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Comprobaciones Históricas cosas. LA PRENS LIBRE PRENSA LIBRE Lo mejor será despedirla y san busco amor, amistuil, virtus. justiein y on balcolicho porque nada orucniro.
TUT tas pascutits. Iso es; ya 110 para en la casa.
Bure, y rewijs de cansanein, Cuando llegó no quchrab, un ante templo de luz: el intinit, Jiuntilde y forrJrO90 JO JONOTO plato la nosquitit muerti; yo te de mi sublime Dios: el purusamiento!
Antología nía que ciseñarle las cosas pornacional Que me causó tu amor!. amor maldito Que arrancar no he logrado de mi pecho.
que era una conchona de marca RAFAEL GUTIERT.
y ahora tiempo le falta para anVabro los ojos en la sombra entonces, Costa Rica 1899.
dar pajareando. La atrevidona Cuando la media noche me despierta Mientras que mis oídos El medroso aullido cuando no estoy, se pone de mis Llegan los melancólicos tañidos De mi perro, que acaso mal dormido polvos; se sacó pava, y para aliDe los lejanos bronces rio de inales, ine pidió plata para En el unibral oscuro de mi puerta, croco soñolierto, De los trasnochadores el ruido Los recuerdos queridos comprar u1110s zapatos.
Como al medio día la criada Oye en la calle lóbrega y desierta; Que llenaron de luz mi pensamiento; aparcció con el niño. punta El señor don Ramóni Zelaya el alerta Recuerdos, ay! de las difuntas horas Del gallo, de réspices se desahogó doña experimentando, como experiEn que bebí la luz de tus pupilas Tremedades.
Que en las hondas tinieblas sumergido menta, un placer incalculable con Negras, pero brillantes como auroras!
Indalecia salió un momento esos hermosos espectáculos, coČela, ampara y vigila su serrallo, más y entendiúse con una criadi mo son las intelectuales estacaMe incorporo en mi lecho. Por qué os fuistéis tan presto, horas tanquilas, lla vecina, mozuela tarasca y ma das, ha publicado en las columMe incorporo y medito ¡Vuertas encantadoras!
la, de un barrio cercano, venida nas de La República dos artícu.
En el daño espantoso que me has hecho, En el mal infinito JULIO FLOREZ.
San José, no por necesidad sino los con el fin de combatir el follepor salir de su esfera lugareña. to que, con el título de Compro.
De regreso, Indalecia con aire baciones Históricas, publicó en Bosquejo de costumbres nacionales con periódicos; arregle, pues, sus fijo en la rodilla y la cara puesta de altanería y la postura de un Guatemala, recientemente, el Lisobre la niano zurda.
sargento primero, pidió su remu cenciado don Rafael Montúfar.
LA DE ADENTRO Indalecia, hallándose sola entre Cinco meses contaba su Inda neración y dijo que se las larga Don Ramón no quiere decirnos aquellas cuatro paredes, sin nada lecia de vivir en San José; muchos ba. si tuvo no desilusión al conI que oliera al solar nativo, lloró sábados hab a cruzado con ella Sucedió luego lo de siempre; cluir la lectura del folleto, peRecostada en la vergüenza de su poquito, interin desataba el promesas inolvidables; le deses por la noche, la luz difusa de ro es lo cierto que tercia en el dela puerta y con los brazos cruza lío que los cuadriles trajo; con peraba no tener aún lo necesario las lámparas cléctricas, pasaron bate y propósito del libro hace, dos, La Conapa se despedía aún, mucha minuciosidad sacaba la para el casamiento y sobre todo dos mocitas taconeando recio en en su primer artículo, algunas con la mirada fija allá, muy lejos, frasada roja con pringues, y la temía que Indalecia le olvidase. las aceras y echando sapos y ter consideraciones dogmáticas, pe.
en el recodo del camino, de su hi tendía sobre una tijereta; vinieron Bien es cierto, que yo por indica nos de doña Tremedades Piedra; ro distancia muy lejana del ja, la cual apenas se columbraba, luego varias enaguas que colgó ciones de él, envié la chica niás una de ellas era Indalecia. punto de discusión.
envuelta como iba en una nube de un clavo; unos bizcochillos que de diez cartas amatorias las Esta vez hizo su extreno en el Las disquisiciones insustanciade polvo y dánsole plomo en la coñapa le acomodo y un esca tortilleras de diario le traían re chiribitil de las bartolas, como les, y el juego de palabras improlas espaldas los rayos picantes pulario del corazón de Jesús, que caditos halagadores.
quien dice, en la antesala asque pias de un asunto serio y acaso de un sol de marzo. La Conapa prendió a la almobapa con un Pero todo en balde: Victoriano rosa de la prostitución desentre la fofa ironía de un cúmulo de lanzó un hondo suspiro al entrar gancho. Este era todo su ajuar. quería vigilarla y su deseo con nada, y viñu ser un miembro frases hechas, no dan luz en una la cocina, y enjugándose con Como gallina en corral ajeno, sistía en atizar la hoguera de la más de ese gremio creciente y lle polémica de interés histórico. Enla gola de su camisa un par de así pasó Indalecia el resto de pasión para que no se apagąse, no de liviandades de las mujeres tonces já qué ese conjunto de fralágrimas, grandotas como cuen aquel día, sin bajar bocado, sor Sin más ni más una tarde echó públicas.
ses sin importancia alguna que tas, exclamó: Bien dicen que la bido el seso con los recuerdos de se la espalda un par de alforIII el señor don Ramón pergeña con necesidad tiene cara de caballo. la aldea, los paseos los potre jas; amarróse al cuello la medida motivo de la dedicatoria del foDos hijas le mandó Dios: una, ros, las agrupaciones de amigas de San Rafael, tan milagrosa y Victoriano, ya con nosotros y lleto del Licenciado Montúfar?
desgraciada temprana edad en la acequia de su casa y esos con la cual hahíase conseguido terminados los tres meses de su La dedicatoria está consagrapor un guarda aventurero, ago. mil detalles humanos que consti una muchacha tan guapetona reclutamiento, sufría con las no da al Partido Liberal de Centro biada a la sazón por el peso de yen la novela de nuestros prime como la que le tenía loco; despi. ticias que las tortilleras le daban. América, y don Ramón se concreun racimo de chicuelos y por una ros años.
diose buenamente de nosotros. Quien ve tu novia; ya no ta, en su primer escrito, censulabor continua labando y aplan Los días siguientes fueron un alistóse en las filas y poco des habla; parece una española por rar dicha dedicatoria, con lucuchando ropas agenas; la otra, remedo del primero: más le gus pués vestido de mezclillā, aseguró lo compuesta decíanle burla braciones incoherentes, talvez paIndalecia de nombre, la vió par taba estar en su cuarto viendo un peso diario como simple reclu burlando.
ra remontarse en alas de su pentir con dolor de su alma momen las enaguas que estrenó para Se ta.
El sábado próximo fué San samiento y demostrarnos el potos antes y aún le sonaban en mana Santa; antes de que rayara ¡Qué bien la pasaba entonces. José. Esa madrugada amaneció der de su imaginación grandiosa sus oídos las frases de: María la aurora se ponía en pie y extra las horas muertas y sus anchas, oscura y de mal cariz, como a y la fuerza de su lógica sofistica.
Santísima te lleve con bien hijiti ñaba la poca vida que en la casa sentado en un banquillo de las quella dichosa en que halló In: Dice don Ramón que esa dedica; portate como Dios manda pa había, sin el silbido de los yigui fondas del Mercado, con Indale dalecia. Sin duda que la vería! catoria, cuyo motivo debe ser que te dejen venir; eritá las ma rros, el revoloteo y algazara de cia a su diestra charla que te iCuántos sábados no pudo 10 más claro para el autor que para las juntas.
las aves campestres y todo lo que charla. Baste decir que así estu grar su intento porque su prevel lector. haría suponer que se En efecto, ser la de adentro da animación las escenas del vo todo un santo mes.
tendida no era la tempranera de trata de una discusión de ideas y en una casa de la capital iba In terruño.
antes y acostumbraba levantar de un debate doctrinario. La dalecia. La señora Tremedades Corría el de Noviembre. Por se tarde.
dea es el elemento más simple del Piedra, josefina que había pasa Llamó la puerta y una ancia pensamiento, y no hay conjunto do en el pueblo la anterior tem lecia el mes primero de su servicio gando un niñito en los brazos se Así las cosas, corrió para Indalas mañanas mi conterránea car nita salió mar la leña.
de proposiciones, ni frase, ni pa.
porada veraniega, la pidió a su más largo que una letania. Dígame la preguntó se le labra que no exprese multitud de madre, prometiendo cuidarla ideas y por ende, toda discusión mucho y no deshacerse de ella, ro, cuando aun las brumas cobi ligero le parecía pesadísimo y hace días diaquí.
Un sábado entre oscuro y cla Parque Central. Aquel ejercicio podrá hablar Indalecia No señor, porque ella salió tiene que ser irremisiblemente porque le agradaba la conducta jaban a San José, dejando ver muchas ocasiones se tendió con discusión de ideas, aunque quien arregladita de la muchacha. apenas la mole confusa de los indolencia en los escaños de ma llaré hora. habló Victoriano argumentos sacados por los caSea por Dios. onde ha discuta sea un payo que presenta La cual, al retirarse no sólo de edificios y sin más ruido que el de dera. Cuánto degeneró su tem a la vez que llamaba sus bueyes, bellos. La dedicatoria no haría jaba impresión en el ánimo de su las locomotoras en la Estación, peramento campesino. ella que y se calaba el pacaca hasta las suponer que se trata de una dismadre, sino también el vacío de alguien llamó la puerta de la iba vender huevos diariamente orejas para que no le viesen llo. cusión de ideas; ella viene al la ausencia en los amigos del dis casa, situada por el parque de desde un kilómetro de la capital! rando.
trito San Juan de Dios, por más Morazan.
frente de un libro que, sin supoBajo la capa de polvos de arroz señas que bien la querían y har, EL LUGAREÑO.
Indalecia corrió levantar la se perdían las oleadas de sangre 23 11 99.
ner, discute ideas, para usar el to sintieron la separación suya, aldaba del portón y. oh alegría. que antes tan puras bañaran su término de don Ramón. Una otoda vez que Indalecia era el me apenas se halló cogida de manos rostro; la frente despejada de bra, dice don Ramón, debe ser jor tipo de la vecindad, con aque a boca con su Victoriano, un le otro tiempo la sombreaba un juzgada en ella misma, según su lla sū recia contextura. aún ñador hecho y derecho, su novio mechón de cabello, y el rebozo ¿QUE?
objeto y según los medios pues.
nos parecía verla muy ufana con querido plantado ahí, tales ho que en la aldea cubriera honestatos en práctica por el autor.
la sortija de carey puesta en el ras, sin más abrigo que su cha mente su cabeza, caía ahora con AL POETA CÉSAR BORJA Siendo así ¿cómo es posible supodedo del corazón y comprada por queta de jerga y bajo una silam descuido a la altura de las cadener, en vista de la dedicatoria, su novio en Puntarenas, los are pa densa, capaz de calarse hasta ras. Al meneo de su cuerpo euan el rápido placer, ni el sufrimiento No la ilusión fogaz de los acorrº, que se trata de un debate doctrinario? Si la tesis es doctrinaria tes que pendían de las orejas, en los huesos. El palique se redujo do andaba, respondía el murmu arrancan estas actas discordant el el debate tendrá que ser, sin disprimor de su busto y una peineta y respuestas, ofrecimientos y broá memorias y saludos, preguntas llo de piropos de los estudiantes del ocuro rincón de roi cerebr. Varias veces por atender a los Es la verda3 tangible lo que busco puta, doctrinario. Pero tratánen la cabeza, como domando la dose de la narración histórica de onda alborotada de su pelo.
ofrecimientos de un oficialillo, con la eterea cración del pensamiento.
Victoriano descargó los troci descuidó al párvulo, cuando éste que de calor al vitalic. o e 1erpo.
ciertos acontecimientos pasados tos de leña, mientras tanto Inda lloraba fatigado de calor.
no puede suponerse, no ser por No perdía la campesina movi lecia le servía una taza de café. Con qué satisfacción recibió la que alumbre las tiniebias de lo elerao Bu. co en las sombras de la vida ua astro igvorancia, que su debate seą.
doctrinario.
miento ni paso doña Tremeda un abrazo de hermanos fué la vuelta de Victoriano, quien ya le. a ciegas continúo en mi camin. Don Ramón quiere, quizá, disdes. Esta, después de recibir a despedida, quedando ambos en fastidiaba con sus sencilleces y es infructuoso mi tənaz empeño?
cutir ideas y por ésto, antes de Indalecia, se ocupaba ahora en verse al otro día en San Juan, prefirió el efímero cariño de un Arte la plenitud de los arcano, entrar en cuestión y de dictar el ponerla al tanto de sus obligacio pues por sus buenos servicios In oficial, las promesas con que la en que el mundo falaz camina enýaelto, fallo de su autoridad, se entretienes, enseñándola todos los de dalecia tuvo permiso de doña colmaría el recluta en lo porve se eclipsa mi ambición por lo ignorado caal se eclipsan los astro3 en el cielo.
partamentos de la casa.
Tremedades para marcharse su nir, ne, erre que erre, en un debate Este es el jardín. decía con pueblo. cada reprensión que el ama algo llega mi sér, lo regenera, doctrinario, cuya elevada doctri.
na se basa en la dedicatoria del muy buen modo doña Tremeda. Por de pronto, con un baile de la daba, los labios que en otros me devuelve la luz, el movimiento, libro. Es de creerse que ella en des hay que regarlo mañana y amigos celebróse su llegada, y días se recogieran para indicar La vida de los seres es el tiempo. nada contribuye al éxito del fo.
tarde; los dormitorios más asea consigno aquí la observación de resignación, se desplegaban para Olyido entonces mi anhelar constante lleto, ni agiganta los razonados que otra cosa, y el piso, lim un compañero, para el cual, In soltar frases de descontento y de de conocer de la existencia el verbo, mientos que encierra, ni altera pio como un espejo; con la sala dalecia no era ya muy católica, seos de retirarse del servicio. dirijo los miradas por el mundo los documentos contiene, nitam.
otro tanto.
pues advirtió en ella ciertos rede ingratitudes y de infamias lleno, poco en nada lo desmerece, aun. Indalecia pasaba por las al milgos propios de ese mundo las, Don Agapito apenas había y miro la justicia, que periode que don Ramón afirme lo contrafombras, como temerosa de ensu timoso de las criadas. Induda traspasado el zaguán de su casa, mientras manzilla la inocencia augusta rio. La dedicatoria puede ser hociarlas; era tan tímida que no al blemente los requiebros del hijo cuando doña Tremedades, hecha y la noble ho rad »z del indef nso. menaje de simpatía, de cariño, de zaba mirar los retratos; abría mayor de doña Tremedades, la un energúmeno, le enjaretó de respeto y admiración que se tritamaña boca ante el album de charla con la cocinera, amén de buenas primeras lo que sigue: En uentro la Virtua, dsbil, rendida fotografías; por curiosidad ins las compañías con ciertas camadel lujo fátuo ante el brillir eterno.
buta un individuo, una socie Yo no sé qué hacer con ese Hallo el amor. aparición dichosa dad á un partido; más nunca tintiva tocaba los jarrones; y así radas de la vecindad habían in rayo de Indalecia. Mira las ho en los principios del placer supremo será baldón de la obra dedicada, ojotes ponía al recorrer de un fuido mucho en sus portes.
ras que son (diez y media de la y luego ug rogo que el estío apaga ni demérito del autor y del asunvistazo las paredes.
mañana) y no llega con el chi cuyas cenizas de parrama el viento.
to, ni motivo de doctrinas, ni de Doña Tremedades, observadoII quito para darle la leche; ya no Amistad! Amistad! palabra hueca fastidiosas discusiones de ideas.
ra siempre, apreciaba en aquella Para el labriego nuestro empie es la misma de antes, se ha vuel Yo busco su existencia Imolareneuentro: Si así no fuere, los folletitos que rústica el conjunto de preocupa za con el mes de agosto un tre to la trampa.
y de su amor el perennal re:uerdo. algunos estudiantes de derecho ciones de su condición humilde. cho largo de tiempo, durante el. Ahora, cuando venía de la publican raíz de su incorporaEste es su cuartito concluyó cual el trabajo escasea y son po oficina respondió don Agapito, coronas de laure:es como premio, La gloria es ilusión; el mundo ofrece ción en el foro, cuando llegan el ama; lejos de la cocina y del cas las labores campesinas. Al un si es no es risueño, al conside y son orticas que la sién abrasın integrar el gremio de los doctoexcusado; aunque esté cerrado de go de ésto pensaba Victoriano rar la bravura de su costilla la ocultas sierpes de mortal vereno. res, folletitos que ostentan dedi.
tablas el viento no se mete en aquella mañana encajado en el ví muy emparrandada en el Par Por eso busco Dios en lo izfiaito catorias empalagosas, tendrían, chifiones porque está empapelado tiñón de la carreta, con el codo que con una nube de criadillas. para quemar ante su altar incienso; Ten cuanto a la dedicatoria, granmas.
APOLLINARIS NACIONAL.
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