esfuerzo del contrario, beza, vacilé y hubiera sucumbido Semejan el encaje siera clamar de voz en grito: He entusiasmo sincero por lo que es nuevo choque de opuestos caba si no llegáis tan tiempo. Cuan De las blancas cortinas de tu lecho; nacido asno. bueno, y sus oídos no del todo lleros se verifica en la meseta de do el asta se escapó de mis ma Aquí, donde lo ruin desaparece El grande asno, mi padre, fué incapaces para percibir lo que Ville sur Vron, en donde se aplas nos, los franceses la recobaron, el ulma se engrandece de raza alemana. Mi madre, la lees armonioso y agradable.
chera de turgente seno, tan unos contra otros los caba pero la tela debe estar aquí; ten. Ante la inmensidad del occano; Yo me he sentido profundamenmantó de leche de pollina alemana.
llos de cinco mil ginetes, que se go certeza de que herí con mano Aquí, donde la roca combatida entrecruzan, se repelen, se baten firme al Capitán francés.
Alza su frente erguida Sor un asno, y como los viejos te emocionado con la música de de hombre hombre. Espesa nuQue el mar intenta doblegar en vano; mis antepasados, quiero mantener Aida, y mis emociones han sido La patrulla emprende de nuevo be de polvo cubre la tremenda la marcha, continuando la exploAquí, donde mi amor y mi firmeza me fiel la buena y vieja asnería. violentas, como las tempestades lid; el estampido del cañón cesa, ración. la vera de un bosque Están maravilla retratados, tu gentil belleza Yo, porque soy asno, quiero acon del pensamiento que se desatan sejaros que escojáis un asno para furiosas en aquellos que no nase detiene el traqueteo de la fusi cillo, junto a una charca, yacía Aqui aspiro morir cuando la suerte rey; fundaremos así el grande in cieron para cruzar impávidos el lería, y franceses y alemanes con un oficial francés de húsares. La Con su hálito de muerte perio de los asnos, donde sólo man mundo sin sentir log halagos del templan en silencio el homérico luna iluminaba de lleno su ros Cierre mis ojos de llorar cansados.
darán ellos.
placer, la atracción irresistible reencuentro de esa tromba de car tro, pálido como el de un especTodos somos asnos! ia. a. No de lo desconocido, las ansias vine humana.
BILLO.
tro, y sus ojos parecían mirar fijasomos pajes de establo. Abajo los vas de palpar lo imposible, y los La batalla concluye! Silencio mente y con dolorosa expresión caballos! Hurra! viva la raza dardos punzadores del pesar y de muerte reina sobre el campo las estrellas; la mano derecha LEYENDAS INEDITAS asinina. batalla; la frescura de la noche estaba crispada en la empuñaduAsi habló el patriota. Los asnos de las decepciones.
sucede al sol de estío y los lidia ra del sable y con la izquierda se del recinto todos gritaron: Bravo!
La palabra es ordinariamente dores duermen en sus vivacs. como todos eran patriotas, piala intérprete fiel del pensamiento, apretaba fuertemente el pecho. LOS ASNOS ELECTORES faron reciamente con sus cascos. pero no es siempre la capaz de Son los reflejos de la luz de la Ciñeron a la cabeza del orador traducir los pensamientos del La línea de avanzadas alema. luna, mi Teniente.
Concluyóse al fin por tenerse excesiuna hoja de laurel. El dió las gra corazón. Por eso, al tratar de la nas en la meseta de Rezonville. Con todo, desmontáos y mi va libertad. la república de los bru. cias sin decir palabra, y en su ale música de Aida, tomo el partido tan sangrientamente conquista rad más de cerca.
tos quiso ser gobernada por un solo gría mencaba la cola de no concretar mis apreciacioda, forma un extenso arco de círamo, soberano absoluto.
El Sargento echa pie tierra, ENRIQUE HEINE.
culo, y cuando la luna se levan se inclina sobre el Oficial francés les. Escribiéronse boletines electoraSe reunió cada especie de animanes, por no saber, en realidad, en donde estriba su mérito, pesar ta en el horizonte, palidecen los y le levanta la mano izquierda.
ANTE UNA NINA MUERTA les; el espíritu de partido se desende que lo siento con todos sus fuegos de los vivacs, que semejan Está muerto, mi Teniente. cadenó de manera terrible, y cundic Arpa sin són, palacio sin señora, detalles asombrosos.
los ojos chispeantes de monstruos Está bien, dejadle ahí. ron las intrigas.
Jaula divina, pero ya desierta, me amaLOS CRUCIFICADOS recoger los huesos polvorosos Del mártir que murió sobre el madero?
El libro quedará cual leño santo De seca sangre por doquier teñido. a la víctima, en tanto, Sofocará la zarza del Olvido. CRUX, AVE, SPES UNICA!
Muy negras son tus canas, Oh Trágico sombrío! muy dulce morir antes que llegue La trémula vejez envuelta en frío. qué seguir con taciturno paso De camellos. Dormid al pie del Monte Para no ver manchado el horizonte Con el ávida sombra del Ocaso.
De martirio las testas luminosas Rasgando muertos la terrena sombra Por lívidos perfiles coronadas.
Al blando golpe de su fresca palma.
Lánguidamente en hilos tembladores La tibia sangre por su faz chorrea humedece los párpados; gotea Sobre la barba, que en rojizos grumos, Oh videntes, oh lánguidos cantores!
Cual en bronce tallada, se obscurece.
Ahogad el himno, que la luz aguarda de sus cráneos la soberbia roca Vuestras manos febriles; No bate ya, con las frementes alas, Huid, 1ompiendo el arpa cristalina, El grifo luminoso de lo eterno. refugiaros en la sombra. Llegan se enturbió la linfa trasparente Los salvajes de puño sanguinario: De las glaucas pupilas, Cuando en las viñas del furor se anegan, Claros pozos de lumbre Asesinan Dios en el Calvario!
Que de vivir el tedio reflejaron, es mudo el labio que do cumbra on cumbre El verso, cual la tenue lamparilla Vibró en la lid relámpagos de acero.
Que entre las tumbas ocultaba Roma, Oh mártires! oh ruinas Alumbre mudo vuestras almas. Hielo Que marcasteis el áspero sendero Llevais sobre el espíritu cansado, Con gajo alterno de laurel y espinas! á los Libros el Arbol de dolores Del matador que insulta vuestro duelo En torno de las cruces Sólo llegan los bárbaros clamores, Do murieron las víctimas, aullando Se amontonó la plebe enfurecida Pobres muertos que en hórrida solumbra Como un tropel de deslomadas hienas.
Durmiendo están; la ráfaga de gloria abajo, los zarzales por alfombra; Sobre sus frentes pálidas no alumbra. arriba, el Numen, el Amor, la Calma. Qué importa si mañana el Orbe acude, Los mártires, en medio, El Orbe acude entero Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
om Muy negras son tus canas, Oh trágico sombrío! muy dulce morir antes que llegue trémula vejez envelta en frío. qué seguir con taciturno paso De camellos. Dormid al pie del Monte Para no ver manchado el horizonte Con el ávida sombra del Ocaso.
En las nudosas cruces Agonizan los mártires; el brillo Roba el dolor los hinchados ojos Que miran los ámbitos desiertos Con la turba fijeza de los muertos.
Fuéles la Tierra dolorosa: en haces Broto para sus sienes rama indócil De puntas erizada; clavos fríos Que los frágiles huesos taladraron; Para su cáliz, de amargura lleno, La vida inmensa flor sudo veneno.
En las cruces nudosas Perecerán los mártires. Doliente El ideal, las alas fatigosas Plegando en el azul, lánguidamente Descenderá sobre la tierra, herido; como el Genio del silencio mudo, Las almas tristes lo verán caido Sobre el sangriento marco de su escudo.
GUILLERMO VALEN CIA.
En las cruces nudosas Se retuercen las víctimas, tocadas

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