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LA PRENSA LIBRELEGFURA PARA EL DOMINGO tosca herradura de hierro, taHASTIO Después en tropel alegre chonada con lentejuclas de oro, Sin el amor que encanta, Vinicron bnilce y fiestas, que, en el fondo de la urna, se la soledad de un ermitaño cspanta. ella expuso un mundo vaso destacaba como sirviendo de nim Pero es más espantosa todavía Su hermosura y si modestia.
LA NATURALEZA bo un angelito mofletudo. La soledad de dos en compañía. a lisonja quc seduce, Doña Quirina cra supersticioCAMPOAMOR. el engaño que envenena. AMI PADRE)
sa. No creía ciertamente que llePara borrar mi memoria var consigo un pedacito de cuerQuisieron besar sus huellas. Hijo, escúcha mi canto! Yo soy la Madre Tierra, da de ahorcado trae felicidad; LEYENDA INEDITA Pero su arcángel custodio Yo soy la eterna pródiga de vidas y de amores; pero sí tenía por artículo de fe DE HEINE Bajó a cuidar su purcza, Mi túnica en sus pliegues con majestad encierra que en casa donde se conserva La noche con sus astros, la aurora con sus flores.
con veneración una herradura Las olas atropellaban la roca, Las ilusiones primeras; protegió con sus alas mular o caballar, no penetra la escupiéndole en la frente sus es Conservó sus ricos sueños, Yo soy la Madre Tierra. En mí palpita el germeu peste, ni falta pan, ni se aposen pumas amargas; bramaba Aqui y para gloria más cierta De seres que aun aguardan los siglos del futuro.
ta la desventura.
Yo soy la Madre Tierra. En mi regazo duermen 16n, y las gaviotas se ocultaban En el vaso de su alma Los seres yá perdidos en el pasado oscuro.
en las grietas de las peñas con el Guardó el olor de las selvas. En qué fundaba vicjccita Yo vierto inagotable del ánfora de vida las virtudes que atribuía lalala recogida ja temblorosa. Tiri Guardó el recuerdo apacible El río de la savia que corre borbotones. herradura? Yo te lo voy con tando de frío llegué la orilla, De aquella tarde serena; de mis flancos surge la selva estremecida, tar, Vital mío, tal como doña empuñé los remos, tomé asiento Mirra de santos consuclos, Quirina me lo conto.
Que eleva al firmamento sus amplios pabellones.
Albe de la inocencia. en mi barquilla que las aguas Pues has de saber, hijita, que sacudían cual si fuese una cáscaYo no tuve ángel de guarda, Por mí de jugo llenos los tallos se levantan, cuando nuestro Señor Jesucristo ra de nuez, y me lancé en medio y para colmo de penas Caliéntanse los nidos, se juntan las corolas; vivía en este mundo pecador, desY en las sagradas nupcias mi epitalamio cautau faciendo entuertos, redimiendo de las olas embravecidas. Las Desde aquel mismo momento El himno de los cielos y el coro de las olas.
Magdalevas, que es buen rcdi nieblas, que se levantaban dan Está en eclipse mi estrella; mir, desenmascarando pícaros zando en torno mío, me hacían que en un estrado una noche Al En mis altares nunca se extivgue el sacro fuego. hipócritas, que no es poco tra muecas grotescas; el viento me Yo no sé por qué motivo grato són de la orquesta, Tras el invierno brota más vívido el retoño; jín, haciendo cada milagro como silbaba en los oídos palabras fa Se enlutaron mis ideas; Las flores luego llegan, y el sol candente, y luego da y anda en compañía con San tídicas, y la luna desde el lejano Sentí un dolor misterioso, Henchidas se almibaran las uvas del otoño.
Pedro, tropezó en su camino Oriente me miraba con sonrisa Torné los ojos ella, cuantos vida otorgo les brindo en mi palacio con una herradura mohosa, y socarrona; pero en medio de Presentí lo venidero: Digna morada. al tigre las selvas tropicales, volviéndose al Apóstol, que mar este desorden de los elementos Me ri triste y la vi muerta!
Al ciervo negros bosques, al águila el espacio, chaba detrás de su divino maes mis brazos impulsaban el barqui. Con estos temores vagos tro, le dijo: á los dorados peces, cavernas de corales. Perico, recoge eso y échalo chuelo, que hendía las aguas co Parti lejanas riberas, tú, Hombre pensativo que con tu ciencia oscura en el morral.
mo una saeta. seguí, seguí bo. allá bañé mis memorias Quieres sondear las leyes ocultas en mi arcano. San Pedro se hizo el sueco, mur gando basta que las notas leja. Con una lágrima acerba.
Tú, entre los seres todos, fuiste la criatura murando para su túnica. Pues nas de un canto melancólico lle Juzgué su amor por el mío, hombre! Vaya una ocurrencia! garon basta mí. era Lorelei que en la duda del retorno entibióse mi firincza, quien mejores dádivas brindó mi larga mano.
Facilito es que yo me agache me invitaba reposar en sus Olvidé su imagen bella.
La Primavera tiende hajo tus pies su alfombra por un pedazo de hierro viejo.
En las musgosas grutas y los floridos prados; El Señor, que leía en el pen brazos y gozar de sus besos. Pero al volver mis playas en el ardiente estío convídote a la sombra samiento de los humanos como de sus besos, que borran de la Qué cosa Dios me reserva. en libro abierto, leyó esto en frente el ceño que ha estainpado un duro remordimiento, De higueras soñolientas y depsos emparrados.
el espíritu de su Apóstol, y en el hastío. el cadáver de FIDELIA!
Los lirios se deshojan por adornar tu sevda. vez de reiterarle la orden echán.
La roca en que estaba la ondiJola de jefe, y decirle al muy zaA tu coyunda, mansos dobléganse los brutos; Baja Arturo al Occidente Por tí la mies ondula, y por rendir su ofrenda, macuco y plebeyote pescador de na brillaba en medio de las ne Bañado en púrpura regia Los árboles se doblan al peso de sus frutos.
anchovetas que, por agacharse gruras del inar, con reflejos me al soplar del manso Alicio no se le habia de caer venera, tálicos; Lurclei tendía sus brazos Las colias arpas sucnan; Hijo, mi Flora es tuya. mis manos cariñosas prefirió inclinarse él mismo, re hacia mí, pero el peñón estaba Gime cl a ve sobre un sauce Tejen para tus sienes sarmientcs otoñales. coger la herradura, y guardar lleno de arrecifes y me era impo Perezosa y soñolienta, En el mullido tálamo circundote de rosas, la entre la manga, En esto llegaron los dos via sible llegar hasta el. hice un suo Huele el campo fores nuevas; Se respira un fresco anbiente, en el sepulcro helado te cubro de înmortales.
jeros una aldea, y al pasar premo esfuerzo, cuando una ola ¿yes mi voz? Tus cantos tu furor remeda, por la tienda de un albeitar me arrebató contra el peñón y Saludan a las tinieblas, Las campanas de la tarde formari eco tu alma, serena agitada, herrador, dijo Cristo; me despedazó el cráneo. Des. en los brazos del reposo Con mecedores tumbos el viento en la arboleda Hermano. quiéres comprarperté dando voces. Me dolía se tiende naturaleza. me esta herradura? con gigantes ondas la mar aborrascada.
El albéitar la miró y remiro; la cabeza, tenia una sed de mil ¡Y tus ojos se han cerrado. Si amas, en columpio de sueños yo te arrullo la golpeó con la uña, y conven deinonios. Qué cosas trae el ¡Y llegó tu noche eterna!
Con las campestres notas de mi laúd sonoro. cido de que, a poco majar en el sueño después de una noche de he venido acompañarte, al roce de mis alas dan plácido murmullo yunque, la pieza quedaría como orgia! ya estás bajo la tierra. nueva, contesto: Las olas plateadas y los trigales de oro. Bien me acuerdo! Hace diez años Doy por ella dos centavos, De aquclla santa promesa, Cuando la noche vierte la seporosa urna ¿acomoda no acomoda?
HIDELIA De las serenas sombras sobre el callado mundo. Venga el cobre, repuso lacoY hoy vengo cumplir mis rotos, Presento tu mirada la calma taciturna, nicamente el Señor. á verte por vez postrera!
Et dans chaque feuille qui tombe Va he sabido lo pasado.
Pagó el albéitar, y los pere Sus astros, su misterio, su cóncavo profundo.
grinos prosignieron su marcha. Je veis un présage de mort.
Supe tu amor y tus penas, MILLEVOYE. luégo ante tus ojos, mudando las escenas, Al extremo de la aldea salió hay una voz que me dice Apunta el alba alegre que el horizonte dora, les al encuentro un chiquillo con ¡Bien me acuerdo! Hace diez años! Que en tu alma inmortal me llevas. como el oleaje que cubre las arenas, un cesto en la mano, y que prego y era una tarde serena!
Mas. lo pasado fué gloria naba. Sumerge los luceros en su esplendor la aurora.
Yo era joven y entusiasta, Pero el presente, Fidelia. Cerezas. centavo la do Para, hermosa y virgen ella! El presente es un martirio.
Mas ¡ay! ingrato y loco, me dejas, hijo mir, Estábamos en un bosque ¡Yo estoy triste y tú estás muerta! por el mundo corres tras míseras quimeras. Dame dos docenas, dijo Cris Sentados sobre una piedra, delirante tiendes los brazos al vacío, JCAX CLEYENTE ZEXEA.
to.
Mirando orillas de un río pueblas los espacios de voces lastimeras. los dos centavos, producto Cómo temblaban las yerbas.
de la herradura, pasaron ma¿Qué pides los astros en súplicas ignotas?
nos del muchacho, y las veintiYo no soy el que era entonces, EE. UU. COSTA RICA. Al Hombre de la tierra, qué le hablarán mis cielos. cuatro cerezas, con más una de Corazón en primavera, WASHINGTON, El SecreV luego desfalleces. y las entrañas rotas, prapa, se las guardó el Señor Llama que sube a los cielos, Regresas mis brazos buscando mis consuelos.
tario de Estado Hay presentó entre la manga.
Alma sin culpa ni penas!
al Presidente, al señor CalHacía la sazón uri calor de Tú tampoco eres la misma, Entonces, abrigando tu frente helada y mustia, vo, Ministro de Costa Rica. Mainfierno, que diz que es tierra No eres ya la que tú eras, Difestó Calvo, que tanto el PreTe brindo muelle lecho para tu cuerpo herido, calentada y de achicharrar un Los destinos han cambiado: sidente como su Gobierno han La paz de lo inmutable tras febril angustia, témpano, y San Pedro, que ca Yo estoy triste y tú estás muerta! sido profundamente impresionaY en mi regazo eterno los sueños del olvido.
minaba siempre trás el Maestro, La hablé al oído en secreto iba echando los bofes, y habría y ella inclinó la cabeza, dos por las muy honorables a.
tenciones que mostraron EstaJOSÉ RIVAS GROOT dado el oro y el moro por una Rompió a llorar como un niño.
dos Unidos Iglesias, Presidente poca de agua.
de la República durante su perweergeven yo amé por vez primera.
El Señor, de rato en rato, memanencia en Nos jurámos fé constante, este país. Se me CONTRA PEREZA DILIGENCIA cuando yo era niño, en los tiem tía la mano en la manga? Dulce gozo y paz eterna, ha acreditado, dijo, Ministro Ple.
nipotenciario y Enviado Extraor. CUENTO TRADICIONAL. vivía pared por medio de mi ca y, como quien no quiere la co y llevar al otro mundo dinario en esta capital, encargaA mi hijo Vital.
sa. Hàbitaba la dicha un cuar sa, al descuido y con cuidado Un amor y una creencia.
do de una misión especial y pa.
tito que, por lo limpio, parecía dejaba caér otra que San Pedro, Tomámos jay! por testigos ra manifestar a su Excelencia el ¿Con que tú también, gorgojo, una tacită de porcelāna. Allí no sin hacerse el remolón, se aga De esta entrevista suprema, profundo agradecimiento del pueblo y Gobierno de Costa Rica quieres que papá te cuente un había perro ni michimorrongo chaba a recoger; engulléndosela Unas aguas que se agotan cuento?
por la consideración con que el No te basta já con que cometieran inconvenientes en el acto. unas plantas que se secan, oirme canturrear: para la vista y el olfato.
Después de aprovechadas por Nubes que pasan fugaces, Gobierno de Washington se dig Sobre una cómoda de cedro el Apóstol hasta media docena Auras que rápidas vuelan, no mostrar una vez más su a Al niño que es bueno charolado, y bajo urna de cris de cerezas, sonrióse el Señor. y La música de las hojas, mistad por la República hermaY da su lección täl, veíase el pesebre de Belén le dijo: na. continuación dijo indirec La mamá lo lleva con su San José, el de las azu. el perfume de las selvas! la Exposición. Ya lo ves, Pedro, por no No consultámos entonces tamente, que la importancia del cenas, la Virgen y el Niño, el haberte agachado una vez, has Nuestra suerte venidera, Canal de Nicaragua había influí al niño que es malo buey, la estrella y demás acce tenido que hacerlo seis. Contra do en las referidas demostracio. desaplicado, sorios artísticos, trabajo de aV en alas de la esperanza nes. En contestación Mc Kinley Taita Dios lo vuelve fámado escultor quiteño.
pereza diligencia.
dijo: Le puedo asegurar que el Tuerto y jorobado. cata el por qué, desde en Lanzámos firias promesas. Cosa mona el Misterio! Alum tonces, una herradura en la ca No vimos que en torno nuestro espíritu de amistad que me hiNo te aflijas, filigranita de oro, brábalo, noche y día, una ma sa trae felicidad y.
zo a mí y mi Gobierno mani.
Se doblegaban enfermas que para tí tengo todo un alma riposilla de aceite, colocada en festar nuestro aprecio por el Sobre los débiles tallos cén de cuentos. Allà va uno, y medio de dos vasos con flores, Chito, chito, chito, principal magistrado de una ReLas flores amarillentas; que te aproveche como si fuera que doña Quirina cuidaba de Que aquí el cuento finiquito.
pública vecina durante su breve leche.
renovar un día si y otro tamY en aquel loco delirio permanencia aquí como huésped bién.
RICARDO PALMA. No presumimos siquiera de la nación, ha sido un tribuEsta era una viejecita que se Pero lo que, sobre tedo, atraía Que yo al fin me hallara triste. to lo más agradable y exponllamaba doña Quirina, y ques)mis miradas infantiles, era una iQué tú al fin te hallaras muerta! táneo, no solamente a la percena. Este documento es propiedad de la Bibloteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y juventud, Costa Rica
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