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LECTURA PARA EL DOMINGO Si. LA PRENSA LIBREzos pendientes y la boca abierta. es en Madrid la primera. que son su carácter y las que han. Con que eres tú. exclamó. Qué haces aquí? le pregunta, empujado el mundo muchas la mujer.
con voz desabrida y seca, veces extremecido. Sí, soy yo un dependiente, empujando Jóvenes fueron los que levanta ¿Eres Martín? preguntó Le la niña hasta la acera.
ron Francia cuando la Gran DE SANGRE ROJA vesque. Déjeme usted. Si es que estaba Revolución, jóvenes los vencedo No lo he dicho ya. mirando aquella muñeca. res de Valmy y los generales que. Vaya! Retirate pronto. de dónde vienes. rechazaron las huestes invasoNo soy vasallo de la nobleza. De la costa de Africa. Nau. Dígame usted. Cuesta mucho. y deja libre la puerta.
que ní ante reyes me rindo yo; ras; Washington los 23 años allá en mi cuna la Hada Pobreza fragamos en un banco, y Picard. Quieres marcharte, chicuela. tomó la dirección de la guerra, con sangre libre me amamantó.
Matinel y yo nos salvamos na. Será muy cara, verdad? Bolívar fue joven y jóvenes amePor eso erguida va mi cabeza do. Arribamos a una isla inme. Lo que es como yo pudiera. ricanos lo secundaron.
y en mis pupilas siempre se vió diatamente, y alli los salvajes. El demonio de la chica. La juventud es la que imprime algo de aquella pobre tristeza que trajo Cristo cuando nació.
nos han tenido cautivos doce a Pues no quiere comprar ella. el rumbo a los pueblos: cuando Aunque plebello, vivo engreido ños. Picard y Matinel han muer. Lárgate pedir limosna ésta se corrompe, el pueblo se que gloria tengo del pueblo ser to y yo logré, hace poco, refu y déjate de simplezas.
hunde: díganlo Grecia y Roma y el mayor timbre que yo he adquirido giarme en un buque inglés que La muñeca que te gusta de les últimos tiempos: al cones el derecho de mi altivez, me ha desembarcado en Cette.
vale un duro, conque fuera. trario, la juventud vigorosa y porque mis labios nunca han sabido besar la mano de ningún rey.
La Martín se echó a llorar comoral de los boers, abate la mo una niña y se oculto el ros.
Marchóse la pobre niña poderosa Inglaterra con todas ocultando su tristeza.
II tro en su delantal.
sus tradiciones y vegestorios.
En vano pide limosna. qué vamos hacer aDesgraciadamente los países Roja es la sangre de los campeones, Ninguno escucha sus quejas.
hora. preguntó Levesque.
donde los jóvenes no levantan su desfallecida y débil roja la frente que luce el sol. Quién es el marido. dijo cruza calles y plazuelas vista al cielo y la fijan en las es.
rojas han sido las redenciones, Martín.
rojas las glorias de Napoleón.
recordando en su amargura trellas luminosas, sino que la si le grande de las naciones. Yo contestó Levesque. la tentadora muñeca.
clavan en el terruño, que viven está en lo rojo, prefiero yo yo también repuso el made pan y no del alma, que su sená la azul sangre de los Borbones, rinero ¿No son mis hijas esas. Caballero, una limossa timiento no vibra las ideas de la roja sangre del Gran Dantón.
dos muchachas. esta pobrecita huérfana. pundonor y patriotismo, todo ¡Hurra, plebellos! Haced del mundo. Déjame, que voy de prisa. se corrompe y se degrada.
para vosotros un pedestal. Por Dios, señor. Aunque sea Triste es un país así, sin esperomped los tronos, odiad tiranos. Qué crecidas están!
un céntimo. Tengo hambre. ranza de brillo y de nombre, con.
que para el pobre, todo es demás. Pero como resolvemos esta. Pobre niña! Me da pena. denado a vivir en la ignominia y y que yo os oiga cantar en triunfo cuestión. repitió Levesque. Toma.
li un himno rojo de libertad. del mendrugo que le arrojen so Como tú quieras. Yo no de. Señor! Si es un duro. bre la argolla.
ENRIQUE LOPEZ ALBUJARO.
seo perjudicar a nadie, después Te lo doy para que puedas, En pueblos tales, las concien Peruano de mi larga ausencia. Yo tengo siquiera por esta noche, cias honradas deberían volar dos hijos y tú otros dos, y cada tener buena cama y cena.
mejores regiones donde haya luz, El Regreso. Para mí es un forastero con cual debe cargar con los suyos. Déjeme usted que le bese testó la madre. Voy interro Respecto a la madre no sé qué la mano!
para evitar el contagio y prosegarle.
guir la generación decir. Pero la casa es mía, por Quita, tontuela.
El mar azota la costa con su Pero no, no es concebible puemonótono oleaje, y la aldea, siLa mujer salió al campo y se que en ella nací y porque me la. Que Dios se lo pague usted!
Un duro Estoy más contenta. blo así: en el mundo todavía Haacercó al desconocido.
tuada al pie de una colina que legó mi padre al morir. No será falso, verdad. rimán no ha vencido Ormay. Qué hace usted ahí? le pre. La Martín seguía llorando y. Cómo, muchacha į Tú piensas. todavía se respira pureza y se ven desciende hacia el Océnno, se caguntó.
las dos muchachas contempla. No, señor. perdone usted.
lienta al sol. Estoy tomando el fresco y no ban con asombro a su padre.
bien claros lo blanco y lo azul.
La casa de los Martín Leves: hago mal a nadie. Está acaso Pero. vamos. la sorpresa.
Donde estos colores están enque se halla aislada al borde del prohibido sentarse en el camino. Levesque. Se me ocurre una idea dijo Si voy a volverme loca carcelados, algún día harán exde alegría Quién dijera.
camino.
Ante aquella especie de choza volvió la mujer a su casa.
No sabiendo qué contestar, plosión que volverá ciegos los. Vamos ver al cura para Que Dios le premie en el mundo y le dé la gloria eterna. que viven en la sombra; y enton.
de pescador hay un diminuto que decida la cuestión?
El día transcurrió lentamente, ces se verá bien claro el luminoso huerto, cercado por una valla de y las cinco de la tarde se reti gle hoy mismo. Sí, es preciso que esto se arreY apretando entre sus manos camino que conduce la inmormadera.
convulsivas la moneda, ró al fin el desconocido.
talidad y la gloria; al progreso; El marido ha salido pescar, y. Pobre Martín. Exclamó la corrió por la calle abajo Levesque regresó cuando era infeliz mujer, dando un abrazo veloz como una saeta.
y la civilización de la humani.
la mujer se entretiene en recomdad: el camino del deber, de la poner unas redes tendidas en el ya de noche. Le contaron lo o su primer marido.
dignidad, del patriotismo, que currido; pero no hizo caso de lo huerto. Junto ella están una No perdamos tiempo repuso la mañana siguiente ha tocado siempre a la juventud muchacha de catorce años y otra que le dijeron y se acostó tran Levesque.
se comentaba en la prensa expeditar.
de trece, y corta distancia dos quilamente, después de haber ce Esperad un instante dijo la el hecho de haberse hallado nado con su familia.
iJóvenes, dormir ya el soporoniños de dos y tres años, respec.
madre Hijas mías, abrazad en el quicio de una puerta, tivamente.
Al amanecer reinaba un viento vuestro padre.
so sueño del olvido, matar en el el cadáver de una niña alma las ideas de ambición y esNadie habla, cuando al fin rommuy fuerte, y el marinero com Las dos jóvenes se acercaron abrazado una muñeca. peranzas nobles que se abrigan pe el silencio la mayor de las jo prendió que aquel dia no era po temerosas Nartín y cumplieVITAL AZA.
sible hacerse la mar.
en todo pecho viril y nuevo, no venes para decir: ron la voluntad de su madre. El las nueve de la mañana, la infeliz naufrago besó con efusión ver horizonte, ni porvenir; vivir. Mamá. Mamá. JUVENTUD hija mayor, que había salido á sus hijas y salió de la cabaña. Qué, hija mía?
en las catacumbas!
Será posible. Ahí está otra vez ese hombre comprar pan, volvió a su casa en compañía de Levesque. Es la hermosura, la lozanía, el Rebullirse en el sueño mientras Las pobres mujeres se hallan co viendo y en extremo emocio.
Al pasar por delante del café empuje de los primeros años de nada.
suena el estruendo de la batalla sumamente intranquilas porque del Comercio, dijo el segundo la vida; el ángel de la fuerza y el lo lejos; ser fuego, ser fuerza y con desde las primeras horas de la. Mamá exclamó ahí está marido al primero: vigor del espíritu y de la mavertirse en nada; saber que exismañana anda rondando la casa otra vez ese hombre. Entremos tomar una copi teria, lo que compone la bella un sujeto desconocido y de muy la madre para que nos deje en Vé hablarle Levesque dijo ta de aguardiente.
te la patria y que la patria no etapa de la vida que llamamos mal aspecto. Entremos.
juventud: época de ilusiones, de espera nada de uno; y que esa La madre y las hijas estaban paz. Eh, Chicot exclamó Leves esperanzas, de ideales risueños, patria no es suya, que no se le puede servir. muertas de miedo. Levesque salió de su cabaña que tráete dos copas del mejor de visiones matizadas: ya de coQué triste! lloran y duermen; El jefe de la familia se llamaba y se acercó al desconocido.
lor de rosa, expresión de la belleaguardiente que tengas. Levesque, y la mujer la apelli Este y el pescador se pusieron los pocos instantes se pre za indefinida y pura brillante y no piensan!
daban la Martin, por haberse ca hablar, mientras la madre y sentó el camarero con el servicio y dorada como el sol, símbolo Dejemos las lágrimas y la delicadeza al bello sexo; el cansancio, sado en primeras nupcias con un las hijas les miraban con ansie pedido y exclamo: de lo fuerte, hermoso y bien demarinero de este apellido que iba dad y zozobra. Tú aquí. No e terminado, en fin, de mil y mil la pereza y la postración los. Calla!
todos los veranos Terranova De pronto, el desconocido y res Martín. más que se pierden en la varieancianos que ya terminaron su la pesca del bacalao.
Levesque se dirigieron a la casa Sí.
dad de sus múltiples manifesta carrera; esforcémonos por la culDespués de dos años de matri La Martín retrocedió asusta. El primer marido. có ciones.
tura del espíritu y la grandeza monio había tenido la Martin da.
mo van ustedes arreglarse. La edad de la adolescencia de la patria, verdadero teatro es de los hombres.
una hija, y estaba en cinta, cuan. Dale un pedazo de pan y un Todo se andará.
la del delirio; pero la de los veindo, según noticias, naufragó el vaso de sidra le dijo su marido.
Se cuenta que, de algunos jóve. Pero. quién es en definitiva te años es la del convencimiento bergantín Dos Hermanas, en el El desconocido se sentó y se el esposo legitimo. de los propios fines del hombre: nes griegos llevados Roma prique se hallaba embarcado su ma puso comer ante toda la fasioneros en calidad de rehenes. El que designe el señor cura, se siente sobre los hombros el rido.
milia. quien vamos ver hoy mismo. peso de su carga y de su valor dejaba salir delante un general había uno cabizbajo y triste que No se volvió a saber nada del. Viene usted de muy lejos?
GUY DE MAUPASANT. se aspira hacer de la vida lo pobre marinero ni de ninguno de Vengo de Cette más brillante y útil posible.
romano las lágrimas del proscrilos otros tripulantes del buque. pie. LA MUÑECA Trascurso feliz para aquellos to; preguntado por aquél si lloraLa Martín esperó su marido Si, pie, por falta de dinero.
que no preocupados sólo de la ba por su amada, le contesto: por espacio de diez años, hasta. adónde va usted. vida material ansían además el lloro la corrupción y afeminaque un pescador del país, llama. Venia aquí.
En una noche de Enero triunfo de lo bello, lo verdadero miento de la juventud griega.
do Levesque, la pidió en matri. Conoce usted alguien en una niña pordiosera, y lo bueno; y ese fin ponen Con quinientos jóvenes comonio. La viuda se casó con el esta casa. con los pies casi desnudos, su empeño y carácter en la conse mo éste, Grecia no habría su cumy tuvo dos hijos en tres años. Pudiera ser.
con las manecitas yertas, cución del ideal y del desarrollo bido.
cubriendo, modo de manto, La hija mayor volvió a llamar. Cómo se llama usted?
con su falda la cabeza, de sus propósitos. Qué triste y vergonzosa es la su madre y le dijo. Martin.
y sin temor la lluvia La mira del joven es el pinácu resignación de la impotencia. Ese hombre no se ha movido La madre, hondamente emo que más cada vez arrecia, lo, la cima de sus obras, la cúsADAN SABORIO.
todavía del sitio donde está sencionada, adelantó un paso para contempla, extasiada y triste, pide de lo fuerte, el punto donde tado. Será algún pobre de Epre ver de cerca al recién llegado, y el interior de una tienda para llegar se necesita triunfo, Costa Rica. 1900.
ville de Anzebosch.
permaneció ante él con los bra que por su gusto en juguetes nombre, gloria; bellas prendas CONTRATOS POR MADERA Del Aserradero de José María Bonilla pueden hacerse con el suscrito, en el Almacen de los señores Quelqueju freate al Palacio Nacional. Las maderas se entrega document morbidnipresencel documento es propiedad de la Biblioteca Nacional en Bregn binnen de teme dedificio Metálicu.
e Cultura y Juventud, Costa Rica bliotgel es pal Biblio

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