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LA PRENSA LIBREcastidad, y aun cuando todos sa: de día, retirándose por la noche mente, he de levantarme al rayar bemos que semejantes votos nu casa de su hermano. Es una el alba.
ca, o casi nunca se quebrantan. respetable doncella. sentándose en una silla se Lectura para el Domingo 89 después de los ochenta años. Respetable y aun formidable, descalzó y empezó quitarse alDon Sebastián la miraba com. Obra con mucha prudencia en vi gunas ropas. El párroco, sin aELI, ELI, LAMMA SABACTHANI placido ir y venir por la casa, vir tan honestamente. Si habi treverse replicar, hacía lo misbarriendo, sacudiendo el polvo, tase aquí de continuo, podría pa mo. La cama era una plazuela, mudándoles el agua y echándoles decer su reputación, y también y cada uno se acomodó un exBañada en sangre la radiosa frente, alpiste a los canarios, ete. etc. la de usted; somos tan frágiles. tremo, cuidando de no molestarEn la cruz infamante el Cristo expira; Frotábase las manazas de puro y los desocupados. suelen tener se: entre ambos había lugar paY al expirar, la ya desfalleciente Cabeza roja como el sol poniente, gusto y decía interiormente: tan malas lenguas!
ra otras dos personas. Aún no Sobre los hombros dislocados gira. Si el obispo es delicado de. Pues este obispo debe ser habían apagado la luz, cuando el nervios y la ve así al pronto, de ciego, cuasi ciego. Canastos, obispo se levantó de pronto. Su Ha llamado a su padre, y lo ha llamado seguro le da un síncope. El fer con el hombre. Pues si estu compañero le dijo: Con el más hondo y penetrante grito, te y la manía de su merced, se viese aquí Teresa. quizás se Pero la voz del gran Crucificado. Se ha puesto malo Sa Ilusgún cuentan, es la honestidad de esté burlando de mí con toda trísima. Al volar a los cielos se ha apagado En la sorda mudez del infinito.
los clérigos; pere por muy mali gravedad y circunspección. Mu. No, es que se me había caído cioso y escamón que sea, no po cho ojo Sebastiana, que estos se el pañuelo.
Por eso melancólico y sombrio, drá figurarse que yo. Jesús, flores son unos lagartos! recogió cierta cosa blanca Al contemplar la realidad desnuda, María y José. Primero me a Así pensaba el párroco al oír debajo de una silla. Era un goLas papilas revuelve en el vacío, horcaba. las extrañas frases de su jefe. Es rrito de niño, con sus puntillas Muda protesta del que siente el frío Del arpón implacable de la duda. entrando luego en considera te prosiguió: de ordinario encaje y sus cintas ciones filosóficas, discurría de es. Le he dicho lo de las malas para atarlo: una cosa muy moSon las tres de la tarde; el firmamento ta suerte: lenguas, no por murmurar, que na. Revolviéndolo entre los de.
Calla, y el sol con rayo moribundo. Canasto, y qué Rosita. entonces yo también entraría en dos, preguntó con extrañeza: Bajo las nubes que desgarra el viento semejante fenómeno corresponde el número, sino porque antes de. Qué es esto?
Ilumina el cadáver macilento la especie humana. tam pasar a este pueblo, alguna pers exangüe ya del Redentor del mundo. Ah! sí, un gorrito. Será de bién al bello sexo. Lo mismo, sona, que sin duda no le quiere Rosita, que se pone unas cosas Oh Cristo! Si pesar de tus dolores lo mismito que mi Teresa, tan mucho, me vino con el cuento de tan estrafalarias. de tu santidad, en las alturas gallarda y tan fornida. Si el Nadie escuchó tus férvidos clamores, obispo la viese. Me había cai con una tal Teresa, de quien te sacristán, la que nos ha servido que vivía usted maritalmente. De Rosita, la hermana del Quién nos oirá nosotros, pecadores do el premio gordo. Eternos de este valle de amarguras. nía dos, o doce hijos. pues la cena. Pues estará graciosa!
no recuerdo bien cuántos me di. aquí cesó el diálogo. Apaga.
JULIO FLOREZ.
jeron.
ron la luz, y poco se durmieron Llegó al pueblo el señor Obis. Por los clavos de la Santa ambos. Pero antes de amanecer El secreto voces cio de su desdicha. fué que el po. No salieron gentes recibir Cruz, señor obispo. exclamó el despertó sudoroso y jadeante el tal peón traía una carta bien ce le, ni hubo arcos de follaje, ni re párroco lleno de verdadero te prelado; creyó que su compañero Por la boca muere el pez, dice rrada y sellada con lacre rojo, picaron campanas, por la senci rror. Doce hijos. Se quedaron lo estrangulaba. Era que un braun antiguo refrán: y pudiera a ad virtiéndole que el nuevo señor la razón de que el prelado viaja cortos. Si pensarán que trato zo musculoso y pesado descanñadirse que también el hombre. obispo visitaría la diósesis pueba sin aparato alguno y no era de fundar las doce tribus de Is saba en su rostro, impidiéndole El ejemplo siguiente lo confirma: blo por pueblo; que anduviera a farolón ni amigo de ostentacio rael. ¿con qué había de a respirar libremente. Apartólo de Erase un pueblo, y érase un pá lerta y no diese motivo, ni aun nes ni garambainas. Acompañá limentar y vestir toda esa escue sí, mas ya no pudo volver perroco destinado en él la cura de pretexto, para la menor censura bale solamente un clérigo de e. la de párvulos. Tendría que sa gar los ojos. Desvelado y vigialmas. El pueblo nada tenía de por parte de su prelado, quien dad pro vecta, y ambos hacían su lir al campo robar con la esco lante, escuchaba los ronquidos particular; no era grande, ni chi todos los párrocos temían como jornada en sendos mulos, tama peta.
del párroco. Debía éste de soñar co, ni miserable, ni opulento; pe severo sostenedor de la disciplina nos como elefantes. Ambos tam. Se me olvidaba. propósi con escenas de caza, su afición faro, eso sí, desmantelado y sucio, eclesiástica.
como casi todos los de Castilla El aviso, que era de un antiguo bién llegaron al pueblo de mi to de la escopeta, dícenme tam vorita, pues de vez en cuando la Vieja, puesto en lugar tan ás compañero de seminario, no cahistoria cuando menos lo espe bién que pasa usted días y más murmuraba: raban.
días cazando en la sierra en la. Canelo. Boca negra. pero y fragoso, que apenas y con yó en saco roto, ni mucho me.
Pero aquella tarde, como otras llanura, con menoscabo de sus oli Al atajo.
mucha incomodidad y hasta peli nos. El presbítero cazador me.
Por fin, las primeras luces de gro llegábase él en carro, sien tió la escopeta en su funda y la muchas, habían salido de paseo bligaciones sacerdotales. Yo no la aurora clarearon confusas endo lo más conveniente ir lomo escondió en el pajar con los de por la carretera el cura y el al he querido creerlo. ha hecho Su Ilustrísima tre las rendijas de la ventana, de poderoso mulo. En cuanto al más atributos venatorios, distri calde, y los vieron venir, y entepárroco, era todo un presbítero buyó los perros entre varias carados de quienes eran, los recibie perfectamente. Lo de la escope que era de piso bajo y daba a la cerril, de escopeta y perro, menos sas de amigos y allegados, hizo ron cortesmente y les ofrecieron ta y el descuido de mis obligacio calle. Cantaba el gallo, trompeversado en la suma de Santo To limpiar la casa con el esmero y hospitalidad obsequiosa. El al. nes, resulta otra calumnia como ta del día, y escuchábanse fuera más y en sagrada Teología, que primor de quien limpia una joya; calde pretendía llevarlos su ca lo de Teresa y los decientos hi ladridos de perros, piar de pajaen el uso de la pólvora y el plo. y por último, envió con un arrie sa, alegando que tenía ya prepa jos. los doce, los que rillos y pasos de hombres y de mo, y aun del recio cuchillo de ro, para pasar algunas semanas radas y dispuestas dos hermosas fueren; pues con tamañas atroci animales, ruidos de un pueblo dos filos para rematar la caza en cierta casa de campo, su Te habitaciones con vistas al jardín dades se me pone la cabeza hecha que despierta. De pronto sona.
mayor pulso y de frente. Ani resa, rústica y arrogante moceto y al campo donde estarían aloja un bombo y ni siquiera sé lo que ron como truenos los fuertes golpes en las maderas de la ventamoso, robusto y acostumbrado na que le servia de ama, co más dos, no como se merecían cierta hablo. la fatiga, importábale muy po dos chicuelos gordinfiones, sobri mente, sino con las menos moles Tranquilizose bondadosamen na, el obispo sintió en las costi.
co pasar casi toda la semana en nos suyos, o lo que fueran; que tias posibles en un lugar de tan te el obispo y giró la conversa llas un codazo que le quitó la restre riscos y breñas, durmiendo a en este punto de parentesco no escasas comodidades. Mas el ción hacia otrus asuntos menos piración, mientras la ronca voz veces snb Jove frígido, como de estoy muy bien enterado. Para bispo cortó por lo sano, dispo escabrosos. Así pasaron la so del párroco le gritaba al oído: cía el romano Epicureo, o al aire las haciendas domésticas apala niendo que su acompañante a bremesa, y llegada la hora del Iii Teresa, el panadero. libre, según decimos los que no bróse con el sacristán, y este le ceptara los ofrecimientos de la descanso condujo don Sebastián NARCISO CAMPILLO.
tenemos el honor de ser Epicu prometió temporalmente los bue autoridad civil: en cuanto él no su ilustre huesped al mejor areos ni romanos. Con tal de ha nos oficios de cierta imposible quería otro hospedaje que el del posento, del que ocupaba no peTOMAMOS llarse puntualmente los días fes hermana suya, seca y alta como señor cura. Hizo éste de tripas queña parte una espaciosa cama tivos en la sacristía de su igle una lanza, apergaminada y vie corazón y se llevó consigo al pre de matrimonio donde hubieran lado.
sia dispuesto a celebrar misa y ja, y tan feisima, que en cuatro podido sin molestia, dormir cua DIARIO OFICIAL de MANAGUA en el confesonario después reci semanas de conversación no se Diré que la morada parro tro personas. Sonrióse el obispo ACTA XXVII biendo el chaparrón de sucieda podía explicar toda la fealdad de quial estaba limpia como el oro, al ver aquella plaza de toros, y En la ciudad de Managua, en el des y miserias con que solían ob semejante condenada. Si en vez que ambos sacerdotes conversa dijo al parroco. Para mí que soy pequeño y Salón del Congreso, los veintisequiarle sus rústicos feligreses, de vivir en un poblachón de la ron como si fuesen amigos, pues mi hombre juzgaba cumplido su sierra, hubiese habitado en ciuel superior, aunque severo como delgado, es mucha cama esta, y cuatro días del mes de Julio del deber, y dando de mano las ta dad medianamente regida, la au tal, era muy llano y sencillo en aun para usted, que es hombrón año mil novecientos. Se constireas místicas, empuñaba la infa toridad le habría mandado no su trato y que cenaron no exqui alto y robusto. No habría otra tuyen las Comisiones de Límites sitos, pero sí suculentos manja donde yo descansara en distinta de Nicaragua y Costa Rica, intelible, digo, la escopeta, echaba salir a la calle sino de noche y res? Todo esto es de cajón y no habitación, quedándose usted a gradas por el Ingeniero Arbitro, el morral sobre su recia espalda, con careta para no asustar los merece consignarse: más si lo me qui sus anchas?
General Alexander, con el y seguido, precedido, o rodea. niños ni provocar malos partos rece el asombro, la estupefacción. Es el caso, señor, que no ten importante fin de celebrar la últido de sus canes, lanızábase al en las embarazadas de meses ma que la fámula produjo en el obis. go otra Heredé este mueble de ma Acta, en que deben cerrarse campo con más bríos que Ber yores. Tal era aquel vestiglo, y po, que no recordaba haber visto mis padres, y como los tiempos sus actos, y darse por concluidas nardo del Carpio y que el mismo por contera y remate se llamaba jamás, ni aun en sueños, estatin son malos, no he podido susti todas las operaciones que comenDon Quijote de la Mancha. Asi Rosita. Antiguamente los grie gua semejante. Para servir la tuirlo.
zaron en Mayo del año mil ochopasaba los meses y los años: y no gos, que eran unos guasones, a cena, Rosita se habia puesto de Pero si no hay otra, y yo cientos noventa y siete, demar.
lo digo en son de censura; que a pellidaron las Euménides las veintici alfileres, y estaba en esta. dónde va cando la línea divisoria entre las mi juicio no son estos presbíteros graciosas las furias infernales. peor que nunca: parecía más se dormir usted, cristiano. dos Repúblicas mencionadas; y los peores.
Rosita iba de mañana casa ca, más alta y más horrible, que Señor, eso es lo de menos. llevando efecto este propósito, De tan amena existencia hallá del párroco don Sebastián, des es cuanto puede ponderarse. El Dormiré en cualquier parte; en u por unánime acuerdo, base muy satisfecho: creíase feliz empeñaba las faenas domésticas, obispo, varón de corta estatura, na silla, iré casa de algún aDECLARAN: y lo era, y no envidiaba nadie, y por la tarde, antes del obscure la contemplaba espanto. migo que.
10. La línea divisoria entre ni aun al Sumo Pontífice de Ro cer, ya estaba de vuelta y en Cuando, alzando los manteles. No lo consentiré de ninguna Nicaragua y Costa Rica queda ma. Pero llegó un día fatal, compañía del sacristán su her quedo solas con el párroco, no manera. Puesto que hay una so definitivamente demarcada, desde que día no llega cuando viene mano. Censurable y arriesgado pudo menos de preguntarle: la cama, y por fortuna es muy el punto de partida en el Atlántipara nuestro daño! Llegó un hubiera sido para tan gentil don. Esta. señora. es el ama. grande, en ella dormiremos los co, en Punta de Castilla, en el ludia fatal, repito, en que, bajo la cella, dormir bajo el mismo techo Sí, señor. nó, señor. quie dos medio vestidos, y creo que gar designado en el Laudo Arbitosca forma de peón cartero, se que un hombre aun cuando este ro decir, que es hermana del sa aún sobrará espacio para otro. tral número 1, y continúa marle presentó de improviso el nun hombre tuviese hecho voto de cristán y viene limpiar y guisar no nos molestaremos. Precisa cándose con la márgen derecha DELmo con OFRECE sus favorecedores un SURTIDO DE CALZADO eleganter economico por el precio y duración, TA LA DEMOCRACIA EMILIO ARTAVIA Materiales Selectos Importados directamente por la casa. Especialidad en el calzado a la medida.
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