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LA PRENSA LIBRE vvvvvvv LEGTURA PARA EL DOMINGOS PARNU IELXGIL TROYO LA PRENSA LIBRENuestra Señora, con tal de que la hice esta promesa y ellas 110 secrymac rcrum, dice el poeta; milagrosa Virgen me lo salve. han burlado de mí.
como un anágico, de csas lágridice la acongojada mamá; y all otra le dije: pero tú, qué vic mas hace perlas.
sexto año va jorgito de la mano ines hacer por aca? debieras es Ah! sacrilegos, ah! pedantes y de Teresa vestida de gallina y ve. tar en la cárcel, ayer te condenó zanguangos que con tanta fresnida al niundo por obra y mila. el jurado por cierta cosilla, cura os proclamáis poetas y vaESCORZO gro de Nuestrn Señora de los in. Sí, me dijo, pero ando cum tes inspirados. vosotros no sageles, que se negaba a dar una pliendo una promesa que hice pa béis lo que es eso, ni las responsamuñeca la codiciosa pareja. ra salir libre; quien me las va abilidades que ese título impone. la par de los niños yan destilando pagar es el defensor. incrudo, un ilustre antepasamultitud de aferrados creyentes: Algo temeroso yo, que había do lega sus descendientes un aquí una madre vestida de monja sido jurado, me retiré de allí no nombre demasiado pesado, un Todas volaban. había allí que paga la promesa hecha para sin hacerme antes estas reflexio nombre tan grande que aplasta ci abrupto costado de la golondrinas solitarias de la Xu salvar su hijo del presidio, donde nes: Dien curioso es este espectá lá los que le portan después de él: loma, al borde del cenicien bia, de color azul metálico, de nie al fin jué pero del que gracias a la culo de la lé católica y el candor el nombre de poeta no puede ser 19 camino donde se mecen los jillas negras y vientre blanco; go Negrita volverá pronto: allá una de estos penitentes; así como lo llevado sino por espaldas de titaárboles ilenos de orquídeas, está londrinas griegas, cantadas por que guía una yunta de bueyes es de ingeniosa la idea de lus que aes. Calculad quc vate no signiuna sencilla vivienda que los es Teócritos, con los ojos pardo 05 cubiertos de flores y telas risto supieron hallar la Virgen y darle fica solamente cantor, sino tampaciosos algodonales circuyen. curos y la cabeza amarilla; golon sas, cumpliendo la suya por ha tai buen acomodo; y más que to bién y sobre todo victor, es de.
En las horas del día, el tinte drinas de plumajes lacios gar berlos escapado de una morriña; do, el que presenta la gran mul cir, vencedor. Soldado de la luz, melancioro de su techambre se gantas de castaño viro; y golon aculla otra que revela dentro dei titud de curiosos devotos que an. es y debe ser intomable invenci.
enciende con los lampos de la luz arinas de costa, con el pico car disfraz una niña elegante que damos aquí en tan inmenso nú ble: Si lo hostilizáis causa de del cielo; un hálito caluroso se es mesí; y golondrinas de mar que prometió para que la Santa po mero.
sus odas, os atacará con leyenparce en el ambiente y del fon Imoran en los bancos de arena y la enamorase sino de un mucha Luego me di ini vuelta por la das, y si po con canciones, y si do de la selva escápanse, veces se hunden en las olas bajo los úl cho galán y rico; más alla Iglesia de los Angeles, arranqué no, con sátiras, y si no, etc. Vsi olores capitosos, como las exha timos fulgores del alba; y golon más acá, conjunto de penitentes piedras de la fuente milagrosa, por ventura le oponéis un ejércilaciones de los grandes festines. drinas leonadas, y cípselos de iris sacrificados redimidos, en mil donde me enjugué ci rostro, llene to, entonces, como César, golEs una casa de rústico aspecto, soñoliento, y golondrinas de los distintas trazas y cuyo número me los bolsillos de ellas para que peará fuertemente el suelo y exy su imagen se refleja sobre la pantanos y también golondrinas pasa de mil, que destilan en in me sirviesen de amuletos y rega clamará. Veni Creator spiritus. grama marchita; se enroscan en de río con los pies rojos. mensa prosesión delante la dora iarles mis amigas de por acá: y vuestras huestes serán venciredaderas de tallos espirales en da y bien prendida Virgen, que piedrecitas arrancadas de un pi das, oh! tiranos!
Sus columnas; ante ella la planicomo Santa acaudalada y mila ión que tiene la singularidad di Emilio Pacheco no es un águicie, en pintoresco panorama, con! se fueron dilatanio en el es grosa, viste sus regios regalos, vina de crecer durante el año lo la; sin embargo, es poeta. Sobre suavidad se desarrolla.
pacio, y cuando llegó la noche, manto de oro, perlas, rubies bri que se le arrancó el pasado; y todo, es un letrado que tiene pleV allí las golondrinas reposan, ia silenciosa muchedumbre de a llantes y esmeraldas.
presuroso tomé el tren de San Jo na conciencia de su deber, el cual cuando el día nace; el alero cubre ves trasponía la comba de la cor El trayecto, aunque no muy sé, que traía multitud de vagones se halla proporcionado su polos nidos que en la cúspide de las dillera. poblada de cúmulos y largo, si es demorado: del templo donde por fortuna nú me asfixié, der. El poeta es esencialmente ciparedes han formado.
sombras plomizas.
de la Soledad al suyo, la Iglesia debido la suerte de haberme to vilizador y combate contra toDurante la mañana el sol dora SYLOK.
la campiña; el cielo ostenta celade los Angeles; y para evitar los cado venir en trenza dentro un das las bajas pasiones y los videsvanecimientos y el ayuno pro grupo de señoritas que la par cios degradantes. Leed en Odas jes delicados y refulgen los picos BAZAR DE SAN JOSE longado, los devotos mantudos mía venía de pie en los balcones Breyes y Leyendas la poesía intiincorrectos y negruzcos de los tulada Adelante. y allí encon ALMACEN DE MUEBLES levan su almuerzo, que general de un carro.
montes. llegan en turbas los Mata, mente consiste en incitante ojalADÁN SABORIO. traréis bien definida la misión vencejos, que ostentan el plumaje QCINA DEL PARQUE CENTRA dra de pan que va ensartada al alta y compleja del letrado. Dende nieve de sus cuellos, y los de cuello dei penitente, para masti COLABORACION tro de poco se representará su pranisos, con el ardor de la costa La pasada de la negrita car cuando alguien golpée la primer drama, intitulado Veaen el carmín de sus barbas; y mipuerta del vientre.
ganza de poeta: todo ese drama les de golondrinas de dorsos azuODAS BREVES LEYENDAS Hay incrédulos para quienes Aunque despacio y tarde, al fin no es sino una lección altamente les y pechos nitescentes.
la te na desaparecido ante el ex se llega al templo de los milagros moral. Alejandro Duinas hijo de Todas vuelan por los aires en plendor luminoso de la luz eléc ylas promesas: los unos al en Breves y Leyendas; pero la extra maestra y se clebe izostrar tal Pensé escribir aigo sobre Odas cía que el autor dramático se anchos círculos, y el ala temblo trica, del silvido de la locomoto trar se descalzan, los niachos su ma pluma que se halla mi ser desde su primera obra; y que si rosa dibuja órbitas extrañas en ra, ci eco de la palabra convin ben de rodillas; y sobre todo los vicio se resistió: Pluma fuí, me su primera pieza es mala, nunca «i espacio iluminado; sus cuerpos cente o del razonamiento de las más sinceros, los grandes peca dijo imperiosa, de un ave de las llegará ser buen dramaturgo.
se nienden en el crespón de las nu ideas del filósofo de este siglo a dores, los deveras atendidos y alturas, y gusto de los amplios Aplicando esa sentencia, creo que bes que vagan en lo alto; sus pe: teo; pero estos descreídos juzgan que van expiar quién sabe que horizontes: en lugar de tratar de Emilio Pacheco no se entiende queñas colas, estremecidas por el el mundo por sí sin detenerse a grandes culpas, á pagar cuál esa obra poética, hablemos me mal con el teatro.
vértigo, se esparcen en abanico. observarlo ni por un momento ruego bien atendido, les he visto jor del poeta.
Luego descienden con pereza, cru por fuera, estudiar el mundo subir la Iglesia de rodillas con eEn resumen, señores: no perzan los árboles, caen oblicuamen cristiano, sobre todo, este que norme piedra en la cabeza, en obedecer. Que Emilio Pacheco es leed de ki todo cuanto podáis no hay remedio. es preciso dáis de vista Emilio Pacheco; te en los tejados y pían con dul habita en lo que los europeos ta red echada hacia la espalda, ha poeta verdadero, nato, es una haber las manos. reconocedlo zura en torno de sus nidos.
man la bárbara y salvaje Améri ciepdo mil esfuerzos, que muchos cosa que Núñez de Arce ha decla como nuestro poeta nacional, pues Después viene la tarde; su tibia ca, no sé si con razón o sin ella. no pueden sobrepujar y caen des rado, y que todo el mundo sabe ampliamente justifica ese título.
claridad todo lo ilumina, con una Aquí vivimos aún muy primiti ranecidos en el pavimento.
lumbre trémula, semejante al rít. vamente; gozamos todavia de la en nuestro país. Que Emilio Pa Muchacho en extremo modesto, mico parpadeo de las estrellas. ingenuidaa y caldor propios de exhiben los ricos obsequios he es una verdad que nadie ignora ninguna de sus obras. Și nues Dentro del templo, en urnas, se checo es nuestro poeta nacional, hasta ahora no había publicado Nada se agita entonces; el sol se los tiempos medioevales: testi chos la caritativa y benéfica rá dentro de poco tiempo en tros gobernantes se rindieran oculta entre las nubes de tonos monio vivo de esta idea es la ties Virgen: aquí donde hay un man nuestra tierra. pues detrás de perfecta cuenta de lo que son los que descienden desde el carmín de tra señora de los Angeles, santa se lee: Doña Catarina Lobos a la primera, vendrán otras obras, dad, hace tiempo que se habría las púrpuras cortesanas, basta el milagrosa que vela sobre Costa nuestra Señora por haberle cura vendrán nuevas canciones, yen; dado facilidades Emilio Pacheoro de los trigales áticos. Se o Rica y sus ticos, como velaría u do un cáncer. en otra: Don Gu drán estrofas, dramas, armonías! co para que explote la mina de yen canciones lejanas, que el foco na madre por su casa y sus hi mersindo Templos, por su próxi. Una vez que se ha picado livresu numen.
jos.
de la selva y el mugido perezoso Hallada ya hace más de un si mo ascenso al poder. y así. na, la mina es inagotable. Decir exige dos elementos esenciales: de los cansados brutos.
tros, que un verdadero poeta puede la meditación y la inspiración. glo por una chola dentro de las piedras de una fuente inmedia En la prosesión le decía yo liegar agotarse, allá se va con Para la meditación se necesita Faé en los últimos días de pri ciones de la ciudad de Cartago, cierto dizfraz quien creía recose, que el pájaro va a desapren te, todo lo que tiende alejar las mavera, cuando las golondrinas ha merecido de sus devotos que nocer: se mazcharon para no volver se le levante una capilla en el lu. tú qué andas haciendo a da aurora le inspira. la dife. rial, favorece la meditación.
der el canto que la ilegada de ca preocupaciones de la vida matepunca. Al apagarse el crepúscu gar de su aparecimiento. Es una quí; qué te concedió la Virgen?
rencia del ave de los bosques, Pero, según parece, todas esas lo se fueron por los aires, en ban aiminuta obra de piedra tosca. Cuando yo comenzaba era cuando herido, el poeta canta cosas son puras solfas para mudada multiforme, y todas se me pero grande en obras milagrosas pobre, andaba descalza; después más. Las mejores flores de la chos seudo estadistas la mocían en un vuelo de giros raros, y prodigios.
como tie curvas cortadas por el tüve más amigos y por tanto poesía salen del estercolero de derna.
Que el niño de Petrica se muere más dinero; quise comprar zapa los sufrimientos, y. si no, que lo Teléfonos intalaciones de campanillas capricho de la luz que se retuerce de corridas: ie llevaré vestido tos y rebozo bonito; pero como diga Job, que fué viejo, Byron, eléctricas en rayos ondulantes.
de gallo el día de la pasada de las muchachas me hacían burla, que murió joven. Meae sunt la BAZAR DE SAN JOSE IV VIII CLAUDINA EC 3A 22E Poes 051 2n canto WAL (FRAGWEXTÓ) Una vivienda sobre tosca piedra Bordada por la hiedra, Donde la dicha humana se adivina, Como blanca paloma en la pradera Aquella mansión era Donde moraba la gentil Claudina.
II Fresca rosa del valle solitario Perfuinaba el santuario De aquel hogar donde feliz vivía. Angel del cielo que a la tierra vino Con el sublime sino D: trocar el dolor en alegría. III 1:a su hermosura me quitó el reposo cual niño medroso Yo temblaba al llegar su presencia; Mi corazón latía emocionado Al hallarme su lado, Cualsi un crimen turbara mi conciencia.
La confesé mi amor. Ella indecisa Con virginal sonrisa El secreto de mi alma hubo escuchado; encendiéndose en púdicos sonrojos, Me dijo con los ojos Mucho del corazón, que no he olvidado. Entonces mi amor loco me entrego cual mundo de fuego Que titila en el ancho firmamento, Por doquiera su fúlgida mirada En el alma clavada Fue estrella que alumbró mi pensamiento.
VI Comenzaba encenderse el horizonte Tras del vecino monte Al ocultarse el astro soberano, Cuando embriagados en el mismo anhelo libres de recelo Su mano se enlazaba con mi mano.
Ella extasiada en mi sin par rectura Pagaba con ternura Mis fogosos arranques de cariño. Oh delicioso estado en que la vida, Resbala adorinecida Cuando ama el nombre con candor de niño!
IX Era yo tan feliz, la amaba tanto En el supremo encanto Al describirla mi constante anhelo, Que del amor en la embriaguez soñaba Que una visión me guiaba Como Beatriz al Dante por el cielo. Ay! cuántas veces recorriendo el prado Del frondoso collado Guarnecido de nardos y de rosas, Por una idéntica atracción buscadas, Tan sólo con miradas Nuestras almas hablaron tantas cosas!
XII Indescriptibles horas de la vida Que dejan esculpida En el alma con cifras eternales, Del corazón alguna triste historia Que guarda la memoria Como esencia de sueños inmortales.
XIII Cuando orar nos llamaba la campana De la ermita cercana Que veneran piadosos moradores, Alzábamos el canto que se entona la santa Patrona La veneranda Virgen de Dolores.
XIV arrodillados en la santa ermita Con el alına contrita Por la fé que deifica los anhelos, Volaban a la Virgen nuestras mentes Invocando fervientes El poderoso amparo de los cielos. XV Mas todo tiene fin, y mi ventura Trocóse en la amargara Que en venenó el amor de mis amores, en mi empeño tenaz con lo imposible, Llegó el instante horrible En que sentí el dolor de los dolores.
DOXIXGO MONGE ROJAS.
Dicbrc. de 1898.
VII Crozábamos de un bosque entre el ramaje el lozano follaje Nos brindaba selváticos olores; Yo delirante de pasión cortaba Las flores que encontraba, la cubría por doquier de flores.
XI ¡Cuántas veces posados en la alfombra Del césped, la sombra De un árbol que doblaba su ramaje, Pintándola mis sueños y ambiciones Ay! nuestros corazones Desposábanse en santo maridaje!
APOLLINARIS NACIONAL.
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